En algunos casos los actores en el juego, el teatro de la vida amorosa, mienten: "falsedad bien ensayada"; repiten tantas veces la fingida actuación, sugieren sobre las tablas, o en el puerto bañado por la bruma, quizás en la sala en Manhattan, o en un apartamento en Montevideo, un "estudiado simulacro".
El mismo simulacro que el bolero hace cuando bordea, roza el flamenco; juega con las identidades, subvierte los géneros; cada cantaor, cantaora se desdobla, transforma los gestos, miradas eróticas, sutiles movimientos de manos, dedos, cejas, labios, hombros, ofrece claves, taconea, representa, arma puro teatro y danza, transgrede.
- ¿Era hombre o mujer? ¿Vicentico? ¿La Lupe?
- No, no fue la desasociada voz varonil de Vicentico ni la llena de soberbia y furia de La Lupe la que nos acompañaba durante los viajes por la ruta Interbalnearia, en el apartamento de Manhattan, en el puerto frente a la enorme boca del río. Fue Falete.
(Este bolero es uno de los "capítulos" que conforman la Novela-bolero: Montevide a Punta en voz de la Tellado, publicada en este gran borrador, este blog.)
https://m.youtube.com/watch?v=R-CpdAtgKQY
https://m.youtube.com/watch?v=v5OQA8yPCHE
https://m.youtube.com/watch?v=4zBF-SIE-pw
https://m.youtube.com/watch?v=Gmywbmd-iRI
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