Wednesday, September 30, 2009

Desahuciado por la moda

El espejo da la espalda
De espaldas
Cuando se entra a la última edad
El espejo se aleja de ti.

Eras el chico
El de a puño limpio
El otro también eras
El de los libros
Pato
El afeminado
Cobarde
Aterrorizado
El chico que quiso
Que quiso ser
Todos los chicos
A la vez.

Monday, September 28, 2009

Octubre

La lectura del relato me centró una vez más. ¿Cuántas veces lo he leído durante esta temporada? “En octubre las hojas son más anaranjadas y amarillas, hoy se ven menos brillantes.” Octubre trae mucho más que el otoño.

“¿De qué hablo? En octubre siempre me llega la nostalgia. ¿Por qué hablo de ecología y colores, cuando sólo los estados de ánimo me interesan?” Las ideas se intercalan y forman telarañas lingüísticas me dijo el, valga la redundancia, el lingüista. “De ti y de mí hablo, de nuestros estados de ánimo. Me repito. ¿Por qué me repito todo el tiempo? La edad nos lleva a repetirnos, a reafirmar nuestra existencia y memoria, a recalcar nuestra existencia.”

Los pasos se van haciendo lentos, muy lentos. “En octubre camino hacia el bosque que queda al norte de la casa, del pueblo, la provincia, el país, el continente. Quebec es lo más norte del norte. Al sur de la casa están las fincas de maíz, Montreal, Nueva York, la barbarie. Mis pasos los sigue el camino que voy dejando, la ventana de la habitación en el ático que mira hacia el norte, hacia el bosque, y las huellas en las hojas secas trituradas por mis pasos.”

Pinos y matorrales me reciben, luces entrecortadas por las ramas y colores me alumbran el camino. “No hay osos en este bosque.” No hay lobos en este bosque. “Ruidos de hojas cayendo y ecos.” Oigo ecos.
El bosque me llama por las tardes, todas las tardes de octubre. Me aleja de los vaivenes y palabras quebequenses de mi familia adoptiva. Ellos me adoptaron a mí y yo a ellos. Me ven caminar hacia el bosque y les cambia el semblante, les da miedo. Las pasiones de familia, de niños asertivos, de padres directos y amorosos, gritones a veces, a veces susurran, son reemplazadas por el silencio. El bosque me arropa, me devuelve al útero para comenzar de nuevo. El bosque me cuida,

“Be careful, Yerardo.” Qué difícil se le hace a los franceses y quebequenses pronunciar ese fonema. Mi nombre es Gerardo, les grito, repito el ge y sonríen. Me contestan en francés. Para los quebequenses, al igual que todas las culturas que viven en dos lenguas, el cambio de una a otra nunca es completamente puro; esto es, de haber pureza en los idiomas. No la hay. Tampoco en el bosque ni en las familias o el individuo. Con la mía en Quebec, mis impurezas no son motivo de miedo. Jugar con sus hijos, llevarlos a comer no es motivo para que se me vea como un depredador. Cuan distinto a algunos miembros de mi familia biológica. Tan bíblicos y tan poco cristianos.

La luz de octubre es pálida, y pálidos son los colores, alumbrando el camino y bañando de rosados y celestes, el terreno mojado, el aire con sus canicas de vapor flotante.

La luz Se filtra a través de las ramas, unas frondosas y otras anunciando su otoño, mi otoño. Camino lentamente hacia un claro, allí descanso, y regreso.

“Be careful, Yerardo.” Los oigo decir, y a sonreír todos.

Saturday, September 26, 2009

El Gringo Chulo y su Comadre

Oiga COMPADRE o, perhaps, comadre, pues bien,
I am hostile but you are the típico gringo pendejo
que le vende el alma al diablo, reique vende sonrisas
por todos lados… Cuando me dijiste en tu primer mensaje,
“I will make your time worth tralalalala”, me dije,
“what a fuck I am going to have”, and then after
such an offer of services to be delivered, not even a hard on.

“Well loca vieja”, I said to myself, “since he said I never do this,
only today because of the money, be patient with him do not demand for the cock to perform”; para luego darme cuenta que tú, comadre, quizás eras una loca más viviendo de viejos ilusos en busca de mucho love. Qué cosa comadre, usted viviendo con un compadre que en realidad, most probably is himself another BIG Comadre, pues tú no sabes lo que es compadrazgo, y si tu compadre le ensena el culo a otros compadres es una comadre o mejor una loca tusa. Al ver que tu eres otra comadre, que se yo como viven los gringos chulos y mentirosos, me dije, “el gringo es una loca pendeja, que se hace pasar por buena como son los gringos risueños, sacándole el vivir a los viejos”. “DO NOT FORGET WHAT YOU SAY AND WRITE, AND IT does not have to be about sex." Aunque los Chamanes lo limpien, el gringo continúa como la Condolezza Rice, otra grandísima pendeja que disfruta de sacarle el vivir a los viejos. Hostility?????, como dicen los puertorros, el que se dobla mucho se le ve el culo y el tuyo está bien sucio.

From the Vividora to the Hustler

A vividora is one of those words that can stimulate different sensations: erotic, sinister, clever, and dishonest. It is a word whose masculine counterpart, vividor, would not be used to describe the same qualities when applied to a woman nor would elicit the same reactions. A vividor is not erotic. On the other hand, the word used to describe a male vividor in English, hustler, can suggest similar reactions as vividora does, but not the same moral judgments. A vividora has greater possibilities of redemption than a hustler.

Those of us who have been exposed to both, hustlers and vividoras, know that when looking for support or compassion will find that vividoras are not judged as harsh as a relationship with a hustler would be. Recently I was a victim of a hustler, and of a vividora a few years ago. When telling the story of both situations it was quite interesting to see how people react: A smile for the vividora, harsh moral judgments for the hustler.

Answers to this moral contradiction are quite obvious: when the situation is between a man and a woman is not as disturbing as when it is between a man and a man. When there is the possibility of sex, the judgment is worse. But isn’t the same lack of moral principles operating in both instances? Dishonesty and opportunism are not determined by the sex of the players but by the act. Or are we closer to the fifteenth century Versailles court where ridicule was the political strategy to be used and widely approved?

Is it quite acceptable to be dishonest as long as it is between a man and a woman? Aren’t those making the judgments as guilty of the malady as those involved in it since moral relativism is the principle they are actually applying and not honesty regardless of the players. Not really, as this brief analysis of the world of hustlers and vividoras and the men who experience it. There are more of us than the reigning petite bourgeoisie moral framework would like to suggest. In terms of feminist liberation there is greater acceptance for the immoral woman than for the inmoral man.

Friday, September 25, 2009

Mona Bell, Becket, Proust y Mi Amigo el Pintor

Este escrito fue corregido y cambiado de fecha.

Wednesday, September 23, 2009

Tolerancia y Guachafitas

El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el vocablo guachafita como alguien falto de seriedad, orden o eficiencia. Este vocablo es usado de distintas maneras a través de Latinoamérica, a veces es deletreado con hache en vez de ge, pero el significado es más o menos el mismo. Su uso en Puerto Rico ha ido desapareciendo; los guachafitas, no. Andan por ahí a tutiplén.

Su obra es innovadora, de un valor literario extraordinario me dijo un editor-mercader de libros. Cubra los gastos que se lo publicamos. Sí, Pepe hubiese dicho mi abuela, quien desconfiaba de los guachafitas de verbo rápido y halagador. La necesidad de crear falsas expectativas no se limita a los mercaderes de libros ni a los políticos de turno. Se encuentra en el diario vivir de todos nosotros: los médicos que te dan cita a una hora para luego encontrarse uno con un montón más de pacientes con cita a la misma hora, la señora de clase media que estaciona su todo terreno frente la entrada del garaje de tu casa y dice sin mucha preocupación, “yo vuelvo rápido”, la amiga que no se plantea el que puedas tener otros compromisos, “paso por allá entre jueves y domingo”, la empleada de oficina que se pone a hablar con sus compañeros mientras el cliente espera pacientemente, el chofer de taxis que se niega poner el metro y quiere cobrarte un suma exorbitante para un viaje de San Juan a Santurce.

Crear falsas expectativas está basado en el engaño, en el deseo de hacer creer que algo va a ocurrir. Y mientras esperas, el guachafita logra las metas concretas que le motivan a formular la ilusión de que te están sirviendo, ayudando, “algo va a pasar”. El editor-mercader busca dinero y mientras lo consigue te otorga el premio de la letras, el médico en algún momento te dedicará diez minutos para hacerte creer que le preocupa tu salud, la amiga espera que surja algo más importante que tu compañía y con la posible visita te convierte en su persona más importante, la empleada espera lograr estar de buenas con sus compañeros, el chofer de taxi espera explotar a todo el que pague sin protestar. Los guachafitas están todos por ahí, mercaderes de deseos.

Todos “guachafamos”: el político que nunca implantará políticas discriminatorias; el sacerdote que te ofrece el paraíso si le confiesas tus pecadillos; la madre que te seduce con amores para que no le crees problemas; este escritor quien espera cambiar a todos los lectores para que disminuyan un poco la “huachafería” y mejorar un poco el país. Y uno frente a ese jugar con las expectativas, tolera. Tolera porque es más difícil cambiar patrones culturales, nocivos o no, que seguirle el rumbo a los guachafitas.

Tuesday, September 22, 2009

El Tio Pato

Se acuerdan del Tío Mac Pato, el tío del Pato Donald, el tío gruñón y avaro?

No, no es ese tío gruñón, avaro el que es verdaderamente pato.

El tío pato, del que se habla por detrás, nunca de frente, es un pato metafórico.

El tío pato, al que se le quiere tanto, al que no se le invita a la casa, las fiestas, bautizos, cumpleaños, que eso se pega o se ve mal frente a sus más dignos invitados.

Los nenes le quieren tanto, de lejitos, después que no se les acerque el tío pato.

No el Tío Mac Pato, el otro tío. El tío pato.

Y Entonces...

Y entonces

Quien último te acompaña durante la tercera edad es tu salud, tus ritmos vitales y tus manías de viejo. Y te preguntas, y entonces, qué hago para continuar la vida estructurada para los que vienen y no los que nos vamos.

Dormir como un bebé no se aplica a los sesentones. Me quedé dormido a las ocho de la noche, desperté a las 11:30, me dormí de nuevo para ser despertado por la alarma de fuego, activada por un apagón del sistema eléctrico, la tecnología me arregla los huesos y me despierta todas las noches, me duermo de nuevo, alarma de nuevo a las 4:00 am. Me levanté, y como dice el hermoso bolero de Sylvia Rexach, "Y entonces", donde la sentencia es a la misma vez pregunta y función léxica: conjunción o adverbio o simplemente pausa estilística; decidí seguir el día.

"Y entonces....", pausa, para luego seguir con la canción, sirve de fuente del conocer revelado, ausencia del dato organizado o sistémico en su naturaleza. Naturaleza y sistema se contradicen, siempre viven como hermanas jamonas, pegadas una a la otra: la mayor gana, la más vieja, aquella que la misma naturaleza en sí misma es. Naturaleza que me lleva a desear; el sistema, a controlar.

No salga de noche, don Gerardo. Y entonces.