Tuesday, June 16, 2015

JABIBONUCO: Las Cenizas

7. Las Cenizas

Sor Bernarda escogió un poema de Rafael Alberti para explicar el camino que ella escogió seguir. Monja feminista: política, religiones, razones para la quema de los archivos. Un poema donde el autor le pide a los turistas que van de visita por Roma, que no se fijen en sus monumentos, y que presten atención a los perros que están meando. Luego, sin perder el hilo de la conversación, casi en la misma oración en la que citó el poema de Alberti, habló sobre un monje trapista, también poeta, y cómo murió, asesinado, según ella.


A principios, no entendí la relación entre Alberti y el monje trapista, hasta que sugirió que el monje era muy ingenuo, y que por no fijarse en los perros que meaban cerca de él, ciertas fuerzas obscuras,  neo-góticas, que seguían los principios de la iglesia medieval que quemó a Jabibonuco, decidieron electrocutarlo. 


Sugirió, me advirtió, que de yo seguir indagando en textos, lenguas y cultos prohibidos podía correr la misma suerte de los otros. Que por ella no tenía que preocuparme.  Está protegida:  ligada con grupos feministas de monjas liberacionistas, incluyendo a sus hermanas en el convento de Caparra, y su empecinada búsqueda de una transformación de las doctrinas cristianas.  Además, están todas. enclaustradas o no, enlazadas a través de conductos electrónicos y distintos medios de comunicación. Se sentía segura, no corría peligro, por ahora.


Ante la pregunta sobre la quema de los archivos y si ella fue quien trató de corregirlos, dijo que ya estaban algo editados cuando las monjas los desempolvaron, y sobre la quema de los mismos no dijo nada, sacó de su bolsillo un pequeño iphone, y me abanicó con el mismo.


Caminamos por la solitaria playa hasta el sitio donde había quemado todos los archivos, los de Caparra y los de Cádiz, y me dijo que en el día de la incineración no se fue de la playa hasta que la marea subiera y su espuma cubriera las cenizas; tierra, agua y cenizas juntas. Una tarde muy lenta. la luz del sol poniente penetraba todo.

 
                               
©Gerardo Torres Rivera
Nueva York – Puerto Rico, 2014


               http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-1-el-guanin_14.html


                                  

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