Saturday, October 4, 2014

LOS BALAUSTRES DE GUAYAMA

Balaustres, miles de balaustres, de madera, hierro o concreto. ¿Cuántos quedan? Cuántos fueron reemplazados por rejas? ¿Cuántos dejaron de existir, de jugar el papel de arbitro, de servir de signo; quién subía al balcón o quién pasaba, quién no era reconocido o quién solo se podía quedar en la acera?

"Un balaustre o balaústre (del griego, balaustion; latín balaustium, ‘flor de granada’) es una forma moldeada en piedra o madera, y algunas veces en metal, que soporta el remate de un parapeto de balcones y terrazas, o barandas de escaleras. El conjunto de balaustres se denomina balaustrada."*

Los cajones de concreto que reemplazaron las muy elegantes casas no tienen balaustres, no tienen lo que una vez servía de clave para determinar las relaciones de clase, color, estatus en Guayama.

La mulata - "de color" era cómo se les conocía; "ella es una señora de color, trigueña", decían; nadie hablaba de mulatos -  paraba frente al balcón y hablaba con los blanquitos del pueblo. Podía parar porque era una de las directoras de escuela y con ese rango se permitía saludar y hablar desde la acera. No la invitaban a subir ni tampoco la invitaban a las fiestas en el club privado donde solo iban los blanquitos. Sus hijos hoy reclaman haber sido parte de aquella blancura - memorias de conveniencia; viven en los cajones de concreto sin balaustres.

"Los ejemplos más antiguos se muestran en bajorrelieves de los palacios asirios, donde se empleaban como balaustradas de ventanas, con lo que en apariencia parecen capiteles de orden jónico. No parecen haber sido utilizados en Grecia antigua ni en el imperio romano.

Ejemplos de finales del siglo XV se encuentran en balcones de palazzi en Venecia y Verona. Estas balaustradas del quattroccento no tienen todavía precedentes identificados en la arquitectura gótica y forman columnatas como alternativa a las arcadas en miniatura."*

Balaustres, miles de balaustres se perdían de norte a sur y de este a oeste en las calles del cuadriculado pueblo; el único que fue planificado antes de ser poblado; el que antecede a los cajones de concreto que lo rodean, con marquesinas para carros, sin balcones, sin balaústres, donde los hijos del policia, o la maestra, o el tenedor de libros puedan aprender a distinguir entre quién se puede parar frente al balcón, quién puede entrar y sentarse en una de las mecedoras y quién tiene que seguir de camino; sin poder conocer los tantos grados de separación que existen entre ellos y otros; entre la sierva y el apellido; entre el hijo del policía y el hijo del dueño del colmado.

".......Rudolf Wittkower, historiador de principios del siglo XX, .... resalta el antecedente de Giuliano da Sangallo quien las usó profusamente en las terrazas de la Villa Médici, en Poggio a Caiano, alrededor de 1480, las empleó en la reconstrucción de edificios antiguos, y legó el motivo a Bramante y Miguel Angel. Con este último las balaustradas ganaron popularidad ya en el siglo XVI. Wittkower distingue dos tipos, uno de perfil simétrico con una forma bulbosa sobre otra invertida, separadas ambas partes con un anillo, y otra con forma de vasija, que fueron empleadas por primera vez, según Wittkower, por Miguel Ángel."*

Dos novelas, El hijo del Policia y El hijo de la sierva,  escritas casi al final de las vidas de sus autores, retratan los laberintos, negaciones y realidades alteradas que viven sus protagonistas en distintos pueblos, con distintos balaustres.

En El hijo del Policía, Gerardo Torres narraría las vivencias, negadas y alteradas por un joven médico, quien alcanza vivir una vida al borde la burguesía criolla. Sus reflejos en múltiples espejos, no es lo que ve, es lo que ha armado para justificar los tantos grados que lo separan entre él y su verdadera historia: un mulato claro que se auto-clasifica como blanco; un homosexual que se casa por puras apariencias; un descendiente del mundo proletario que presume de ascendencia aristocrática.

"El arquitecto y tratadista español Diego de Sagredo publicó en Toledo (1526) su tratado Medidas del Romano que tendrá una influencia notable tanto en la arquitectura española de la época como en la europea a través de diversas traducciones de la obra. En el capítulo De la formación de las columnas llamadas monstruosas, candelabros y balaustres juega con varias combinaciones entre estos elementos arquitectónicos......"*

August Strindberg en El hijo de la sierva, una novela de tintes autobiográficos, recoge las vivencias de la infancia y adolescencia de su vida como hijo de una criada. Aunque el autor reconoce explícitamente en el prólogo que los acontecimientos narrados se corresponden con sus propias experiencias, advierte también de que es humanamente imposible  narrarlas con suma sinceridad; aunque es fácil adivinar que el carácter tumultuoso y muchas veces contradictorio del autor sueco tuvo su germen en esos primeros años que él vivió en un permanente estado de infelicidad y, sobre todo, de lucha.

"El balaustre es a menudo un medio para datar mobiliario o elementos arquitectónicos antiguos. Por ejemplo, el diseño torneado de balaustres en los muebles de roble del período de Carlos II de España, es característico de principios del siglo XVII."*

Ambos personajes, el hijo de la sierva y el hijo del policía, viven en universos paralelos a los que sus verdaderas historias cuentan, un tipo de esquizofrenia social, sintomático de lo que el tan estratificado mundo contemporáneo obliga a muchos, a re-escribir sus historias para poder sentirse encajados en algo tangible.

Niegan lo fluido de la historia, lo nada permanente de la existencia; los muy dinámicos balaustres que a la vez los separaban y vinculaban con los otros.

Muy parecidos a los balaustres en Guayama, la arquitectura normanda agregó "...... basamentos y capiteles, además de utilizar formas cilíndricas simples para los balaustres, asemejándolos, en consecuencia, a pequeñas columnas."*


*http://es.m.wikipedia.org/wiki/Balaustr

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