Thursday, May 22, 2014

la nicaraguense que parecía cubana, el blanquito pasú y los espejos identitarios

No se parecía a sí misma. No se azoren, hay muchos homo sapiens que también juran que son espejos de otros.

Viajaba hace unos cuantos años en un avión en dirección hacia Puerto Rico y no podía cambiar de asiento; y como sufro de claustrofobia y de vértigo, una vez sentado, me paralizo; no podía moverme, por lo tanto me tuve que tirar aquella retahíla de comentarios dislocados.

Empezó por lo mucho que disfrutaba de su trabajo con los puertorriqueños, tan generosos y dóciles, para luego decirme que los nicaragüenses se parecían a los cubanos. Bien clarito quedó que no se parecían a la gente tan buena con los que ella trabajaba. Según la muy informada cientifico social, tampoco se parecía a sí misma.

No es distinto lo que dijo la joven nicaragüense de lo que dicen muchos otros que no se parecen a sí mismos. Una corta pero no excluyente lista reafirma ese tipo de esquizofrenia colectiva; y con una voluminosa cantidad de evidencia; casos que he documentado anteriormente en este blog, en mis millones de notas, apuntadas en libretas, servilletas, el iphone, el ipad y otros residuos de papeles, se puede comprobar que el mundo latinoamericano está llenito de gente que se desdoblan tanto, que pasan a ser copias calcadas de otros.

Los puertorriqueños se creen que son americanos me dijo un homosexual ecuatoriano. - ¿Cuáles - pregunté - americanos?, ¿cuáles puertorriqueños? - y recordé que en los cerros del centro de la isla vive una jíbara que dice que los boricuas son distintos a los otros -  ya deben saber a qué otros se refiere - porque, pues, se parecen a los americanos. De haber oído esa comparación en el pueblo de Guaynabo, la cuna de Ricky Martin, quizás hubiese estado de acuerdo, pero en un cerro lleno de jibaros, por poco se me atraganta el ñame con bacalao que me estaba comiendo

Que no se puede limitar lo del desdoblarse a lo étnico-nacional o a lo latinoamericano solamente*; como bien y con mucha sarna cuestionó una buena, muy clarita y consciente amiga pasúa*, cuando le dijeron que otro amigo se refería a sí mismo como miembro de la comunidad de blanquitos en Puerto Rico, - ¿¡Ese pasú!?, el espejo de la identidad puede reflejar la imagen del significativo otro en otros planos identitarios: racial, sexual.

*(Sobre el desdoble mas allá de lo latinoamericano, dense una vueltecita por el Upper West Side de Manhattan para que vean la cantidad de gente que se viste con ropas étnicas, desde disfraces mexicas hasta yorubas no yorubas. Y si son gays, ya saben los muchos que se describen como "straight acting".)

*(Ser pasú lo pueden averiguar entre sus amigos puertorriqueños, y cuando le expliquen, no solo oigan la explicación, fíjense si hacen muecas, que así sabrán como se sienten sus amigos frente al problema de los jabaos, trigueños, indiecitos, cocolos, jinchos y otras cualidades de la "fenotipia" criolla.)

Por suerte, para disfrutar de este asuntito y no tener que ponerse muy angustiado ante tanto esquizofrénico etno-racial-sexual, nada mejor que la contestación que dio la Ellen DeGeneres ante la pregunta sobre los roles entre los gays,  parafraseo y traduzco, que era como preguntarle a los palitos de comer que usan en las comidas orientales, cuál era el tenedor y cuál era el cuchiilo. Y si no entiende el chiste, atienda ese problema, que sin duda, no quiere mirarse en ese espejo.


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