A las cuatro la luz palideció la sombra
entre arbustos, dunas coronadas por un pelo negro.
Un cuadro, retrato, un calco por Myrna Báez,
un trazado.
Un rostro se confunde con la arena.
La playa quieta. San Luis no grita, no es Punta
del oeste llegan los rayos de oro, mecen la marea.
El rostro se aleja, no se pierde, combina sus matices
con San Luis de fondo en la Atlántica playa.
Monday, November 17, 2014
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