8:30 a.m.: Amiga: En un estado de ánimo acelerado, cargado de ansiedad, placer y miedo juntos, por causa de la tormenta que se avecina, me llamó quien dedicó su vida a cuidar padres, sobrinos, hermanas; y ahora está vieja y sola. No paraba de hablar de la preparación, agua, los vientos, inundaciones, los embalses, tormentas anteriores. Y yo todavía no había terminado mi seguna taza de café. Tratè de hacer alguna que otra pregunta. Su cadena de preocupaciones y tragedias no toleraba intervenciones. Mi ansiedad aumentaba y, en un momento, se lo dije: "Me estás poniendo ansioso".
9:00 a.m.: ¡Albricias! Mi reconocimiento activó sus neuronas reflexivas, cayó en cuenta, pidió perdón. Aproveché la micro-crisis, el desequilibrio, "el centro vacío del huracán", y me despedí rapidito. Ahora tiene la tormenta acompañando su remordimiento por haberme puesto ansioso.
12:30 p.m.: Pos ansiedad - Al colmado, antes que cierren - agua, linternas, gas, enlatados, y vinos tintos para calmar las turbulencias y tormentas.
No comments:
Post a Comment