No se refirió al Perpetuo porque el aludido fuese perenne. Lo dijo porque el bien Perpetuo había estudiado en la muy exclusiva escuela privada que llevaba la palabra Perpetuo como parte de su nombre; y aunque hay otras escuelas perpetuadas en las islas de los encantos, solo una es Perpetuo. No dijo Colegio o Academia del Perpetuo Algo. Dijo: "Perpetuo". Ella estaba bien clara de lo que ese nombre y forma de decirlo significaba.
A su lado, el muy humilde graduado de escuela pública tragó gordo. Una vez más el estatus social y el estatus político conjugaban la vida de la colonia.
El homo fuera del armario, "bien Perpetuo", sonrió levemente, o medio avergonzado, o lleno de orgullo. No trató de resolver el conflicto o contradicción presentada por la lesbiana, feminista, new age, izquierdosa, quien en su Perpetuo, no reconoce lo que significa la colonización nacional, racial, de clases, y los vínculos que este proceso colonizador tiene con las instituciones y grupos que se encargan de mantener el "status quo", incluyendo a los estadounidenses que residen en las islas de los encantos. Todos ellos, ajenos en su papel como colonizadores, explícitos o implícitos, abiertamente o tras bastidores, inconscientes o sin miramientos. Esta lesbiana no se daba cuenta de lo que decía, ni quién ella era dentro del borujo que le da forma al proceso colonizador.
El feminismo y el estar fuera del clóset de la lesbiana, al igual que la identidad izquierdosa de su Perpetuo parecen ser elementos decorativos. Ambos conocen todos los hechos vinculados a la colonia pero no saben, o quieren, o pueden construir un relato coherente sobre esas imposiciones. Perpetuán el "status quo" mientras se identifican con procesos liberadores.
Si mal no me equivoco, ambos leyeron los textos escritos por Pablo Freire. Contradicción, pura y perpetua.
No creo que hayan leído a Durrell, o visto sus semejantes en Alejandría, los perpetuos que en aquella antigua colonia vivían durante la ocupación inglesa.
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"Tú eres bien Perpetuo”, dijo la sin maquillar, vestida con las birkenstocks, que procedía del país colonizador, supuestamente izquierdosa, feminista, lesbiana, new age, bordeline hippie. Le hablaba a un gay lesbófilo, procedente de la colonia Extraña combinación aquella, juntos, colonizador y colonizado.
No se refirió
al Perpetuo porque el aludido fuese perenne. Lo dijo porque el bien Perpetuo había
estudiado en la muy exclusiva escuela privada que llevaba la palabra Perpetuo como parte de su nombre; y aunque hay
otras escuelas perpetuadas en las islas
de los encantos, solo una es Perpetuo. No dijo Colegio o Academia del Perpetuo Algo.
Dijo, Perpetuo.
El homo fuera del armario, "bien Perpetuo",
sonrió levemente, o medio avergonzado o lleno de orgullo. No trató de resolver
el conflicto o contradicción presentada por la lesbiana, feminista, new age,
izquierdosa, quien en su Perpetuo, no reconoce lo que significa la colonización
nacional, racial, de clases, y los vínculos que este proceso colonizador tiene con
las instituciones y grupos que se encargan de mantener el "status quo".
El feminismo y
el estar fuera del closet de la lesbiana, al igual que la identidad izquierdosa
de su Perpetuo parecen ser elementos decorativos. Ambos conocen todos los hechos
vinculados a la colonia pero no saben, o quieren, o pueden construir un relato
coherente sobre esas imposiciones. Perpetuán el "status quo" mientras se identifican
con procesos liberadores.
Si mal no recuerdo, ambos leyeron los textos escritos por Pablo Freire. Contradicción, pura y perpetua.
Si mal no recuerdo, ambos leyeron los textos escritos por Pablo Freire. Contradicción, pura y perpetua.
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