"Y soltero, un poco ajado por la edad, pero sin necesidad de viagra y, en general, con mucho donaire, hidalguía y en buen estado físico.", era lo que pensaba seguir diciendo aquella noche de taza de oro, en La Taza de Oro, pero el cuarentón preguntón solo quería conversación y yo deseaba algo más, un novio o una cita para no seguir cargando la soledad de un setentón, a cuestas, con un futuro limitado por la edad.
Regresé al pastel envuelto en hoja de papel, sin la de plátano, antes de que se enfriara y endureciese, "pusiese como palo", y que terminara sin comida y sin novio. El pastel me miraba, no habló; pintó una versión criolla de Nighthawks por Edward Hopper, en una fonda puertorriqueña en Chelsea, Manhattan.
Monday, December 28, 2015
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