Sunday, September 30, 2012

Cine Metro, Santurce

No vimos la misma película
Estabas al lado mío, llorabas
Yo reía. El actor travestía
Su amor por la otra. El otro
Palomitas de maíz  en mano
Soñaba conmigo, en tu cama.


Saturday, September 29, 2012

Cabrón, corillos y tuteos


- Cabrón - dijo el joven poeta urbano. Eso dice él - soy poeta urbano en busca de los significados y sus historias.
- Dime Gerardo, ¿qué tú crees del uso que nosotros le damos a cabrón?, ¿te tiene que molestar?- continuó sin dejar que me recuperara de la primera nada fácil de oír locución, cabrón.

- OMG - pensé, un ¡ay, dios mío! reemplazado por las siglas inglesas, tomadas del lenguaje cibernético; transformadas por la misma generación que desenmascaró el vocablo cabrón.
Sorprendido, al borde de un vahído, por dentro. Por fuera, mi muy flemático sentido didáctico-lingüístico-literario de jibaro madurado en el Upper West Side niuyorkino, fiel defensor del español norteño, cual música tejana, me llevó a discutir los distintos planos que servían para responder a esos nuevos y repetidos usos de una palabra que pasó de ser un preciso insulto a los cornudos para convertirse en elogio, a veces; y en otros, rechazo reflexivo, algo como un señalamiento pueril de una mal comportamiento; y a saber cuántos más.

“Dime Gerardo, ¿qué tú crees…” fue un tuteo, que junto al multisignificante cabrón marcan la diferencia entre los ‘techies” (generación a la que pertenece el poeta urbano) y los amorosos de los sesenta, la mía, “peace, brother”, quienes, aunque desmantelaron la sexualidad y los absolutos de las luchas de clases, no rompieron la cadena del respeto linguistico generacional (los rebeldes de aquella década nunca dejaron de usar el usted con las personas mayores). Y no es que los techies sean irrespetuosos; es que tratan al otro de tú a tú.
Cabrón y tuteos destrozan el lirismo en la poesía; herederos de Palés Matos y sus onomatopéyicas críticas a las relaciones políticas, conde de mermelada, y  las raciales al ritmo de un, “Tun Tun de Pasa y Grifaría”, ponen a “perrear” a los jóvenes tatuados, en homenaje al “culipandear” de las damas de la muy alta y rancia sociedad mulata de Guayama, y pueblos, países, arquetipos limítrofes que informaron al gran poeta antillano.

Generación “techie” con obvias influencias del Nicanor Parra y manifiestos de las calles treces del ritmo, atrévete, te, te; sin sentir pudor ni vergüenza ante tanto cabrón, se define con unos límites distintos a las que le precedieron. El techie habla de tú a tú con una informalidad y confianza ausente del “discourse” del “flower power baby” de los sesenta. No siente la vergüenza ni al hablarle a un respetuoso, serio y algo huraño envejeciente (nombre que se usa para designar a las personas de la tercera edad en PR, y que define el proceso mas que la persona) ni tampoco al expresar/”performear” sus ‘object d’art’.
Aunque en el diario vivir y en sus caminos por las calles treces los techies están “cabrones”, no se lo dije al poeta urbano, no fuese a pensar que estaba tratando de congraciarme con su  “corillo…”       

 

      

Thursday, September 27, 2012

Fassbinder en Guayama

"El fascismo comienza en casa”, dice un personaje en una película cuyo título no recuerdo, dirigida por Fassbinder. El fascismo se manifiesta en la madre bipolar, un tanto abnegada, usa sus penas para manipular a sus hijos, se llena de soberbia, descarega su rabia, marca su poder con el foete, las pelas sin motivo. Fassbinder es recreado por los padres alcohólicos que se emborrachan todas las noches para dejar salir sus horrores, los gritos, los ataques de nervios ; por el hermano abusador que te grita y amenaza con darte palizas si te atreves contestar, cuestionar sus burlas. “Marica, marica”. Los familiares y vecinos callan; se burlan.

El terror comienza en casa y lo llevas a todas partes; lo reprimes, y luego te explota en las llagas que te cubren el cuerpo y el médico te cura con cremitas carcinogénicas; en las reacciones ante el amante que se comió el queso y no lo compartió contigo; en las pesadillas que te persiguen y se manifiestan con extraños símbolos: perros violentos, caídas por abismos, túneles de los que nunca sales.

La opresión comienza en casa; y de noche, quieto, la escondes sobre la almohada; y sueñas con vidas idílicas junto a los tan felices personajes del cine o triunfando en otros entornos más allá de la pobreza y la miseria; cuando te preguntas por qué te tocó a ti vivir esa vida y nadie te oye. Nadie te oye.

Wednesday, September 26, 2012

Canetti, IKEA, Walhor, Radiotransistor y Yo


Me pude haber sentido como West Elm o Crate and Barrel , un poco más elegantes y con buenas ofertas, quizás, de mejor calidad. No, me sentí como IKEA cuando vi por primera vez mi producto literario en las páginas de Amazon y Barnes and Noble*. Mi novela y Yo (primera persona en mayúscula) juntos en venta por el ciberespacio. Igualito a los desechables muebles, para ser armados y desarmados a su gusto, mi novela y Yo podemos ser leídos, armados (si te anuncian te arman y desarman) y desmantelados.

¿Será coincidencia el que Andy Walhor llegue al MET cuando Yo (aquí repito lo de primera persona en mayúscula para evitar la cacofonía del ‘yo llego’) llego a Amazon? No, no es coincidencia nos dice Canetti en La antorcha al oído. Canetti no habla de mí. El rumano escribió sobre la conciencia colectiva, o algo así por el estilo, y sus vivencias personales. No escribe sobre IKEA, Walhor o el Yo centrado. Canetti nos sugiere a IKEA (mi sensación al verme en el comercio internauta del ciberespacio), a Walhor y su pop (mi novelas es popiana, con su lenguaje vox populi y los medios como protagonistas, me escribió uno de mis amigos/lectores/abogado/escritor al comentarle estas sensaciones) y a mí/yo novela en el mundo del cibercomercio.
Al aparecer juntos los tres (artefactos, sujetos, otredades) en la propaganda que se mueve por la sugerida nube cibernética,  nos hacemos parte de lo mismo. Coincidencia no es.  ¡Ok! Basta del Yo centrado, al menos me sirvió de motivo para hablar de mí. ¡Y ya!  

*La fecha de la edición que aparece en el ciberespacio es distinta a la que repartí  entre amigos y conocidos. La primera aparece publicada en el 20011; y la última, que todavía no he visto, en julio 2012.  



 

 

 

Monday, September 24, 2012

Fragmento de la novela Radio Transistor. Terranova Editores, 20011

         
           La Voz de Machito González
                                         
—  Mis queridos radioescuchas. Nada como una cumbia para despertar nuestra sensualidad. Y nada menos que una cumbia cantada por una mujer, La Reina del Chocolate. En este año de la mujer, ya que todos los demás años son los años de los hombres. No, mis queridas radioescuchas, para este su locutor de siempre,todos los años, todos los meses, todas las semanas, todos los días, todas las horas, todos los minutos y todos los segundos son sus años, sus meses, sus semanas, sus días sus horas, sus minutos y sus segundos. Sin ustedes mis queridas radioescuchas, qué sería de este su locutor, su eternamente agradecido Machito González. Y ahora vamos a la segunda llamada del día. Buenas tardes doña Ana Torres. Nombre de mujer de peso. De los Sures de Brooklyn. Y para complacer a doña Ana y a todas las damitas elegantes y guapas de Brooklyn, un bolero del recuerdo,

—  “Sin ti la vida es nada...”

—  ¿Y me llamas para decirme que esas dos veletas se están quedando en casa?

Una voz que acompañaba la novena, las conversaciones de ventana en ventana, los teenagers del apartamento de arriba...

—  Joe di Magio. Bum, bum, vogue, vogue.

—  ¡Ay, Dios mío!, perdóname. No me dejan rezar. La pareja de viejos fiesteros....

—  Tanta vanidad. Tanta hipocresía.

—  Señoras y señores dejen que corra la voz. Que se enteren todos.

—  Santa María, madre de Dios.

—  Dejen que se enteren todos.

—  No podemos rezar. Vivir en este edificio es un infierno. Esa gritería. Estos apartamentos pegados unos de otros. Este calor. Suerte que ahorita llega el otoño. Que sea lo que Dios quiera. Empecemos de nuevo.

—  Ave María purísima.
                                                     

Carmelita durante aquel rosario juraba que se iba a marear y luego sentía que se elevaba. En sin pecado concebida fue cuando sintió que verdaderamente se elevaba, se quedó tiesa. Dios te Salve María continuaba y Carmelita en un estado catatónico se elevaba a otros planos. El rosario paró de súbito cuando una de las vecinas preguntó,

—  Por Dios, Carmelita, ¿qué te pasa?

—  Yo no sé, parece que está en un trance. Debe ser el calor.

—  ¡Ay!, mi hija, tú no puedes rezar oyendo ese radio. Bien sabes que somos católicos.

Cuando le quitaron el radio, volvió en sí. El 1812 de Tchaikovski nunca había logrado llevarla a aquel estado, la desconectó de todo tipo de sentimiento, pensamiento y ruidos de los vecinos.

—  Que yo soy buen salsero. El mejor de todo el bloque. Y no me gusta el rapeo americano.

—  Boricua, mi familia. Uao. Uao. Que chévere, mano.

—  Esos viejos son patos. Maricones.

—  Pendejos, maricón, tu madre.

—  No le hagas caso, mamá. Es el calor.

—  Ave María purísima...

(Tomado de la novela Radio Transistor. Terranova Editores, 20011)

Sunday, September 23, 2012

POEMAS DE ANGUSTIA RELAJADA

"sin gravedad en mi cuarto,
flota el mobiliario completo" 
(José Miguel de la Rosa. Otra Latitud,
urpi editores, Lima, Perú, 2009)

Poemas de Angustia Relajada

El renombrado autor
(en sus notas)
Ordenó empezar este poema
Con una carcajada
El lector
(en su aclamado monólogo)
Rompió de un navajazo la letrada
Manchando la perenne
Angustia relajada.

 Deseo
Poseerlo todo
De un zarpazo
Cual ave de rapiña
Agarrando la coneja
Frente a un gato
Mírame, carajo.

 un hombre
(solo)
un cigarrillo
(colgando)
un disco
(repitiéndose)
una mujer
(ausentada)
el poeta
( solo)
sólo el poeta
(lo sabe)
ella sólo ella.

Llantos de telenovela
Vespertina
Repetida
Copada
Tarde, noche
Una madre espera
Llora la comida
Espera
Complacida.

Arropados por sudor
Roce, fricción
Entrada, gemidos
Sollozos
Latidos
Salida
Él: Ronquidos, el mar
Ella: Un cigarrillo, latidos.

Decoración virginal
Córtate las venas
Báñame la sabana
Arrópame la cama
Con tela de lunas rojas.

El hombre rasga su voz
De tarde en tarde
De tarde en tarde
El hombre vela su piel
Hora tras hora
Hora tras hora
La madre no llega.



Thursday, September 20, 2012

CCNY, Romney y la Transferencia


Uno de los principios básicos que subyacen la aplicación de ideas conductistas a la planificación educativa sostiene que el estudiante debe poder  aplicar lo estudiado, la destreza, concepto en distintos entornos o situaciones. Este principio es el que se sigue religiosamente en la educación norte-americana, con sus famosos “lesson plans” y que, en gran medida, quieren evaluar los exámenes normalizados. Lo que no explica este modelo, sugieren los estudiantes y maestros que se asocian a las escuelas de corte naturalista o evolutivo - desde Simón Rodríguez hasta Jean Piaget, es cómo influyen las experiencias ambientales, personales y psicológicas sobre el estudiante durante el aprendizaje.

El mal uso de una idea o pobre aplicación de una destreza es reflejo de la incapacidad del estudiante de trasferir lo aprendido y/o de aplicar los criterios necesarios para poder hacer uso, criticar o modificar esa idea, procedimiento o destreza en otros entornos; de entender el fenómeno estudiado fuera del momento particular cuando estudió la destreza, idea, procedimiento. Esta deficiencia explica en gran medida la “metía de pata’ de Romney. El abrillantado candidato sabe que, por lo menos, un 47%  de la población depende de apoyo del estado, gobierno. Me atrevo jurar que como oyó la cifra sin ir más allá de sus posibles ramificaciones y como no distingue entre las probabilidades y coordenadas que determinan los por cientos, la repitió como el papagayo.

Los papagayos en CCNY hacían lo mismo y así “mesmito” (este el Jibaro hablando), de esa misma forma un gran número de compañeros en el CCNY inculcaban contenidos en sus estudiantes. En aquel entonces las pamplinas*, ideas o conceptos reducidos a lo trillado, tenían mucho que ver con grupos étnicos o procedencias de clase. Nadie generalizaba como Romney porque se hubiesen tenido que incluir y eso les hubiese causado tremendo desbalance o, al igual que le ocurre a Romney, la burla de “tutti le mundi” (influencia del italiano sobre el español boricua, para que vean que no solo el inglés influye ese español caribeño). Sus generalidades eran casi siempre sobre grupos en particular. Y tengo la impresión, que si Romney lo hace para alinearse con sus iguales, en CCNY lo hacían, en particular aquellos bondadosos y pasivo-agresivo progresistas, para sentirse buenos consigo mismos; peor todavía, al igual que Romney, el cerebro no le daba para más.

“Pobrecito mi patrón piensa que el pobre soy yo”, cantaba Facundo Cabral.  

 *http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2012/09/the-professor-at-urban-teacher.html
 http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2012/08/blogging-theories.html

Monday, September 17, 2012

Educación, Evaluación y Pamplinas

"Cuando estudiaba en la universidad tuve que oír pamplinas a diestra y siniestra sin poder hacer mucho - o quedarme en la clase o darme de baja, y luego, aguantarle a los pamplineros sus correcciones de mi ortografía, mi sintaxis o alguna ideíta aquí o allá. Dudo que ninguno de ellos conociese la historia de la educación occidental, cómo los prusianos influyeron sobre la misma durante el siglo 19, o cómo los americanos con su conductismo y libritos programados la transformaron en el siglo 20; mucho menos, la diferencia entre seguir un diálogo socrático o el uso de conceptos kantianos o piagetianos para entender el cómo piensan los estudiantes. Pamplinas y corrección rígida, y de vez en cuando algo que valiese la pena conocer. Las expectativas educativas están fundamentadas en ideas y son esas últimas las que hay que cuestionar primero."

"The professor at an urban teacher education program was teaching a Socratic method; then gave an assignment to the students: to implement the method at the schools where they were doing their practicum. Most of the teacher education students could not carried out their assignments. The reason: their cooperating teachers said the assignment interfered with their curriculum. At the same school of education, the same professor asked the students to engage in a Kantian and Piagetian open approach to teaching and learning: students select an object of study and are required to explore in an integrated and active manner the phenomena under study. The latter approach enables the students to compare the questions, procedures and concepts they develop with what is documented in the traditional disciplines' literature. If the first assignment caused problems with the curricula, as suggested by the teachers, the latter one drove the director of a school (later on chosen as Director of the Year) to write a letter questioning the professor’s ability to teach educational methods. In conclusion: external evaluation methods and systems will not work unless all parties involved know the foundations of whatever system they are using to evaluate whatever they are evaluating. Teacher evaluation tools are driven by market interests and academicians in search of tenure, and not by a serious understanding of educational issues, histories and much less how the disciplines are structured and go about formulating bodies of knowledge."

Saturday, September 15, 2012

Ausencias (para ser rellenadas)


La ausencia no se llena de presentes

Primera Persona

“La elección de la primera persona” –Vallejo se zambulló directo sobre la pregunta de Schettini–“es porque yo nunca pude aceptar que cualquier hijo de vecino se ponga en el lugar de Dios y me cuente lo que piensan todos los personajes de una novela. ¡Dios no existe!”. (López, Julian. Clarin, 15/09/2012)
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2012/09/blog-post.html
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2012/09/no-llegaron-de-noche-con-gran-cautela.html

Friday, September 14, 2012

Los Pedos del Jíbaro y Allan Kardec

No llegaron de noche con gran cautela, como llegaron los Tres Reyes Magos en aquel villancico puertorriqueño que se oía por los lares y jurutungos de las islas de los encantos. Llegaron sin esperarse en una reunión de literatos etno-céntricos en Nueva York. Llegaron y salieron casi en respuesta a uno de esos constructos atomistas que repiten los que no pueden ir más allá de los datos, los ‘petite’datos.

¡Unjú!, dijo un jíbaro literario, y este otro, el que había entrado por mi culo, lo decía, el ‘unjú’, con una retahíla de pedos bien sonados. Retahíla que la muy lingüísticamente engalanada profesora de educación y etnias no pudo resistir, sus muecas la delataban. Mucho menos pudo evitar el olerlos, por poco se asfixia cuando trató de cerrar los rotitos de su muy anchita nariz. Al menos, calló y paró de citar datos a tontas y locas que no servían para explicar las historias de los jibaros en el noreste de los EUA. Si hablaba, los humos del Jibaro la hubiesen invadido.
Sin esperar respuesta, otro de los allí reunidos comenzó a citar datos y explicaciones sin parar: que si la Mari Mari Narváez en Claridad, que si Fernando Picó en 80grados, que si Jorge Duany en la Revista de Oriente, que si los billones que salían y no regresaban a las islas, que si las multinacionales, que si la economía informal, que si los inmigrantes que sacaban y no invertían, que si Antonio Gramsci y la hegemonía cultural, que si los discursos del imperio y los papagayos que los reproducían sin reflexionar sobre los mismos o darse cuenta que le servían de fotutos a los verdaderos cocorocos. El lingüista, a quien no se le conocía como economista ni científico social, contradijo la muy abarcadora sentencia que la etno-céntrica había sostenido antes de los pedos.

Sorprendido ante su casi automática respuesta, lo miré detenidamente. Estaba algo descolorido, amarillenta su tez, adormecidos los ojos, con una cara que proyectaba felicidad, paz interna; y, distinto a la etno-céntrica, no hacía muecas, ni trataba de cerrar la nariz. Su metal de voz, más suave que de costumbre, recordaba a otro personaje.

Abrí la boca, en shock, No podía creerlo. Era el Jibaro quien hablaba. Cual espíritu a lo Allan Kardec había entrado en el cuerpo del lingüista. Sus planes no eran entrar en mi cuerpo solamente.* Sus maquiavélicos planes* incluían penetrar en todos los cuerpos posibles. Claro, valga la aclaración, donde no pudo entrar fue en el cuerpo de la etno-céntrica o en el de quien se negara a reproducir sus cuentos, oler sus pedos.

http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2012/09/eructos-y-el-jibaro_2219.html

Teorías de la bloguería

Ninguna cualidad distingue más al internet y sus escritos de la literatura de imprenta que su capacidad para el enlace inmediato. Con una rapidez extraordinaria, la Red permite aclarar dudas sin tener que esperar edades para encontrar otras fuentes, otros lazos, explicaciones u opuestos. Se llega al punto de encuentro sin tener que esperar por caminos lineales. Aunque no tuvo todos los recursos electrónicos, Cortázar se adelantó; y los espíritus de Allan Kardec* lo predijeron.   

* http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2012/09/no-llegaron-de-noche-con-gran-cautela.html

Sunday, September 9, 2012

Eructos y el Jíbaro

Tremendo susto: sentí un dolor en el pecho; azorado, me levanté, corrí a buscar una aspirina, y en camino a llenar un vaso de agua, eructé. Era un gas atorado en el pecho. ¡Qué alivio! Después de todo, a esta edad se puede uno ir para el otro lado más ligero que rápido, y sin querer, puede terminar hecho polvo o espíritu o simplemente volverse otro gas.

El eructo tenía un sabor muy particular que no era el del biftec encebollado con mucho ajo que me acababa de comer, y mucho menos evocaba los residuos del desayuno, dos huevos pasados por agua. Sabía a metal. El eructo, no los huevos del desayuno. Otro susto. Sabor a metal en el paladar no es algo que un cuerpo normal desee.

¡Eureka! Era el Jíbaro. * Aunque hacía meses que lo había digerido, seguía mandando mensajes. Recordé su sonrisa y carcajadas, sus dientes de oro y sus muelas empastadas con plomo. Cuando entró en mi cuerpo (véase relato sobre este asunto en otro blog) no dejó nada fuera, incluyendo su engalanada dentadura. Por suerte, se había quitado la gruesa cadena de dieciocho quilates, el reloj de oro y sus sortijas cargadas de piedras preciosas; las que nunca soltaba. Hasta cuando se ponía pantalones cortos y zapatillas se encasquetaba la extensa joyería; “look” de bolitero del Sur del Bronx en pleno verano.

No que hubiese sido un problema, digerir y triturar el oro, me comentó un médico. Ese metal es usado por los homeópatas como elemento que combate las tendencias suicidas. Quizás era por eso el Jíbaro no tenia tendencia suicidas; por la cantidad de oro que siempre tenía puesto encima. Ni las novias hindúes se ponen tanto metal amarillo; y si Bollywood está en lo correcto, las novias hindúes tampoco son suicidas porque la gente se pasa bailando y cantando. El Jíbaro era transformista y esa creencia y su escuela, los transformistas, lo llevó hasta donde se relató en cuentos anteriores, y hoy, hecho gas; eructos, pedos y otras emisiones no materiales lo comprueban.


Crónicas de 
Revertidos/Travestidos                                       

                                   Gerardo Torres Rivera
                                   © 2012 Nueva York/Puerto Rico

http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2012/09/teorias-de-la-blogueria.html

Wednesday, September 5, 2012

Manhattan es mi terapia

La terapeuta me sugirió que controlara los vicios. Y su forma de ver el mundo, ¿quién lo controla? ¡Allá ella, si no quiere crecer! Los vacíos pos terapéuticos me obligan a enmarcarme en una etapa. Hoy, supongo que debo partir de una postura económica cronológica y concluir que tengo suficientes años para ya haberme madurado hacia la clase media o haberme hecho intelectual de modales europeizados y hablar haute criollo, tratar de aparecer en las páginas literarias, en los cuadros que recuerdan el momento cuando aquel o el otro estuvieron en tal o cual conferencia y discutieron a Borges y sus marcos filosóficos, universales. Es que no puedo; prefiero leer a los que me hablan sobre asuntos cercanos a sus vidas sin tratar de ser parte del mundo entero; claro el mundo occidental es al que ellos se refieren. Mi terapeuta es freudiana.

Mi terapeuta me llevó, no fue ella, fue su conversación, hasta el East Village – Loisaida para los boricuas – donde vive la significativa otra, la que fue presidenta de mi clase graduanda. Siempre se creyó que era más fast que yo. Pues no lo es. Porque yo aprendí en las mejores barriadas de la isla; y ella, ella lo aprendió en la pequeñita realidad de la clase media, bien pequeño burguesa, de lejos, en la urbe Sanjuanera. Yo no. Yo me crié entre, 'Mira, baja si no quieres que suba, oíste.' Ella se cree muy too much. Ay nena, porfaplis, yo sé que lo de ella es todo afectación literaria, a lo Jean Genet. Regresó de Francia a documentar cultura popular, pliis. Yo no. Yo la viví.

La significativa otra anda buscando textos antiguos que describan a los obreros que emigraron a las colonias. A todas las colonias, desde Alaska hasta la Patagonia. Supongo que quiere re-escribir las crónicas. Por poco sucumbo ante sus maquinaciones. Después de visitarla, caminé desde Rivington hasta la Quince, visité al Ariel, pasé por la Taza de Oro, abarrotada como siempre, ordené una mixta para llevar, y cuando llegué a mi apartamento, fue que caí en cuenta y me dije que no, no, no, no, no y no. Me dije que no y que no. Me pregunté que por qué, y me restallé porque no. ¿Es que acaso me creo que no tengo principios? ¿Es que acaso me creo que me vendo barato? No, me contesté. Esto fue en casa, sumamente dramático, caminado solo por la sala, después de ese signo corporizado haberme pedido que escribiésemos una novela rosada contextualizada en una lucha obrera. Y en ese monólogo donde ambos hablábamos, me dije, diciéndole, 'Nena, ¡¿tú estás loca?!'

Monday, September 3, 2012

Cucarachas

Cuca was a common nickname In the Puerto Rico of my generation. What a funny nick since it is the first part of the Spanish word for a roach, and also the word is  used to name the snots inside your nose,  as well as a type of cracker; not a white man from the USA South but the ones made out of flour.  

To speak of my generation is to accept the life that had been and the many cucas that were met; either through nicks, or snots, or crackers, or the small roaches in the apartment in New York or the big ones that fly in San Juan, or Kafka’s story, or Pietri’s roach that kills itself because life in a ghetto, any ghetto, can be so oppressive that death is the only option.  
Cuca was also the nick of a girl I desired during my pre-adolescent years. And as time passes before your eyes, the cucas, crackers, roaches and loved Cucas of the world shape your vision and the vision shapes you.  

Karma is not longer important as you speak of your generation and what you have done to kill each of the cucas that came across the sexual paths, the crackers eaten, the snots that came out from your nose, the ones in New York or in San Juan, or the roaches you became.  And some did not die like Piestri’s roach since the ghetto not longer exists.

Colonias: Blanquitas como un jazmín

Blanquita como un jazmín, dijo una señora con mucho gusto en los labios, un elogio de lo blanco y un placer al saber que su nieta, hija de un jabao (persona con pelo rizo, ensortijado, facciones anchas y piel clara) y su hija, una mujer del tipo que era clasificado como pardo en el siglo XIX, le naciese más blanca que todos los demás en su familia. En el país caribeño donde vive la señora antes mencionada, la blancura rige, casi tanto como tener dinero o títulos, un país independiente, liberado hace muchos años del coloniaje español (eso creen ellos). Es obvio que en las colonias se coloniza, y que este proceso afecta tanto a los que viven bajo estados coloniales como a los que supuestamente se independizaron. La colonia sicológica no deja de existir una vez la potencia colonizadora desaparece.

La colonización no sólo afecta a los colonizadores y sus descendientes (todo el mundo en Latinoamérica sabe quienes son estos descendientes) o a los otros habitantes de una colonia: los descendientes de los grupos colonizados o esclavizados; también repercute sobre los que componen sus diásporas, los auto-nominados miembros que se mudan al exterior y continúan identificándose con el país-colonia o ex colonia. La colonización no es un tema que puede discutirse en blanco y negro. Una vez el país logra su independencia política, ¿se para el proceso colonizador o sigue su ritmo a través de otras vertientes?, ¿pueden los descendientes de los colonizadores ser evaluados de la misma manera que los que no lo son? Con ver la televisión mexicana, con sus mujeres rubias y esbeltos blanquísimos caballeros, basta para darse cuenta que la colonia sicológica sigue y continúa siendo impuesta por las clases en el poder: los hijos de los colonizadores. En Santo Domingo, los negros son los haitianos. “Y tu agüela dónde esta”, preguntó poeta Fortunato Vizcarrondo, y Nicolás Guillén nos dice en MOTIVO DE SON, "Tan blanco como te ve/ y tu abuela sé quién é." ¡

¡Qué mucho descendiente de españoles encontramos entre los cubanos en Miami!, me comentó una española con cara de incrédula. Hasta que se hurga en su pasado y las sombras empiezan a aparecer, la colonización se va aclarando.

Los descendientes de los colonizadores son los que más se benefician de las nuevas relaciones coloniales. Cuando algunos independentistas puertorriqueños, procedentes de la antigua burguesía, defienden nuestra cultura como hispánica, demuestran con esta idea los residuos de la colonia anterior. La colonia sicológica es tan nociva como la geográfica-económica-militar. Aunque no fuésemos colonia política de los EEUU, nuestros problemas de clase, color de piel y apellidos continuarán siendo contaminados por esos otros factores que tanto afectan nuestro sique. Para muchos de nosotros, que no procedemos de las clases en el poder, es tan difícil dialogar con un burgués independentista como lo es con un gringo; porque sabemos que sus antepasados esclavizaron a los nuestros.

Nota aclaratoria: Que este corto ensayo no se entienda como una defensa de la colonia jurídica, militar y comercial que hoy se vive en la isla de los encantos.