Saturday, September 5, 2015

BARRUNTOS EN LA PLACITA DE SANTURCE

Llevaban casi dos horas sin moverse mucho, y lo hacían cuando pasaba alguien por entre medio de ellas. Después de comer lo que le regaron por el piso, las palomas decidieron quedarse paradas en la plazoleta que está al lado de la Placita de Santurce. Si volaban, poco era su despegue: unas pulgadas para dejar paso.

- Barrunto, los animales detectan con sus sentidos los matices más sublimes del ambiente. Nosotros ni podemos oler bien. Barrunto. El otro día, mi perro dejó de ladrar. Y al segundo, un trueno.
Barrunto. Los animales predicen.

Sus mejores enemigos, dos o tres gatos, se aprovecharon del barrunto y sus efectos para saltar como felinos salvajes, caer sobre ellas, y llevarse algunas de las muy afectadas palomas. Las demás no formaban revuelos ni aleteaban como locas en busca de un cordel eléctrico. Se movían un poco y ya, para dejarle paso a los muy orgullosos y temerosos gatos con ínfulas de tigres, arrastrando sus presas hasta los callejones y escondrijos en los alrededores de La Placita.

- Barrunto. Por allá por donde tuvieron un tsunami, se ahogó medio mundo, menos los animales; se salvaron casi todos pues cogieron para los montes. Uno sabe que eso es porque ellos son muy sensibles. ¡Qué cosa: como son los animales!

Los gatos no se acercaron a la comida que regaron por todo el piso. Con la comida son quisquillosos. Por el contrario, las palomas, con su corte de rapiñas, son menos selectivas, Los gatos no son vegetarianos, ni amantes de embarres: hojuelas de maíz cubiertas con miel y picadura de marihuana. A las palomas, les gustó tanto el embarre, que las dejó arrebatadas.

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