Juan Rulfo dijo que abandonó la universidad cuando en ella dejaron de dar cátedras para dar clases; y si el reconocido autor visitase, de estar vivo, algunas aulas de la Escuela de Educación en CCNY y otras instituciones de educación superior, encontraría -más de lo que la institución presume- un número significativos de “ni cátedras ni clases”. Fuera de las presentaciones, alguna que otra lección o connversatorios, proyectos en grupos en los cuales los profesores (quienes desconocen las diferencias didácticas y sus fundamentos e historia) sólo dan opiniones como cualquier hijo de vecino sin saber qué hacer frente a las diferencias individuales o por qué los ponen a estudiar en grupos, fuera de no pasar mucho trabajo, o dictan conferencias vis a vis caminar los distintos "llanos en llamas".
Donde único se exploraban estas interrogantes, el qué hacer y el por qué del cómo o cómos se hace, era en el Workshop Center for Open Education antes de que lo convirtieran en un salón personal de educación y ciencias elementales. Las preguntas, reflexiones y los vínculos multidisciplinarios, multilingūísticos, multiculturales, multiliterarios que allí surgían, y que en cada momento, actividad, dinámica eran exploradas, fueron sustituidas por proyectitos de escuela primaria que no fomentaban una compresión integral y seria de la educación. (Muchos confunden los contenidos y currículos taxonomizados y jerarquizados con la enseñanza y aprendizaje).
Ni clases, ni cátedras (aparte de un conferenciante, invitado anual para satisfacer un ego trip), ni investigación erudita de las ideas y prácticas didácticas de Simón Rodríguez, Luis Iglesias, Isabel Matos de Freire (esta lista de educadores latinoamericanos que promovían lo que en el WCOE se llevaba a cabo antes del centro educativo existir es extensa y no cabe en esta descarga), ni cocinar un buen sancocho criollo o preparar una ensalada de viandas con bacalao para investigar el por qué del uso e integración de los tubérculos en el currículo y comedores de las escuelas de Nueva York; mucho menos una exploración de la tierra como lo hace Rulfo en el Llano en llamas: "la tierra que se transforma en miseria para las personas que viven de trabajarla..... una especie de infierno terrenal en el que los hombres van perdiendo la esperanza y además las ganas de vivir y de luchar por algo mejor".* O, por lo contrario, la tierra, los ñames, yautías, apio criollo, calabazas, zanahorias, yucas como fuentes de comidas y sabiduría.
*(Guillermo Correa Bárcenas. "Juan Rulfo y el campo mexicano". https://www.mexicampo.com.mx/juan-rulfo-y-el-campo-mexicano/)
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