EL RUISEÑOR Y LA ROSA-
¿Es que nadie recuerda la fábula
del impecable maricón irlandés?
Para crear el ruido de la música
el poeta necesita la espina
contra el órgano anónimo apretada.
el traspasar del líquido escarlata,
del líquido albo, del líquido incoloro.
Y la cruenta transfusión terminada,
su cadáver pisoteado por los carruajes
bajo el fango de la nieve y el barro,
dejar tras de sí la rosa roja, perfecta,
que terminará en la cuneta, a su lado.
10.02.2012
AVC
Monday, February 20, 2012
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment