Sunday, July 31, 2011

Las Mareas, 1962

Las puertas abiertas de par en par disminuían el furor de la brisa, y del efecto que junto a la sal del mar tenían sobre el deseo de caminar, hablar sobre política, filosofía, todo menos dar clases. A lo lejos, la marea del Mar Caribe se llevaba el compromiso que se requería para impartir conocimientos a más de treinta niños con pocas ansias de estar allí aquel agosto caluroso, húmedo, salado.

Primera tarea de los estudiantes: escribir el encabezamiento en sus libretas, nombre y apellidos, grado, nombre de la escuela, nombre del maestro, año escolar. Las únicas tareas que, después de repetirlas por tres años, no requerían mucha supervisión. Para la mayoría, los que nunca habían fracasado desde su primer grado hasta el tercero de sus vidas en aquella barriada de pescadores, era tarea rutinaria, año tras año; otros, los menos, un grupo selecto, los que tardaban hasta cinco o seis años en completar los primeros tres grados de aquella escuela de dos aulas, esperaban que el maestro se le acercase y les señalara donde escribir qué, copiar qué, cómo. Algunos extendían sus manos en espera por la de del maestro para guiarle las suyas hasta formar cada letra, palabra.

La marea regresaba dando golpes, botando espumas, rugiendo, apropiándose del terreno que era suyo, desviando la vista de los niños hacia el inmenso mar y los botes de los pescadores, sus padres, sus hermanos, su futuro. Para los estudiantes, era preferible continuar con las vacaciones de verano a tener que oír al joven maestro, recién graduado de escuela normal, encorbatado y enchaquetado – vestuario exigido por el súper centralizado y burocratizado sistema de instrucción pública.

La primera tarea del maetro: dar instrucciones sobre libretas, libros materias, responsabilidades, asignaciones. Para los estudiantes, el jugar, pescar, broncearse eran alternativas mucho más atractivas que las ofrecidas por los treinta y pico de pupitres, organizados en filas, apuntando todos en dirección a la negra y recientemente pintada pizarra.

El trabajo de maestro, con tantos estudiantes de niveles tan variados, no era labor para un novato de dieciocho años y mucho menos para quien deseaba conocer el mundo y no terminar encerrado en un caluroso salón de clases. O trabajar de maestro o terminar en una fábrica eran las únicas opciones que se podían explorar, no se conocían otras posibilidades para un joven pobre en aquel pueblo al que pertenecía la villa de pescadores. Ciencias, ingeniería, teatro, letras eran carreras que los muchachos de las clases medias y altas podían explorar. Para los pobres, poder ir a la universidad era un lujo; estudiar por gusto, una extravagancia. El magisterio aseguraba un puesto inmediatamente.

La pizarra se iba llenando de palabras, frases, oraciones, ejercicios. Los niños seguían instrucciones, alzaban la mano, miraban hacia el mar, sonreían. La calma del mar llegaba cuando la marea regresaba y se acercaba a sus origenes, y dejaba al descubierto el cascajo que cubría la playa caribeña, residuos de conchas, redes de pescadores, cabezas de pescados, sin las arenas blancas de postales para turistas o anuncios al idilio de resorts con todo incluido.

El bochorno de la tarde disminuía las habilidades intelectuales de los estudiantes, aumentaba el sudor y ofrecía la mejor oportunidad para cubrir las asignaturas fáciles: arte, música, educación física frente a la escuela, en el patio que separaba la escuela del pantano donde se encontraban las casas de los pescadores. Una carrera, un salto en la cuica a las dos de la tarde bajo un sol incandescente puede matar al más fuerte de los hombres criados en otras latitudes, no en el poblado conocido como Las Mareas. Sus pescadores vivían y trabajaban bajo el sol, no conocían otros climas. Sus hijos tampoco.

Las caras de felicidad les delataba. No tenían ni que multiplicar manzanas o peras(los libros de ejercicios matemáticos estaban publicados en países con climas donde se podían sembrar frutas distintas a las que ellos conocían: los cocos, quenepas, hicacos, uvas playas), el recreo les permitía poder correr y sltar en el patio. Tampoco tenían que contestar preguntas de comprensión sobre hadas madrinas o niños con padres blancos y rubios vestidos con camisas blancas y corbatas.

La tranquila espuma que servía de borde entre el cascajo de la playa y el verde esmeralda de las aguas se fue alejando hasta enrolarse en si misma y regresar cargada de una abundancia y volumen de agua que se llevó consigo pupitres, libretas, pizarra, escritorio. La cara de asombro del joven maestro sirvió como excusa para que uno de los estudiantes más atrevidos le dijese, “Mister, por eso el otro maestro no abría las puertas, por la tarde el mar siempre hace eso. “

Un juego más; el mar se unia al grupo, quien preferia pescar con los papás, broncearse, recoger cangrejos en el mangle; alternativas mucho más atractivas que las ofrecidas por un maestro del pueblo, vestido como los papás de los libros de texto.

La marea nos hizo reir sin tener que pensar en libretas, pizarras, pupitres, tareas.....

Saturday, July 30, 2011

Curas Americanos, Huizinga y el Rococó Tropical

Cuando dejamos el campo, las montañas del centro de la isla, el mundo de los jibaros, y nos mudamos al caluroso pueblo que miraba al eterno Mar Caribe no sólo cambió la geografía; cambió toda una serie de esquemas – como le llaman ahora por ahí, y escalas de valores que informaban cómo nos veíamos y comportábamos. Hasta la relación con la iglesia cambió. Desde que mudaron las misas a un auditorio, mamá, quien era muy católica, dejó de ir a la iglesia. Ella decía que entre el auditorio y la misa por televisión, prefería esta última.

El ver a mamá frente al televisor servía para evidenciar que, incluso en esos momentos, ella vivía una experiencia religiosa completa, sin importar el medio. Yo no. Cuando veía la misa en la televisión no surgía ningún efecto en mí, ni uno de complacencia como el que sentía cuando veía las series americanas, y menos, el de paz y tranquilidad que sentía cuando iba a la iglesia. Al auditorio no me gustaba ir, aunque, de cuando en vez, iba.

A los pocos días de uno de los compueblanos, Carmelo, llegar del extranjero, le comenté sobre esta sensación, y él, hijo de los riquitos del pueblo que había ido a pasar un semestre como estudiante de intercambio en París y visitado todas las iglesias góticas habidas y por haber, me sugirió que leyera a un tal Huizinga; que me iba a dar cuenta de que mi religiosidad tenía carácter medieval; que la antigua iglesia del pueblo era parte de mi sensibilidad mística; que el auditorio no lo era y, por supuesto, la televisión, mucho menos. Me tuvo que explicar las ideas de este autor porque buscar al tal Huizinga en la biblioteca de mi pueblo era arriesgarme a que me convirtiera en el hazmerreir de la bibliotecaria. Allí lo más moderno era la María de Jorge Isaacs.

La conversación con Carmelo sobre la arquitectura me llevaron a ver las construcciones y los objetos domésticos con una perspectiva distinta; adquirieron un nuevo significado. Los muebles de la casa estaban todos hechos de pajilla y madera y, aparte del televisor, hasta ese momento, su función era la de proveernos comodidad. Corrí a una tienda en San Juan, Tartak, y compré muebles nuevos, de mimbre. Recuerdo que Carmelo cuando los vio, le llamó a la nueva decoración de la sala, rococó tropical. No le hice caso. A mí me gustaban.

Me había copiado de una decoración que vi, después de asistir a una convención de maestros, en uno de los grandes hoteles de San Juan. Una vez entré en el recibidor del hotel y me encontré de frente a aquellas lámparas, espejos, floreros,muebles de cañas, me dije, "algo así quiero para casa". Los de pajilla que Maya nos había regalado estaban viejitos y yo decidí sorprender a mamá con los nuevos muebles de mimbre. Cuando los vio se puso lo más contenta, siempre le gustó que la agradaran. La única que se quejó fue la vecina, Amelia, que al verlos dijo, "Ahí el fondillo se le pone a uno como un fogón". En vez de pajilla, tenían cojines floreados.

No puedo negar que le agradezco a Carmelo el que me haya abierto los ojos sobre la arquitectura y la decoración, aunque me haya dolido un poco cuando le llamó rococó tropical. Después de todo no lo hizo con mala intención y, para bien mío, empecé a aprender sobre la vida de los objetos. Es por eso, aunque no sentía lo mismo que mamá cuando veíamos la misa en la televisión, que comencé a acompañarla, y me sentaba con ella a ver aquellos ritos separados por la pantalla chica. Además, el auditorio no concordaba con la religiosidad, y a esos curas americanos nuestros gustos no les importaban mucho. (Tampoco hablaban nuestro idioma ni se juntaban con los pobres del pueblo)

Thursday, July 28, 2011

Angela Merkel, Cabral y los Mestizos

According to some talking heads multiculturalism (whatever that means or ask Angela Merkel, she claims to have the answer) does not work; and monoculturalism is only possible in the Amazonian hinterlands, then, what are we left with? Cultural hybridism?

Those of us who were born out of the coming together of different cultures and races and are not doing that bad can serve as evidence that cultural hybridism results in good stock. That’s right! But cultural hybridism results from multiculturalism, so what is so scary to Merkel? The mestizaje? Oh, dear!

Good and happy mestizos of the world, unite, before it is too late and Angelita and her neo Aryans erase us from history books.

The public discourse in this country is so frightening and inflammatory that it scares the hell out of anyone who looks or thinks outside of their limited version of what the country and its people must be or should look like.

There is the TV personality who said that the kids killed in Norway were the equivalent to the youth groups formed by Hitler. And it gets scarier to know that there are people out there who think like him and who truly believe such incomprehensible comparison to be true. And, worse, there are those who believe that if you are somewhat different, you are their enemy and must be eliminated. Scary, indeed!

But as Cabral used to sing, “pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo”.

Once more: Good and happy mestizos of the world, unite, before it is too late and Angelita, la euro-cristiana, erase us from history books.

Wednesday, July 27, 2011

Megalomaniaco

Cual ave de rapiña, quise
Poseerlo todo
De un cantazo
Abre las patas, carajo.

Monday, July 25, 2011

Matrimonios

De todas las anécdotas que he leído sobre las bodas gays en Nueva York, este domingo de integración a la vida hetero-normativa pequeño burguesa, una revela mucho más que la aplicación de los derechos civiles o el sentimentalismo de telenovela latinoamericana. En Queens, cuando llegaba la pareja de novios y se acercaban al juez que los iba a casar, el testigo o padrino (no sé cómo se les llama en esos casos) gritó, “Here comes the bride”, y uno de los novios, sin perder tiempo y con el cinismo y rapidez que caracteriza al gay en pie de rápida defensa le ripostó, “don’t go lesbian on me now”. ¡Carajo, que ya basta con los modelos externos que se tienen que aguantar!

Y si este micro relato da la impresión que me burlo, pues no, que cuando vi las dos señoras de más de setenta y cinco años, juntas por muchas décadas, salir de las oficinas municipales, acompañadas por su enfermera y certificadas como parejas oficiales, se me salieron las lágrimas. No fue llanto por lo bello del matrimonio; fue por el hecho de que se les reconoce su existencia y no le pueden negar lo que les pertenece.

Llanto que trajo a colación los recuerdos del momento cuando llegaron los familiares de una ex pareja, después de su muerte, y se llevaron del apartamento todo lo que “les pertenecería” o cuando en el entierro de otra ex pareja, una amiga heterosexual en Alemania (La BK) tuvo que enfrentarse a los familiares del difunto para que mi corona de flores pudiese estar al lado del ataúd. Pero para lograr el respeto de los otros se necesita algo que va más allá de las leyes o los ritos…

(Quizás, debido a las muchas ex parejas es que el matrimonio oficializado por el estado es difícil de tragar. Y que no se confunda esto con los derechos, que un asunto no depende del otro...)

Thursday, July 21, 2011

Pitiricans and Puertoricans: Cacofonías de la Identidad , NYC 1975

As it usually happens in NYC, the new employee in the academic department at an urban college was informally asked about her ethnicity. Her answer, “Pitirican”, was pronounced as tight as anyone who was either very uncomfortable with the question or was suffering from some kind of verbal constipation. If an interviewer wants to find out how a Puerto Rican feels about his ethnicity or his ancestors’ ethnicity all he/she needs is to hear how the interviewee says the word Puerto Rican. Those who open the vowels to highlight each phoneme, Pooerto Reecans, are quite proud and willing to show on your face either their ethnic identity or their ancestors (Given the political turmoil in the Puerto Rican archipelago there are those who claim ancestry only as they identify themselves as USA Ricans and not as Puerto Ricans to distinguish themselves from those born and raised in the islands.) Then there are those who would rather not have to answer such a question, and not because of some kind of politico-philosophical position but because the history of the islands colony and their so called diasporas is too “heavy” to carry around, to talk about..... (To be continued)

Cacofonías de la (Es) Ciencia – Santurce 1970

Frente al misterio de la e-sencia
Zig zag ambulan las categorías
Infra, zig zag, zig zag
Más infra conectan a la ciencia
Rebuscan caducan su encuentro
Posible imposible. Supra zigzag
Frente a la vida de la ex-sencia
Hombres de este ambulan, o este
Supra mas supra. Zig zag, zig zag
Frente a la vida que la ciencia
Recrea su encuentro posible
Imposible.

(Desde mediados de los sesenta hasta los setenta decidí explorar la cacofonía como recurso expresivo. En viejos y polvorientos archivos encontré algunos de esos textos. No tienen nombres ni intentan decir algo; pretenden hacer ruido)

Wednesday, July 20, 2011

Vecinas en Morningside Heights: Cacofonías

En su poema Canción del Maizal, Gabriela Mistral nos canta, “Las mazorcas del maíz/a niñitas se parecen:/diez semanas en los tallos/bien prendidas que se mecen.”

Las vecinas de Morningside Heights no se mecen prendidas; mecen sus lenguas. ¡Como corren los cuentos sobre uno y sobre otro! Cuentos que empiezan con una interpretación y terminan con otra.

"Malagradecida", dijo la vecina, apenada por lo sucedido a este servidor y excelente vecino, evento del cual se enteró gracias a otra vecina, quien de seguro fue informada por una tercera o cuarta vecina o quinta vecina, sobre lo sucedió al personaje pricipal del cuento, vecino de todas y oyente del cuento, la encargada de contarle sobre el suceso que ocurrió hace tanto y tanto, quien entera al vecino del evento, el cual fue contado a la primera vecina para poder desahogar lo tristemente ocurrido y no para formar tremendo rollo donde la primera vecina sirve de oído pseudo-terapéutico, consolador y empático, transformado en fotuto de barrio, extendiéndose como enredadera de trinitaria en verja de vecina criolla, y circulo epistemológico, un aleph de comunidad neoyorkina que conluyó como chisme entre vecinas, perdió su carácter original de cuento expiatorio, dando vueltas sobre sí mismo para llegar al sitio donde había comenzado.

“Las mazorcas del maíz/a niñitas se parecen"

Tuesday, July 19, 2011

Cacofonías en Frankfurt 1980

Rin, rin, rin, me cuentas sin saber de ti
Silencio. Te cuento sin saber de mí
Pausa. Empujas palabras, cargas. Silencio
Callas. Pausa. Sabes de mí sin saber de ti
Me entero. Cargas tus bien y mal, mal. Pausa
Excuso el momento ausente de ti. Silencio
Respaldas la excusa. Detrás. Escondida
En el audífono la pausa acompaña el ruido.

Millas de cables. Fronteras esconden verdad
Te digo, me oyes, me dices, te oyes, me oigo
Corren por el cable sin memoria. Rin rin rin.

Monday, July 18, 2011

Mona Bell y el Pintor

Véase:

http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2013/09/de-buesa-mona-bell-en-dos-tiempos.html

Sunday, July 17, 2011

Saturday, July 16, 2011

Cacofonías

(Desde mediados de los sesenta hasta los setenta decidí explorar la cacofonía como recurso expresivo. En viejos y polvorientos archivos encontré algunos de esos textos. No tienen nombres ni intentan decir algo; pretenden hacer ruido)
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Dentro de un
cre, cro, cre
Cre cro cri cra
Ahua, ahua hua
Mátala matada
Casi se se se se se
Asi escribió Neruda
En una pasión desnuda
Y le dijo al mundo entero
Que la situación está por el libro

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Hace cuatro años, emisoras
Apaguen radiolas, repito pito
Ondas sonoras, fuerza motora
Repito, pito, apágale la vela, María
Espacio se desplaza, corriente ya
Confórmate, confirmación conformada
Repito, pito, corran la voz, se queman dos
Cumaná, repito, pito, influyan materia, pito

Michelle Bachmann, los Vecinos, la Creación

Para aquellos de nosotros, criados en culturas y épocas donde se practicaba sin mucho conflicto la diversidad religiosa (judeo-cristiana, animistas, espiritistas) y donde esta diversidad no era motivo para la percusión y asesinato, el que una candidata a la presidencia, Michelle Bachmann, promueva ideas religiosas tan obtusas resulta ser chocante. Y si usted es miembro de un grupo al que esas ideas condenan, más que chocantes, atemorizan.

Atemorizan todavía más cuando no es solo la Sra. Bachmann la que profesa esas ideas; sus arcas reflejan millones de dólares donados por personas que están de acuerdo con ella. Personas que pueden ser los vecinos, la señora que atiende el colmado, el señor que sirve la comida en el restaurante, el obrero que viene a arreglar la nevera; cualquier hijo de vecino que anda cerca por ahí.

Aparte de los no creyentes, la creación vista por los judeo-cristianos y sus intérpretes intelectuales, enmarcados en modelos euro-céntricos, formulan una visión de la creación algo finita, al margen del bien o el mal. Otros grupos y culturas la explican desde una perspectiva que sostiene que no hay ni principio ni fin, evolución continua, reencarnación y/o transformación espiritual. En el modelo de los Bachmann, estas otras visiones, no dudo, caen dentro del mal, y quizás sostienen que estos creyentes deben ser “salvados”, “castigados”, eliminados (dada las historias de las guerras y las religiones no debe sorprender el que haya miembros entre los que le donan dinero a los Bachmann que promuevan el genocidio).

Los Bachmann no andan solos, son apoyados por miles y miles de seguidores. A saber si algunos de ellos son los vecinos que todas las mañanas saludan con un, “Good morning”, sirven el café en la esquina, atienden en la lavandería o preparan las sopas en la cafetería. Averigüe, antes que sea muy tarde.

Thursday, July 14, 2011

Errre

Si pronuncias bien la zeta
Te doy una peseta
Si acentúas bien la o
Te doy un plato de arrró.

vida de telenovela

Para los años cincuenta se oía por la radio de la isla de los encantos una ranchera mexicana que decía, "si no me quieres, no me martirices". Conclusión: que si le quería, que le martirizara.... Y luego critican a las telenovelas latinoamericanas.....

Fag hags or La Española Cuando Besa

Friday, July 8, 2011

El Bully Gringo

"Shut up", he said.

There is nothing more annoying to a straight man than an inquisitive queen, more so if the queen is questioning the man’s intentions, motives, and faux sense of self. And if this man is a “white” man who is known to bully his way around and the queen is a “Rican” with an accent , oh dear, the situation can be a disaster. All the man can do is scream, “shut up", and challenge with his outburst the annoying queen to a physical fight.


To be bullied at the age of fifty five is not to be expected, much less if you are bullied at an urban university in New York City by a colleague.

To be bullied by a straight man who claims to be a leftist concerned with the plights of Mexican indigenous peoples in a supposedly very progressive program is beyond comprehension.

To be bullied and challenged by a member of the colonizing nation, a white American male, is never a pleasant or an easy to forget experience, much less if you are obviously smaller and not inclined to violence.

To be bullied in front of other Puerto Ricans and for them to justify his actions is to promote those attitudes and beliefs that big white hopes can scold little brown people.

To be bullied by a member of the colonial power forces you to reflect on colonials, colonialism and power structures.

"Shut up", he said, and the queen rather than fall into the hetero perspective of fight, fight, fight, as it is expected of two men, decided to use a gender fucking approach: took his notebooks, papers and carried them not like a straight man but in a gender fucking way, holding them with both arms against the chest. And then the queen got up, looked very offended, dignified, stared directly into the fiery man’s face and said, “thank you very much”, and left.

Later on, the whole situation was dramtized for the close knit group of gay friends (obviously your progressive straight minority colleagues would not understand) in full knowledge that your Latino LBGT gender fucking peers were going to say: "you go girl, no dejes que ningún gringo pendejo te venga a fastidiar”.

"Shut up", he said.

Thank you very much, also to the very progressive and inclusive minority straight educators and colleagues....

Tuesday, July 5, 2011

Por Culpa de Marianela

Un buen movimiento de nalgas embelesa al más piadoso. A mí, bueno, me calienta hasta el alma: sudo, me babeo, tiemblo y deseo. Reacciones nada apropiadas frente a una maestra, sensual, cadenciosa, trigueña de ojazos negros, picaros, fascinadores, ámame mucho que así amo yo, sentado en un pupitre de dimensiones más pequeñas que las que cuerpo grueso puede aguantar. Se creen que todos los estudiantes somos flacos y chiquitos. Estos asientos son para japoneses. ¡Qué calentón!

La lectura nos debe llevar a nuestras propias inquietudes, deseos, represiones.

Sus caderas, nalgas, ondas del pelo, cuello, cara, piernas, brazos y delicada mano acompañan los movimientos de la escritura en rápido desenlace y revelación de oraciones, frases, palabras, letras redondas, curvilíneas, ovaladas, rectas, en una pizarra medio destartalada, hasta llevar a los estudiantes en plena explosión hormonal a perder su cordura y fracasar en la lectura: adivinan, predicen equivocadamente.

Lean después de mí: Ma-ría-ne-la.

¿Por qué se pondrá esas faldas de ligero algodón, fácil en su relación con la brisa? Ay, ay, que el viento no le de frente. Ni que le dé con acercase a mi pupitre. Esos risos sobre mi cara, esos labios sobre los míos, ese tono hablándome en palabras llanas, agudas, esdrújulas, sobre-esdrújulas, eufemismos, metáforas, onomatopeyas.

Por favor atiende.

Ma-ría-ne-la. Marianela.

Marianela, nombre común en el siglo diecinueve. El buscar fragmentos textuales que sostengan sus argumentos es tarea fácil, defenderlos requiere mucho más que hablar bien bonito. Marianela provee suficiente material para identificar cada una de las palabras y recursos estilísticos asignados. Marianela. El autor, Benito Pérez Galdós, logra un efecto conmovedor, sensual, sobre el lector a través de una trama triste, romántica, anti climática.

Bendito Benito. Por su culpa tengo que estar aquí esta hora completita y con esa mamasota de frente. Suerte que es el último periodo y pa’ casa como alma que lleva el diablo. Me pone mal con esa ondas volando cada vez que se voltea, como se mueve y acompaña sus ritmos de puertorra bien sembrá’. Ay, Dios, dame paz, que no aguanto. La novela Mámamela, perdón, Ma-ría-ne-la, ofrece el siguiente pasaje….

Pérez Galdós logra realizar un profundo escrutinio en el corazón de sus personajes.

Qué difícil es leer sin uno delatarse, adelantarse. Imposible. Por ahí viene. ¿Qué hago ahora? Me tapo con la libreta. Que no se agache más, que se quede tiesa o yo exploto. ¡Qué me importa lo que digan de ella! Me ahogo en mí mismo. Pa’l carajo, no aguanto. ¡Coño! Y que desperdiciar esas curvas con otra mami. No aguanto, no aguanto. Ahí. Implosión biológica. Se me jodió el pantalón. ¿Y ahora qué digo en casa? Maldita sea Marianela.

Friday, July 1, 2011

Qola Warni

Andean spirits do not cry when weak foreign souls are gone
Aysiri, el gringo compadre achakiy de Peru a Nueva York
Compadre, para ser compadre, el condor vuelve del vuelo
Delfos lied to Alexander and led him to death without love
Never seeing the condor, Alexander forgot
The returning road, Machu Pichu aynanakuy, el gringo compadre,
The condos never flew, compadre the condor is gone
Achachi cleansing stories were heard not by northern souls, lost
Stories told by low level scavengers follow distorted roads
El gringo compadre como Bob Dylan nos vende sus cuentos, de lejos,
Foreign qola warmi spirits wander over the Andes
Flying alone looking for the aysiri, compadre,
On the self pleasing road, compadre, no, no.
The condor is gone.