"Manuscritos. En la era digital los papeles escritos a mano tienen una magia que hipnotiza....." (Federico Kukso, Arqueología de la palabra escrita. Clarín, 20/11/13)
Leer el texto y empatar las ideas de lo escrito con las del lector adquiere una dimensión extra y mas rápida en cibernia. La lectura tradicional en un libro o periódico impreso no destapa las múltiples interpretaciones instantáneas que ofrece el mundo cibernético. En cuestión de segundos, otro lector y sus comentarios aparecen al margen o final del texto, provocando en el lector una critica, un razonamiento plural, que expande las que el lector trae consigo. Este fenómeno se da mas lentamente en una lectura grupal (véase los libros sobre la historia de la lectura de Mangue, Marrou, entre otros), que pierde su multiplicidad a causa, en gran medida, del carácter individualizado del libro gutembergiano.
No es que abandonen las piedras, los papiros, los folios, el libro, Es que la innovación llegó y se quedó con nosotros. El problema consiste en ver sus posibilidades (véase mis escritos sobre este tema en este blog y otros medios) y sus limitaciones: desde la falta de entrenamiento entre los encargados (maestros, etc.) hasta la inequidad y falta de acceso a cibernia entre los lectores.
Sobre los maestros y otros responsables de preparar los lectores hay suficiente material y discursos. Sobre la inequidad, un repaso informal de lectura y comentarios en la red, cibernia, revela datos muy provocadores y preocupantes.
Tomando como ejemplo diversas revistas electrónicas y periódicos (NY Times, Listín Diario, El Pais, London Times, Reforma, 80grados) encontramos unas diferencias abismales entre la cantidad y calidad de los comentarios: una inmensa variedad (desde los que usan los foros para chismear hasta los que escriben extensos ensayos críticos) en algunos y casi ningún comentario en otros.
No hay que ir muy lejos para concluir en cuáles medios hay mas comentarios y una vez se comenta, cuáles son las diferencias entre los lectores y la calidad de lo comentado. El lector de unos, obvio, podrá expandir su comprensión del texto, expandir sus esquemas interpretativos. El lector fuera de cibernia tendrá que esperar a que pase el tiempo o por alguien que se encargue de llevarlo mas allá del mundo gutenbergiano.
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