Comparar al lechero con el virus es exagerar la nota. Que el lechero, hoy resucitado por causa de la pandemia, tuvo mala fama, acusado de infidelidad y preñadas no esperadas, no es motivo para dudar de nuevo. El una vez vestido de blanco, sombrerito plegado, moviendo la carreta refrigerada con hielo, arrastrada por caballos (véase foto) servía al pueblo, repartiendo la leche fresca todas las mañanas, después de los maridos irse a trabajar.
El lechero daba pie a todo tipo de relato romántico: hijos de otros que lo recordaban fisicamente, parejas que de pronto abandonaban el pueblo, esposas asesinadas y el hombre absuelto; pues para aquel entoces, los crimenes pasionales servían de razón para no encarcelar al asesino. Culpar al lechero era más fácil que rebuscar en las propias almas o la de los seres queridos, a la vez que tener que aceptar que un buen querer era siempre deseado.
Hasta ahora, de nuevo revivida, la función del lechero había sido movida a los anaqueles de los supermercados, desaparecida como ocurrió con los campos, plantaciones de azúcar, establos, ganadería y pastizales que rodeaban al pueblo de Guayama; reemplazados por industrias, cadenas de casas y apartamentos iguales, cajones de concreto, rejas, divisiones y presunciones. Las parejas donde ambos trabajan o es el hombre quien se queda en la casa, o parejas cuya composición homoerótica descarta a cualquier hetero, incluyendo al lechero, eliminan toda posibilidad de que éste pueda repartir otro tipo de leche.
Hasta ahora, de nuevo revivida, la función del lechero había sido movida a los anaqueles de los supermercados, desaparecida como ocurrió con los campos, plantaciones de azúcar, establos, ganadería y pastizales que rodeaban al pueblo de Guayama; reemplazados por industrias, cadenas de casas y apartamentos iguales, cajones de concreto, rejas, divisiones y presunciones. Las parejas donde ambos trabajan o es el hombre quien se queda en la casa, o parejas cuya composición homoerótica descarta a cualquier hetero, incluyendo al lechero, eliminan toda posibilidad de que éste pueda repartir otro tipo de leche.