Conteste, terapeuta de blogueros:
¿Hasta cuándo durará esta relación, este escribir tecleando y texteando mi vida que fluye con las copias; el transferir, el entrelazar, el postear textos, en un revivir del ensayo; contar un contar qué, por dónde; hoy no, ayer, nada aparece frente a la pantalla; no rebota el gusto por jugar con ellas; sus deletes cortan el historial de cada buscar, de empatar el cuento, que no se da; hace días que no se da en el sofá que se retrata la vida, y donde un smart phone remplaza, junto a la tableta que guia al bloguero, couch potato, que teoriza sobre esa relación bloguero - blog, cognitivista o sico-analista; un caudal de posibilidades empíricas recogen, recrean, resisten el ser encausadas a explicar los obscuros canales que mueven, ordenan ese común consentir, ese ir y venir en la bloguería?
¿Cuándo volveré a usar los modelitos que debí haber aprendido en los salones de español básico, donde los muy básicos maestros de puntitos por aquí, comitas por allá, introducción, cuerpo y conclusión, con sangría por aquí y sangría por allá sangraban a los jóvenes escritores en potencia que querían escribir y no convertirse en gramatólogos?
¿Hasta cuándo mis queridos terapeutas de blogueros seguiré con este conflicto, este placer que me causa la lucha entre la irreal academia y el vivir en la muy real Ciberlandia?
Wednesday, June 11, 2014
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