Thursday, December 29, 2016

NIGHTHAWS EN LA TAZA DE ORO

"Y soltero, un poco ajado por la edad, pero sin necesidad de viagra y, en general, con mucho donaire, hidalguía y en buen estado físico": era lo que pensaba seguir diciendo aquella noche hopperiana en La Taza de Oro, Octava y Catorce, pero el cuarentón solitario y preguntón solo quería conversación.

Yo deseaba algo más, un novio o una cita para no seguir cargando la soledad de un setentón, a cuestas, con un futuro limitado por la edad. Regresé a mi plato, un muy navideño pastel puertorriqueño, antes de que se enfriara, endureciese, "pusiese como palo" y que terminara también sin comida. El pastel me miraba, no habló; pintó una versión criolla de Nighthawks por Edward Hopper, en una fonda puertorriqueña en Chelsea, Manhattan.

28/12/2016 (hace un año)

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