Señor Trump: No sabe el placer que me dio, oír a esa gran dama y actriz que es doña Meryl Streep delatar, divulgar la bajeza que es usted como ser humano. Qué alegría me da cuando hay gente como la Señora Streep que no teme, y al igual que Zola, Bonhoeffe acusan a los fascistas, dictadores, racistas, hombres y mujeres crueles como usted. No es el primero que conozco. En Guayama, Nueva York, Montevideo me he tenido que enfrentar a muchos miembros de su sub-especie. Ni será el último. Por suerte, siempre hay gente con principios claros, como la Señora Streep, que los van a desenmascarar.
Señor Trump, qué futuro tan triste tiene usted, y por desgracia y culpa suya, muchos seres humanos. Todo el dinero del mundo no les va a traer felicidad; y en la marcha hacen mucho daño.
Señor Trump, usted y gente, aunque menos poderosa, igual que usted solo sirven para revelar lo que usted y sus iguales carecen: el otro lado de nuestra común humanidad, la decencia, solidaridad, caridad, amor.
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