Monday, January 19, 2015

Montevideo de acuerdo al bolero de la Tellado

3. Tercer capítulo

Temblorosas las manos, las alza hasta el tope de la puerta y rasga la madera, cae de rodillas, grita - hijo de puta, hijo de puta-, en descenso el llanto y un murmullo, repetido una y otra vez, - hijo de puta.

Llora desconsoladamente y dice con voz desesperada, llena de resignación, - ¡hi jo de pu ta! -, grita - ¡hijodeputaaaaaaa!

Para de leer el guión y corre hasta la tableta para chequear sus correos electrónicos, saltar a enlaces, regresar y contestar el mensaje que le sirve de aliento, ahogo, razón para explicar a alguien más porque no puede estar sin su gadgets.

Un mensaje solamente fue suficiente golpe para abrirle la respiración a la sofocante espera. Con el enlace que lo lleva a las fotos y vídeos del apartamento que está comprando en Malvin -¡y tener que dejar la pintoresca y diversa Ciudad Vieja para cambiarla por el homogeneo Malvin! - el estado de ánimo se mueve del espacio que ocupa la ansiedad a los planos donde se es guiado por la razón.

- ¿Qué quieres?
- ¿Por qué me hablas así?
- ¿Qué tú crees?
- ¿Cuándo comenzaste a usar el tú?
- ¡Qué importa!
- Importa sí
- ¿Nos vamos?
- Sí, vámonos.

La luz de la calurosa tarde del febrero austral alumbra la habitación color blanco estéril; delata con las sombras el impresionante y cargado mundo de tubos y equipos que maquillan con sus brillos y líquidos la pálida cara de la que pasó su vida detrás de una telenovela, novelita romántica copiada de una revista de modas y quinceañeros. Los recuerdos se confunden con los sueros de todo tipo que la unen a otras fórmulas. Él aparece y desaparece. El Porsche, destruido, sin memoria de la noche de anoche.

2. Segundo capítulo:

Aturdida,  la Barrios. No puede esperar frente al teléfono multi-funcional o frente a cualquier otro artefacto por su correo electrónico. 

Boleros, la Barrios interpretar a la Rexach.

Delirantes, sus juegos pueriles - no escribió durante todo el fin de semana, para luego escribir el domingo tarde en la noche, un mensaje corto, "acabo de llegar de Punta",  con un enlace a un pueblo uruguayo, "donde iremos" cuando esté por allá -, y su gusto por activar celos o ansiedad.

Deseos, el relato, filtrados por el buen gusto y las técnicas bolerístico-narrativas telledianas que los conjugan. 

Contar el juego romántico es mucho más divertido que los celos; más intenso, lúdico, que la ansiedad causada por la espera. El texto supera la vivencia.

Distancia, de lejos como puede ocurrir durante una tarde de lluvia manzaneriana; de viaje en la nave de la Rexach, sin rumbo


1. Primer capítulo:

La noche no fue interrumpida por mujeres de ojos color turquesa, rostros de nácar, sentadas al lado de hombres de pelo gris, apuestos galanes hacia quienes ellas extienden lentamente sus angulares y finas manos, uñas rojo encendido, en camino a Montevideo.

El chillido de las llantas acompaña al frenar sin control. Retira las manos, las  lleva hasta los muslos, la falda, la boca; un suspiro, el Porsche destruido.

Silencio sepulcral. Sonidos de sirenas. Ofuscados recuerdos de la pasada noche, la que duró diez años en cuajar y empezó la mañana de ese San Valentín. La voz de Corin Tellado canta, "La noche de anoche".

14 de febrero, 6:00 am: Ding, ding, ding timbrea el email, del café a la pantalla en menos de un segundo.  Un San Valentín que no esperaba y el re-inicio de una relación perdida, no olvidaba, neutralizada, para esta mañana ser activada de nuevo sin "deletes". ¿Hasta cuándo?

Empezó hace diez años y aquella mañana, día, noche de San Valentín volvió, y "yo que estaba tan tranquila... " cantaría su versión Corín Tellado; tanto años más tarde, sigue, no para.

14 de febrero - 14 de marzo: Los dings se multiplican, diez veces al día, esta historia, otra, sugerencias y deseos de compartir mucho más que mensajes cibernéticos: vivir juntos,  casas y playas; dudas: estoy muy viejo, no importa, te cuido, me cuidas.

Pausa, el subir y bajar de emociones sueltan las defensas y las verdades empiezan a aparecer, los celos infundados, equivocados juegos eróticos y repetición de lo que ya había antes detonado la separación.

En Montevideo lo conocí. Su enrizado pelo negro, sus verde gris y ovalados ojos dirigían el deseo: poseerlo, besarlo, caminar por las ramblas, de manos. Me controlé.

La Tellado sigue con su versión, "todo es nuevo para mi, estoy aturdida".

14 de marzo, 6:00 am: Ruptura y definición de espacios e intereses. Otro hasta luego, otro relato, otra despedida, quizás diez años más tarde. Una explicación poco telladiana detona los conflictos.

¿Raíces distintas? Me sentí como una mata. Delete.

Ni le quise preguntar a qué se refería, yo no estaba listo.

Si no hubiese incluido las raíces junto a las otras categorías diferenciales - país, costumbres - y señalado raíz como otro determinante de las diferencias, no me hubiese despertado la curiosidad.

- Siempre has dicho que desciendes un bote, y en clara distinción entre vos y los que no descienden de botes,

Sin dar muchas vueltas es fácil imaginar qiénes son los otros, los que no descienden de botes para confirmar la sospecha de que mi diferencia en cuanto a raíz y tronco oponía a la de los que "llegaron" en botes.

Al muy clasificado pretendiente no le pasó por la mente que mis raíces (entiéndase que lo mas cercano a la raíz es el DNA) también llegaron en bote, con altos por cientos de herencia genética adquirida después de hacer muchos transbordes: desde Africa,  Europa, Asia; y en el caso de los antillanos, llegaron también de la Guajira, Amazonía, otras islas.

"Si estoy sintiendo lo que nunca sentí" enreda la una vez tranquila vida, ajustada a la edad, las rutinas, lo predecible, desplaza las contradicciones, las ideas sobre orígenes, sexo, deseos "te lo juro, todo es nuevo para mí".

14 de marzo, 7:00am:  Me identifico con el cono sur, tomo mate, oigo boleros, Corín canta "La noche de anoche". Proceso las últimas semanas, los últimos diez años.

Yo que estaba "disfrutando de esa calma de un amor que ya pasó", en esa etapa, a la edad sesentona cuando quedan solas, quietas las palabras, los sentimientos apaciguados, hasta que vuelve, escribe, empezar de cero, de nuevo. y cuestionar, "qué tú estas haciendo de mi.....".

14 de marzo, 9:00pm: Un ding, otro ding y otro ding me atraen a la pantalla, pide una segunda oportunidad, todos los antepasados llegaron en bote, yolas, a pie, sin compromisos, conocernos, una segunda oportunidad.

- ¿Qué quée?, si llevamos diez años en ésta -. Le digo que sí.

Vuelvo a sentir lo que no quería despertar, lo que esta noche "....me hace comprender, que yo he vivido esperando por ti".

15 de marzo, 4:am: la voz de Corín acompaña los delirios de la mujer de ojos color turquesa y largas acicaladas uñas color rojo subido, sus lamentos, sentirse engañada - ¿por qué me llevaste hasta Punta del Este, si sabías que vos no me querías? Mentiras, puras mentiras, tus correos eran puras mentiras. - y Corin, asombrada, les dice, "estoy aturdida".

Y así un capítulo más de un romance gay separado por miles de millas de distancia, y al ser cantado por Corín, tendrá un final feliz.

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