Sunday, May 31, 2020

CUARENTENA DEL LECHERO

Comparar al lechero con el virus es exagerar la nota. Que el lechero, hoy resucitado por causa de la pandemia, tuvo mala fama, acusado de infidelidad y preñadas no esperadas, no es motivo para dudar de nuevo. El una vez vestido de blanco, sombrerito plegado, moviendo la carreta refrigerada con hielo, arrastrada por caballos (véase foto) servía al pueblo, repartiendo la leche fresca todas las mañanas, después de los maridos irse a trabajar. 

El lechero daba pie a todo tipo de relato romántico: hijos de otros que lo recordaban fisicamente, parejas que de pronto abandonaban el pueblo, esposas asesinadas y el hombre absuelto; pues para aquel entoces, los crimenes pasionales servían de razón para no encarcelar al asesino. Culpar al lechero era más fácil que rebuscar en las propias almas o la de los seres queridos, a la vez que tener que aceptar que un buen querer era siempre deseado. 

Hasta ahora, de nuevo revivida, la función del lechero había sido movida a los anaqueles de los supermercados, desaparecida como ocurrió con los campos, plantaciones de azúcar, establos, ganadería y pastizales que rodeaban al pueblo de Guayama; reemplazados por industrias, cadenas de casas y apartamentos iguales, cajones de concreto, rejas, divisiones y presunciones. Las parejas donde ambos trabajan o es el hombre quien se queda en la casa, o parejas cuya composición homoerótica descarta a cualquier hetero, incluyendo al lechero, eliminan toda posibilidad de que éste pueda repartir otro tipo de leche. 

Saturday, May 30, 2020

CUARENTENA DEL ESL Y EL ACENTO BORICUA DE GUANDA

No se puede separar el aprendizaje de inglés entre los puertorriqueños de la correlatividad del mismo con asuntos de clase y procedencia, estatus social e ideología política. Para los puertorriqueños -una vez representados por el Peyo Mercé de Abelardo Díaz Alfaro o el Jíbaro que dijo ‘Unjú’ de Luis Lloréns Torres, el inglés llegó con el obispo de Mon Rivera, “que cosa linda, que cosa mona”, pasando por las décimas jíbaras cantadas en Brooklyn, por Chuito, burlândose de la pronunciación del idioma inglés- el asunto no es cuestión de métodos didácticos (después de todo, el sistema que fue implantado en la nueva colonia gringa estuvo diseñado por el Teachers College de la Universidad de Columbia, ha sido un fracaso que ha durado sobre cien años). Tampoco es tema que no llega a las altas esferas. Coordenadas que fueron destacadas por la gobernadora Wanda Vázquez, quien, al tener que defenderse de las acusaciones criticando su acento, hechas por un miembro del partido de oposición, hijo de familias aristocráticas del país, graduado de colegios de y para élites criollas, dijo que ella era graduada de escuelas públicas. 

Para los académicos que estudian el aprendizaje de segundas lenguas, reconocer e investigar la enseñanza y aprendizaje del idioma inglés, por parte de muchos boricuas, es una fuente que no ha sido explorada comprensivamente, incluyendo a los “subtextos”, productos de la colonizacion. Fuera de los modelos que se han fijado solamente en relaciones causales, basados en escuelas conductistas, o limitados por las teorías piagetanas individualizadas -con algún freiriano en la receta-, los investigadores y pensadores educativos han pasado por alto las variables más poderosas, los recovecos de la historia de los isleños y cómo lidiamos con el tema del idioma encuarentenado hace tiempo. 
La gobernadora, Wanda Vázquez, es la segunda mujer en asumir el cargo, y segunda también, en que no pertenece a las antiguas familias que se han turnado ciertos puestos públicos en Puerto Rico, desde que llegó Ponce de León a La Aguada. El primero no burgués criollo que asumió el puesto de gobernador se había graduado de un colegio de élites, habla muy bien el inglés, y por ahí se coló. 

De Wanda a “Guanda”, así apodada por muchos. Dicho apodo se debe a que los boricuas se burlan de todo nombre o palabra que tenga un [w] y la cambian a [g]”. Washington se convirtió en Guashington y William en Gûilian, y en la marcha se mofan del inglés, de “aprender a masticar el difícil”, a “sentir miedo cuando lo pronuncian”. A menudo, esa respuesta, crítica social. ante falla política y didáctica incluye a la persona o héroe nacional que carga una [w] en su ser o haber. En el caso de la gobernadora, conservadora republicana, pro estadidad federada, gringoabanderada, es “Guanda”. 

Saturday, May 16, 2020

CUARENTENA DE ZENÓN CRUZ Y EL RACISMO EN LA PREVENCIÓN Y SANACIÓN

El que todos tengamos de africanos o negros o borinkanos o indios no nos hace inmunes a la discusión del racismo. Negarse a confrontar ese asunto es reducir la idea de la raza a una verdad absoluta -que no lo es, y sí es parte de la discusión sobre el ideario y comportamiento de y entre las “razas”-; resta valor, poder a la capacidad humana para odiar todo tipo de pertenencia, incluyendo estar ligado a tal o cual grupo humano (self-hate en la sociosicología gringa); descarta las experiencias y reflexiones que otros -válidas o no- tienen en sus interacciones con el mundo (un tipo de censura).  

Un cuadro compuesto por una mezcla de texto y dibujos, cuyo único propósito es instruir, motivar a los que lo leen y ven, a seguir unas instrucciones, observar unas normas, conocer unos procedimientos, cuidados, no puede ser una caricatura, a menos que lo haga para burlarse de aquello que pueda ser contrario a lo instruido en el medio educativo. El significado, lo burlado, no debe estar integrado a un significante que desvirtúa el mensaje o añade “burlas” por el solo hecho de hacer reír. Criterios que no fueron seguidos por el Departamento de Salud, al crear lo que es una caricatura y no un cuadro textual/visual, dirigido a enviar un mensaje concreto: informar a la niñez de Puerto Rico que deben respetar las normas sanitarias para evitar el contagio.

La caricatura fue inmediatamente criticada por grupos proderechos humanos, antirracistas, intelectuales y políticos, quienes sostienen que el medio didâctico, visual y textual, que pretende “concienzar” a la niñez del país -prevención, combatir el contagio, evitar que los más vulnerables y espontáneos de nuestra especie fuesen enfermados físicamente-, falla cuando transmite mensajes sublimes: la imagen de una niña de piel color negro como portadora del virus y en el lado opuesto, dos niños con fenotipos caucásicos como posibles víctimas, a quienes se les advierte que no se acerquen al contagio, portado por la niña. 

No se dejaron esperar los críticos de los críticos, explayaron sus burlas y despachos: “que no se quejen, que regresen a África, el síndrome de la víctima”. Entre ellas, siempre sale pa’fuera la respuesta típica de alguno que otro, el trillado “todos tenemos de......”; despacha el tema porque destapa tantas historias como necesidades tiene el que lo dice, trata algo demasiado delicado. “Es cierto, tengo herencia africana, pero para quê hablar de eso”. 

No hace tanto, una señora bastante trigueña, perfilada, y pelo estirado (lo que en Puero Rico -un eufemismo- llaman “indiecita”, cachetes despintados por cremas blanqueadoras, ínfulas de clases medias y cultura colonizada, en un bar de La Placita se refería a la camarera del bar como “la negrita”. Pocos quieren ser parte de la contInuidad genética, histórica, especie homosapiens; prefieren los cajones en que viven mentalmente, sin reflexionar sobre ellos. Para la señora, “la negrita” y ella no tenían nada en común o demasiado, y el dolor es tan fuerte que no permite cambiar de esquemas, reestructurar el cerebro, los deseos, “racismo interiorizado”, y todo el andamio histórico, político, filosófico, biológico, conceptual que subayace cómo pensamos, sentimos, prevenimos, sanamos. Alguno que otro Narciso tiene que también descubrir su trasero ha de concluir Zenón Cruz.

Thursday, May 14, 2020

CUARENTENA DEL DESEO ENCLAUSTRADO

Toda fila requiere disciplina y percepción clara, mantener orden y dejar suficiente espacio para respirar sin rociar al siguiente con las partículas que mueven el virus, de haber alguno en el ambiente. Frente a mí, un hombre cincuentón pierde sentido del ritmo, ensimismado no se mueve, no permite mantener seis pies entre ambos, se excusa, mueve de nuevo, abre los ojos, diciendo, exclamando con la vista,“qué locura”. Lo miro, muestro comprensión y algo de lujuria -”Papi, qué buenos estás. Se te perdona cualquier cosa”- con los míos; la mascarilla me cubre y controla la boca, nariz, cachetes. Pago, salgo. Afuera está él. Habla sobre lo de hacer fila, las mascarillas, la cuarentena, los bares cerrados, que me había visto por La Placita. Vive en mi barrio. “Parece que este muerto quiere misa”: pienso. No digo mucho, que voy de camino, que gracias, prefiero andar y así hago ejercicios, nos vemos. Siento un poder interior activado por el actuar responsablemente. Con la cuarentena como motivo y medio, lleno de placer por haber sido deseado, escojo estar enclaustrado. 

CUARENTENA DE LA FE YLAS ESTADÍSTICAS

La fe de Santa Teresa de Jesús, “no hay aquí que temer, sino que desear”, empuja a creer lo que dicen sobre la curva que presenta el patrón que muestra el cambio en número de casos infectados por el virus: una vez llegue a su pico, se estabiliza y luego comienza a bajar. Solo empuja, porque la fe de Santa Teresa se fundamenta en creencias que trascienden las estadísticas y estas últimas dependen, en gran medida, de tener fe en la suerte y sus relaciones aleatorias. 

El Nuevo Dia reporta en primera plana que un reconocido médico sugiere que el número de infectados en Puerto Rico puede que haya llegado a su punto máximo: la cantidad de casos positivos ha ido disminuyendo. Un crítico le señala que se debe, quizás, a que, por causa de la sobrecarga de pruebas en los laboratorios, estos no han podido analizarlas todas, o que haya más casos asintomáticos que no han sido examinados. La fe en que el doctor está en lo correcto, que todo va estar mejor, se enfrenta a la suerte: se espera que los nuevos casos no den positivo y así comprobar que el doctor ha acertado.  

Por más que recojan los bordes de una posible verdad, las estadísticas nunca presentan todos los recovecos de lo discutido. Los organismos no responden de igual manera cuando se enfrentan unos a otros, sino, a mucho más que a las relaciones causales entre dos factores distintos. “Yo sé que ‘association is not causation’, pero según los datos recopilados hay una asociación positiva entre calor/humedad y menos casos por millón de COVID-19”. (Luis Amed Irizarry Quinter0. 80grados.net, 4/2/2020) El calor humano no puede ser medido. 

Una niuyorkina super controladora, que, incluso, cuando está perdiendo un argumento apela a postulados y teorías para la cuales no tiene ni evidencia ni fundamento, no podía dejar de insistir en que yo tenía que medicarme para combatir el vih. En un momento la paré de mala manera, y le dije: “Es mi cuerpo”. Después de sufrir por unos cuantos meses, rezar, talleres, visitas a santuarios, espiritistas, templos budistas, mantener la fe en fuerzas más poderosas que la ciencia y explorar curas, decidí que no me iba a tratar on la medicina ortodoxa, y que seguiría con la homeopatía, yoga, y mis nuevas preguntas sobre la/mi existencia. Treinta años más tarde, la fe ha podido más que las estadísticas. 

Berna González Harbour (El País, 3/4/2020) pregunta: “¿Cuántos dogmas abrazamos sin flexibilidad? ¿Cuántas capas de encierros estamos dispuestos a soportar? ¿Cuántos refugios frente al miedo se vuelven temibles cuando nos pretendían proteger?” Sobre el miedo era lo que una excompañera fascistoide de City College gustaba de alardear. De acuerdo a ella, yo le tenía miedo y me podía controlar. Ya me lo habían dicho y yo seguí apoyándola; por razones que ella no hubiese podido o querido entender. Su limitada visión del mundo, la colonialidad y la puertorriqueñidad no la dejaban abrirse al otras versiones de la vida en común. 

El miedo no era a ella. Era mi condición vital y mi relación estrecha con otra comunidad inmediata, que sufría aquella epidemia de los ochentas (a cuántos amigos no ayudé a cuidar, enterré), acompañada por el racismo y la homofobia. Me pregunto que haría hoy si supiera que está contagiada con un virus mortal; en qué refugio se ampararía. No tengo la respuesta, ni predigo que las estadísticas van a estar de su lado. Tampoco la veo entregada a la fe, porque la gente como ella y mi conocida niuyorkina no se atreven a depender de lo inexplicable por completo, aunque las estadísticas dejan cierto grado de espacio para la fe. 

Wednesday, May 13, 2020

CUARENTENA DE LA MARCA HARVARD DEL PROLETARIADO

La marca -ser una copia de otra universidad de élites por élites para élites- que el City College of New York ha usado como tarjeta de presentación lo iguala en un plano a la institución idealizada: “Fue un propósito histórico deliberado y ha impregnado la identidad de los argentinos desde los albores de su Estado: la decisión de ser los franceses de Latinoamérica.”* El sentido del ser termina siendo una abstracción que infla lo inmesurable: el orgullo. 

Un ideal cuyos bordes pueden ser descascarados, mostrar que la marca no contiene toda la substancia de lo que ha marcado: Borges vivía la ilusión de lo europeizado, prefería lo inglés sobre lo español (hasta que hizo el viaje con Amorím y conoció otra Sud América, contado por el escritor peruano, Roncagoglio); más de una figura con extenso record académico (muy pocos integrados al entorno: Harlem) gusta de alardear, ser parte de la facultad en el Harvard del Proletariado, la versión progre en Manhattan de la reconocida universidad en Boston; en otro barrio “janguean”: el Upper West Side, un poco más abajo, no tan Cambridge. 

"‘Para la Argentina fue muy tentador imaginar que para 1910— el centenario de la Revolución de Mayo— tenía que imitar a Francia y convertir a Buenos Aires en la gran capital latinoamericana a la usanza parisina’, indica el historiador Eduardo Lazzari.” Si al Buenos Aires pseudoeuropeo lo desvistieron lentamente los residentes morochos, negros, indios de las villas y arrabales; a City College, el color de los nuevos estudiantes proletarios, muchos de ellos vienen del barrio circundante cuya facultad desconoce, no permite que la marca sea encuarentenada, vista hoy de la misma manera. 

Me invitan a participar en una serie de actividades dedicadas a Lillian Weber. Digo que no. Que si mis años colaborando con ella, y por haber sido el profesor en el Programa de Educación Bilingüue, el único que por años incluía el Workshop Center y sus principios en la práctica, y por haber compartido y reconocido a educadores latinoamericanos y lecturas en español que exploran ideas y teorías ligadas a lo propuesto y estudiado por Lillian Weber; que si va a participar tal o cual personaje; que si la política del sitio; que si el no sentir ni escalofrios ni un gozo divino explican que no quiero ir a París, Buenos Aires, Boston o Nueva York porque las marcas pierden su capacidad para seducir durante una cuarentena; y evocan otras cuarentenas. 

"’La atracción hacia la exquisitez francesa hizo que en 1880 se regalaran 20.000 pasajes gratis a franceses que quisieran venir a la Argentina y el 'gancho' oficial de esa campaña era que Buenos Aires era la París de Latinoamérica’, precisa el historiador Daniel Balmaceda.” A los franceses los querían seducir, hacerlos parte de la marca. A City College trajeron muchos estudiantes clases medias, suburbanos blancos, becados, para que ayudaran a mejorar la “educación” de los negros y latinos en las escuelas públicas de Nueva York; y sutilmente, “blanquear” la marca. La invitación algo informal deja saber que habrá gente que no dijo ni pio cuando cambiaron el nombre y práctica en el Center. Cómo se atreven, me pregunto, regresar a honrar a quien en gran medida traicionaron. Me alegro haber dicho que no. Cuestión de marcas y cuarentenas (y orgullos). 


(https://www.lanacion.com.ar)

Monday, May 11, 2020

CUARENTENA DEL ACOSO

Para ese tipo de hombre heterosexual acostumbrado a mandar y a ser parte de las altas eferas, colores y clases poderosas, el ser acosado no es tan común como lo es para una transexual negra, pobre. Ese tipo de hombre, cuando es retado -casi siempre por asuntos económicos-, apela a los controles estatales, económicos, rangos o de apellido. La transexual negra, llega un momento, en que ni trata de defenderse. Entre ellos están los que componen las clases medias, no menos propensas al acoso, pero con recursos que pueden hacer del asunto, uno que sirve de ejemplo, justicia, orgullo, más allá de las partes envueltas. 

Además de una cuantas experiencias personales, en mi función como profesor universitario, miembro de grupos proderechos civiles y de comisiones que han estudiado el asunto, he leído sobre el tema y conocido a unos cuantos miembros de grupos -homosexuales, puertorriqueños, negros, mujeres, chinos, indígenas, en Puerto Rico, Uruguay, Canadá, Alemania, EEUU, Ecuador- que han tenido que defenderse del acoso, sufrido en sus trabajos, familias, comunidades. Todo acoso trata de poner en cuarentena al acosado. El problema es que los que acosan, si no tienen estructuras y evidencia concreta que los apoyen, y se enfrentan a personas o grupos que no son atemorizados tan fácilmente, terminan muy mal. Llevados al foro público, cortes, estado de derecho, diarios sufren los resultados de su propia cuarentena. 

Sunday, May 10, 2020

CUARENTENA DE LA MADRE

Dia de la Madre no es cualquier celebración; ni rito ni tradición. Tampoco es el dia de la tonta educada por Vanidades, doblemente colonizada madre de Lugo o el de la evolucionada madre de Gorki, ni es el de la obscura de Lorca. No es para celebrarla como mercancía señala de León, “que una mare no se encuentra”. Con una madre se crece hasta que ella, dice Buesa: “Ya era muy viejecita... Y un año y otro año/ se fue quedando sola con su tiempo sin fin.” 

Saturday, May 9, 2020

CUARENTENA DE LA DECUARENTENACIÓN

Para lograr que la lenta apertura de los espacios y posibilidades fuese todo un éxito, con menos enfermos y muertos, el proceso debería ser llevado con cautela y pausadamente. La Placita había estado solitaria, triste, sobria y este sábado después de entrar en la segunda etapa -o fase como es oficialmente llamada- de la cuarentena, sufrió un choque: los grupos volvieron. En uno de esos grupos, hombres con pinta de burgueses retirados, que han estado reuniéndose allí, por lo menos, por los ùltimos veinte años, bien cerca unos de otros, hablaban todos a la vez, y de lejos le comentaban algo a la vendedora de billetes que por allí pasea y comparte socialmente. A la mesa de ellos ella no se acerca, se sienta siempre en otra mesa. Cortés, bien puesta, habla con ellos, mantiene la distancia; algo que volvió a hacer este sábado, desde otro banco, pues no había mesas, sin billetes; comprobando que algunos mantienen la antigua cuarentena mientras cumplen con las reglas de la decuarentenación de esta otra cuarentena. 

Friday, May 8, 2020

CUARENTENA DEL PATRONAZGO

La tendencia a aplicar las normas de autoridad o protección, fundamentadas en variados discursos y conjeturas, tradicionalmente asignadas al padre de familia, trasladarlas a otros ámbitos de relaciones, otras intersecciones sociales, teóricas, económicas, sirve como esquema para entender porqué la cuarentena no es lo mismo para los comentaristas, televisados desde las piscinas de sus casas, que lo es para los comentados, discutidos usando estadísticas que no incluyen en sus renglones al “aprieto en su más profundo sentimiento”, y lo que significa el no poder darse un baño en el jacuzzi para desestresarse durante la cuarentena. 

Thursday, May 7, 2020

CUARENTENA DE LA IDEA

El nene que hasta no hacía mucho explicaba sin pensarlo dos veces lo que sus garabatos representaban, más tarde, ante la pregunta si decían algo -y qué- los “signos” que él había escrito, respondió: “No sabo”. La idea sobre los símbolos, la escritura y su función cambió. Poder representar empezó a cuajarse mucho antes en él, repitiendo la historia común que lo precede, hasta que lo cuajado fue nombrado. 

Palabras cuya existencia misma se la deben a los usos van transformando sus significados, movidas por los asuntos interiores del hablante como lo comunitario; aunque, también se rigen por la(s) experiencia(s) que dieron fruto a su génesis; algunas de estas raíces fueron luego identificadas; otras, su origen siguen siendo un misterio. 

Lo de llamarle dios a las entidades o fenómenos que formaban parte del “panteón” o narrativas o cultos o ritos de los pueblos quechuas o arahuacos, es -de no ser cuidadoso- reducir la idea a lo impuesto por los colonizadores, formulado por los antiguos griegos; a los significados que estos últimos delinearon, sus palabras. Mas ese dios encajonado en la palabra, se transforma de tal manera en el Caribe, al perder centralidad en los problemas humanos. que son resueltos, apelando a entidades -no dioses ni ángeles-, heredados de otras historias, conceptualizaciones y lenguajes de lo que conforma lo sobrenatural. 

No es desinfectante lo que la vecina que vive al cruzar de la calle solamente usa para purificar el ambiente -que el virus depende de otras limpias superiores-: agua, hojas, hierbas, sahumerios. Dios tiene múltiples significados y poderes, y algunos están entrelazados con fuerzas inferiores, sacados de la casa de la señora, todas las mañanas, echando agua por la ventana. El agua ha estado en un envase por algún tiempo, recogiendo espiritus desubicados, los disuelve y ella los ahuyenta, tira por la ventana de la casa. 

Guiada por una o un conjunto de ideas que incluyen al dios poderoso, y a otros seres ambulantes que asechan y destruyen, ella sí sabe, combate y logra botar por la ventana lo maligno. Al igual que con el nene que “no sabo”, y luego “sabe”, en ella, poder representar empezó a cuajarse mucho antes de ese momento cuando limpia la casa con desinfectante y agua que absorbe espiritus malignos. Cuestión de ideas. 

Sunday, May 3, 2020

CUARENTENA DE LA EPOPEYA

Alejandro el Magno, El Cid, Julio César, Moctezuma, Manco Capac, Manuela Sáenz, Yuisa no serían hoy héroes de guerras, engalanados y ensalzados en las épicas, grabados en las memorias pictóricas, orales, convertidos en imágenes que  existen dentro y sobre nosotros. Nada de honores y recepciones para generales, soldados y tanques de guerra, marchando por Broadway, glorificados y bañados con besos y lágrimas. Las guerras contemporáneas son juegos de video realistas, demasiado pedestres para coronar con laureles a los que lideran las grandes batallas, otorgarle el mérito, reconocimiento, un puesto en la historia, en concordancia con el recibido por el señor de 92 años que sobrevivió el coronavirus, cuidado intensivo, máquinas y cuarentenas -él y todos sus contactos-, a quien doctores, enfermeras, oficinistas aplaudieron, retrataron, cuando fue dado de alta y paseado por los pasillos del hospital, frente a cámaras de televisión. Relatada, sin grandes héroes como protagonistas, provee un placer profundo a todos los televidentes: sienten el logro extraordinario en las entrañas, la hazaña como si fuese propia. Están sanos y mataron -no a los macedonios o a los toltecas-, combatieron a la muerte misma y así cumplieron con lo destinado, propuesto por la metacrítica literaria: vivir la epopeya. 

Saturday, May 2, 2020

CUARENTENA DEL COQUÍ

Los diarios han empezado a informar sobre la desaparición de algunas especies de animales a causa del reciente uso indiscriminado y en cantidades voluminosas de desinfectantes. Los informes en revistas especializadas y periódicos reportan sobre las investigaciones que continúan mostrando cómo algunos de los químicos que se usan en los productos de limpieza podrían tener consecuencias serias para la salud. La exposición a estos productos químicos ha sido relacionada a los impactos: irritación simple de la piel, los ojos,  el sistema respiratorio, desequilibrio de las hormonas, sistema inmunológico, el asma, y la reducción potencial de la fertilidad. El uso excesivo de los productos químicos desinfectantes también contribuyen al problema cada vez mayor de las bacterias resistentes a los antibióticos, conocidas más comúnmente como las “superbacterias.” 

Me preocupa un coquí que oigo a menudo. Pienso que es el mismo, me convenzo que es el mismo, el que a cierta hora por la tarde, todas las tardes, llama a su amada. Me acompaña mientras contemplo las puestas de sol sobre Santurce, el Atlántico, mi alma, una copa de un excelente albariño, los jardínes que bordean mi edificio, desde donde -creo- me llegan los cantos del coquí, aquellos que nos obligaban a cantar en la Escuela Cautiño de Guayama: “El coquí, el coquí siempre canta/ Es muy dulce el cantar del coquí/ Por las noches al ir a acostarme/ me acompaña el cantar del coquí/ coquí, coquí, coquí qui qui quí”. Espero que el señor que desinfecta la acera y puertas no riegue los químicos sobre los jardines y mate también al coquí.