Dijo: "En tu espíritu encomiendo mi cuerpo".
Murió.
Despertó sobresaltado, inquieto: no fue una pesadilla.
Soñó -trastocadas las imágenes, los roles- que encarnaba a Jesús en la cruz,
Sentía que era otro, transformado.
Deseaba que Vallejo lo poseyera; entregarse a él por completo.
Juró que no volvería a leer los cuentos de Kafka; no tan convencido,
la erección lo traicionaba.
Wednesday, October 11, 2017
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