En el arte del antiguo Egipto el vello púbico femenino era representado en forma de triángulos negros. Al "David" de Miguel Ángel le rasuraron parte de su vello púbico. Francisco de Goya protege, tras un velo, el vello púbico de su maja; y en "El origen del mundo", Gustave Courbet pinta el vello de una mujer en un primer plano. Ninguno recreó o registró su propio vello púbico. Con los teléfonos inteligentes todo aquél que así lo desea puede retratar, representar los pendejos en sus distintos tiempos: de negros y voluminosos a -pendejos al fin- ese momento cuando, escasos y descoloridos, se cansan, pierden volumen, y empiezan a desaparecer. O, como en este caso, al ser afeitados para un selfie, cuya fecha no puede ser fácilmente identificada, logran con su ausencia un cambio de perspectiva: aumenta el tamaño del pene; y destapa el narcisismo e intenciones del sujeto: si se gusta a sí mismo, le gustará al destinatario recibir una foto sin pelos.
Saturday, January 4, 2020
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment