Y entonces
Quien último te acompaña durante la tercera edad es tu salud, tus ritmos vitales y tus manías de viejo. Y te preguntas, y entonces, qué hago para continuar la vida estructurada para los que vienen y no los que nos vamos.
Dormir como un bebé no se aplica a los sesentones. Me quedé dormido a las ocho de la noche, desperté a las 11:30, me dormí de nuevo para ser despertado por la alarma de fuego, activada por un apagón del sistema eléctrico, la tecnología me arregla los huesos y me despierta todas las noches, me duermo de nuevo, alarma de nuevo a las 4:00 am. Me levanté, y como dice el hermoso bolero de Sylvia Rexach, "Y entonces", donde la sentencia es a la misma vez pregunta y función léxica: conjunción o adverbio o simplemente pausa estilística; decidí seguir el día.
"Y entonces....", pausa, para luego seguir con la canción, sirve de fuente del conocer revelado, ausencia del dato organizado o sistémico en su naturaleza. Naturaleza y sistema se contradicen, siempre viven como hermanas jamonas, pegadas una a la otra: la mayor gana, la más vieja, aquella que la misma naturaleza en sí misma es. Naturaleza que me lleva a desear; el sistema, a controlar.
No salga de noche, don Gerardo. Y entonces.
Tuesday, September 22, 2009
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment