Wednesday, September 30, 2020

SUDORES NOCTURNOS, TODO TIPO DE VIRUS Y EL BEBÉ INTERIOR

Mi bebé interior lo recuerdan las marcas en la pierna dejadas por las hormigas que me picaron cuando se aprovecharon de un descuido, uno de muchos, y el agua con azúcar se había derramado sobre mi cuerpo. No tengo más detalles. No pregunté más cuando indagué sobre esas marcas, evitando que me dieran otra paliza por preguntar de más. 

Agua con azúcar le dan a los niños bien pobres para calmar su hambre. Lo éramos, bien pobres, y rodeados de alcoholismo y violencia. Cuentan otros que hubo noches pasadas entre los platanales, cafetales, bosques en Jájome, huyéndole a la violencia. Quiénes huían y a quién no es difícil de concluir. A mis dos hermanas mayores las mandaron en un momento a vivir con los abuelos y una tía. No estudiaron; eran sirvientas en casa de parientes. Mi hermano mayor se quedó de peón. Si quieren más evidencia: dos hermanos terminaron como alcohólicos crónicos, una hermana vivió desde que bien niña con todo tipo de enfermedad, entraba y salía de hospitales municipales, se trató de suicidar dos veces. Las dos mayores las salvó su vida con las otras familias. 

En CCNY traté una vez de contarle esa historia a un compañero y me contestó con el cinismo que lo caracterizaba, como si yo hubiese sido un embustero. Ahí, en el muslo y los datos sobre mis hermanos están las marcas que siguen como huellas activando el bebé interior; al que trato de proteger con mis cuentos, terapias, y una buena “malacrianza” de vez en cuando, a los que se creen que pueden seguir “jodiédole” la vida a los demás. No las excuso, las justifico. Y que superar el pasado, y que perdonar, y que trascender la historia para ser feliz: ideas de psicología de botica y pequeños burgueses en busca de su zona de confort. Imposible si el bebé interior sigue conmigo. Lo oigo. 

Cuando me enteré que era ceropositivo comenzaron los sudores nocturnos. Todas las noches despertaba bañado, débil. Aprendí en los grupos de apoyo a los que asistía y con mi médico, que eran muy comunes entre los infectados. Ir a trabajar a CCNY y tener que relacionarme con los ratones de bibliotecas y estudios atomistas sobre tal o cual método era tan desagradable como los sudores nocturnos. Regresar a casa, y enfrentarme a mi vida y a la de mis amigos enfermos no era fácil: tenía uno viviendo en casa porque él no tenía ingresos, perdió su trabajo, y dependía de un plan médico auspiciado por el Estado; además de otros amigos en Nueva York, Alemania y Puerto Rico. En CCNY hablaba con dos estudiantes que estaban infectados -no querían que le dijese nada a nadie más. Ambos murieron. Los sudores nocturnos dejaron de aparecer por un tiempo, aunque de vez en cuando, cuando tengo pesadillas y sueño con un bebé o un niño, despierto bañado en sudor. 

Tuesday, September 29, 2020

UN PLAGIO DE HOMBRE Y UNA MUJER FRENTE AL ESPEJO

El crítico argentino dijo que la gran novela del autor que ya había sido acusado unas cuantas veces de plagio era una copia de La autopista del sur y Tres tristes tigres. Guapo, alto, espigado, voz modulada, afectada, moldeada por su estudios en la facultad de teatro, pelo rizo no grifo, piel trigueña. Durante una entrevista sobre el racismo en Puerto Rico, su nariz -dijo- era criolla. Las narices son perfiladas, anchas, chatas, aguileñas, respingadas, botones; mas, describir una, usando un concepto que sirve para identificar culturas y el mestizaje, da la impresión de que el reconocido autor oculta algo; asume otra identidad, otro hombre que no es él: plagia. Semanas más tarde, después de leer la entrevista, lo vi en el Museo de Arte de Puerto Rico, observando un cuadro por una artista puertorriqueña de su generación, en el cual aparece una mujer desnuda, blanca y rubia, en una sala, sentada directamente frente a un espejo que no la refleja. Ella ve árboles, nubes, naturaleza. 

Monday, September 28, 2020

CUESTIÓN DE GANAS

Con mi escritura no he seguido al otro
ni modelos ni géneros ni tendencias.
hice lo que salió de ese espacio interior
sin métodos o académicos estreñidos
donde surge porque me da la gana. 

Sunday, September 27, 2020

NOTAS SOBRE CÓMO ME VEO Y TE VEO O CÓMO CREO QUE ME VES

En un excelente ensayo, muy bien documentado (NY Times, 27/09/2020), Jason Farago dice que con Durer comienza “a Renaissance conception of the self that has become so commonplace we don’t even notice it: the self as a subjective individual, the author of one’s own life story. And a modern conception, too, of what it means to be an artist.” El autor no incluye a Velázquez (razón suficiente para ir al Prado en Madrid), quien se pintó a sí mismo pintando a la familia real española, como si nos hubiese querido decir, “cómo veo a los otros es una proyección de cómo me veo yo” (si muchos estuviesen conscientes de esa sentencia serían más cuidadosos cuando dan opiniones sobre los demás; especialmente aquellos cuya cultura se limita a cosméticos y marcas de tenis o de carros). Con Velázquez no es solo la representación del “yo” lo que importa; se extiende a la relación del ser con los que lo rodean. Sugiere el poeta Oppenheimer (excolega en CCNY) que con el soneto comienza esa tendencia en la literatura. 

El asunto se complica cuando el cómo te veo es reflejo de una codependencia donde el autor o el pintor o el farfullero de cafetín o peluquera de beauty en Ponce lo hace para satisfacer a otros: el marido perritofaldero que hace comentarios para demostrarle a su mujer que es “bien macho”; la "highschooler" que quiere ser aceptada en el grupo de las “chicas-in” en la escuela; el malandrín que está tratando de se admitido en la pandilla del barrio; la boricua que desea dejarle saber al gringo que ella no es controlada por su etnia y ataca a su propia gente; la lesbiana u hombre gay que le ríen los chistes homofóbicos a los heteros; y muchos casos más. Con Durer se da el retrato del “yo”. Con Velázquez el “yo” no existe en un vacío. 

Saturday, September 26, 2020

ENTRE EL LÍBIDO EN SANTURCE Y LOS DATOS EN UNA HACIENDA EN GUAYAMA, SIGLOS XIX-XX

Luis A. Figueroa en el libro Sugar, Slavery and Freedom in Nineteenth Century Puerto Rico (2005) relata que en la hacienda Berdeguez en Guayama hubo un incidente durante una fiesta de bomba, donde un hombre mató a otro por asuntos de celos, ambos enamorados de una mujer llamada Mayombe. Como resultado, los hacendados prohibieron el baile de bomba en todas las haciendas de Guayama. El libro explora las contribuciones de los esclavos y libertos al desarrollo de la economía puertorriqueña durante el siglo antes mencionado, ya que, “The contributions of the black population to the history and economic development of Puerto Rico have long been distorted and underplayed.” 

No es de dudar que la historia oficial, no solo en Puerto Rico, pero en casi todo el mundo, excluye las voces de los pueblos, “la gente de a pie”. Sobre este tema abunda la literatura y las discusiones de las razones por las cuales los cocorocos intelectuales o políticos o religiosos deciden presentar narrativas algo discriminatorias y limitadas en su panorama. Eso no quiere decir que la gente no haya hablado, contado sus historias. La llamada narrativa folklórica está saturada con cuentos sobre los pueblos. En Puerto Rico no es distinto, y la música popular, desde la muy mestiza jíbara hasta la afroboricua, ha servido de voz y documento. Pueden ser criticadas esas fuentes porque es harto conocido que los narradores cambian los relatos, la memoria los distorsiona, el interés de tal o cual grupo los censura (una crítica que se ha hecho de la Biblia, comprobada con los últimos estudios arqueológicos). 

Antes del libro ser publicado, don Rafael Cepeda había compuesto la letra para una bomba, titulada A la Verdegué. Aunque el libro fue publicado mucho después de que la letra para la bomba fuese escrita, y el nombre de la hacienda en Guayama tenga una ortografía distinta, se puede concluir que los eventos en la hacienda sirvieron para la composición de don Rafael Cepeda. Cómo llega donde el compositor en Santurce la historia de lo que ocurrió en Guayama tiene que haber sido a través de la tradición oral, el cuento popular. Las diferencias entre ambos no se reducen al nombre de la hacienda, incluyen el pueblo -los eventos documentados ocurrieron en Guayama, y don Rafael los sitúa en Mayagüez- y al enfoque en lo contado. La tragedia, el inmenso poder de los hacendados, y sus consecuencias, prohibir las fiestas entre los esclavos en todas las haciendas de Guayama, fueron activados por la pasión desbocada, el amor a una mujer, y don Rafael no los menciona: enfoca la bomba en el peligro de acercarse a La Verdegué, “porque hay una negra que cuando cura, cura puro café, pone a los hombres arrastrándose hasta lo pies”. No podemos culpar a don Rafael, es que, al fin y al cabo, no muy pocas veces, el líbido ha cambiado la historia. 



Friday, September 25, 2020

MADAME KALALÚ: FROM HAITI TO PUERTO RICO

Legends are exaggerated truths, and when it comes to Madame Kalalú, all we have left are the word of mouth stories, Rafael Cortijo’s plena, interpreted by his combo, and later on by Willi Colon/Rubén Blades’s salsa, a rather academic and “de salón” version. She is also mentioned in several Puerto Rican fictional tales, and poems. To my knowledge, no documents have been found that can prove her existence. 

The story goes like this: Madame Kalalú was involved in the revolution that ended the French occupation of Sainte Domingue, Halti, and, consequently, abolished slavery completely. Once Haiti was liberated, she took upon herself to travel throughout the Caribbean to continue her revolutionary work, freeing slaves, and to start the creation of new countries in the region. In one of the versions of the song she is transplanted to contemporary Puerto Rico, working as a spiritual medium who is asked by the narrator of the story. singer, to answer very difficult questions regarding her work and about some not so easy to handle events. The lyrics begin telling her that the singer does not speak Quimbo nor Quimbiembo; to be straight forward and clear. What is very obvious is that Madame Kalalú is a powerful figure.

Cortijo places the interaction between the singer in an area of Santurce, known today as a Barrio Obrero, which when Madame Kalalù -had she been there- visited Puerto Rico was part of the town known as San Mateo de Cangrejos. It was founded in 1760, the first one of its kind in Puerto Rico, by black peoples, the land given to them by the king of Spain in compensation for fighting the pirates that were trying to take over San Juan. Santurce is an island divided by channels that separate it from Old San Juan and the rest of the island; and they blocked the ships, so they could not get in; cutting off the delivery of fresh water to the ones who already had taken over Old San Juan. The Spanish “naval” was fighting them in the bay, though the pirates had already taken over the old city. 

What is known today as Santurce was mostly populated by blacks during the centuries prior to the mid 1800s, working in farms, many of them were runaway slaves that had gotten away from the islands east and south of Puerto Rico. In order to destroy the plantation economies of the Dutch, English and French islands, the King of Spain offered them small plots of lands, freedom if they moved to Puerto Rico, settled in specific areas and accepted the Catholic faith. 

After keeping off the pirates, the king granted them the right to have their own town, and in 1760 San Mateo de Cangrejos was born. Had Madame Kalalú truly existed, visited Puerto Rico, she most probably lived in that area. But kings change and power struggles can dismiss history, and in 1862, the category of town was eliminated, most of the land taken away from its inhabitants and given to European settlers and the area was renamed Santurce. In one of the tales about Madame Kalalú she continued her revolutionary work, was caught by the French in New Orleans and killed. 

The area known today as Barrio Obrero is populated mostly by immigrants from the Dominican Republic. One of them, a robust young woman owns one of the vegetable and fruits shops in “La Placita de Santurce”, the market around the corner from my apartment, where I often go to buy papayas, mangos, guanábanas, parchas, mafafos, yautías, aguacates. Whenever she sees me, she greets me with a big smile and says to me, “Amorcito, qué te vendemos hoy?”, bathing me with the the same love, I am sure, drove Madame Kalalú’s work. 

Thursday, September 24, 2020

LA ASTUCIA EN SÁLVESE EL QUE PUEDA COMO PROGRAMA DE TELEVISIÓN CON EL VIRUS COMO DEPORTE EXTREMO

Antes de ser examinado y comprobar que yo era cero positivo había dejado de tener relaciones sexuales, y así estuve por más de diez años. Luego, por asuntos de edad y cambio de estado de ánimo, estaba fuera de liga, y las relaciones que tuve fueron pocas, y tan protegidas y superficiales que parecían relaciones de pubertos. Esa defensa me protegió. Además de escoger la abstinencia sexual, seguí con la homeopatía como tratamiento médico. Hace unos años un conocido, amigo de un amigo, doctorado y profesor de genética en una escuela de medicina, especialista e investigador en asuntos del VIH me dijo que como por los últimos veinte y pico de años nunca me había enfermado tuve que haber matado el virus. El último de mis muchos amigos a quien el virus les destruyó su cuerpo murió hace seis años. Toda esa gente que anda hoy jugando a ser “anti sistemas”, retando a las recomendaciones de los especialistas, no dudo que creen en las ideas nihilistas que promueven  “sálvese el que pueda”. La vida no es un programa de televisión que entretiene con “juegos/deportes extremos”. Para ellos, si nos matamos o se matan otros, no importa, el juego es lo verdaderamente importante. Recuerdan a las fábulas (y a unos cuantos parientes, ex compañeros de CCNY, políticos) donde poder robar, engañar, armar trampas, la astucia -pasarse de listo- son más importantes que los principios.  

Wednesday, September 23, 2020

LA MÚSICA JÍBARA CON MI HERMANO FÉLIX EN BROOKLYN - 1967

Crecí oyéndola en casa, no en el pueblo de Guayama. En el pueblo oían o a Rafael Cortijo o Camen Delia Dipíní o Felipe Rodríguez. La música jíbara la tocaban en la radio del pueblo para la época de Navidad solamente. La oíamos en casa porque la familia nunca dejó a Jájome por completo y mi hermano Félix y mi sobrino Juan tocaban guitarras y, a menudo, se dejaban llevar por las décimas o un buen seis. Hasta improvisaban. Los fines de semana subíamos a Cayey. Allí -todavía el pueblo no había sido convertido en un parque de fábricas, casi suburbio de Caguas, y estaba rodeado de cafetales, plantaciones de tabaco, frutos menores-, oían música jíbara todo el tiempo. No era música navideña ni  cambiado el nombre a trova o campesina. Era música jíbara. 

Pasé por las etapas que pasa todo adolescente de mi generación puertorriqueña, me alejé de la música de mis antepasados, e igual que muchos boricuas, archivé la música jíbara para solo oirla en Navidad. Me mudé a Nueva York, segregué más del mundo de los puertorriqueños, entré al multiculturalismo urbano de la ciudad, y mi diario vivir era el de cualquier joven con aspiraciones a ser “avant garde”, “estar en todas”, ir de discotecas, janguear en los cafés del Village, fumar y beber, estudiar y hacerme un profesional. Faltaba algo, y fue en casa de mi hermano Félix, en Brooklyn, 1967, se dio una catarsis, entendí lo que me pasaba: necesitaba mantener un vínculo con mi historia. Mi hermano nunca desplazó la música jíbara para solo tocarla en las fiestas religiosas. 

La música que surgió del genio creador de los jíbaros isleños, descendientes de los colonizadores españoles, mezclados con taínos y africanos, formando un fenotipo mestizo y una música igual de criolla. La décima, melodías, tipo de voz, instrumentos musicales reproducían a sus ancestros de la península ibérica y Canarias con influencias de las otras culturas, desarrollándose la construcción de instrumentos propios como el cuatro, tiple, bordonúas, guitarras y el nativo güiro, idiófono raspador construido con un fruto de la isla. La música jíbara se compone de varios estilos musicales, denominados seises, cadenas, aguinaldos, controversias. Los trovadores hacen sus versos en rima, principalmente en décimas y decimillas fijas o improvisadas, con una característica en el tipo de expresión vocal muy parecida al cante jondo andaluz.

Ir por casa de mi hermano era no sólo visitar a mi familia, comer bien y aprender sobre la música que nunca abandonó mis entrañas. Desde Puerto Rico conocía a algunos interpretes, y empecé a apreciar otros. Por primera vez supe quien era el Maestro Ladí, vivía por allí cerca y socializaba con mi tío Santos y mi hermano, Maso Rivera, la Alondra, Germán Rosario. Eran cátedras informales dadas por quienes aprendieron en los cerros de Jájome sobre la música que entra más allá de la conciencia, y en Brooklyn, en casa de mi hermano Félix, me ayudaron a mantener una continuidad con mi historia. Si me dejan, y me dan un pie forzado, improviso. 

ACARTONADOS MÓVILES

Quién decías que eras guiaba la mirada, el oído, la razón. Has dicho lo mismo de distintas formas por tanto tiempo, que hoy, los gestos calcados de revistas de modas o películas chaplinescas o caricaturas a lo Disney solo quedan. Acartonados móviles.

ALÉJENSE DE MÍ, VIRUS MALIGNOS

Hijos de diablo, fuera de aquí, fuera
Sobre mi cabeza formo un círculo
Imploro a los espíritus benignos, ruego
Sáquenlos de aquí, solos, que solo vayan
Con mis brazos y manos volteando sobre mi pelo
Encuentren la luz, abandonen el mal
Sobre mi cabeza, con mis manos los espanto
Fuera de aquí, fuera de estos cuerpos, fuera
Dos vueltas y una buena sacudida de manos
Con el poder del viento, cuerpos temblorosos y oraciones, me limpio
Sobre mi cabeza, con mi fuerza interior, brazos y manos los ahuyento.
(Eso espero, porque la ciencia anda medio perdida).

Monday, September 21, 2020

LA MOSCA Y EL COCODRILO

Nada que ver con la cucaracha de Kafka y mucho con la mosca de Buñuel en San Simeón del desierto. Llevaba rato amargándome la vida. Primero la sentí sobre el brazo izquierdo y lo sacudí. Se fué. Después, al rato, parada sobre mi oreja derecha, y le metí tremendo manotazo, a la oreja, y la mosca salió volando sobre la baranda del balcón. Una vez relajado, perdido como acostumbro, absorto en mi bebé interior, babeándome, la sentí sobre mi fornido muslo -yo estaba en ropa interior- y cuando vio mi dedo índice juntândose con el pulgar, formando un círculo en camino a darle tremendo golpe se movió hacia el interior de la sala. Me dije, ya basta. Decidí cambiar de estrategia. Como las moscas no discriminan entre productos frescos y podridos, y, además, recordé que la noche anterior había visto una película filmada en Tallandia sobre un cocodrilo asesino, en la cual el héroe, un americano blanco y rubio, salva a la población nativa -humanos y otras especies-, de ser consumidos por el inmenso reptil, quien guardaba sus presas hasta que estas estuviesen podridas para comérselas, me moví hasta la nevara y busqué una carne que llevaba semanas refrigerada; boté parte y dejé una porción sobre la mesa del comedor. La mosca cayó en la trampa. Una vez se plantó sobre la carne, rápidamente, la cubrí con un envase de cristal, mas bien, vidrio. Ella dejó la carne y se pegó al lado interior del utensilio de cocina; suplicando, no dudo. Allí quedó, encerrada, rodeada de pudedumbre. Al cocodrilo lo mataron con tremendos rifles, y el macharrán gringo se quedó con una tailandesa. Yo regresé al balcón, a seguir babeándome. 

PLANTAINS AT THE CCNY WORKSHOP CENTER FOR OPEN EDUCATION

“Karl Marx en el Prólogo a la Contribución sostiene que cuando se estudian los cambios ocurridos en las sociedades, se debe diferenciar entre los conflictos ocurridos en en el terreno de las relaciones sociales fundamentales y aquellas formas ideológicas expresadas a través de los objetos, el material que sirve para proyectar las ideologías de un grupo o un individuo; también exploradas por Leslie White en The Science of Culture; y por  James Deetz en su libro In Small Things Forgotten.” (“Entre las Lladró y Capri en Río Piedras”. https://memoriasdeunsetenton.blogspot.com/2020/09/ entre-las-lladro-y-capri-en-rio-piedras.html)

Before it became a pedestrian, elementary science classroom under the euphemism "inquiry center", the Workshop Center for Open Education was the ideal space for exploring the world as a material space as well as a world of ideas. A poet or a scientist, a behaviorist or developmental psychologist, a socialist or a capitalist, a homosexual or a hetero person were always welcome there.The Carl Rogers and Luis Iglesias' book titles, Freedom to Learn and Didáctica de la Libre Expresión, express very well the principle that guided the place. And that unique and delicious vegetable, plantain, that is closely related to a fruit, banana, was explored and served, while studying its relationship to ideas on race, economics, slavery, colonization, cultural values, and curricula. 

Ideas discussed by authors such as Luis Iglesias, Carl Rogers, Simón Rodríguez, Jean Piaget, Emilia Ferreiro, Weber, Perrone, and quite a few other educators that wrote on the importance on methods and student-centered curriculum, were studied and discussed using plantains as the springboard for further discussion. Many stories, poems, constructs and procedures were presented or saw their genesis in the place that Lillian Weber founded and directed for a long time. This essay is in honor of Lillian, who for so many of us stands, and must continue to stand, for the ideal educator -- and this recognition is not because of some kind of cult adoration, or personality superiority or perfection of hers, since we had quite a few yelling sessions; and then, after quite a few class sessions the two of us went out to dinner and continued the exploration of ideas as well as some gossiping on the College. . 

As an educator, one can point to those instances where goals are achieved with gusto, providing a great sense of satisfaction. If aiming at specific objectives, a traditionally organized classroom can serve as the space where these objectives are met. But if the purposes are larger than taxonomies, hierarchies, the rigidity of the traditional disciplines or passing standardized exams, then a different kind of view of the world and space is needed. There must be a place, physical and ideological, where multiple possibilities to understand, construct, formulate an idea, a theory, a construct, a poem, bodies and languages, and that was the Center that Lillian founded.

And in that place, plantains were, before I was asked to leave and forced to walk around with my bags of limited resources, one of the most liberating sources of knowledge a teacher educator can use, study and appreciate. Yes, plantains were an integral part of the course that for many years I taught at the Center. The vegetable that looks like its related fruit, bananas, but is not, has not only been a source of nutrients or the ingredient for recipes, it is also the symbol of slavery and survival, racism and stereotypes, and, unfortunately, a source of some form -as strange as it sounds- of personal and ethnic shame. It is not an accident that some European fans and soccer players use them to "put down" African and Latin American players.  

Most of the students in the course being discussed in this essay were of Caribbean backgrounds, and plantains were/are part of their daily diet, history and economy; but rarely, an object to be studied in schools. As Paulo Freire argues in his book Pedagogy of the Oppressed, a great deal of what people know is completely absent from the highly organized, controlled and digested bodies of knowledge covered in traditional classrooms (for empirical evidence gathered in the NYC area supporting Freire’s idea, go to the study of learning environments and related curricula by Roger Heart as explained in one of the booklets published at the Workshop Center).

When students are placed in situations where these curriculum hierarchies or qualities are questioned or reversed, they react like all humans do when facing destabilizing situations. During the first session, as the students came into the kitchen area and saw the large amount of plantains on the tables, the discussion and expression of diverse ideas, cultural values began, and not in the traditional form: sitting and talking by turns. No at all. Freedom to learn. Sarcastic comments, statements began to come out from their mouths once they entered the room, as well as their nervous laughs at what many considered to be an item better left at home, hidden from the more cultured characters that rule the world of knowledge and propriety.

The goals at that point were set up by the participants. Without betraying the fields of history, science or economy, the students entered into other related issues: their own sense of self-worth and inherited cultures, of slavery, the economy and diets; and since in the Caribbean each type of banana (and there are more than two or three) has a different name and many particular ways to cook them or eat them, the organization and conceptualization of knowledge, its relationship to particular cultures and histories became a route to study, follow and connect to many other themes, artifacts, scientific, artistic and literary expressions, with the resulting nervous laughs moving into the realms of curiosity and wonder (qualities killed by much of traditional curricula), and the worlds of multiple epistemologies.

The total didactic experience was -- to use a famous improvisational theater approach popular during the sixties -- a happening. A pedagogical happening in the Center involving plantains.

A great deal of educational practice is geared towards mastering specific bits of knowledge, and different new fads are continuously suggested to meet the “saecula saeculorum,” unadulterated curricula. Rarely, the procedures and methods used by the disciplines or the intellectual frameworks, or the belief systems underlying the concepts or ideas being studied,  were/are covered or analyzed in such rigid educational spaces. Sufficient room is not provided for different voices to be heard. This was not the case, however, at the Center when she directed it.

When dismissing the educational fads or the petite classroom goals that characterize much of USA education, Lillian, while swinging her arms in order to give weight to her pronouncement and critique, always used a phrase that remains with me when recalling the richness of her soul, her brain and actions: “That thing or that other thing” -- a constant and direct phrase, to be followed by long, hearty and heavily substantiated discourses.

Plantains at the Center were not reduced to specific concepts, ideas, or tiny, very tiny objectives. They were thoroughly studied, intellectually schematized, and then served in an escabeche sauce, cooked as mofongo, mangú, fufú, or pasteles, or fried as tostones or amarillos fritos, and eaten. Yes, we also ate as the palate is another learning resource. 

The students had to explore the plantains themselves, their possibilities, histories and function within the curricula, and, because of the approach, their own responses to the vegetable. No more nervous laughs, no more discomforts with those aspects of histories that some would have preferred to leave home, inside their minds and souls, that were once -and for many, still are- parts of colonization, discrimination, slavery. 
------------------------------------------
(Véase pintura por Ramón Frade (Puerto Rico, 1875-1954): El pan nuestro de cada dia)


Sunday, September 20, 2020

EL BOLITERO DE LA PLACITA DE SANTURCE

Debe estar cerca de los cien años. Hasta antes del huracán María se lo veía bien vestido, con sombrero, su libretita de bolitero y bolsa donde guardaba los cigarriilos que vendía al detal. Lo oí decir que tenía noventa y pico de años. No los aparentaba. Que vivía allí cerca, en algunos de los pequeños apartamentos interiores o, quizás, alquilaba un cuarto. Si pasaba uno de los malandrines que, a veces, andan al acecho por La Placita de Santurce, los señalaba: “A ese hay que velarlo”. Su voz era clara y nada avejentada. De no dudar que no se dejaba joder tan fácilmente. No sé su nombre. Después de María, perdió el antiguo domicilio y se mudó a uno de los cuartos que alquilan directamente frente a mi apartamento. Lo veía entrar y salir y seguir con su negocio, parte de la economía subterránea en Puerto Rico, que genera tanto dinero como la que produce el PIB de la isla de los espantos. Después del terremoto, perdió algo: el cuarto, su lucidez, su vestir acicalado, su  negocio. Muchas noches duerme en los bancos de La Placita, y, de vez en cuando, pasa su hijo en un carro destartalado (contado por otros miembros de los que por allí trabajan en labores informales) y se lo lleva a dormir con él. Otras noches, prefiere dormir en los bancos. Es cuidado por los que también viven de la economía informal, quienes hasta reportaron el caso al Departamento de la Familia, y quien conoce cómo funciona el gobierno de Puerto Rico debe poder concluir la respuesta: “nadita de nada”. Quienes lo cuidan -el señor que recoge y bota la basura de los bares, la señora que limpia casas y vive cerca, el muchacho con pinta de adicto, que tiene su propio negocio de valet parking con los estacionamientos públicos, la joven bastante desnutrida que hace de todo y no pregunta, ni debe uno preguntar- recogen dinero para comprarle comida, lo recortan, comentan sobre su estado, le han llamado la ambulancia unas cuantas veces, se aseguran que cuando duerme en La Placita, cada mañana, esté vivo. 

Saturday, September 19, 2020

QUÉ HACER FRENTE AL CHICO AFEMINADO O LA NENA MACHÚA

La joven maestra se acercó a mi oficina y con la sinceridad que pocos tienen en situaciones donde hay que aceptar los prejuicios, abrirse sin tapujos, contó casi avergonzada, adolorida, porque sentía una ira enorme cuando tenía que trabajar con el chico, su estudiante en escuela primaria,  que era bien afeminado. No era la única ni la última, ni la rabia hacia el otro se limita a los que la sienten frente a los chicos cuyos gestos no responden a los del "macho estereotipado" o las niñas poco femeninas. Incluye a cómo tratamos a los de otro color de piel o etnia o religión, y hasta dentro de un mismo pueblo o grupo, a los que pertenecen a otras clases sociales, económicas. Qué mucho gay o heterosexual se cree que flota sobre los demás por asuntos de estatus, de la percepción del "yo desasociado". 

Frente a las dos situaciones como aquellas que mi estudiante de maestría y maestra de primaria -yo para nada era o soy buen terapeuta- presentó, tuve que separar mi respuesta: primero, ella y su reacción visceral; segundo el chico. Decidí empezar con los sentimientos de ella, aunque destructivos, no se podía negar su existencia. Hablamos un rato sobre la historia de los hombres y mujeres homosexuales y cómo eran usados y maltrados, sin muchos saber verdaderamente lo que causaba la homosexualidad o intersexualidad, y cuán peor era para los que lucían -aunque no fuesen homosexuales-, como lo era su estudiante, afeminados o masculinas. Ella era también víctima de la historia. Luego, sobre el niño y lo que él tenía que vivir todos los días, sin poder articular las vivencias, sensaciones, visión de su diario existir. Algo consolada, dijo que le parecía que la madre lo trataba bien y no era afectada por el “afeminaniento” del hijo. 

No todas las madres o padres o maestros responden con respeto y amor hacia los hijos o hijas que no cumplen con las “normas” que la sociedad formula y organiza en distintos contextos o en cada momento de la historia. Conozco tantos casos, algunos personales, otros contados por amigos y estudiantes, además de los que son discutidos en la literatura sobre el tema. Los suicidios no dejan de aparecer en los diarios. En CCNY tenía una compañera típica católica pequeño burguesa liberal que, de vez en cuando, entraba a mi oficina y me decía que no hablara sobre mi homosexualidad. Si lo hacía era como parte de los contenidos en los cursos. Y no eran los años cincuenta. Eran los ochenta, después de yo haber pasado años en terapia, estudiar y leer extensamente sobre el asunto y participado en activismo político “pos-Stonewall”. Por suerte, tenía otros compañeros que no eran víctimas de la ignoracia ni usaban mi cuerpo para protegerse ellos. La maestra, la madre, el padre, el hermano mayor que reacciona con ira y violencia frente al niño afeminado o niña masculina, dicen más de ellos que de los que a temprana edad viven rodeados de tanta crueldad. 


Friday, September 18, 2020

TEORÍAS PARA BLOGUEROS: LECTORES EMBORUJADOS

“Los editores holandeses pegaban en sus vidrieras las pruebas de imprenta de sus libros y pagaban a los transeúntes que encontraban erratas. Los chinos decían que todo libro tiene derecho a una errata, para recordarnos que fue hecho con manos humanas. El italiano Alberto Savinio, en cambio, dejaba entre paréntesis cada lapsus que cometía su máquina de escribir, para que el lector pudiese vislumbrar lo que pasaba por su cabeza mientras escribía".  (Juan Forn: “Un presocrático en Italia”, Página 12, 18/09/2020)

Incluyo distintas versiones de mis escritos en este blog, separados por días, semanas, meses o años, y, a veces, por estudios y planteamientos sobre la lectoescritura, sus investigadores y autores (véase otras entradas sobre distintas teorías para blogueros), con un propósito: mostrar evidencia que ayuda a explicar el proceso del escritor y la creación de los textos, o guiar al lector emborujado en la bloguería. La obra perfecta no es mi motivo -uy, que la perfección es para los judeocritianos, los críticos y profesores con borujos llenos de egos; pretendo discutir los cambios, lo que pueda causarlos, y lo que ocurre en la marcha. 

Thursday, September 17, 2020

SI LA VISTA FUESE SUFICIENTE

Si la vista fuese suficiente, no necesitaríamos las palabras, el cantar de un gallo, la luna iluminando nuestros cuerpos, el arrullo, el consuelo de una brisa, o la fría noche en tus brazos, besos, y al mirar en la distancia, podríamos alcanzar a vernos la nuca. 


Wednesday, September 16, 2020

LIFE WAS NEVER NORMAL FOR MANY OF US

Did it ever occur to them, the ones who want to go back to those normal days of pastoral dreams, that normality is an abstraction if you are a child who has only eaten a plate of white rice or is beaten continuously by alcoholic parents or you are a man of certain looks or phenotype or one that uses hands dramatically and has a voice that sounds like a humming bird, living on a defensive mode, waiting for the next violent verbal or physical attack or looks like a shadow, using parks, subways, dark alleys as his bedrooms or do you agree with Susy Shock, the transexual Argentinean poet, who wrote, to let normality be someone else: “que otros sean lo normal.” 


MÁS EGO QUE CEREBRO POR LOS PASILLOS DE CCNY

Ella leía; no procesaba lo leído. Citaba a Paulo Freire y hacía comentarios  -teorías sacadas de la manga- sobre tal grupo racial o colonizado o étnico como si fuesen verdades absolutas; apoyaba y premiaba directores escolares cuyas escuelas primarias parecían cuarteles militares; instalaba títulos -Educación Especial Bilingüe: hay que ver e! currículo- a base de lo que el Estado sugería o requería sin darse cuenta de que lo propuesto, rellenado con referencias de otros campos, carecía de suficientes estudios y material académico para armar un curso, mucho menos una maestría; permitía y fomentaba la homofobia sin conocer nada sobre la biología que hace de los cuerpos el ser muy distintos unos de otros; prefería oir a una académica europea hablar sobre las lenguas minoritarias, que a los miembros de esas comunidades. Se creía muy astuta y lo único que era, una buscona caminando por los pasillos de la academia. 

LA MUERTE DE UN POETA: MASAS FLUIDAS

Conocí al poeta Alfredo Villanueva hacia el 1974, era amigo (me ecantan las redundancias, son cíclicas) de mi amigo Ariel, y fuimos a su apartamento en Chelsea, cuando vivía con el pintor, y tomamos vinos y oímos a Phillip Glass. Luego con el pasar del tiempo nos volvió a juntar una conferencia sobre literatura puertorriqueña en NYU, acompañado él por la única profesora puertorriqueña de español en CUNY, que hablaba con acento argentino, para, finalmente, mi blog ponernos de frente, no por mucho tiempo: es muy difícil que un jíbaro algo anárquico, con tremenda fuerza identitaria formada en los cerros isleños, concuerde con un burgués boricua independentista formado en la losa sanjuanera, con gustos moldeados por su procedencia de clase. Su vida, muerte y obra literaria deben ser honradas; incluyendo el hecho de que fue un humano que pertenecía a una historia específica, con toda la substancia que conforman sus fluidas masas: la del poeta y la de su heterogéneo pueblo. 

Tuesday, September 15, 2020

EL MAJO EXHIBICIONISTA

Relatos cuentan la historia sin disfraces: me exponen.
Versos esconden el verdadero propósito: me vean.
Emails buscan contactos con otros: me amen. 
Sueño con un sacerdote haciendo un striptease: soy mi propia musa. 

ENVIRONMENTALLY CHALLENGED PIGEONS

Every early morning, my neighbor from across the street feeds the neighborhood pigeons. They seem to know when their breakfast is going to be served, and take over the electricity cables, balconies and roofs on the block. I sit in my balcony, drinking my "café con leche", prepared with arábiga beans from Adjuntas, and enjoy the daily ritual. This morning, unexpectedly, I coughed, scaring the flock, that instantly flew away. Since there are lots of cars passing by, I don’t think it was the noise. Like quite a few people I know, most probably, they were afraid of my germs. When it comes to dealing with micro-organisms (viruses, bacteria, fungus), pigeons are also environmentally challenged. 

Monday, September 14, 2020

LAS TURBAS EN LA POLÍTICA DE LOS USA

Haber sido un espectador de la política y un elector poco consistente, para nada un estudioso erudito de la misma, no le quita valor a lo que hoy observo. Las turbas en los EEUU han sido activadas. Turba es una palabra con dos significados diferentes, que dependen de su origen etimológico. Cuando procede del francés tourbe, la noción de turba se emplea para nombrar a una sustancia orgánica que puede usarse como combustible. Si el término deriva del latín turba, en cambio, se usa de una manera diferente: una agrupación de personas que actúa de forma espontánea y poco organizada. Revela en muchos casos la incapacidad sistémica de ciertos grupos para entender los procesos democráticos o deseo, propósito de descartar el estado de derecho, y están dispuestos a usar la violencia. Ahí estamos en los EEUU, y no dudo que esas turbas respondan, sean dirigidos por grupos más siniestros. Hasta dónde llegarán con su violencia no deja de preocupar. 

LECTURAS BURGUESAS PROGRESISTAS

Leemos usando estrategias lingüísticas y mentales, conocimientos previos, y actitudes hacia lo que leemos, que para algunos incluye el autor o el tema o el sitio dónde se publicó el texto o sabrá dios que más guia los recovecos interiores de los lectores. La literatura que cubre el tema de la lectoescritura está saturada con material que explica las dos primeras, y poco, casi nada, sobre la tercera. A su vez, la escuela trabaja, con distintos grados de maestría o peritaje, con las dos primeras, poco menos y de una forma sutil y manipulada con la tercera durante los primeros años de escolarización. 

En CCNY tenía una colega feminista no depilada y anticolonialista de barrricadas, profesora en el Depto. de Lenguas, que lucía molesta, agresiva cuando le decía que me gustaban mucho los poemas de Carmen Valle, por cómo la hoy fallecida autora boricua exploraba el tema de la sensualidad. Nunca le dije que tenía cerca de mi mesa de noche a José Ángel Buesa, a quien leía y releía acompañado por  unos cuantos boleros. De saberlo, se hubiese suicidado. Tengo un amigo que no puede ni oir el nombre del crítico Harold Bloom por haber escrito que Borges no era un escritor creativo, o algo así por ese estilo. Un lector de mi blog criticó mis Crónicas Jíbaras porque eran modeladas en el costumbrismo tipo Ricardo Palma, sin nunca fijarse en que en mis escritos incluyo a travestis, transexuales, intersexuales, y jíbaros aguza’os, montando estructuras en los niuyores que hoy siguen de pie, y han ayudado a muchos puertorriqueños y otros latinos a salir adelante en la ciudad donde, “if you make it there, you make it anywhere.” Por suerte el lector del blog, que además de tener como esquemas afectivoliterarios a las tendencias, enfoca la literatura en etapas evolutivas, no sabe que sigo leyendo las fábulas de Esopo, los cuentos de hadas en sus dos versiones casi opuestas, Perrault y los hermanos Grimm, las joyas en la Edad de Oro por Martí, las nanas de García Lorca, las Leyendas Puertorriqueñas por Coll i Toste. Los tres casos, profesora feminista, amigo en relación simbiótica con los autores y lector encajonado en tendencias y etapas literarias, reflejan esas predisposiciones que de forma subyacente informan y forman a los lectores. 

¿Que qué tiene que ver el título con lo aquí brevemente escrito? Mucho, pero no lo explico para que el lector -forzado por mi perenne didáctismo a los George Sand- se vea obligado a investigar si lee controlado por valores pequeño burgueses, progresista de salón, o por su dogmatismo teórico ideológico, o si lee porque el amor lo lleva a sentir el gozo que dan las lecturas. 

Sunday, September 13, 2020

BABELISMO CRÓNICO DE UN CRÍTICO LITERARIO BORICUA

Crítico literario puertorriqueño, profesor distinguido de español, enciclopédico, cita a todo el mundo, sin entrar en asuntos muy controvertidos, usa las trilladas tendencias literarias como marco de referencia, maneja muy bien los estándares de la lengua castellana. Su escritura carece de personalidad, parece ser de ningún sitio. No dudo que sufre de babelismo crónico: miedo a que no lo entiendan.

Saturday, September 12, 2020

AMISTADES ANTE LA PANDEMIA

“Terminé por pensar que esta edad [80 años], hoy en día, representa o simboliza una culminación: una vida culmina. Es decir que se está, de aquí en adelante, en la última línea recta hacia la muerte, por un lado, y por otro, que se puede considerar que se ha vivido y hecho lo que había para vivir y hacer.// Como todo el mundo, constato que la extensión de la pandemia es potente en el espacio y en el tiempo.  las situa.// Ningún sistema de protección es absolutamente preferible ni fácil de elegir según las situaciones.// marcadores de una opacidad de nuestra propia civilización tecno-económica mundial, para la cual la productividad y la aptitud para consumir son los primeros criterios de calidad de la existencia, seguidos por la aptitud a dejarse explotar y someter por las violencias tecno-económicas.” (Jean Luc-Nancy: “La extensión de la pandemia es potente en el espacio y en el tiempo", Página12, 13/09/2020)

A la dulce edad de la cuarta etapa en las vidas del ser humano -niñez, adulto, maduro, anciano- o quinta o sexta o las edades que sean, conservar amistades que han durado y sido curtidas por el tiempo es un logro extraordinario. Ahí están. Añadir tres o cuatro jóvenes a la lista, un regalo. Desde los que pertenecen a las élites políticas y económicas hasta los que han logrado puestos muy respetables en la academia, compartir con ellos, sus familias, en bodas, cumpleaños, cenas, fiestas y galas o reuniones profesionales evidencia cómo nos apreciamos. Ahí están sus mensajes, sus cariños, sus defensas de mi idiosincraracia o identidad; apoyo incondicional. Saber que una de ellas está grave, despierta todo tipo de sensaciones: tristeza, miedo, pero, también, un sabor agridulce que resulta del amor que se siente por quien ha sido una amiga incondicional. He perdido unos cuantos grandes amigos, la mayoría por causa del Sida, y hoy el Covid hace lo mismo. 

No pensaba que estaría de nuevo en ese estado, donde una epidemia se mete tan adentro, que hasta en los sueños se aparecen los amigos queridos. Cotrolado el ser en esta sociedad, como bien plantea el filosófo francés Luc-Nancy, por la tecnoeconomía, sus escalas y sistemas de selectividad, frente a la pandemia, quedamos reducidos a un estado de impotencia, que puede ser subsanado con la oración de Santa Teresa que pide al penitente que tenga paciencia o por los versos de Machado, afirmando que el camino se hace al andar o por saber que en las buenas o en las malas ahí han estado los amigos. Los antiguos mayas creían que la muerte era solamente la disolución de la materia, que ésta perdía la masa que le daba forma concreta. No desaparecían los vivos, se integraban al resto del universo, fuese una pared o fuese un árbol. Consuelan las oraciones y las ideas sobre la vida o la muerte, no eliminan el deseo de tener a los amigos siempre con uno. 

YO SOY NORMA DESMOND

Dice el gruñón y malhumorado escritor boricua, Edgardo Rodríguez Juliá, que él gusta de coleccionar cosas, pero, “no personas; esto último existe, porque sí, hay fulanos y zutanas que coleccionan celebridades, o gente importante; a estos coleccionistas los llamo ‘starfuckers’”. Hay quienes no coleccionan individuos, expanden sus deseos hacia clases sociales, razas o grupos étnicos completos. En el Upper West Side de Manhattan se encuentran por las calles, buses, metro numerosos hombres y mujeres vestidas con ropas a la usanza de distintos pueblos tradicionales en África, Asia, Latino América. En San Juan hay más mujeres rubias que en Estocolmo. Algunas se blanquean los cachetes con cremas carcinógenas, y usan lentes de contactos de color azul, terminando con ojos color violeta. No es el grupo social, es hasta la otra raza lo que quieren ser. 

Para Santo Tomás de Aquino, "gloria" denota la excelencia de alguien que es conocida y aprobada por otros. Explica que no hay nada malo en que otros reconozcan las buenas cualidades y obras de aquellos a quienes admiran. No escribió Santo Tomás de cuando es la persona, su nombre, el estatus, lo que hace sentirse glorioso al que pierde identidad; el aprecio ha sido desplazado, convertido en una desasociación del yo centrado. 

Viven en su cuerpo, no tanto el placer que dan las glorias, obras del “significativo otro", sino al otro mismo. Como si al copiarlos o conocerlos fuesen ellos el objeto de la admiración, mutando anímicamente en aquelllos a quienes hacen parte de sus entrañas; calcan. Son la versión desdoblada de Norma Desmond, cuyo narcisismo, distinto al personaje de Sunset Boulevard, no es su propio ser, mas bien es la transferencia hacia ellos de lo que el otro representa. Tienen suerte: el Instituto Karolinska de Estocolmo realizó un experimento, publicado en la revista PLOS One, que demuestra que se puede confundir a una persona para que piense que el cuerpo de otro es el suyo. Una travesti en el bar Maude en Montreal recreó hace unos veranos atrás, con precisión y exageración histriónica, sin ncesidad del experimento sueco, la escena donde Norma Desmond dice:  “There's nothing else. Just us, and the cameras.”

Thursday, September 10, 2020

LA CASTA JÍBARA

De acuerdo a las teorías de castas (véase la extensa literatura y pinturas que discuten y recrean este tema; y otro escrito en este blog sobre un grupo de estudiantes de Educación Bilingüe en CCNY que lo estudiaron después de una visita al Museo Hispánico en Harlem, y apreciaron la colección de pinturas de castas que allí albergan), un jíbaro era el resultado de la mezcla entre lobo y china; el lobo era el resultado de la mezcla entre saltapatrás y mulata; la china, entre morisco y española; el saltapatrás, entre india y chino; la mulata, entre español y africano; el morisco, entre mulato y española. 

El pintor español Luis Paret y Alcázar recrea en el cuadro Autorretrato como jíbaro (1776) a un miembro de esa subcultura puertorriqueña; colectividad conformada por una de las castas que no eran ni criollos ni peninsulares, ni africanos ni arahuacos. En gran medida, respondía a los idearios que fundamentaban la conceptualización de los sujetos que conformaban esta o aquella comunidad, impuesta desde afuera, influenciando leyes, prácticas y la imaginación misma, mediatizada por las representaciones que los que controlaban el “discurso oficial” tenían del "otro". 

En 1849 don Manuel Alonso, nacido en San Juan en octubre de 1822, criollo burgués, estudiante en Barcelona,  publicó El Gíbaro, un cuadro de costumbres de la isla de Puerto Rico.

Frente al heterogéneo escenario evolucionando con fuerza identitaria  en Puerto Rico, desde mediados del siglo XVIII, las instituciones y sus administradores en la antigua colonia española reafirmaron su poder clasificatorio, discriminando y jerarquizando a la población por medio de tipologías de castas, especialmente en aquellos centros de alto intercambio social, incentivando en ciertas zonas rurales políticas de mestizaje y asimilación selectiva, dentro de la lógica de blanqueamiento, al mismo tiempo que se defendieron sistemas de diferenciación internos a través del uso de la terminología de castas. Los sistemas clasificatorios fueron históricamente realimentados o legitimados, desde el poder colonial, a través de tratados filosóficos, teológicos y jurídicos así como por medio de pinturas y de obras de carácter científico (pseudo) que instalaron representaciones sociales y relaciones de poder en un plano de jerarquías étnicas y raciales.

Aparte de cómo fuimos nombrados, lo que no es ideología o tratado pseudocientífico o parte de un sistema sociopolítico, es que hubo un grupo de gente que crearon una subcultura con sus características propias, incluyendo narrativas, música, comidas, bailes y por unos cuantos siglos preservaron un español arcaico, unas formas de tratarse mutuamente -compadrazgo, usted y tenga-, a la vez que codificaron la vida rural en los cerros isleños. 

(Y luego de repasar y comenzar a organizar notas sobre este tema, pasmarme ante las lecturas y escrituras académicas encapsuladas en el costumbrismo y sus críticos urbanos y urbanizados, prejuiciadas y pobremente informadas, buscar nuevas fuentes y enfoques mejor pensados y documentados, agarro mi cuatro, el tiple y el güiro, grito un "lelolai esgalillao" y le canto un seis cayeyano a mis antepasados jíbaros que han estado -algunos nunca bajaron de esos cerros- diciendo con orgullos: "somos jíbaros, y qué"; desde que así fueron clasificados por los poderes "divinos" que tenían los europeos colonizadores.)

FREEDOM TO HEAR YOUR VOICE

Quite a few of them walk around La Placita, some are drug addicts and some are plain poor, very poor, have given up on trying to make a life like the one required by the “sálvese el que pueda” philosophy of the type of capitalist society where we all live in. They are not intrusive, walk around, help the non-homeless with finding a parking or show where is this bar or that restaurant. At times, they ask for money; at times, they just ask to be invited to a coffee. At times they are shadows moving around, keeping a distance. They all keep a distance. Careful, self-protective against the possibilities of facing people who are too powerful or not happy to have them around, and be mistreated (I have seen quite a few people who have been very abusive with them). One very late night during these quarantine times, I heard these people yelling at each other, so loud I thought it was happening right in front of my apartment balcony. It was not. Then I looked in the distance and saw a  few of them talking to each other, moving around the sidewalk, into the street, back to the sidewalk, disagreeing, agreeing, taking positions on issues I could not completely understand. Real loud, it was quite obvious they felt free to hear their own voices. 

Wednesday, September 9, 2020

EDUARDO MENDICUTTI: GANAS DE HABLAR Y PODER HACERLO SIN ESTAR COLONIZADO POR EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Cuando leí hace unos años  (de “una sentada”)  su novela Ganas de hablar, Eduardo Mendicutti me dejó con muchas ganas (valga la redundancia) de leer otras de sus novelas, de saber más sobre este autor, y sus ideas sobre la escritura. No había vuelto sobre Mendicutti hasta esta noche insomne. El buscador incluyó esta conferencia, que aquí enlazo, sobre  la novela y el lenguaje coloquial, las voces que el autor maneja.  

“A mí, no hay cosa que me descoloque más cuando estoy leyendo una novela y es que un personaje hable de manera inapropiada a lo que es y a lo que suponemos que es y lo que sabemos de él. Y a veces ocurre, por ejemplo, unos niños que hablan de una manera insólita para ser niños y, a menos que sean muy precoces o muy repipis o tengan una especial capacidad para absorber el lenguaje de no sé quién, resulta raro, ¿no?” 

Al margen del lenguaje coloquial, si leen Ganas de hablar descubrirán un tratado sobre el síndrome que tanto afecta a muchos, el de Estocolmo, colonizados y anticolonizados, que, como he escrito en este blog, no hay que nacer en una colonia para estar colonizado; interiorIzar las ideas y formas de sentir o o escribir el mundo que otros han impuesto, explícita o tácitamente, sobre los sujetos, objetos de la colonización, sin que éstos, tantas veces, reflexionen o estén al tanto de lo que guia sus palabras, gustos, comportamientos, interpretaciones de lo que leen.

Ante los garabatos que trazó en el papel, el niño, muy seguro de sí mismo, contó una historia que él controlaba. Toda niña o niño de esa edad hace lo mismo: inventa, dice lo que cree es la historia. Lee lo que escribe porque lo escrito representa lo que el autor decide qué es lo contado en el “garabato”. Años más tarde o meses, quizás, puede que sepa que lo escrito no lo controla por completo el escritor, y cuando le preguntan qué dicen las letras o garabatos o números contesta: “No sabo”. 

“Literacy literally changes the human brain. The process of learning to read changes our brain, but so does what we read, how we read and on what we read (print, e-reader, phone, laptop)", escribió Maryanne Woolf. (“Screen-based online learning will change kids' brains. Are we ready for that?”, The Guardian, August 24, 2020.) 

El lector que lee mis escritos con tono y temas costumbristas y los reduce a esa tendencia literaria, falla al no darse cuenta que los costumbristas anteriores no escribían sobre travestis sin tapujos, comiendo alcapurrias en la Placita de Santurce, o sobre jíbaros “aguzaos” en los niuyores, autosuficientes, nada patéticos a lo Enrique Laguerre o Abelardo Díaz Alfaro o Miguel Meléndez Muñoz, ni tampoco son ahogados por la historia. Mucho menos, se dará cuenta de que lo escrito con aparentes influencias de otras tendencias, puede que sea una crítica travestida, revertida de cómo son abordados ciertos temas. No es lo mismo escribir sobre una draga que se llama Miss Mira Mira en el Niuyork de los ochenta, que recrear sin miramientos a una copia casi exacta de la Judy Garland. 

Hacia finales de los setenta, durante un congreso literario en City College, algunos niuyoricans, liderados por Nicholasa Mohr, plantaron  cara y criticaron con severidad a dos o tres autores boricuas de moda y llenos de sí mismos, la “creme de la creme’ de las letras puertorriqueñas en la isla, por representar en sus cuentos y ensayos a los migrantes boricuaa en los EEUU como seres que no saben hablar ni inglés ni español, cafres, incapaces de ser sujetos activos en sus vidas y en la comunidad. Los muy reconocidos autores isleños se fueron a la defensiva. Una de ellas hasta lloró. Los niuyoricans pudieron leer más allá de lo que los autores no esperaban haber escrito. 

Un número significativo de estudiantes latinos en el Programa de Educación Bilingüe en CCNY, que estudiaron sus pregrados en Latinoamérica, tenían mucha dificultad comprendiendo los escritos en español de autores latinoamericanos que investigaban, exploraban los distintos modos de pensar que tienen los estudiantes frente a la escritura o lecturas. En parte la dificultad se debía a lo complicado y nivel abstracto de las ideas; pero no menos importante, por causa de la actitudes conservadoras hacia el aprendizaje de la lectoescritura que ellos cargaban consigo. 

(Para lograr que comprendieran los textos hice uso de los planteamientos que sugieren métodos didácticos fudamentados en lo que es conocido como “teorías de cohesión textual”. Para cada artículo asignado, preparaba preguntas y ejercicios que sirvieran de guía a los estudiantes de maestría. En otro escrito publicado en este blog exploro cómo distintos grupos de estudiantes, lectores "latinos" y  “americanos” que hablan español como segunda lengua, respondienron a los poemas afroantillanos de Palés Matos, Cabral y Guillén. Leer no se reduce a estrategias y contenidos, incluye sensibilades y predisposiciones.)

En el libro Sor Juana Inez de la Cruz o las trampas de la fe, Octavio Paz habla sobre las muches veces que tuvo que volver a leer a la monja poeta. Nada nuevo sobre el tapete, yo no paro de leer a José Ángel Buesa, me ayuda a conocer y disfrutar del amor desde tantas y distintas maneras, edades, pandemias. Y con Buesa le digo a los textos, igualito a cómo he leído los deseos en cada una de las edades del hombre: “pasarás por mi vida sin saber que pasaste// te diré sonriente: «No es nada... Ha sido el viento». Me enjugaré una lágrima... ¡y jamás lo sabrás!”. 

(anuncio no pagado y colado: mi novela inédita, Montevideo a Punta en voz de la Tellado, escrita en bolero, explora las distintas lecturas del amor que el amante, bailarín, bolerista de clavo pasado a lo "moi" hace en momentos diferentes, a través de distinas versiones -sea Tito Rodríguez o María Marta Serra Lima- de algunas piezas, representativas del género musical que es y fue tan influenciado por la poesía de Buesa: “Quizá pases con otro que te diga al oído”, o que te lea de otra forma y logre sensaciones nuevas, apabulladoras, con “esas frases que nadie como yo te dirá”, escribirá.) 

*(FORO COMPLUTENSE - Escritores en la Biblioteca: Conferencia de Eduardo Mendicutti. La novela y el lenguaje coloquial. Modera: Rosa Falcónhttp. //complumedia.ucm.es/visorContenido.php?contenido=q5ebOm9Vpf-y0ksg9kRrPg) 


Sunday, September 6, 2020

IMPOTENCE AND THE CONFORMIST WHEN FACING HURRICANES

For one of my classes in film studies, required by my Masters degree in Communications and Education I had to view and critique the film, The Conformist (Bernardo Bertolucci, 1970). It is a case study in the psychology of conformism and fascism. Marcello Clerici is an intellectual largely dehumanized by an intense need to be 'normal' and to belong to whatever is the current dominant socio-political group. He grew up in an upper class, dysfunctional family, raped as a child by an older man, and terribly affected by a gun violence episode in which he long believed (erroneously) that he had killed his chauffeur. He accepts an assignment from the fascist government to assassinate his former mentor; a move that results from lack of principles in the interests of building a supposedly socially integrated life; marked by a strong feeling of impotence. 

For reasons that cannot be explained in their totality the movie appears in my memory radar the day a hurricane was expected to pass over Puerto Rico. During this volatile season in the Caribbean, a lot of preparations are required: bottle water, canned and dried goods, food that does not need to be refrigerated, gas stoves, flashlights, protect windows and doors, to know where the nearby shelters are located in case the apartment is blown away by the winds, flooded. I did not do any of that; laid on my bed, staring at the ceiling, motionless, waiting for the Arawak named, "jurakán", nature created, destructive or earth cleansing system, force. The hurricane changed routes. Glad it did not take me with it. I felt, somehow, cleansed, without any heavy weight inside me, light, connected to the community, neither sucked-in or overwhelmed by it, alive. 


I went out, walked around shopped, decided to give money to the neighborhood homeless, many of them addicts, so they could buy food; perhaps, drugs that will make them feel powerful, free for a few minutes. After coming back home, I read an article on a young a Czechoslovakian, Adolf Kolinsky, who was able to join the German military during the Second World War, and got assigned to a concetration camp, where he served as a spy for the allies; met a prisoner, another Czechoslvakian, Julius Fucika newspaper writer, providing him with blank pages that later on became the material for the book, Reportaje al pie del patíbulo, edited by Gusta Fucikova after the war. She was Fucik's wife and had also been incarcerated in a concentration camp, and was able to put the book together with the help of Kolinsky, who had also gotten the manuscripts out of the camp and had them distributed among different allies to be saved for future generations, not only to know about the horrors, but about how to face human-made hurricanes. Conformism and impotence come and go.

THE FEMININE MYSTIQUE, THE PUERTO RICAN MARGINS


Whenever I hear Euro-centric academic discourses explain what is considered the ideal beauty, this image of Iris Chacón -as well as how the poems by Vizcarrondo, Guillén, Palés Matos, and other Caribbean writers represent their "mamasotas"- come to mind.  Even among artists on the margins, their borders are determined by the constraints of their histories. Esthetics are not solely controlled in particular centers of power or by universal principles free of histories, but are shaped by specific contextual sensibilities and desires. The margins are defined by all types of forms, volumes, lines, "nalgas, tetas, pelos, remeneos"; have different kinds of, "valga la redundancia", margins.