Por causa de lo entrometido que me parecía el tipo, al darme cuenta de mi propia incomodidad y enfado, decidí, en vez de decirle que no todos queríamos ni podíamos tener familia o, simplemente, mandarlo para el carajo, decidí cambiar de estrategia frente al muy hetero-normativo interrogatorio.
El hombre no se inmutó, sonrió, ante mi respuesta. No lo desarmé. "Soy gay": dije, y sIn perder el ritmo, agarré mi pelo, y lentamente con los flequillos que me quedan, cual Sara Montiel en El Último Cuplé, me hice un buscanovios en la frente, le guiñé un ojo, y continué: "Y soltero".
(to be continued)
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