Sin proponérselo, el crítico del NYT describe a muchos escritores, académicos y otros literatos en las islas de los en-cantos. Confunden los (em) borujos lingüísticos con el buen decir. Sus textos separan la forma del fondo, lo dicho y el decir no se conjugan.
Y los que no montan esas telarañas lingüísticas, apelan al "lleva lleva", "uepa uepa", la bachata y vacilón de la cultura puertorra, y los convierten/usan como recursos literarios que nada tienen que ver con lo que dicen. El relajo por puro relajo fudamenta las ideas de algunos de esos nuevos escritores y sus textos.
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