Thursday, September 29, 2011

Un Jíbaro en África


Don Juan Carlos, emperador de Las Antillas, dueño y señor de la mulatería, la negrada, el mestizaje,  los pocos aindiados que quedan, y de todas las demás razas puras de estas islas, patrimonio cultural de la tierra es lo único que recuerdo del discurso que dio quien me acompañaba y me introducía a un público que no tenia caras, en el sueño que tuve anoche. (Solo yo sueño con ser emperador de Las Antillas.) Ni Carpentier con sus delirios de grandeza lingüística, machista, soñó con ser emperador; soñó emperadores y con “wannabes” de emperadores, pero no ser emperador.



Mis sueños concuerdan muy bien con la evolución de mi personalidad. No es que quiera ser emperador.



Cual escultura griega esculpida por los mejores cinceles de su época, he trabajado esta personalidad con los más avanzados recursos del siglo veinte; hecha a imagen y semejanza de las clases medias internacionales. No se puede contradecir el hecho que si la Grecia clásica dictaminó lo que debía ser un ser - valga la concordancia de la redundancia, la África ancestral sentó las bases para un estar. (Te das cuenta como "me boto" con el idioma.) Tanto concordar me lleva al deseo de armonía que tanto busco, y que si no hubiese sido porque me vi obligado a dejar mis planes de hacerme modisto y mudarme a Nueva York, quizás no lo hubiese emprendido.



Mi mudanza a Harlem me confirmó los deseos de conocer al África. Claro, primero fui a Egipto y luego al África occidental. En Alejandría compré unos espejos pequeñísimos, preciosos, cuyos marcos tenían escritas unas oraciones. Mi sorpresa fue tal, al enterarme que eran traducciones al griego clásico de textos de Jorge Luis Borges, que quedé anonadado (palabra aprendida de gays argentinos.) Cual joyas guardadas por Indiana Jones me los llevé a la tierra de los Yorubas, donde terminaba mi tour y donde se rompieron los espejos. ¿Mal agüero?



El clima provoca y África central tiene el mismo clima del Caribe; ese clima caliente donde nos criamos. A nuestros padres nunca les provocó la costa, ese clima caliente, las veinte y cuatro horas del día los desanimaba. Nuestros padres eran de las frescas y brumosas montañas de Jájome, del Caribe montañoso. Jíbaros, gente en una isla que no usaba el mar, gente que disfrutaba de la frescura de la tarde y sembraban la tierra. Nunca se integraron al nuevo entorno. Yo no, yo siempre me sentí más urbano.



Al mudarse nuestros padres a la costa, tuvimos un entorno distinto al de ellos, más moderno, más desahogado con la cultura, más a tono con el milieu afroantillano. Nuestros padres oían cuatros y cantaban décimas. Nosotros bailábamos salsa y música afro-antillana. Por eso, el año pasado, me fui a África. (Es que también soy muy trendy, y en Nueva York es de rigueur ir de paseo al África, y hasta adoptar niños.)



En África, la religión fue lo más difícil de entender. Ni mis conocimientos sobre las teorías de la evolución me desemborujaron (acabo de descubrir que este vocablo lo heredamos de los Canarios, borderline africanos) los signos a los que me enfrentó la religión en el continente madre. (Si tenemos madre patria, pues tenemos continente madre.) Yo sé que mi desarrollo es inevitable. Ahora, este desarrollo no ha sido orgánico, ha sido forzado. También, lo sé. La religión también se desarrolla, también lo sé, pero en África, ambos chocamos.



Mi etapa (aquella donde estaba, como resultado del viaje al África estoy en otra estapa) y los signos de la religión en África no concordaban, provocándome un desconcierto, un estado de desequilibrio Piagetiano. (Ves que cito y cito) Bien pesado que fue este sentimiento de desequilibrio, pero fue bonito lograr la transformación de esos sentimientos durante el desconcierto que causaron los signos de la religión en África, que no son los mismos signos de la religión con la cual yo me crié en mi pueblo, y mucho menos los signos religiosos de los jibaros en Jájome.



Ese pueblo que mira hacia el sur, el Caribe, no es África, a pesar de lo africano que puede ser, especialmente en cuestiones religiosas. A ese pueblo que siempre mira hacia las otras islas, lo conocí mejor en África. Ese pueblo por donde se paseaba Tembandumba de la Quimbambas, ese pueblo de donde salió una de nuestras cantantes nacionales. (Esa muy atrevida nena, durante una celebración de la cultura puertorriqueña en Nueva York, habló de nuestra herencia hispánica; cuando ella era más prieta que el fondo de un caldero.) De todas maneras, ¿qué tiene que ver lo prieto con la conciencia y los signos mal entendidos?




Monday, September 19, 2011

Tuntún de Patulecos y Heterolecos

“El que se pica es porque ají come.” (Ñañi la de Yeyita)

“Con cacareo de maraca
Y sordo gruñido de gongo,
El telón isleño destaca
Una aristocracia macaca
A base de funche y mondongo.” *

Cuentan las leyendas de Santa Rita de Rio Piedras, que un ex presidente de la universidad tenia fama, lo acusaban de ser patuleco. No por ser la loca descarriada, que suelta plumas por aquí y por allá; por dar grandes fiestas donde se servían manjares y vinos exquisitos a muy importantes dignatarios y cocorocos. Quienes lo acusaban por ser tremendo miembro de la fauna eran los lideres de tal o cual organización sindical, política, representantes de las grandes masas populares. Ese pueblo, compuesto por todos y todas, menos los patulecos; que a esos se les puede ofender.

“Calabó y bambú, bambú y calabó”.*

Un joven sudamericano, procedente de un país andino, es tratado en San Juan con esa cortesía que los puertorriqueños conocen como, “con distancia y categoría”. El joven, miembro de las clases pudientes en su país y acostumbrado a que se le oiga y atienda sin miramientos cuando entra a cualquier oficina, negocio o centro de servicio, no entiende porque no es recibido por los que él considera como colonizados con la pleitesía que su status se merece.

“El gran cocoroco dice tocotó, la gran cocoroca dice tocotá”.*

Un elegante y bien parecido joven, criado en el seno de una familia al borde del proletariado, progresista y defensor de los derechos civiles, quien también gusta de los hombres maduros, los buenos restaurantes, la opera, el ballet y caculear socialmente, es regañado por su nueva pareja: un hombre gay de la tercera edad, perteneciente a los altos círculos sociales y económicos de la isla de los encantos. El regaño lleva al joven a cuestionar todo su andamio y escala de valores. El porqué del regaño: por saludar y hablar con familiaridad con uno de los camareros en una fonda de San Juan.

“El cerdo en el fango gruñe: pru-pru-prú. El sapo en la charca sueña: cro-cro-cró”.*

*Luis Pales Matos. Tuntún de Pasa y Grifería.

Sunday, September 18, 2011

Las Ventanas de Harlem

Desde la misma y bien curada esquina del sofá, con la espalda hacia la sala y la cara fija en la ventana que se abre a Nueva York, el Harlem pasea a las chicas entaconadas, vestidas para caminar por cualquier boulevard que atraviese el inmenso barrio, ancho y movido por una compleja red de relaciones, kioscos, tenderetes: lo que decida vender el bazar africano junto al bodeguero dominicano y sus productos tropicales, o el jamaiquino con sus patties rellenitos e infladitos a lo rasta; el cordero de los árabes de Broadway y la 125, ese delicioso y mágico arroz con canela, a precios módicos, comer requetebién sin tener que bajar a las estafas de downtown, mientras el California Dreaming es anunciada por la más neoyorkina de las emisoras retro, los Mamas and the Papas siguen vivos, y Marvin Gaye es acompañado por el grito boricua, “¡ueepa!”; antes y después de alguna mudanza a otra ventana en una sala con vista sobre las azoteas, techos, escaleras y otras ventanas y otras llenas de caras fijas en los patios interiores de los edificios, los momentos de la historia de cada cuadra, calle, barrio en Nueva York y su grandioso Harlem; el que pasea a las chicas entaconadas en busca de una mirada, un helado en la esquina o el mar de espejos en cada ángulo del Harlem de todos nosotros.

Monday, September 12, 2011

Fabulozzas, Missólogos and LaTogne












“Cuando la conciencia es ligera, el ego se apodera; en conciencias más complejas el ego también se apodera.” Cuqui Bernardini, Miss Guaynabo Forever

OMG (Oh my God in the language of techies) tonite is the night, the night that every self respecting misiólogo expects with ansias locas, the night when them all, “the most of the mostest” (very Rican gay expression that was fashionable around the late sixties among the faab and fast who used to hang out in the Bon Soir, the notorious dancing bar in Eight and Sixth Avenue), when they parade themselves with that very unique walk: left hip leads the way as the left foot is stepped in front, followed by the right foot, immediately placed behind the left one while the face is lightly turned to the right with a perennial smile, slowly, graciously moving their arms like waves in the Caribbean sea. It is the night when in the company of friends who form part of their inner circle and are often part time missólogos*, even gay men who otherwise dedicate themselves to more accepted forms of literary or artistic beauty (many of them would not talk publicly about it among heteros), will find something to say about the latest beauty queen. Sometimes in appreciation, sometimes sarcastically, but something will be said. In the search for beauty gay men can transcend the limits of political or intellectual correctness.

There are few or no possibilities of finding a gay man who does not know someone involved in the world of fashionistas, hair dressers, decorators or those who love to talk about Galliano, Saint Laurent, Channel or the current beauty queen. In Latin America, the latter are called missólogos: men who follow fashion models, beauty contests, their lives, failings and successes, change of careers, who they marry or date, and how they compare with previous ones or the ones to come. Web sites, magazines, study groups, clans and rivalries characterize the world of the misiólogos They have their own dialect and ways to describe their objects of study, their desires.

Fabulozzas (In order to meet Rican missólogo gay sensibility the phoneme for the letter z must be pronounced like the English sound used by some North Americans when they say a word like Jezzus; never like the Castilian version of the zeta, much less the Latin American one). Fabulozzas is how LaTogne (nom de plume used by a particular inner circle of friends when referring to one of the few missólogos in their coterie, and his real name shall be kept a secret since he is an accomplished engineer who is also well known among the followers of classical music in San Juan) and how his net of inter-American group of missólogos describe the women who spend their youth pursuing physical beauty while planning other goals. Goals which can be as varied as the students of beauty queens who follow them, and as strict as their unique walk: left hip, followed by right foot, perennial smiles.

If you hang out with gay men there will always be at least one who loves them, adores them, and find in their shapes, lines, colors, structures, movement, perspective, a little bit of intellectual depth (not much since a lot would destroy the mystique) and historical value. Say what? Historical value? Yes, very post modern: women who show their quasi-naked bodies to the world are post modern retro while being traditional. After all there is a reason why those women competing in the Miss Universe contest still wear their hair like Charlie’s Angels. Very seventies, indeed!

Tonite is the night and at this latter part of a senior’s life there will be no time to watch the beauty parade nor get together with a group of friends to dish and camp and laugh at the world of missólogos and their “girls”. By eight, the news would put a late sixties man to sleep while the “baba” falling from the side of his mouth wakes him up and forces him to turn off the evening news, put away the glass of milk and evening cookies snack, abandon the comfort of the sofa and go to bed. A new day will come and the queen will be front page, and LaTogne will call from Brazil and give all the details, and dish and camp and laugh at the lives of missólogos and fabulozzas, egos and beauty queens.

Wednesday, September 7, 2011

Acertijos: Oxigenada

De noche, quise ser rubia
De día, amanecí sin color.

(Yeyita la Petite Yanqui, 07/09/11)

Thursday, September 1, 2011

Ty's, Vaqueros y Boleros

Amanecí otra vez entre tus brazos
¡Qué reguero de sabanas!
y desperté llorando de alegría
Tantas toallitas, manchas, muchas manchas
me cobijé la cara con tus manos
¿A qué hora se habrá ido?
para seguirte amando todavía.
Por Ty's no vuelvo en buen tiempo
Despertaste tu casi dormida
¿Qué me dio con traerlo a mi casa?
me querías decir no se qué cosa
Bar de vaqueros en Nueva York
pero callé tu boca con mis besos
Vaqueros de weekend
y así pasaron muchas, muchas horas.
John Wayne en Manhattan
Cuando llegó la noche
Con sus jeans y sombreros
apareció la luna
Se paran en pose de corral
y entró por la ventana
A conseguir reses de toda especie
qué cosa más bonita
“I Iove latin men”, me dijo
cuando la luz del cielo
Sin otro trick disponible
iluminó tu cara.
Me lo traje, no estaba mal
Yo me volví a meter entre tus brazos
Italiano de Brooklyn, Flatsbush beauty
y me querías decir no sé qué cosa
Que te gustaban los boleros
Qué mal sabor dejan las cervezas americanas
pero callé tu boca con mis besos
Al menos, la resaca no es tan grave
y así pasaron muchas, muchas horas.
¡Wow! ¿Ese cd player sigue encendido?