No son los sobrinos de La Teutónica, amiga alemana. Son mis sobrinos puertorriqueños que -tres generaciones más tarde, descendientes de jíbaros campesinos por ambos lados de sus familias- conversan con ella sobre equipos de baloncesto alemán, la opinión sobre el papel de la Angela Merckel, el neo-liberalismo, la medicina alternativa (una sobrina es exoerta en ese tema). Incluso, cuando no hubo comunicación verbal (una hermana y sobrina no hablan inglés), otros rasgos -las maneras de tratar a los demás; ese rastro de cierta crianza- llevaron a mi colega y amiga entrañable a discutir la relación entre crianza y desarrollo educativo, económico; las estructuras históricas, sociales que los subyacen, y su vínculo con los logros de los sobrinos. Aunque fueron pobres, las familias sabían cómo apoyar la educación. Vio a mi familia como herederos de ciertos modos de ser europeos. Sorprendieron y sirvieron a la socióloga, psico-analista alemana como tema de discusión; en parte, porque la teoría y los estudios de movilidad económica y social sugieren que el proceso de reajuste a nuevos entornos, estructuras y escalas de valores es muy difícil, y con muchas probabilidades de fracaso, y en mi familia en tres generaciones el salto se había logrado. De Jájome al Mundo.
Monday, July 3, 2017
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