Tremenda desilusión al verte tan desaliñado, los pantalones te quedaban anchos, ¿o es que no tienes mucho volumen en las nalgas?; la camisa estrujada, medio fuera de la correa, ¿quizás te vestiste apurado o eres siempre así de desordenado?; el pelo lucía menos obscuro que lo que recuerdo de nuestra primera moche, cuando nos conocimos en el Tía María en la de Diego, ¿te lo tiñes?
"Beeeellos": saludaste, remeneaste y chasqueaste las yemas de los dedos.
Aquella intensidad, sensación al borde del éxtasis, se derrumbó al verte saludar a tus amigos, y tener que enfrentarme a un cuerpo que no había visto por completo, una personalidad menos controlada, una actitud algo desentendida en tu trato, y a un ramillete de plumas que soltaste con tu gritito, gestos, y sonrisa. De lejos los vi tomarse un selfie.
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