Wednesday, May 13, 2020

CUARENTENA DE LA MARCA HARVARD DEL PROLETARIADO

La marca -ser una copia de otra universidad de élites por élites para élites- que el City College of New York ha usado como tarjeta de presentación lo iguala en un plano a la institución idealizada: “Fue un propósito histórico deliberado y ha impregnado la identidad de los argentinos desde los albores de su Estado: la decisión de ser los franceses de Latinoamérica.”* El sentido del ser termina siendo una abstracción que infla lo inmesurable: el orgullo. 

Un ideal cuyos bordes pueden ser descascarados, mostrar que la marca no contiene toda la substancia de lo que ha marcado: Borges vivía la ilusión de lo europeizado, prefería lo inglés sobre lo español (hasta que hizo el viaje con Amorím y conoció otra Sud América, contado por el escritor peruano, Roncagoglio); más de una figura con extenso record académico (muy pocos integrados al entorno: Harlem) gusta de alardear, ser parte de la facultad en el Harvard del Proletariado, la versión progre en Manhattan de la reconocida universidad en Boston; en otro barrio “janguean”: el Upper West Side, un poco más abajo, no tan Cambridge. 

"‘Para la Argentina fue muy tentador imaginar que para 1910— el centenario de la Revolución de Mayo— tenía que imitar a Francia y convertir a Buenos Aires en la gran capital latinoamericana a la usanza parisina’, indica el historiador Eduardo Lazzari.” Si al Buenos Aires pseudoeuropeo lo desvistieron lentamente los residentes morochos, negros, indios de las villas y arrabales; a City College, el color de los nuevos estudiantes proletarios, muchos de ellos vienen del barrio circundante cuya facultad desconoce, no permite que la marca sea encuarentenada, vista hoy de la misma manera. 

Me invitan a participar en una serie de actividades dedicadas a Lillian Weber. Digo que no. Que si mis años colaborando con ella, y por haber sido el profesor en el Programa de Educación Bilingüue, el único que por años incluía el Workshop Center y sus principios en la práctica, y por haber compartido y reconocido a educadores latinoamericanos y lecturas en español que exploran ideas y teorías ligadas a lo propuesto y estudiado por Lillian Weber; que si va a participar tal o cual personaje; que si la política del sitio; que si el no sentir ni escalofrios ni un gozo divino explican que no quiero ir a París, Buenos Aires, Boston o Nueva York porque las marcas pierden su capacidad para seducir durante una cuarentena; y evocan otras cuarentenas. 

"’La atracción hacia la exquisitez francesa hizo que en 1880 se regalaran 20.000 pasajes gratis a franceses que quisieran venir a la Argentina y el 'gancho' oficial de esa campaña era que Buenos Aires era la París de Latinoamérica’, precisa el historiador Daniel Balmaceda.” A los franceses los querían seducir, hacerlos parte de la marca. A City College trajeron muchos estudiantes clases medias, suburbanos blancos, becados, para que ayudaran a mejorar la “educación” de los negros y latinos en las escuelas públicas de Nueva York; y sutilmente, “blanquear” la marca. La invitación algo informal deja saber que habrá gente que no dijo ni pio cuando cambiaron el nombre y práctica en el Center. Cómo se atreven, me pregunto, regresar a honrar a quien en gran medida traicionaron. Me alegro haber dicho que no. Cuestión de marcas y cuarentenas (y orgullos). 


(https://www.lanacion.com.ar)

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