Cuando los españoles llegan a las Américas son recibidos con el telón que sirve de trasfondo histórico a mucho de lo que dejaron sus antepasados. No hay amor incondicional entre las clases mestizas, indigenas, afro-descendientes hacia ellos. Estos grupos diversos que conforman el tejido social americano temen que una vez más los españoles pretendan ser amigos de confianza y terminen como sus antepasados, traicionando a sus anfitriones; que los usen como escalón para treparse y beneficiarse de sus recursos y estructuras. Escribe un joven mexicano, criticando a los inmigrantes que recientemente llegaron a México, que estos últimos poco a poco van infiltrándose entre las distintas clases en su país hasta que terminan con los grupos de los más ricos, los más blancos. A los más blancos les interesa esta movida porque las ideas coloniales sobre las castas no han dejado de ser parte del cacumen intelectual que define la relación entre raza y capacidad, poder, ser, y, al integrar a los españoles entre sus grupos, validan su identidad racial, posición en las escalas sociales y económicas; justifican el continuar con lo que la colonia instaló y que sigue controlando quién es quién en Nuestra America.
Wednesday, January 3, 2018
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