No mienten, Julie, no mienten. Tampoco murmuran, me lo gritan en la calle; restriegan en la cara: "Loca infame, te crees que eres mujer porque así te vistes". No mienten.
Soy una loca exquisita. Maquillaje y yo somos lo mismo.
En la foto publicitaria, en vez del dedo rozar la cara, con el resto bajo la quijada, el índice empuja mi cachete, despliega la sonrisa de loca cínica, casi malvada; el pulgar se opone y señala hacia las masas enajenadas.
No mienten, Julie, soy una travesti con garras. Loca mala. Partida a lo máximo para recrear y criticar sin perder la calma. También soy independentista, marica de barricada.
"¿Qué haces aquí?", reclaman, "esto es para nacionalistas, católicos apostólicos de Lares y Caguas". No mienten, Julie du Bourges, no mienten, cuando con sus lenguas te marcan.
Esclava sin carimbo, en casa de los viejos cuidando sobrinos, nietos, y tú, Julie du Bourges te niegas a seguir los pasos de antiguas lesbianas, gays y otros patos y patas, arrodillados por sus familias, la iglesia, y grupúsculos, deseando verlas sacrificadas.
No mienten, dahlin, no mienten. Soy la que aquí maquillada, vestido de hombre, de mujer, de abuelo y abuela, de todos ustedes al mundo le grita, no mienten, en un show sin desdobles, soy ustedes y ustedes son yo.
No mienten, Julie du Bourges, no mienten.
En tiempo de show retro, como la Bette Davis en Whatever happened, Julie, arregla la peluca.
Sunday, January 10, 2016
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