-¿A usted no le da vergūenza?-: preguntó la señora con cara de ofendida y moralmente correcta en respuesta a un relato sobre el culo y su función erótica.
-No. Mientras haya gente que siente vergūenza ajena, que la sienten por mí, puedo dedicarme a otras tareas: amar, conocer las distintas funciones del ser, de sus órganos. Explorarlos.-: respondió el autor bastante mayor, madurado, curtido por los vientos, los sabores, deseos y tiempo.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.