Monday, January 4, 2016
EL VELORIO AL QUE NO FUE OLLER (no hay duelos lineales)
No hubo baquiné, que no hubo baquiné, que tambores sí hubo, señoras emperifolladas que elogiaban la moda, "me encantas tus uñas, de amar al amado", en velorio, nada de pésames, "sus, mis cocolos", cantó el poeta guayamés, elogiaban la moda, "de negras caras", seguidas de sus meninas, disfrazando lo cafre, por la encendida funeraria antillana, sacan en cara favores, "malagadecido, viejo malagradecido", a gente que ni conocen, "tronad tambores", en velorios, "que su tío es pato, pato es", no lo rechazan, no lo aprueban, que se puede dejar plantado, "después yo hablo con él", te fuiste con las madamas de la cafrería, "dicen que usted está a la moda", de espaldas al cadáver, allí en la calle antillana, "sus mis cocolos", de la forma más descarada, "de ese palo salió la luz, en esa tumba al mal espantó", un saludo al cajón con muerta dentro, "¿que te traiga algo?", que nada hay que traer cuando nada tienes que dar, "cua, cua": mensaje grabado en teléfono celular, "aléjalo san alejo", que nada hay que traer si los espíritus ya llegaron, revueltos, volteando sobre las cabezas, "ese negro es brujo, brujo es, mírale los ojos color café", embrujado amenaza con un "cua, cua", celular en mano frente al cadáver.
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