Relato: Quique vivió enamorado de Fico pero Fico no le hizo caso, y Quique, con mucho dinero y tiempo libre, lo siguió por tierra y por mar. A Fico lo mataron los guardianes de la fe, y Quique lo desenterró, se llevó los restos para Salto, Uruguay, y allí construyó un panteón para conservar y honrar los huesos de Fico.
Moraleja: Cuando un uruguayo se enamora de un poeta, pobre poeta, no lo dejan tranquilo ni después de muerto.
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