Saturday, May 31, 2014

San Juan Gay, 1960s, El Showboat

Showboat no era la pieza de teatro musical americano. Era un club de transformistas, así le llamaban en aquella época, en la Avenida Fernández Juncos, cerca de la parada veinte y cuatro en Santurce. En aquel entonces había dos clubes de transformistas en el área metropolitana de San Juan: Showboat y Cotorrito
.
Eran los principios de los años sesenta y lo particular de ese cabaret consistía en que desde los que servían hasta lo que cantaban eran transformistas. Eric, La Ronda, Richie, Cleo y otros que hoy no recuerdo eran los nombres de aquellos talentosos e irreverentes jóvenes.

Algunos eran compañeros míos en la universidad: estudiantes de ciencias, pedagogía, humanidades. Otros eran maestros, y otros sólo trabajan como transformistas. Todos, jóvenes serios y responsables en sus trabajo, y en el Showboat  trabajaban al margen de lo aceptado por la sociedad.

“Hola, hola, no vengas sola”, cantaban los transformistas al empezar el show.

"Hola, hola, hola ven con tu amor. Hola, hola, hola mi nombre es…" continuaban hasta que cada uno decía su nombre de pila, para terminar con un “Hola, hola, hola soy maricón”; y si mal no recuerdo, el público le hacía coro con este final.

Años luz antes del Stonewall, en la isla del encanto había hombres y mujeres que se atrevían a reconocer su diferencia, con penas, risas reconocer su yo mas sexual; y en privado, protegidos por el bar, en el Showboat cantarle al yo centrado, al que no nos pueden quitar, ni negar. Ese yo que está ahí como todas las identidades sexuales: puro. Bueno, a veces, puro.

La vida gay nocturna de principios de los años sesenta fue desapareciendo para ser reemplazada por una más parecida a la de cualquier otra ciudad discotequera.

El Showboat, Cotorrito, Búho (así le llamábamos algunos al Owl, el hermoso bar en el viejo San Juan), Sand and the Sea, Hill Top, Tamanaco, La Cucaracha le dejaron el espacio nocturno al Abbey, Julianas, Bachelors, Bocaccio: discotecas mixtas todas, las cuales, junto a los grandes hoteles, homogenizaban a San Juan, y a su vida gay.

Nueva York en primavera y verano

Nueva York se recoge durante el otoño e invierno; en primavera y verano se abre, de colores, con gris de fondo se viste, recrea, sugiere, seduce a todo el que la camina.

Ensimismada, cual niña engreída, juega con sus suaves lanas y fuertes algodones

En un largo paseo-desfile por Morningside Heights o Loisaida, un destello, un collage de tonalidades: verdes, rojos, azules, le canta al individualismo.

Soho en su mejor época, el verano, lleva a la vanguardia de la moda manufacturada a rendirle tributo a su carácter de chicquería recetada. SoHo se imita a sí misma.

Engalanada con sus mejores telas, Nueva York canta, habla, es un bembé de sonidos urbanos, caras, cuerpos y miradas de modulación rítmica.

Nueva York y la moda participan en la construcción y expresión de la identidad de cada uno de sus habitantes.

Las señoras del Upper West Side son vestidas por sus clósets. El fashionista Ariel Fernández sostenía que éstas, antes de salir, entran a sus armarios y dejan que las bufandas, trajes, faldas, blusas, pulseras, aretes, zarapes les caigan encima; vestidas para exhibirse por todo uptown; quincallas ambulantes.

Nueva York permite combinar y transformar identidades.

Caminar por Lenox y seguir hasta el antiguo Barrio Latino de East Harlem es cambiar de lenguas, de ritmos, de historias: del swing a la salsa, del inglés afro-americano al español caribeño y al resultado de su apareamiento con el inglés: el espanglish.

Nueva York es Palmieri, Puente, Colón y Pietri.

La historia de la ciudad es recreada en la música de origen afro-americano; y también, en la salsa: música fusionada de los ritmos tradicionales caribeños, integrados al jazz, creada por los hijos de los migrantes puertorriqueños, los niuyoricans.

La identidad de la ciudad se encuentra en sus múltiples códigos, idiomas, ritmos y colores.

En Nueva York no se puede estar callado, ni quieto.

Friday, May 30, 2014

NADA

¿Nadó?

CCNY, 1990s: gays y boricuas

Cuando empecé a trabajar en el College, en el otoño del 1973, ya estaba fuera del clóset. Fui testigo del motín en el Stone Wall, y asistí a las primeras marchas y manifestaciones, antes de que se convirtieran en un desfile carnavalesco.

El final de los ochentas trae un cambio en lo concerniente al tema sobre la homosexualidad de tal o cual profesor, deja de ser un tema controvertido como lo había sido hacia el 1973-4.

En una reunión de la facultad, el único profesor que también estaba fuera del clóset, nos contó a tres de mis compañeros en el programa donde comencé a trabajar (mis compañeros eran "niuyoricans" y conocían muy bien lo que era la discriminación, muy solidarios conmigo, y el mencionado profesor estaba al tanto de sus posturas sobre la homosexualidad) que algunos  miembros en su departamento dejaron de saludarlo. Cometió el grave error de celebrar una fiesta en su casa, en Brooklyn Heights, para los compañeros de la facultad, donde presentó a su pareja, pues se había cansado de hablar de él como su compañero de apartamento. "No more roommate's bullshit." Luego moriría como resultado de la Elvira, y ni un anuncio en las reuniones de facultad.

Yo entré fuera del clóset y no es hasta años mas tarde que reconozco el porqué algunos me trataban como me trataban. Después de todo, un puertorro con acento, fuera del closet - protegido por doña Lillian Weber, no es lo que los profesores, con unos perfiles culturales y étnicos bastante definidos por la vida en los suburbios, consideraban "acceptable standards". Mi carácter algo hostil me protegió contra el racismo disfrazado de buenos liberales que caracterizaba a esa manada de intelectualoides. Too bad!, sweeties.

Lo que esos profesores y otros mas tolerantes, que vinieron luego pero igual de elitistas, no entendían es que en los cincuenta, en la López Landrón de Guayama, leíamos a Doña Barbara, capítulos de El Quijote, Poe, y la Señora Olazagasti, maestra de Español 11, y su colega, la Señora Ortiz, Español 10, debatían públicamente, en el pasillo, sus posturas sobre los recursos literarios.

Ambas maestras tenían que haber conocido a Palés Matos. En la Superior de Guayama, en los cincuenta del siglo pasado, aprendí a apreciar las ideas y los debates. Una de las tareas escolares era debatir frente a nuestros compañeros. Yo nunca fui muy bueno debatiendo, pero aprendí a apreciar las ideas y sus medios.

A principio de los sesentas, los periódicos de las islas de los encantos informaban sobre las universidades, y el enfoque humanista era presentado como el modelo que seguían, empujado desde el Siglo XIX por la Sociedad Amigos del Pais y muy bien representado en el XX por los intelectuales de aquellos entonces. Y por aquella época, todavía, en menor grado, los líderes intelectuales del país y los pueblos eran comentados en las plazas. Frente a la hermosa plaza de Guayama, en un hermoso caserón  se encontraba una muy reconocida biblioteca privada, y en San Germán, los juegos florales eran un tema cotidiano.

Al venir de ese mundo (no lo idealizo, pues he escrito sobre sus fallas en otros ensayos) - la Superior de Guayama, las guerras ideológicas entre los esculapios y una orden estadounidense en la Pontificia Universidad Santa Maria Reina en Ponce, Puerto Rico - el muy especializado y pequeñito y bastante provinciano entorno del CCNY, resultaba fácil de entender; mentes tan especializadas pero estrechas en su conocimiento.

En otras palabras, mis compañeros no sabían por qué estudiaron lo que estudiaron o por qué enseñaban cómo enseñaban.  En la Pontificia de Ponce leíamos en Pedagogía a Summerhill. En CCNY leían revistas especializadas. Cada vez que me llegaban estudiantes graduados de ciertas universidades en PR, suspiraba de alegría, sabía lo estimulante que iba a ser el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Para la década de los noventa todo cambió, entre algunos, y la tolerancia comenzó a salir del clóset. Elvira era/es demasiado poderosa para ignorarla, y las conversaciones eran menos estreñidas entre los que genuinamente querían/quieren aprender sobre los que viven al margen de los valores oficiales.

Como he escrito en otros ensayos, el cuento no termina con un final feliz a lo Hermanos Grimm. Llegaron otros que supieron camuflar sus prejuicios y "jodieron/jodían" a los que se le oponían. Por años fui el único  puertorriqueño en la facultad, el acento seguía, el desarmariado seguía, y eso no lo perdonan muchos, incluyendo algunos latinos que no perdían tiempo para "joder y discriminar" por otros lados; y como hemos aprendido muchos, a los poderosos "blancos liberales" y sus alcahuetes, le es mas conveniente contratar latinos no boricuas, pues así el asunto de la colonia y sus consecuencias lo pueden mirar de lejitos. Y si es un gay que no separa tal tipo de colonización de este otro tipo de colonización, ¡ay bendito!, pues prepárese, que "lo que viene no es pan de piquito" (el significado de lo que viene no es pan de piquito, busque por su cuenta, y si le molestan los refranes, "agúcese y coma berro").

(to be continued: un escrito en marcha)

Thursday, May 29, 2014

El amante uruguayo en el camino de Santurce

No, no tengo un amante uruguayo en Santurce, ni en ningún otro sitio; y aunque conozco uno que otro uruguayo, éstos no se han comprometido conmigo.

Este intento de ensayo es sobre otros amantes: uruguayos, españoles, novelistas y poetas, cotilleados algunos en este blog, y en el libro escrito por Santiago Roncagliolo, El Amante Uruguayo; y sobre las tendencias culturales, por encimita o por debajo, que matizan los postulados literarios.  

Leí el libro mientras navegaba en ruta hacia Puerto Rico, y distinto a los que gustan de despreciar categóricamente las islas de los encantos - algo que parece haberse convertido, para muchos, en pan de cada día; en particular, entre izquierdosos pequeño burgueses y las muy otros enajenadas derechas isleñas, alguno que otro anti-colonialista, y su perenne lamento borincano -, yo disfruto tanto del libro como de las islas, y - ¡de rigor! – de Santurce.

(Santurce, además de ser un distrito de San Juan, y en oposición a los “europeoides”  - unas de las tendencias que subyacen el “discourse literario” al sur del Caribe -,  es el microcosmos palesiano, su calle antillana, texto y figura del Caribe. Santurce es  “calabó y bambú”; fusión, pura fusión.)

El citado libro tiene mas de chisme, crónica social, que de serio análisis de la relación entre autores y sus obras. Roncagliolo relata detalles sobre las andanzas del personaje principal, Enrique Amorim su mundo, sus deseos, algo sobre sus obras y mucho sobre la aparente obsesión de Amorin con Lorca, Picasso y otros iconos culturales europeos.  Y sin querer, indirectamente, revela la fijación casi patológica que Roncagliolo tiene con la homosexualidad de Amorim y otros personajes que aparecen en El Amante Uruguayo.

El Amante Uruguayo recuerda a Santurce, no porque Santurce sea Buenos Aires o Montevideo, o que Santurce sea una mala copia de “Uropa” – nombre asignado por un amigo santurcino para apuntar lo obsesionado que están ciertos latinos con decir que son descendientes de “uropeos”.

Es porque Santurce es todo lo contrario; está mas consciente de su mestizaje que lo que estaba/está el Buenos Aires de Roncagliolo, o el de los “very chic” literatos euro-céntricos, o el de algunos autores mestizos en negación, en cuanto a etnias y razas, nuevos medios y formas de expresar el Nuevo Mundo, y en cuanto a las culturas y narrativas que estos mestizajes engendran.  

(Lo de “Uropa” es debatible desde el punto de vista de algunos ciudadanos de los países del norte, pues aseguran que ese nombre es una abstracción ya que ellos no tienen nada en común con los que habitan en los países del sur del continente, los llamados “mishlinge”. Y dado los resultados de las elecciones recientes, con una numerosa población que votó a favor de los nacionalistas y ultra derechas, se puede concluir que son muchos los que creen, como dicen algunos, que África comienza al sur de los Pirineos)

Dos de las anécdotas que recoge Amorin gira en torno al estreñimiento intelectual de Borges frente a las nuevas culturas americanas:

1) Federico Garcia Lorca se medio burló de Borges y el muy sabio, enfundado cuentista no se dio cuenta cuando el andaluz le dice que  Mickey Mouse es el máximo representante de la cultura estadounidense; una idea que décadas más tarde es  sostenida y discutida por Vidal, Skármeta, McLuhan: el papel de las caricaturas de Disney, el cine y otros medios visuales en la formación de la psiquis, la gran narrativa norte-americana.

Borges tan preocupado por la erudición de ratón de biblioteca, como pilar de su superioridad intelectual, no pudo trascender lo enciclopédico y solo pudo despreciar a Lorca. Al  parecer, no entendía el cómo se forma una cultura mas allá de lo que le decían los clásicos.  Quizás nunca leyó a Luis Pales Matos, Huizinga o Carlo Ginsburg, o, mucho menos, a Fernando Picó.

2) La segunda tiene que ver con un tour que hizo Borges, un euro-céntrico de primera, con Enrique Amorim por el interior de Uruguay. Aprendió, esperamos, que no es lo mismo escribir sobre gauchos de lejitos, que verlos pelear “a cuchillazo limpio.” Así le decían en los cerros de Jájome, Puerto Rico, a una pelea de vida o muerte, “a cuchillazo limpio”.

Roncagliolo describe algunos aspectos sociales de la vida literaria, entre otros lugares comunes y temas, en Buenos Aires antes, durante y después de la segunda guerra mundial, y lo absorto que estaban en sus regodeos literarios y euro-centristas algunos de los escritores que por Buenos Aires andaban por aquel entonces.  Cuando no estaban regocijándose en su europeísmo, buscaban en el folklorismo gaucho, lo decorativo, de espaldas a la sociedad que allí se estaban gestando.

No dudo que leyeron a Vasconcelos, pero no quisieron ver el mestizaje como la punta de lanza que crea la cultura latinoamericana y caribeña, santurcina. Sin proponérselo, Roncagliolo confirma las razones que ofrecía un notorio escritor polaco para no querer juntarse con la crema y nata literaria porteña durante aquellas épocas cuando el referido autor “uropeo” vivió en Buenos Aires.

El muy bien documentado libro - con demasiado uso de anécdotas para rellenar páginas-, polémico y divertido, “light”,  dice muy poco sobre las obras de Lorca y Amorín y los vínculos de las mismas con los deseos, historias, vidas de los autores.

Sin proponérselo, relata, sugiere, revela mucho sobre la evolución de unas ideologías - tan afrancesados algunos - y los nuevos pueblos americanos.

Y sobre mis amantes uruguayos, les cuento en otra.

Wednesday, May 28, 2014

Silabario de los penes sin concordancia

                                                       Fi
                                                       ni
                                                       ti
                                                       to, 
                                                       en
                                                       cor
                                                       vado,
                                                       se venía
                                                       para otro lado.

Two Men = One Man

For those who have not experienced it,  

there is aways the dream zone 

where every man faces 

his hidden desires.

Tuesday, May 27, 2014

Despedida Diagramada

Un cuadrado,  cuatro esquinas. Bien 
Todo bien. Dos se encuentran en el medio 
Ocho lados y de lado, recostados, los del medio 
A su lado. Bien, muy bien.  Multiplica, resta o suma
Bien. Paso a paso, te desplazas. De su lado, lo caminas
Le circulas una esquina. Bien. Ese paso lo mesuras
Desarropas. A su lado, lo acaricias. Subestimas
El tamaño. Qué bien. Saboreas. Te retiras.

Fueron las nalgas mas anchas



Fueron las nalgas mas anchas
Las que se sentaron sobre mi boca
Perfume de cloaca el aroma embarga
Sobre mi vientre tus sueños derraman
Cascadas de amor la piel amarran.

Monday, May 26, 2014

Trans Caribbean Airways

No había cangrejos corriendo por los corredores de la difunta línea aérea Trans Caribbean, ni vulgar chusma escandalizando los valores pequeños burgueses de las urbanizaciones de clases medias puertorriqueñas o sus “uropeizados” intelectuales en los pasillos de Humanidades en la UPR. Ni tampoco hablábamos como el muy acartonado personaje en el cuento Pollito Chicken. mucho menos descubríamos nuestra identidad en Parìs por medio de una follada.

Viajamos desde Puerto Rico a Nueva York en el avión de la mítica línea aérea, personas respetuosas y con muy buenos modales en busca de diferentes horizontes. De parte mía dejaba la vida sofocante y opresiva de un pueblo pequeño de la isla donde la homofobia era pan nuestro de cada día. No me iba por razones económicas. Había terminado la universidad y oportunidades de trabajo se encontraban por doquier. Me fui porque la homofobia, abierta o latente, no permitía una vida tranquila. Nadie quiere salir a la calle con la expectativa de que alguien se va a burlar de uno, o que te ataquen físicamente.

Nadie escoge ser homosexual. Se escoge con quien tienes relaciones sexuales.

Me fui de la isla en el sesenta siete, a los veinte y tres años, y tuve la enorme suerte de poder vivir el sesenta y ocho en Nueva York: el de las protestas en las Universidades de Berkeley, Columbia, City College, el de los Young Lords, Black Panthers, El Comité del UWS, las marchas contra la guerra y a favor de los estudios étnicos. Es en esa época tan dinámica cuando me entero de que los contenidos de los cursos no consisten en verdades universales, absolutas; que las historias están sujetas a intereses que van más allá de lo académico; que muchas historias distorsionan y excluyen; que hay que demandar que la historia, la tuya, la mía sean estudiadas, discutidas, documentadas.

Allí aprendí que no podía separar la colonización nacional rampante que viví en PR (véase otros escritos en este blog sobre ese tema) de la colonización destructiva que vive el homosexual, las mujeres, los pardos, los negros, los jabaos, los indígenas, los sudacas, los morochos, todos los que viven al margen de la historia oficial.

Es en esa época tan revoltosa cuando me doy cuenta de que si yo no escogí ser homosexual porque tenía que sentirme mal.

Cuán linda y paradisiaca puede ser la adolescencia dicen algunos. Cuán triste la alta tasa de suicidios entre jóvenes adolescentes con inclinaciones homosexuales. No me suicidé, pero lo pensé.

Tendría alrededor de catorce años cuando por primera vez descubrí que sentía una atracción especial por los hombres, hasta reconocer solo, sin el apoyo de nadie, que lo que sentía era una atracción sexual.

Horror fue lo que sentí. De noche no sólo le pedía a Dios que me quitara “eso”, sentía el terror de ser descubierto, y pronto empezó mi cuerpo a llenarse de llagas, a sufrir de problemas estomacales, a pretender que me atraían las muchachas, a llorar, lleno de miedo, mientras le pedía a Dios que me quitara “eso”. Nunca me lo quitó.

En Nueva York las discusiones religiosas no se limitaban a los discursos de reverendos de pandereta o sacerdotes ensimismados en ritos medievales, mandándote a quemar en el infierno.

En Nueva York, al ponerme de frente los planteamientos de otras tradiciones religiosas, otras versiones sobre la condición humana, aprendí que mi naturaleza incluía la capacidad para desear hombres y que esta capacidad evolucionaría de la misma manera que ha evolucionado la especie, los individuos.

Ningún adulto percibe el mundo como lo percibe un bebé.

Aprendí que no todos los católicos interpretan las palabras de Jesús de la misma manera, que no todos los reverendos de pandereta gritan y te mandan a quemar en el infierno, que ser ateo no excluye el poder ser un gran ser humano, que no todos son profetas, que ser un ser con creencias espirituales no te obliga a estar aceptando religiones sin criticarlas, y que para encontrar tu identidad como parte de un pueblo no tienes que acostarte - a lo personaje en Pollito Chicken - con otro miembro de tu propia etnia. Amén.

Ritos Mortuorios Pos-Modernistas en PR

Phillipe Aries escribió un libro sobre los ritos mortuorios en Europa (THE HOUR OF OUR DEATH. Translated by Helen Weaver. New York: Alfred A. Knopf), y dudo que hubiese imaginado lo que han estado haciendo en Puerto Rico, desde uno que vistieron de boxeador y lo velaron dentro de un ring hasta otro montado en una motora rodeado de sus "gangarreas", y ahora el cadáver de una doña es velado en una sala, sentada en su mecedora.

El que diga que los puertorros no establecen las pautas culturales del pos-modernismo está equivocado. Olviden a Calle 13. ¡Esto sí es de vanguardia!

http://www.elnuevodia.com/velanaoctogenariasentadaensumecedora-1780654.html

http://www.dailymail.co.uk/news/article-1269846/The-quick-dead-Embalmed-biker-sits-astride-motorcycle-funeral-home.html

Lillian Weber, Plantains and the Didáctica de la Libre Expresión

(three rough drafts of this chronicle appeared on February 2013 as part of my project "mostrando" different stages "a la Ferreiro" of my own work in progress, where the writing takes place on an Ipad.)

Prior to becoming a pedestrian, elementary science classroom under the euphemism "inquiry center", the Workshop Center for Open Education was the ideal space for exploring the world as a material space as well as a world of ideas. A poet or a scientist, a behaviorist or developmental psychologist, a socialist or a capitalist, a homosexual or a hetero person were always welcome there.

Ideas discussed by authors such as Luis Iglesias (Didáctica de la libre Expresión) or Carl Rogers (Freedom to Learn)  were a given in an educational space where freedom, inclusion, diversity truly existed. Many stories, poems, constructs and procedures were presented or saw their genesis in the place that doña Lillian Weber (the Doña is used here to show respect and is also my own way of granting her the very special place she maintains in my heart and my mind) founded and directed for a long time. This essay is in honor of doña Lillian, who for so many of us stands, and must continue to stand, for the ideal human being -- and not because of some kind of cult adoration, or personality superiority or perfection of hers, since we had quite a few yelling sessions.

As an educator, one can point to those instances where goals are achieved with gusto, providing a great sense of satisfaction. If aiming at specific objectives, a traditionally organized classroom can serve as the space where these objectives are met. But if the purposes are larger than taxonomies, hierarchies or the rigidity of the traditional disciplines, then a different kind of view of the world and space is needed. There must be a place, physical and ideological, where possibilities to understand, construct, formulate an idea, a theory, a construct, a poem, bodies and languages are required, and that was the Center that  doña Lillian founded.

And in that place, plantains were, before I was asked to leave and forced to walk around with my bags of limited resources, one of the most liberating sources of knowledge a teacher educator can use, study and appreciate. Yes, plantains were an integral part of the course that for many years I taught at the Center.

Most of the students in the course being mentioned were of Caribbean backgrounds and plantains were/are part of their daily diet, history and economy. As Paulo Freire argues in his book Pedagogy of the Oppressed, a great deal of what people know is completely absent from the highly organized, controlled and digested bodies of knowledge covered in traditional classrooms (for empirical evidence gathered in the NYC area supporting Freire’s idea, go to the study of learning environments and related curricula by Roger Heart as explained in one of the booklets published at the Workshop Center).

When students are placed in situations where these curriculum hierarchies or qualities are questioned or reversed, they react like all humans in destabilizing situations. During the first session, as they came into the kitchen area and saw the large amount of plantains on the tables, the discussion began, and not in the traditional form: sitting and talking by turns.  Sarcastic comments, statements began to come out from their mouths once they entered the room, as well as their nervous laughs at what many considered to be an item better left at home, hidden from the more cultured characters that rule the world of knowledge and propriety.

The goals at that point were set up by the participants. Without betraying the fields of history, science or economy, the participants entered into other related issues: their own sense of self-worth and inherited cultures, of slavery, the economy and diets; and since in the Caribbean each type of banana has a different name and many particular ways to cook them or eat them, the organization and conceptualization of knowledge became a route to study, follow and connect to many other themes, artifacts, scientific, artistic and literary expressions, with the resulting nervous laughs moving into the realms of curiosity (a quality killed by much of traditional curricula) and the worlds of epistemology.

The total didactic experience was -- to use a famous improvisational theater approach popular during the sixties -- a happening. A pedagogical happening in the Center involving plantains.

A great deal of educational practice is geared towards mastering specific bits of knowledge, and different new fads are continuously suggested to meet the “saecula saeculorum,” unadulterated curricula. Rarely were the procedures used by the disciplines or the intellectual frameworks, or the belief systems underlying the concepts or ideas being studied, covered or analyzed. And rarely did such educational spaces provide sufficient room for different voices to be heard. This was not the case, however, at the Center when she directed it.

When dismissing the educational fads or the petite classroom goals that characterize much of USA education, Lillian, while swinging her arms in order to give weight to her pronouncement and critique, always used a phrase that remains with me when recalling the richness of her soul, her brain and actions: “That thing or that thing” -- a constant and direct phrase, to be followed by long, hearty and heavily substantiated discourses.

Plantains at the Center were not reduced to specific concepts, ideas, or tiny, very tiny objectives. They were thoroughly studied, intellectually schematized, and then served in an escabeche sauce, cooked as mofongo, mangú, fufú, or pasteles, or fried as tostones or amarillos fritos, and eaten. Yes, we also ate as the palate is another learning resource.

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 Ramón Frade, Puerto Rico, 1875-1954: El Pan Nuestro de Cada Día


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Francisco Oller, Puerto Rico, 1833-1917: Plátanos y Bananos


(According to the statistics provided by Google, there are a large number of readers from France of this essay/chronicle. Since they do not seem to read other pieces, I wonder why, therefore if you are one of the readers and can tell me the reason, I would truly appreaciate it)


Sunday, May 25, 2014

Homo Erectus

Sobre el cuerpo del hombre, erizos
La fricción de otro hombre despierta 
Sus ganas retuercen, elevan las sábanas
Bañan el amor con miles de renacuajos.

Asesinos y amantes de sapos

En Hawaii los matan, brigadas de asesinos
Con armas químicas, redadas imprevistas
Los acusan de causar disturbios nocturnos.
En Santurce, en el jardín del frente, cantan
Apagan las luces, bostezan, casi dormidos
Los vecinos escuchan, sus lindos sapitos.

Poemas Uruguayos: Disfraz de Amor



Disfraz de Amor

Quise hacerte mío
enredarme en tu piel 
simbiotizar nuestros espíritus
respirar tu mar, llorar tus penas.

Quise hacerte mío 
terminé tuyo
no te enteraste.

Friday, May 23, 2014

Post-Nada, Ariel Fernández




   

Caminos del saber en el CCNY Center for Open Education

          Coming back –
So many pathways
          through the spring grass.
                                                         (Yosa Buson. The Essential
                                                         Haiku. Herbert Hass, ed.
                                                         The Ecco Press, 1994)

“The human condition is like that. The nature of truth eludes us; we have no satisfactory definition at our disposal, no agreed or reliable truth-recognition technique; but we have some working assumptions about the reliability of our feelings, our senses, our powers of reason or the authority of our sources of counsel or of inspiration.”  (Felipe Fernández-Armesto. Truth: A History and a Guide for the Perplexed. St. Martin Press, 1997.)

Lo que sigue no es un escrito chismoso. Bueno, este punto debe aclarase: toda anécdota es un chisme, y son anécdotas las que se usan para ilustrar la educación anti cuantitativa. Que las estadísticas aclaran, pero nunca cuentan la verdad; y la verdad requiere anécdotas.

En las ciencias sociales, la pedagogía y las letras se usan las anécdotas, amparándose en la supuesta investigación cualitativa (esto último, lo de supuesta, no hay que aclararlo) para poder armar o descubrir una verdad sobre el fenómeno estudiado. Y en la educación el fenómeno incluye además del objeto bajo estudio, a los estudiantes, los maestros y los distintos tipos de entornos donde estudiantes y maestros interactúan en busca de una verdad; para combatir aquello que Iván Illich critica, la escuela como agente "escolarizador".

“En el proceso de enseñanza y aprendizaje se debe considerar la interacción entre tres elementos esenciales: el sujeto que aprende, el objeto de conocimiento, y el recurso que mediatiza esa relación entre sujeto y objeto.” (Hans Aebli. Una Didactica Fundada en la Psicología de Jean Piaget. Kapeluz, 1973.)

Hacia el 1975, en el "CCNY Workshop Center for Open Education” (El Centro), durante una de las primeras reuniones de la clase “Métodos y Materiales en la Educación Bilingüe”, los estudiantes comenzaron el curso explorando todo el espacio, materiales y libros con el propósito de decidir qué y cómo usarían la inmensa variedad de recursos que allí encontraban. (La referida clase no discutía las lecturas y los fundamentos teóricos, filosóficos del enfoque o metodología, como le llaman algunos, hasta bien entrado el semestre.)

Pasearon por El Centro, comentaban, y unos cuantos estudiantes se reunieron en torno al área de las maderas y discutieron lo que podían ser sus planes didácticos con las mismas, nombraron actividades algo trilladas: medirlas y/o construir algún artefacto. Lillian Weber nos vio - era mi clase y yo, tan trillado como los demás, no veía otras posibilidades que las sugeridas por los estudiantes -, se acercó y sin decir nada, buscó un cepillo y rayó las maderas para que viéramos cómo eran sus estructuras, las formas, tonalidades, distintas cualidades del aserrín, usos.

La muy sabia educadora abrió las posibilidades con las maderas, y las “cabecitas” de todos nosotros; expandió los múltiples caminos a seguir con lo que a primera vista eran trozos de madera.

“Aserrín, aserrán, los maderos de San Juan.
Los de adelante corren mucho.
Los de atrás se quedaran.”

Una ex compañera de trabajo - cuando ambas eran maestras en un Kindergarten – contó una anécdota sobre Lillian Weber, que sirve para conocer el genio de la Weber, y las posibilidades de la educación integral, activa, abierta.

Durante una emergencia - la escuela se inundó -, mientras las demás maestras trataban de resolver el problema mecánico, Lillian usó la oportunidad y decidió explorar el agua. No se requiere mucha imaginación para poder recrear el placer y asombro que sintieron los párvulos, “lapachando” por todo el aula. ¿Y cuántas preguntas, poemas, pinturas, relatos de allí surgirían?

¡Qué gusto por la pedagogía, por el saber; por buscar las múltiples verdades que el entorno nos provee! ¡Qué distinto a lo que vino después! El Centro se convirtió en un salón de ciencias para maestros de primaria: ¡hipótesis por aquí, hipótesis por allá!. ¡Qué ignorantes los que confunden el estar activo con el estar libre!

“…. La escolaridad, de cualquier nivel, a veces cursada con testimonio de reconocida eficiencia y aun brillantemente, ha dejado en sus cuerdas más importantes y sensibles notables deficiencias para la comunicación y la autentica expresión personal” (Luis Iglesias. Didáctica de la Libre Expresión, Ediciones Pedagógicas, 1950)

Los estudiantes de maestría en educación, acostumbrados a las guías de currículo, los textos y materiales programados y alineados con los estándares nacionales, estatales y los que los  grupúsculos imponían/imponen, durante otra sesión se sorprendieron cuando la única instrucción a seguir fue que simbolizaran, que hiciesen algo con el papel y los lápices, crayones.

-¿¡Qué qué!? -  Dejar que se le revelaran signos y símbolos era algo que algunos no estaban acostumbrados a hacer, y no es hasta mas luego, muchos pudieron entender y vincular con las lecturas asignadas, el propósito principal: no tanto que crear sus propios símbolos sino “soltar las trenzas”, dejar salir la “verdad interior”; esa verdad que no puede ser completamente controlada por esquemas externos. Algunos “soltaron sus trenzas”. Otros, siguieron con “el moño para’o”.

Durante aquellas primeras sesiones, unos cuantos no podían suspender sus miedos y prejuicios; y me miraban con ojos de, pues ya se pueden imaginar, “a este señor le faltan unas tuercas” (algo cierto, pero necesario para poder sobrevivir en la academia). Otros,  se dejaron llevar por aquél a quien le “faltan tuercas”, y por Lillian y todo el que por allí pasaba y conocía las verdades detrás de aquel magnifico Centro.

Haydee (los nombres de los estudiantes fueron cambiados para este escrito, pero siguen en las veintena de libretas donde apunté  por años lo que allí ocurría) era/es poeta, y como poeta entendía lo que significaba dejar que la “verdad interior” salga a flote,  y sin perder tiempo, primero garabateó y luego poco a poco,  escribió  palabras, frases y otros “significantes” personales: frases de corte poético.

María se paró de la mesa y llevó los papeles y crayones, nunca había dibujado, hasta el área de las plantas. Escarbó la tierra en uno de los tiestos, encontró hojas podridas, desintegrándose, y gusanos vivitos y coleando. Dibujó y escribió, “para que haya nueva vida, tienen que morir otros”.

“…… the community, preservation of cultural inheritance, intergenerational character of the experiences..... and more, for inherent in all was an offering of educative experience to the learner without sorting mechanisms or certification systems or prior qualifications” (Lillian Weber. Roots of Open Education in America. Dropkin and Tobier, eds. NY: the CCNY Workshop Center for Open Education, 1976)

El arquitecto y polémico crítico cultural Miguel Rodríguez Casellas (“Narrativa de la crisis: el caso de la arquitectura”. 80grados, 20 de septiembre de 2013) sugiere que la profesionalización, normalización y legislación de la arquitectura ha truncado las posibilidades de la creatividad dentro de ese campo, y sostiene Casellas, que existe una estrecha relación  entre esos controles y el desarrollo o retraso de la sociedad en general.

 Lillian Weber entendía muy bien las trampas que presenta la “profesionalización” de las carreras, sus vicios políticos y los controles que ejerce el estado y otros grupúsculos sobre la educación. Para poder, hasta cierto punto, contrarrestar esos controles, en el Centro se integraban todos los participantes, la comunidad en general; y se abrían, fomentaban, los diversos caminos que pueden usar el docente, el padre, el estudiante cuando busca la verdad. Y no es una verdad absoluta la que se descubre, se nos revela, como gustan de hacer creer ciertos científicos de cuarta; incluso, la verdad quizás nunca llega, pero que significa algo para quien la busca; cómo la busca.

Ana entraba tarde a la clase y salía temprano, antes de terminar la sesión. Su caminar y forma de cargar los bultos delataban su pedigrí. No podía “meterle mano” a los materiales. Su talento consistía en “bregar bien” con los demás, escribir excelente informes. Estaba allí para conseguir una maestría y con ese título poder moverse muy bien dentro del sistema. Años mas tarde se convirtió en una “cocoroca” dentro de una universidad. Otra burócrata de carrera para quien los procesos educativos, sus fundamentos y posturas ante los mismos eran/son menos importantes que el treparse; una arribista mas en los andamios que rigen las escuelas.

Si las Anas del mundo andaban como la Lucy Jordan - la muy triste mujer clase media suburbana, a la que Mary Ann Faithfull le canta su famosa balada; aquella que a los cuarenta y siete años se dio cuenta que nunca había viajado por Paris en un carro descapotado -, Lillian Weber y el CCNY Workshop Center provocaban lo opuesto;  evocaban los versos de Machado, “Caminante no hay camino/se hace camino al andar”; y reafirmaban ese camino abierto, el mismo que explica el escritor Juan Carlos Onetti, con su respuesta a la pregunta, cómo se gesta una novela, “…. la gestación de una novela no puede ser determinada en un tiempo, sino que se va fabricando dentro de uno.” (Reina Joffe. Espejo de Escritores. Ediciones del Norte, 1985)

Regreso a mis diarios y notas, y encuentro los logros, pero también, aquello que no quiero recordar, en qué me fijaba o pasaba por alto, las interrupciones inapropiadas, este estudiante o aquel otro.

La verdad, la personal y la colectiva, se nos revela, por un lado, si nos dejamos encontrarla, y por otro, si existen los espacios y recursos para que esto ocurra.    

http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2013/02/lillian-weber-plantains-and-ccny.html

http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2013/01/tembandumba-de-la-quimbamba-en-el-city.html

MONTEVIDEO, LA COQUETTE, Alfredo Fressia

        "Todos los montevideanos sabemos lo que es caminar por General Flores de madrugada. Por eso nadie lo hace. Es un saber revelado y sin testimonio porque si alguien lo testimoniase no tendría nada para contar."
                                                               
                                                              ////

        "París es siempre de mañana, con flores blancas de Boulogne y rosas. En Lima y en Praga siempre es el atardecer, rojo, como encendido. Buenos Aires es noche de verano y con perfume de jazmín. Cuando en Río amanece — gloria celeste — en San Pablo son las siete de la mañana y el aire tirita. Ya en Montevideo es siempre la hora de la siesta, uno bosteza y hace la digestión. Es calentito, no se crea." *

 Alfredo Fressia

*http://www.germinaliteratura.com.br/alfredofressia_uns_set.htm

http://www.laotrarevista.com/2011/12/alfredo-fressia-el-escritor-su-biografia-y-su-mito/

Amantes Uruguayos

No, Lorca, es el mío, solo mío
Tampoco soy joven, Amorín
Mi cuerpo espera, ¿Salto? 
Un plancha, su fisura impone
No logro erección, ¿la edad?
¿O es que ya no(s) (se)para?

JLo continúa con la tradición del remeneo de nalgas caribeño de la Iris Chacón y las que la precedieron con ese estilo de danza

   
Como bien señala un maestro gay en el relato sobre una innovadora representación del musical West Side Story  (véase, http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2012/01/cuando-iris-chacon-presenta-por-primera.html), el meneo de nalgas, piernas y caderas caribeñas tiene historia y la JLo continúa la trayectoria que comenzaron las cubanas Ninón Sevilla y María Antonieta Pons, las puertorriqueñas Diosa Costello e Iris Chacón, y que hoy es continuado y llevado mas allá de estas fronteras por la nueva culona "in residence", la JLo.

http://www.primerahora.com/entretenimiento/farandula/nota/jenniferlopezobsesionadaconirischacon-1011279/

(Y para los mas cultos, no olviden que nuestro gran poeta Luis Palés Matos inmortalizó esa tradición y sensiblidad en sus versos, "Culipandeando la Reina avanza,/Y de su inmensa grupa resbalan/ Meneos cachondos que el congo cuaja", Majestad Negra, Luis Palés Matos

On Gore Vidal

[The younger ] ........... generation, who may need to know that ferocious resistance to American empire – and for that matter a refusal to conform to norms of gender and sexuality – were not invented yesterday.


nhttp://www.salon.com/2014/05/22/how_one_sexy_gay_novel_derailed_gore_vidals_literary_career/

Thursday, May 22, 2014

la nicaraguense que parecía cubana, el blanquito pasú y los espejos identitarios

No se parecía a sí misma. No se azoren, hay muchos homo sapiens que también juran que son espejos de otros.

Viajaba hace unos cuantos años en un avión en dirección hacia Puerto Rico y no podía cambiar de asiento; y como sufro de claustrofobia y de vértigo, una vez sentado, me paralizo; no podía moverme, por lo tanto me tuve que tirar aquella retahíla de comentarios dislocados.

Empezó por lo mucho que disfrutaba de su trabajo con los puertorriqueños, tan generosos y dóciles, para luego decirme que los nicaragüenses se parecían a los cubanos. Bien clarito quedó que no se parecían a la gente tan buena con los que ella trabajaba. Según la muy informada cientifico social, tampoco se parecía a sí misma.

No es distinto lo que dijo la joven nicaragüense de lo que dicen muchos otros que no se parecen a sí mismos. Una corta pero no excluyente lista reafirma ese tipo de esquizofrenia colectiva; y con una voluminosa cantidad de evidencia; casos que he documentado anteriormente en este blog, en mis millones de notas, apuntadas en libretas, servilletas, el iphone, el ipad y otros residuos de papeles, se puede comprobar que el mundo latinoamericano está llenito de gente que se desdoblan tanto, que pasan a ser copias calcadas de otros.

Los puertorriqueños se creen que son americanos me dijo un homosexual ecuatoriano. - ¿Cuáles - pregunté - americanos?, ¿cuáles puertorriqueños? - y recordé que en los cerros del centro de la isla vive una jíbara que dice que los boricuas son distintos a los otros -  ya deben saber a qué otros se refiere - porque, pues, se parecen a los americanos. De haber oído esa comparación en el pueblo de Guaynabo, la cuna de Ricky Martin, quizás hubiese estado de acuerdo, pero en un cerro lleno de jibaros, por poco se me atraganta el ñame con bacalao que me estaba comiendo

Que no se puede limitar lo del desdoblarse a lo étnico-nacional o a lo latinoamericano solamente*; como bien y con mucha sarna cuestionó una buena, muy clarita y consciente amiga pasúa*, cuando le dijeron que otro amigo se refería a sí mismo como miembro de la comunidad de blanquitos en Puerto Rico, - ¿¡Ese pasú!?, el espejo de la identidad puede reflejar la imagen del significativo otro en otros planos identitarios: racial, sexual.

*(Sobre el desdoble mas allá de lo latinoamericano, dense una vueltecita por el Upper West Side de Manhattan para que vean la cantidad de gente que se viste con ropas étnicas, desde disfraces mexicas hasta yorubas no yorubas. Y si son gays, ya saben los muchos que se describen como "straight acting".)

*(Ser pasú lo pueden averiguar entre sus amigos puertorriqueños, y cuando le expliquen, no solo oigan la explicación, fíjense si hacen muecas, que así sabrán como se sienten sus amigos frente al problema de los jabaos, trigueños, indiecitos, cocolos, jinchos y otras cualidades de la "fenotipia" criolla.)

Por suerte, para disfrutar de este asuntito y no tener que ponerse muy angustiado ante tanto esquizofrénico etno-racial-sexual, nada mejor que la contestación que dio la Ellen DeGeneres ante la pregunta sobre los roles entre los gays,  parafraseo y traduzco, que era como preguntarle a los palitos de comer que usan en las comidas orientales, cuál era el tenedor y cuál era el cuchiilo. Y si no entiende el chiste, atienda ese problema, que sin duda, no quiere mirarse en ese espejo.


Wednesday, May 21, 2014

Mujer ataca brutalmente a su hijo en centro comercial de Caguas

Y las consecuencias que sufren los que vivimos aterrorizados por los padres......., pero, - Calla, de eso no se habla, ya pasó, olvídate - dicen los otros a quienes les cuentas sobre el abuso, el terror bajo el cual viven muchos niños. No podemos callar si queremos que paren el abuso infantil. 

Hablen, aunque sus amigos se cansen de oírlos, o en el peor de los casos, censurarlos. Y si al abuso le añaden los otros abusos (por se gays, por ser negros, por ser mujeres, por ser mulatos, por ser puertorriqueño) en la comunidad, mucho menos, deben callar. 

Y si sus oyentes adultos tratan de "pasarle la mano", o le cuentan los felices que ellos fueron, en vez de tratar de entender el problema, mándelos para el mismísimo carajo, que no es abuso en ese caso, sino un choque fuerte para que salgan de su complacencia o negación.

Y si sus oyentes o lectores no entienden, y apelan al recurso que usa la derecha contra los pobres, los racistas contra los negros, los machistas contra las mujeres, los colonizadores contra los colonizados, cambiando el tema, y lo acusan de jugar el papel de víctima, y no quieren mirar el problema, mándelos todavía mas lejos que al carajo, mándelos para las pailas del infierno, porque con éstos, muy diestros en como desviar el asunto para no asumir responsabilidades, no hay remedio. No callen, que un niño que puedan ayudar, es un caso de crueldad menos.

http://www.elnuevodia.com/mujeratacabrutalmenteasuhijoencentrocomercialdecaguas-1777686.html

El Contador

El Contador se enamora de seres en busca de Godot. Casi siempre son heterosexuales cuyas identidades son más fluidas que el gas.

Por haber estudiado contabilidad en la universidad, cada vez que quiere recalcar algo usa los números como referentes, y por eso le apodan El Contador. Estuvo perdidamente enamorado de su último amor, quien era su “raíz cuadrada”.

En una clase que tomamos juntos, sobre nuevas formas de enfocar la filosofía, en el New School for Social Research conoció a quien fue su teoría de Fermat. En un lado estaba yo y del otro, su perdido deseo.

Aquella mala ecuación amorosa comenzó cuando el profesor presentó sus ideas sobre el material a estudiar: no creía en asignar lecturas o trabajos, y que las teorías y planteamientos filosóficos evolucionarían como resultado de revelaciones internas, que luego podían ser comparadas con los trabajos de otros y decidir si confirmaban o no nuestros postulados.

La sonrisa de El Contador y su mirada evidenciaban un desbalance entre el matemático y el puro perderse en el espacio que el profesor planteaba.

Me miró, sonrió, movió su cuerpo geométricamente y el ángulo que su cuello formaba lo llevó a quedar de frente con el estudiante que estaba del otro lado: el artista de quien se iría enamorando poco a poco durante el resto del curso.

Cual coordenadas armoniosas, las ideas del artista concordaban con los postulados del profesor. La cara de placer y el desbalance de El Contador sirvieron de motor generador para buscarse continuamente, armar tremendas discusiones, desear uno el cuerpo del otro y el otro, el artista, desear aquella cuadriculada cabeza.

Al terminar el semestre, el artista se involucró en distintos proyectos: pintaba grafitis sin son ni ton por las paredes públicas de la ciudad, documentaba los sonidos y el espacio en que éstos se encontraban, creaba categorías y, luego, formulaba teorías sobre cada ambiente en específico; teorías a las que llama desorden armonioso.

Sin dar explicaciones, de repente, se alejó de El Contador.

Si alguien de nuestro cerrado circulo le preguntaba por el artista, El Contador justificaba su pérdida con la frase que se hizo famosa entre nosotros, “sumé, resté, dividí, se multiplicó por cero y se eliminó a sí mismo”.

Montevideo y el Canto de las Fobias en el Libro de Daniel

Son tantas y tantas las fobias que bailan a su alrededor, y cantan sus glorias, sus guerras con Daniel; forman un enjambre, una masa amorfa, que se transforma, se separa en unidades, y de nuevo, mas rápido que la luz que las distingue, se juntan indistintamente, y lo absorben sin Daniel tener la oportunidad de poder recuperarse y disfrutar de ese alivio pasajero cuando cada fobia lo abandona; y grita desesperadamente

-  Dejen que ame, que ame profundamente, que ame a las lesbianas y lesbianos,  los planchas, los negros y mulatos, centrucas e  hispanoides, morochos y cerreros, mapuches, guaraníes, dominicanos y bolivianos que hoy colonizan a Montevideo. Fuera de aquí malditas.

Y las fobias se ríen, gritan, bailan a su alrededor, se acercan, lo abrazan, lo consumen, le hablan en susurros que solo Daniel entiende.

Monday, May 19, 2014

De Nueva York a Montreal es mas de un paso


Antes de hacer su entrada al enredado mundo de vías sobre el puente y cruzar por encima del inmenso y convulso Saint Laurent, el tren para en Poughkeepsie, Yonkers, Albany - la aburrida y sobria capital del estado de Nueva York - y  en unos cuantos pintorescos puertos: Port Henry, Port Kent, que bordean el largo lago Champlain. Nombres y lenguajes que van acercando el mundo del norte, a otro bilingüismo, a otras culturas en continuo contacto,  luchas, borujos culturales.

Alice Munro no describe los tranquilos muelles o los ferries que cruzan el Lac Champlain.  Los puertos junto al lago invitan a vivir sosegadamente; a velar si es verdad que en sus aguas vive una enorme bestia. Sin pizca de temor por la bestia que vive en las profundidades del lago, los muy  tranquilos pasajeros que se bajan en las estaciones no parecen tener vidas rebuscadas, algo pesadas. Su calma se lleva muy bien con el lago. No es el monstruo de la leyenda lo que les preocupa. Les preocupa si tomaran o no el ferry que los lleva hasta las costas de Vermont o se quedan de este lado y compran maíz fresco, fresas salvajes.


Sus ropas los delatan. No llevan fastuosos relojes de oro, ni se ponen grandes medallones en el pecho. Las mujeres no se sobre-maquillan; no parecen sacadas de vitrinas de tiendas en la Quinta Avenida de Manhattan, en camino a los muy caros pueblos de los Hamptons en Long Island. Tampoco recuerdan a los personajes de John Waters: la muy chusmona mujer con su pelo teñido de rubio, el casi clase media cargado de oro, el bocón que se pavonea por los aceras de tablas que bordean las playas de New Jersey, Delaware.

Alice Munro es desplazada por el deseo de estar afuera, frente al lago. Un deseo que  la cara casi pegada a la ventana, al  lado derecho del vagón, expresa en su sonrisa, al ver los pasajeros que se bajan y a los que vienen a recogerlos: un taxista, una familia que está pasando el verano en su cabaña cerca del lago.  A los puertos del lago  llega la sencillez personificada: ropas de algodón sin pretensiones de alta costura, kakis y bolsas de tela de saco,  retazos de los sesenta, sandalias y collares de cuentas.


El lento viaje en tren lleva al pasajero por el lado de las montañas  Adindoracks, de cara al lago, boscosas, con sus emblemáticas sillas en los patios de las casas o cabañas veraniegas; sirven de fondo escenográfico al conductor que grita cada parada, “Pointe Rousse, please have your tralalalala ready”.  Pointe Rousses es el nombre de la parada en la frontera, tierra de nadie, donde los empleados de aduanas e inmigración canadiense, quebecoix, entrevistan, auscultan con sus ojos y deciden si dejan pasar o no, moverte al mundo más al norte.    

Alice Munro recrea las vidas de personajes con múltiples identidades, mundos bizantinos por dentro, que requieren entornos áridos, y pequeñas estaciones de trenes en pueblos de provincia. Montreal no se presta para hacer relucir los interiores de esas vidas tan intensas. Se camina por fuera y se camina por dentro. Desde la Gare Centrale hasta el terminal de autobuses puede uno viajar sin tener que ver la luz del sol. Si no fuese por el gentío, los anuncios, los estantes llenos de cachivaches para la venta, los olores de comidas de todo tipo, mercados, hoteles, cafeterías, los kilómetros de túneles que conforman la ciudad subterránea parecerían la escenografía de una novela futurista.


Cruzas sobre el inmenso rio, sales del andén, subes al inmenso mall subterráneo, caminas en busca de la parada del metro, te pierdes, caminas y caminas por túneles, mercados, baratijas, ropa elegante, ya habías pasado por aquí, no preguntas, encuentras una entrada a otro túnel, otra parada, no es la que buscas, sales y sigues caminando, otro túnel, one dollar store, café au pain, la petite patrie, cruzas puertas, no preguntas, caminas, cruzas puertas, otros túneles, llegas a otra parada, no a la que te corresponde, que está,  a saber, a cuantos kilómetros de la que originalmente buscabas, a un andén donde se toman los trenes que van en dirección contraria. Te sientas. Esperas.








       

Inclusion in Bilingual Education

Inclusion is one of bilingual education's underlying principles, unless you criticize bilingual educators  and their practices.

¡Qué diantre de diáspora! (a work in progress)

Vienen, pasan unos cuantos años en la universidad, regresan de visita y comen en La Taza de Oro, ven un montón de gente usando la puertorriqueñidad como si fuese un disfraz, una decoración, y se creen que conocen lo que eso significa. Y luego regresan y, o escriben ofensivos cuentos como Pollito Chicken o La Guagua Aérea, o escriben análisis llanitos como el aquí anexado. 

"The masses are asses" escribió Pedro Pietri después de que su cucaracha se suicidara en el Sur del Bronx. 

Es mas, decidí hacerme parte de la diáspora andaluza, o africana, o arahuaca, o a saber de dónde vinieron mis antepasados. No, no tengo que hacerlo, porque distinto a los etno-gringos, ningún grupo me obliga a buscar una falsa identidad, al negárseme la entrada a la que supuestamente está en el poder, porque la mía se formuló en un entorno y sus coordenadas históricas, y no en oposición a otros grupos.

http://www.elnuevodia.com/columna-ladiaspora-1775451.html

El Plancha Uruguayo y su Fisura

- Mi amor, mi regazo, mis brazos, mis manos extendidas, te ofrezco todo eso sin pedir nada a cambio.

- La fisura no deja que me acerque.

- Mis ojos comprensivos, tiernos, aguados te miran; ofrecen toda la compasión que necesites.

- Mi fisura es mas poderosa que tus caricias.

- Miras molesto, callas, frunces el ceño, rechazas.

- La fisura me retrae.

- Ese mundo del que vienes y niegas, que tanto afecta tu estado de ánimo, que te abruma, cuando bien sabes, me ofrezco incondicionalmente.

- No es una fisura en el culo, es la de mi vida de (sin concordancia de género) plancha uruguayo.

http://www.herramientasparticipacion.edu.uy/index.phpoption=com_content&view=article&id=462&catid=108&Itemid=349



Sunday, May 18, 2014

El canon no incluye errres; incluye "sho" porteño, sugiere "ay chus!"

Los ojos saltones radiaban soberbia. Sus labios apretados controlaban la burla. El “ay chus” que tantas veces repetían los malandrines del pueblo, salió sin pestañear, sin decirlo.

Automática, su respuesta. Con la cara todo lo decía. Su preparación como profesora de literatura no incluía sentir compasión, y mucho menos, aceptar que no se escogía ser homosexual. Su respuesta la cogió desprevenida. No pidió perdón. Cambió de tema.

 La pregunta sobre la relación de la vida de Lorca con su poesía no estaba dentro de los contenidos del programa del curso, ni se cubría en la lista de lecturas. No pidió perdón y siguió con una explicación sobre el estudio del canon más allá de la historia personal de cada autor.  Sin proponérselo, los textos iban a ser estudiados partiendo de una concepción moral marcada por el cristianismo.

Era imposible dejarle saber que ya a la temprana edad de diez años se podía sentir una extraña atención hacia los varones. Que esa sensación informaba y formaba una sensibilidad. Que las mujeres de Lorca estaban definidas por sus experiencias. Que sus obras, sus mujeres incluían su homoerotismo. Sí, el homoerotismo de Lorca lo informaba; y lo reprimido de Borges, sus personajes sin vida, calcados, diagramados, puras generalidades filosóficas, científicas,  evitaban, evadían conocerse. Sí, Borges no se conocía. Por eso quería olvidarse. Recordar lo obligaba a mirar el mundo, a la gente más allá de los diagramas.

Tampoco podía entender, ella no podía entender como su odio y el odio colectivo se basaban en un canon, una serie de relatos conocidos como la biblia, y que su auto nominarse cristiana no servían de nada cuando el asunto tenía que ver con la sexualidad, pues la cegaban ante otros textos, otras versiones del ser. 

Parábolas como la que habla sobre la samaritana y la compasión de Jesús eran convenientemente citadas, muy parecidas a los políticos que citan fuera de contexto. Su biblia era un texto donde no existían las contradicciones, ni función histórica. No se le ocurría, no quería saber, que de ella haber nacido en los tiempos del antiguo testamento, hubiese sido esclava, apedreada, y justificado por sus biblias, religiosas o literarias. Su soberbia era más extensa que su capacidad para conocer y crecer.

Una vez más abandoné otra versión del circo romano: asignaturas, trabajos, familia. Esta vez no era la isla del encanto. Esta vez era una clase en el muy progre Nueva York. No tuve que debatir ideas para confrontar al otro. 

Bastó con decir una palabra, perro o barro. No recuerdo. Tenía una errre, pronuncié ese muy sensual fonema. Me corrigió. 

Le pregunté por qué su "sho" porteño  era aceptado y mi errre no. La sonrisa que acompañó su "sho" fue su despedida.





Saturday, May 17, 2014

Funche y las Colonias

Funche es el nombre que se le da en Puerto Rico a un plato hecho a base de harina de maíz, agua, aceite y sal. No es un plato que requiere muchos ingredientes ni que sea muy difícil prepararlo. Se come en otras islas del Caribe, y en las inglesas se le conoce como funghi. Su nombre al igual que su origen es africano. Lo que distingue este plato de otros platos de la cocina puertorriqueña es su valorización por parte de ciertos sectores de la sociedad en la isla de los encantos. Hay quienes lo añoran como acompañante de un buen caldo de pescado, otros juran que no lo conocen, otros lo desprecian y algunos lo rebajan a una comida de pobres.

En una entrevista sobre la cocina criolla, a una señora de clase media en San Juan se le hizo difícil pronunciar la palabra: le llamó harina cocida. Una estudiante de literatura en la UPR sostenía que en su casa esa comida se le servía a los obreros, y lo decía con desdén, hasta que se le pregunta si le gustaba la polenta. Sus ojos se abrieron de entusiasmo cuando dijo que le encantaba; cambiando de actitud cuando se le señaló que la polenta, al igual que el porridge inglés, era un tipo de funche.

Cómo se responde al ambiente y sus diversos elementos, y qué significado se le da a esos “significantes” que se encuentran en un entorno en particular, no solo refleja los gustos de tal o cual persona; sirve de medida para establecer qué ha sido valorizado por la educación a la cual cualquier persona ha estado expuesta. En los casos anteriores lo africano en Puerto Rico, al igual que en otras colonias donde se esclavizó a esta población, ha sido desvalorizado o reducida a la música o baile, lo exótico. Mientras que a lo español y lo estadounidense se le mira con detenimiento y hasta glorifica, a lo Taino se le rebaja a lo mitológico, y a lo africano se le niega su papel en la historia y desarrollo de la sociedad puertorriqueña.

En una clase sobre didáctica en la cual uno de los temas consistía en explorar la relación que existe entre el ambiente material y el aprendizaje, (cómo y qué aprenden los estudiantes en sus hogares, comunidades, en las escuelas primarias), los estudiantes latinos, caribeños en su mayoría, reían nerviosos cuando se les asignaba la exploración de los plátanos como artefacto científico, económico, cultural, histórico y su relación con el desarrollo del niño caribeño. Esta muy obvia e incómoda reacción no ocurría cuando exploraban manzanas o peras.

Esta fragmentación, censura y estigmatización de ciertos aspectos de la historia en PR toma un giro más crítico en los Estados Unidos, donde es la historia completa la que es distorsionada o en muchos casos, motivo de burla, despreciada. Un joven intelectual niuyorican (puertorriqueños criado en los EEUU) no entendía la reacción de ciertos sectores de la población puertorriqueña ante la negativa del Presidente Obama durante sus dos visitas a la isla a comer comida criolla y de la relación que existe entre el paternalismo que proyectan los líderes de los EEUU hacia la sociedad puertorriqueña y sus posturas políticas. El joven en tono de burla sugirió que le sirvieran arroz con gandules. Su respuesta no es nada distinta de la de otros puertorriqueños quienes desprecian cualquier símbolo que esté ligado a dicha población; y este desprecio es resultado de lo que se aprende o desconoce. El comer o no la comida era sintomático de una percepción más profunda, más complicada que no se puede reducir a un plato de arroz con gandules, pero que sirve de significante para conocer cómo se percibe la nación puertorriqueña.

(Por cierto, Obama prefirió comer en una cafetería española, donde históricamente se han negado a contratar puertorriqueños; y aunque el lector no lo crea, se encuentran muchos negocios que practican la discriminación de forma descarada en PR, algunos prefieren contratar extranjeros por razones económicas y en otros no contratan gente "de color").

De modo que, aquellos que se atreven a comer funche, llamarlo funche, apreciarlo como un gran representante de la compleja historia del Caribe, se merecen un premio: un plato de funche junto a un buen caldo de pescado.

(Para los otros, los colonizados que se burlan del arroz con gandules, pues que coman lo que les venga en gana y les satisfaga el estatus")

Páramelo ahí

 -¡Páramelo ahi, páramelo ahí! - con voz rápida y acento fuerte le dijo el locutor puertorriqueño, en una emisora niuyorkina, a una mujer que hablaba sobre asuntos que no recuerdo,

La mujer, también puertorriqueña, paró de hablar y dejó que el locutor continuara con sus preguntas. Ella entendió muy bien lo que el locutor quería que le pararan: la explicación sobre el tema de la entrevista.

Distinto a la entrevistada y su conocimientos del español puertorriqueño, una persona de otro país, quizás, no hubiesen tenido la misma reacción ante un hombre que pide, que se lo pare.

Friday, May 16, 2014

Locas partidas y el beso de Michael y Vito

http://www.huffingtonpost.com/mathew-rodriguez/sissies-and-kisses-on-michael-sam-and-femmephobia_b_5318936.html?utm_hp_ref=black-voices&ir=Black+Voices

Identidad en la literatura infantil puertorriqueña

http://www.lecturayvida.fahce.unlp.edu.ar/numeros/a19n2/19_02_Torres.pdf

Maestros anti-históricos en la educación bilingüe

La incapacidad que tienen ciertos educadores para entender el papel de las ciencias y los cambios que éstas traen con sus descubrimientos no deja de asombrar. Envié un muy interesante artículo sobre los indígenas que habitaban en PR, en este caso Vieques, donde se discuten los hallazgos que una microbióloga, profesora de una universidad en Boston, junto a unos antropólogos, encontraron en sus estudios de campo; y sugieren que había mas de un grupo, uno de ellos era desconocido hasta ahora, residiendo en la Isla Nena, como se le conoce a Vieques entre los puertorriqueños (véase anexo)

Un maestro de historia en programas de educación bilingüe, en vez de preguntar sobre los métodos o los cambios en las teorías, preguntó con sarcasmo, que si iban a cambiar la historia. Otro educador con tendencias nacionalistas, dijo, que no importaba lo que descubrieran, que él seguía siendo boricua (espero que no diga que es descendiente directo de Jajibonuco, el taíno eunuco).

Si no fuese tan asombroso, darían ganas de reír. 

Una vez mas, opuesto a los exámenes normalizados, la necesidad de recoger y estudiar los comentarios de los educadores, dentro de un modelo Piagetano-Freiriano, es imprescindible para combatir el dogmatismo e incomprensión de las disciplinas. 
http://www.elnuevodia.com/laculturatainanoexistecomotal-1773639.html
(No debo sorprenderme. La transformación del Workshop Center en CCNY, de un centro de educación integral a un salón de ciencias experimentales sin mucha crítica por parte de quienes debieron oponerse a tan monstruosa acción, y la negación a otorgarle permanencia a una de las pocas/pocos profesores - puertorriqueña - en la facultad de educación, que no solo entendía estas ideas, las ponía en practica es sintomático de ese problema que aqueja la educación en los EEUU. Fui testigo de ambos eventos, y la excelente profesora tenia su oficina al lado de la mía y veía, con gusto y orientación epistemológica de parte mía, como ella hacía ese trabajo. Pero, claro, la politiquería burocrática es mas poderosa que las ideas y la práctica. Tampoco entienden la diferencia entre ser politiquero y ser político.)

Thursday, May 15, 2014

Amor entre hombres

El amor entre hombres gira 360 grados,
sobre sábanas almidonadas, blancas, 
el que primero estaba encima, 
ahora está debajo. 

El purismo léxico

"El purismo léxico remite por lo común al estancamiento de las ideas. Digamos que un purista es un racista en versión lexicológica. Aquel tan aireado manifiesto de Neruda, abogando por una poesía “impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición y actitudes vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilias, profecías, declaraciones de amor y de odio...”

 (José Manuel Caballero Bonal http://cultura.elpais.com/cultura/2012/11/11/actualidad/1352656848_784959.)

tu ascensor requiere once pisos para subir al uno

diez años tardaste en subir de nuevo
el cero maya no cuenta en los ascensores gringos
el cero es sótano
aquella planta baja donde comenzó tu regreso
rellenó el cero, se hizo uno
formó un principio
la subida completa
diez años mas tarde empieza de nuevo
el número uno.

The Mona Lisa Smile

Stop looking at me!

Your smile means nothing to me. You are not funny; not funny at all.

You know what, I have never seen your teeth. I’m sure they are rotten. All of you had rotten teeth prior to the discovery of Colgate.

You don’t have teeth. I am sure you do not have teeth. Your people were not very hygienic.

You are a self centered black hole, sucking everything and everybody.

I cannot hide from you. Your cynical smile follows me. Bitch!

My god, I just realized it. You are a drag queen, always looking at me, feeling sorry for me, with the smile of someone whose pity is bigger than her compassion, That is what you are, a drag queen.

No, no, no you are not the type of drag queen who is showing the larger self. You are hiding yours.

Of course, you would like to see yourself as caring for others, as a giving soul, but, you know, the flatness of your face, the cynical smile reveals the truth about you: a rigid reactionary who believes to be in control, on a podium, judging me for everything I did that never met your expectations.

Pathetic! A typical passive aggressive!

You smile betrays you. It is the same smile of so many others who love to create a problem, any problem, and then judge the failings of others in order to feel superior. Bitch!

But why do I get so angry when I see you?

I know. Of course I know. It is your smile, triggering, but never willing to accept responsibility,  purposely triggering, opening old wounds.

You could have had the sensuality of, you know her, la de Alba, La Maja; or the repressed sadness of any Flemish woman waiting by a window; even better, the power of the liberator, Juana, la de Arco; but not you. You chose the “it is not my fault" kind of attitude, and then dismiss everybody around, and never assume responsibility over your actions.

There were those days when you reminded me of the school principal, well, ex-school principal, since by the time we met, she was a professor. The kind of professor who sits at faculty meetings, and waits and waits for the opportunity to pontificate and evaluate everybody else, and then in her quarters, surrounded by her puppets, she plots, and plots behind closed doors.

You and her are the same. You love to destroy everyone and anyone.

But in public, like the professor  at faculty meetings, there you are, with your smile, assuming the role of grand dame.

You annoy me. I refuse to accept your patronizing mentality.
   
But your smile is not only a judgmental smile. It is the projection of cruel pleasure. It is the same smile of the vicious, bitchy gay male, making rather intellectually limited generalizations, like the Inconsequential professor, certainly, not very bright, who said, while smiling, "los boricuas son todos vagos".

I know you are not interested in the dynamics of the colonial situation, the welfare state, underground economies and working conditions among members of the Puerto Rican proletariat.

You are simply trying to annoy me.

I know that you could not stand the idea that an older man would not fall for such a hot euro drag queen.

I never liked transvestites and you are a racial and cultural transgressor.

Porfapliis! I know better. Trying to anger the objects of your desire is an old Latin American telenovela technique that does not work with me. And you desire me.

I might be many things but, hardly a masochist who would lose "cordura" when confronted with such tricks. If you want to conquer me all you need to do is to say so, but no, all you do is smile.

Angry? No kidding. Sure! And Columbus discovered America.

Which America, you ask. The Southern hemisphere, you know that. The Northern one was discovered by Ponce de Leon.

My grandmother was a de León, but no Ponce. True, she and one million more Puerto Ricans are surnamed de León. Most probably her ancestors were slaves in one of the Ponce de León plantations, but not according to my mother. She was a descendant of the conquistadores. Really! She was not a Ponce, only de León. Hello, is somebody there? Few could keep the Ponce part, and certainly not, my mama. Sorry mama, you were just another de León. No Ponce for you, dear. But you kept the smile, as if the Ponce was still there next to the the de León.

My mama was just like you, bitch! You and your idiotic Mona Lisa smile.

I wish there were not so many guards around. I would slash your face and reveal who is on that canvas.

Wednesday, May 14, 2014

Racismo y Latinoamérica

No es un estudio lo que sigue, ni es un ensayo sobre el racismo. Les incluyo algunos comentarios de los foristas sobre el tema, tomados del artículo anexado, y un muy disfrazado discurso de un Cardenal dominicano, un muy católico que no es muy caritativo según las ideas cristianas. Lo hago porque creo firmemente que hay que continuar con el debate sobre este tema y el resurgir del nacionalismo fascistoide en el mundo contemporáneo y multi-culti.

Desde las ideas que sostienen que para los nórdicos y teutónicos los españoles no son blancos - incluyendo, de acuerdo a un documental sobre las empleadas domésticas en Francia, para algunos galos tampoco - hasta las ideas sobre grados de blancura - los jabaos en PR se consideran blancos y discriminan contra los negros. Para añadir un toque personal, en el Cono Sur a los morochos, mestizos, los tildan de negros de forma muy despectiva (me jodí, pues pa' allá no vuelvo, soy morocho y bien morocho).

Dos foristas (tomados de un artículo sobre la reunión entre José Mujica y Barack Obama):

"Soy de España, y pienso que cada raza a su lugar, los blancos fundaron a EEUU y la idea era darle asilo a los inmigrantes EUROPEOS ¿a que tienen que ir a meterse latinoamericanos alli?"

"Solo vete a YouTube para ver la INFINIDAD de videos en donde hay ataques y contra-ataques con respecto a la "europeidad de los españoles", o su estatus como "raza blanca"... y eso no es algo en donde los latinos llevemos la voz cantante: Eso es principalmente una guerra interna entre ustedes los racistas. Por supuesto... en un foro en internet, un racista Alemán no va a despreciar a un español que le pega a los latinos, y a cualquier otra "raza inferior" de "Untermenschen"... y para ver eso, solo te tienes que ir a un sitio como stormfront.org ... ya en la calle... mucho cuidado, porque yo a un español en Moscú o Berlin, lo puedo confundir muy fácil con un turco o un gitano del báltico. ... y te lo digo ahora, en que no se sabe bien todavía, a donde va a evolucionar la ola xenófoba y racista de nuestro tiempo. Si hasta los Nazis consideraban a los alemanes mestizos de italianos, como un tipo de "Mischlinge", en el fondo indigno de reproducirse. Ya que se desate, si se desata, una ola racista, con toda su crueldad como se sabe dar en Europa... pues tu estás ahí. Nosotros no."


http://internacional.elpais.com/internacional/2014/05/12/actualidad/1399917389_550866.html

Le sigue el sermón de un Cardenal que apoya el racismo vestido de identidad nacional. Otro mulato mas que se cree blanco.

http://www.listin.com.do/la-republica/2014/5/13/321697/CardenalLopez-Rodriguezexhorta-al-pais-a-que-defienda-identidad