Me dijo que que me iba a dar de comer su chivito. Era la primera vez que oía ese nombre; pero ante un hombre tan guapo, varonil y mirada seductora, no importaba cómo lo llamase. Lo deseaba por dentro y por fuera; hasta que me trajo una versión uruguaya del Sloppy Joe.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.