Tantos hombres casados que, a escondidas, buscan a otros hombres, usan a sus esposas como escudos, y como recurso -impresionan con su "yo soy casado"- para conquistar a otros hombres
Los muchos gays que los creen, se sienten especiales porque salen con un "hombre casado". Ambos se creen sus propios cuentos y luego toman pastillas para enterrar su conciencia o rezan para expiar sus "pecados".
Tratan de llenar ese hueco vacío que es su alma en pena, y sólo logran engañarla con Prozac o con rezos.
¡Qué idilio! Prozac se diluye y diluye la culpa; luego rezan.
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