La noche de anoche fue acompañada por "una mujer de ojos color turquesa, rostro de nácar, sentada al lado de un hombre de pelo gris, apuesto galán hacia quien ella extienden lentamente sus angulares y finas manos, uñas rojo encendido, en camino a Punta del Este."
"El chillido de las llantas sin control acompaña al bolero. Presiona el freno. Ella retira las manos, rasga la tela del asiento, las lleva hasta los muslos, la falda, la boca; un suspiro. El Porsche destruido."
"Silencio sepulcral. Sonidos de sirenas, los amantes": ofuscados recuerdos de la pasada noche, la que duró diez años en cuajar y volvió a empezó la mañana siguiente, un día de San Valentín.
La voz de Corin Tellado cantaba a duo con Lucy Fabery: "La noche de anoche".
14 de febrero, 6:00 a.m.: Ding, ding, ding timbrea el email, del café a la pantalla en menos de un segundo. Un San Valentín que no esperaba y el re-inicio de una relación perdida, no olvidaba, neutralizada, para esta mañana ser activada de nuevo sin "deletes". ¿Hasta cuándo?
Empezó hace diez años y aquella mañana, día, noche de San Valentín volvió, "yo que estaba tan tranquila...", en duo con Lucy Fabery, tantos años más tarde, sigue, no para, otro bolero.
14 de febrero - 14 de marzo: Los dings se multiplican, diez veces al día, esta historia, otra, sugerencias y deseos de compartir mucho más que mensajes cibernéticos: vivir juntos, casas y playas; dudas: estoy muy viejo, no importa, te cuido, me cuidas.
Hay que pausar, el subir y bajar de emociones sueltan las defensas y las verdades empiezan a aparecer, los celos infundados, equivocados juegos eróticos y repetición de lo que ya había antes detonado la separación.
En Montevideo lo conocí. Su enrizado pelo negro, sus ovalados ojos morunos dirigían el deseo: poseerlo, besarlo, caminar por las ramblas, de manos. Me controlé. "Como en un sueño sin esperarlo...", y eso fue todo, un sueño en tiempo de bolero cantado a duo con Corín Tellado.
"El duo Tellado-Fabery, el Porsche destruido: 'todo es nuevo para mí, estoy aturdida'."
14 de marzo, 6:00 a.m.: Ruptura y definición de espacios e intereses. Otro hasta luego, otro relato, otra despedida, quizás diez años más tarde. Una explicación poco telladiana detona los conflictos.
¿Raíces distintas? Como si fuese una mata de yuca. Delete.
"Sí estoy sintiendo lo que nunca sentí" enreda la una vez tranquila vida, ajustada a la edad, los relatos predecibles, las rutinas; desplaza las contradicciones, las ideas sobre orígenes, sexo, deseos, "te lo juro, todo es nuevo para mí”: repite la Fabery.
14 de marzo, 7:00 a.m.: Me identifico con el cono sur, tomo mate, oigo boleros. Me desarmó y elevó el volumen de “la noche de anoche". Proceso las últimas semanas, los últimos diez años.
Yo que estaba "disfrutando de esa calma de un amor que ya pasó", en esa etapa, edad madura, cuando quedan solas, quietas las palabras, los sentimientos apaciguados, hasta que vuelve, escribe, empezar de cero, de nuevo. y cuestionar: "qué tú estas haciendo de mi.....".
14 de marzo, 9:00 p.m.: Un ding, otro ding y otro ding me atraen a la pantalla, pide una segunda oportunidad, todos los antepasados llegaron en bote, yolas, a pie, sin compromisos, conocernos, una segunda oportunidad.
"¿Qué quée?, si llevamos diez años en ésta” -Le digo que sí.
Vuelvo a sentir lo que no quería despertar, lo que esta noche "....me hace comprender, que yo he vivido esperando por ti".
15 de marzo, 4:00 a.m.: La voces que hablan en bolero y los boleros narran los delirios de la mujer de ojos color turquesa y largas acicaladas uñas color rojo subido, sus lamentos, sentirse engañada.
-Por qué me llevaste hasta Punta del Este, si sabías que vos no me querías? Mentiras, puras mentiras, tus correos eran puras mentiras.
"Estoy aturdida".
Y así un capítulo más de un romance separado por miles de millas de distancia, espacios y tiempos curvos, una novela rosa contada en bolero con un final feliz.
"Yo que estaba tan tranquila."
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