“La raza no existe, pero el racismo sí”
(Julio César Guanche, 80grados.net)
(Julio César Guanche, 80grados.net)
La literatura que cubre los planteamientos teóricos, históricos, sociológicos, económicos y mentales que subycen el racismo sostiene que los “blancos” (entre comillas porque ser “blanco” en la República Dominicana o Puerto Rico no es definido necesariamente con los mismos criterios que son usados en EEUU o Europa) tienen privilegios (se cae de la mata) que los negros no tienen; muestra y comprueba con estudios de campo cómo se otorgan u obtienen ese “poder sublime”; incluso, relata casos de personas que hasta se despintan la piel para que no los identifiquen como negros, y en oposición, otros, cuyo fenotipo los permite identificarse como blancos, al estar conscientes de su ascendencia africana, no se incluyen en esa categoría "racial".
Aquellos a los que la historia nos ha curado de espanto en cuanto a la discriminación, rechazo, por ser pobre, de los cerros, por ser gay, por ser puertorriqueño en los EEUU, podemos -si lo ponemos de frente sin hipocresía criollas- entender el fenómeno, estudiándolo y no cayendo en falsas blancuras (los Cartagena por parte de mi abuela eran más prietos que el café, y decían que eran indiectos. Sí, Pepe!)
Como tal, de haber sido una mujer blanca la que entraba al restaurante -donde yo había ido unas cuantas veces-, la anfitriona hubiese sonreído. Nos fuimos y comimos (las hijas con cara de mal gusto o vergüenza ajena) en una de las fondas del mismo barrio, donde la integración se da casi por osmosis y sin complicaciones frente a una buena mixta.
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