Cuando se fue sin despedirse, un beso en el lado izquierdo del cuello y una salida apresurada, evitó la foto, el retrato donde en ese momento una vez más hubiese reafirmado su placer, una sonrisa, al estar juntos, de nuevo juntos.
El selfie sella el fin, el inesperado cierre de un ciclo que no tuvo ni grandes dificultades ni batallas y convenios de paz románticas. Una relación muy armoniosa, llena de comprensión y tolerancia; bordeaba en un control sico-social, en un modelo de comportamiento algo parecido a los tipos conocidos como "pasivos-agresivos", tratando de proteger lo que nunca se solidificó.
El selfie muestra el asombro de una cara ante la partida súbita del otro, de quién se fue sin indicar que no había futuro, que la foto no iba a contar la historia completa, y mucho menos la de un hombre muy seguro con su vida, amante, trabajo, que no se daría cuenta hasta mucho tiempo después, que la foto es el pasado, un recuerdo de una despedida.
Saturday, October 10, 2015
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