Jabibonuco, el eunuco arahuaco, en los primeros capítulos de la novela que lleva su nombre, se enfrenta a la destrucción de lo que fue su esencia y aunque adquirió el lenguaje de los invasores, que le sirvió para conocer la transformación histórica que le tocó vivir, no tenía todos los recursos que se requerían para poder usar ese lenguaje en defensa propia. Distintos al eunuco arahuaco, Gunter en los siguientes capítulos, Pecados Capitales, y Daniel, en los últimos, El Libro de Daniel, son parte de un momento histórico que obliga y asegura que se conozcan las trasnformarciones de la historia, la fluidez de sus esencias.
Ni las posturas de los machistas, nacionalistas, racistas, fundamentalistas pueden proteger las supuestas invariables "esencias" nacionales (los gentilicios se refieren inevitablemente a algo histórico, que va cambiando con el tiempo); raciales (la identidad racial varía dependiendo del entorno donde se categoriza: el mestizo es blanco en algunos sitios y morocho en otros - mucha evidencia por todos lados que comprueba la relatividad de lo racial); sexual (¡uy!, cuidado con el personaje intersexual/hermafrodita); y sobre lo religioso (a saber quién escribió los textos sagrados).
Para muchos, desde los yihadistas hasta los machistas, esa supuesta "esencia" -de existir- es algo que hay que preservar a toda costa. ¡Qué susto, si así fuera! No es así. El humano y sus entornos combaten los esencialismos; y esa lucha cultural, racial y sexual es explorada por el narrador -en gran medida, protagonista- de la novela Jabibonuco, publicada en este blog.
Tuesday, March 7, 2017
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