Juguetes, "de tus travesuras", aretes robados a la luna, cofres donde "los guardo para hacerte un collar", artefactos y retozos sin un rumbo definido, ganar o perder, entretenían a los amantes, al bolerista, y al autor; prendían y satisfacían los instintos, las crudas sensaciones, la búsqueda del porqué de las atracciones y la necesidad de decir, "contigo aprendí"; ayudaban a encontrar el lenguaje que, aunque "juegues conmigo", sin miedo o con él, liberaba a los jugadores y les abría el camino para aceptar, "a mí qué me importa", si es un juego sin principio ni fin, un juguete "de tu querer".
- ¿Por qué mentiste? ¿Por qué? ¿Por qué? El Porsche no era de verdad, nunca fuimos desde Montevideo a Punta. No estoy en Manhattan ni en un tétrico hospital. ¿Qué me has hecho? No puedo parar de jugar.
- No me interesa tu historia, mucho menos sus detalles. Somos todos juguetes, y juntos iniciamos el juego de nuestro querer.
Juegos y juguetes que perturban o apaciguan, estimulan la respiración rápida, producen erecciones, colvusiones eróticas, estados de ánimo difíciles de explicar, amores etéreos; vividos y descubiertos a través de los boleros, las novelas rosa, y sus elegantes coches, cofres llenos de fantasías, disfraces de "emperatriz de la canción", cultos miembros de "la crema de la intelectualidad", pintores de "angelitos negros", escaladores de la montaña "que me separa de ti", últimas copas, "pobre bardo", borracho de amor, y "chicas de la sociedad"; se mezclan en la tableta con los servidores, deletes, paste-ups; y, sin esperarlo, algo que no es buscado durante el juego con los boleros, artefactos y las vidas contadas de lejos, encuentras en la red a Lucy Fabery, explicando la relación entre el amor, los juguetes, y la exploración del cuento, sus vertientes, y cantar/contar "la mar de aventuras".
Saturday, April 30, 2016
FAMILIAS GAYS
"..... la independencia no necesariamente implica emancipación, y que las ambiciones de cambio pueden frustrarse al no romper con los esquemas tradicionales. Poco a poco, el temor constatado por Frantz Fanon de ver una élite reproducir el sistema colonial sin colonia se hacía realidad." (Amín Pérez)*
Y los gays viajan al tercer mundo a comenzar el juego de mamá y papá.....
Y los gays compran niños, alquilan vientres de mujeres pobres.....
Y los gays hacen familia, familia, familia....
Se sienten liberados.
¿Familia?
*(Amir Perez. http://www.80grados.net/el-socialismo-de-un-pueblo/#sthash.GvDuQSxV)
Y los gays viajan al tercer mundo a comenzar el juego de mamá y papá.....
Y los gays compran niños, alquilan vientres de mujeres pobres.....
Y los gays hacen familia, familia, familia....
Se sienten liberados.
¿Familia?
*(Amir Perez. http://www.80grados.net/el-socialismo-de-un-pueblo/#sthash.GvDuQSxV)
Friday, April 29, 2016
CCNY: EL SABER Y SUS CUERPOS
El conocer y lo conocido no son ni actividades, ni proyectos lineales y verticales. El desmantelamiento de programas que combatían el colonialismo educativo, la escolarización como objetivo, en oposición a la educación como proceso integral -desde la destrucción del Workshop Center for Open Education, para convertirlo en un salón de ciencias para maestros de primaria, hasta el sabotaje de una conferencia que abordaba ese tema y presentaba proyectos que partían de un enfoque y propuesta integral-, sirven como evidencia para comprobar que la universidad prefiere, por las razones que sean, funcionar como si lo estudiado y sus procesos fuesen medibles y tuviesen que estar rígidamente. estructurados
Durante la conferencia que organicé en CNNY, 2003, una profesora de McGill University de Canadá describió un programa que requería que los futuros docentes pasaran el año académico viviendo y compartiendo con los pueblos originarios - Mohawks, Inuit - de Canadá, siguiendo el modelo educativo de esos pueblos para así no desestabilizar sus procesos sociales, lingüísticos, epistemológicos. Durante el verano, los futuros docentes venían al campus a discutir sus hallazgos y completar otros requisitos académicos. Un proyecto único y anticolonialista.
Otros proyectos, grupos de auto gestión y educación - maya hablantes de México, mujeres rurales en Puerto Rico - fueron presentados y discutidos en dicha conferencia, saboteada por una educadora multiculturalista, quien además de subestimar mi papel dentro de la organización del encuentro y el valor que tenía para los estudiantes de CCNY, llevó a los estudiantes a que fuesen a oír a una europea que les iba a hablar sobre lenguas minoritarias; puro coloniaje en acción.
El artículo que incluyo explica un poco el porqué de esas propuestas y trabajos:*
"....'La universidad ha sido y sigue siendo una instancia fundamental de la colonialidad del saber' define Walter Mignolo, profesor de Duke University (EE.UU.), donde dirige el Centro de Estudios Globales y Humanidades....... La idea fundamental del grupo es que la colonialidad es la cara oscura de la modernidad, y que esa díada modernidad/colonialidad opera desde una matriz de poder con pretensiones universalistas, la matriz totalitaria de la razón moderna, instituida sobre la dominación y la explotación de seres humanos definidos como inferiores desde la invención de la noción de raza. El pensamiento decolonial considera parte de esa lógica/retórica tanto al capitalismo como al socialismo, y toma distancia de otros pensamientos que cuestionan la modernidad (Nietzsche, teoría crítica, Foucault, posestructuralismo, posmodernismo), a los que considera eurocentrados, incapaces de dar cuenta del silenciamiento de otras culturas inherentes a la colonialidad"
EL CANTO 'E MACHO y LA FEMINISTA
La sonrisa cínica, el maternalismo piadoso y el tono algo arrogante de la muy mega entrega' izquierdosa-feminista-hispanista-indigenista judía americana profesora de CCNY, delataba su molestia con el hombre gay algo amanerado, border-line partido, que contaba una historia o algo que ella quería oír sin tener que lidiar con ese hombre tan poco "macho". Ella, la entrega' a las luchas, no podía esconder su molestia con aquella "loquita puertorra", y así lo dejó saber luego, a espaldas del colega, a otros compañeros. Su andamio político liberador no incluía a alguien que no fuese un "canto 'e macho".
En voz de una parafraseada Sor Juana: "Feministas necias que acusaís a la loquita sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpaís", o algo así como: "tan liberadas y tan fascistas".
En voz de una parafraseada Sor Juana: "Feministas necias que acusaís a la loquita sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpaís", o algo así como: "tan liberadas y tan fascistas".
Thursday, April 28, 2016
MONTEVIDEO A PUNTA - BOLEROS EN VOZ DE LA TELLADO: 53. LOSETAS
El mapa de nuestra piel no permite olvidar las dimensiones del espacio sobre el que nunca dejamos de bailar sin mover los pies más allá de un centímetro del centro donde por primera vez juntamos nuestros cuerpos. El bolero y yo bailamos en una loseta.
Baldosas cargan la memoria de los dos cuerpos, "almas que en el mundo, había unido Dios", en un continuo baile: en blanco y negro, las del apartamento en el antiguo edificio del San Juan de antes; opacas, despintados azules, las muy envejecidas en Montevideo; puro concreto, sin losa, cepillado por el tiempo y tantos bailarines en la plaza llena de palmeras en Veracruz. "Dos almas, que se amaban, eso éramos tú y yo".
- ¿Bailamos?
- Sí.
Losetas sobre las cuales "quedan alegrías para darte", durante "mil noches de amor que regalarte", de nuevo, nos llevan con sus recuerdos a frotar cuerpo con cuerpo, respirar lentamente, palpitar en conjunto, acariciar las espaldas, mojar los pelos, repetir en voz casi inaudible: "ámame por piedad yo te lo pido"; "..... a las estrellas", ".....donde nadie nos ve".
-¿Quiénes cantan?
- Lucecita, Valeria Lynch, José Feliciano.
- ¿Para decir adiós?
- No. ¿Bailamos?
Baldosas cargan la memoria de los dos cuerpos, "almas que en el mundo, había unido Dios", en un continuo baile: en blanco y negro, las del apartamento en el antiguo edificio del San Juan de antes; opacas, despintados azules, las muy envejecidas en Montevideo; puro concreto, sin losa, cepillado por el tiempo y tantos bailarines en la plaza llena de palmeras en Veracruz. "Dos almas, que se amaban, eso éramos tú y yo".
- ¿Bailamos?
- Sí.
Losetas sobre las cuales "quedan alegrías para darte", durante "mil noches de amor que regalarte", de nuevo, nos llevan con sus recuerdos a frotar cuerpo con cuerpo, respirar lentamente, palpitar en conjunto, acariciar las espaldas, mojar los pelos, repetir en voz casi inaudible: "ámame por piedad yo te lo pido"; "..... a las estrellas", ".....donde nadie nos ve".
-¿Quiénes cantan?
- Lucecita, Valeria Lynch, José Feliciano.
- ¿Para decir adiós?
- No. ¿Bailamos?
Wednesday, April 27, 2016
MONTEVIDEO A PUNTA - BOLEROS EN VOZ DE LA TELLADO: 21. PERFIDIA
Perfidia, detonante del bolero. Nadie había cuestionado, hasta que la evidencia fue documentada, si verdaderamente fue él quien traicionó al amante; menos él. Fue ella, se oía decir en las muchas versiones de los hechos, todas fundanentadas en las palabras de Frank Domínguez.
Ella, por lo contrario, juraba que nunca lo dejó de amar. La perfidia llegó en otros brazos, otras plumas, en mensajes cibernéticos que viajaban desde Punta a Manhattan y, a su vez, en reversa. Sus mejores aliados no fueron ni Nat King Cole, ni la Dipiní, ni Ibrahim Ferrer, ni Luis Miguel, o Filippa Giordano, ni ninguno de tantos que cantaron en bolero la traición.
Su mejor aliado, aunque poco creíble, fueron unos jóvenes del noroeste norteamericano, The Ventures. Con su ausencia de palabras, su ritmo juvenil, moderno, pop, bolero-rock. sugirieron que pudo ser cualquiera de los dos: un género indeterminado, un tú ambiguo, una versión de una relación que responsabiliza a ambos; donde su continuidad o ruptura amorosa es inevitable; donde todos son culpables o fuente de los amores en Punta o Manhattan, a través de la red o en un folletín, una revista de modas o una serie televisiva; en una novela rosa donde la perfidia es causa y efecto de un nosotros que nos amamos tanto,
- Atiéndeme, quiero decirte algo que quizás no esperes, nadie lo
comprende, tenemos, debemos separarnos, no me preguntes más, no es falta de cariño.
- Escúchame, soy yo quien tiene que hablar, aunque me duela el alma, yo necesito hablarte.
- Dime, pregunta sobre nosotros; si alguna vez hemos dejado de amarnos o de llorar; nosotros, que fuimos tan sinceros....
Que desde que se vieron, azotados por tormenta tras tormenta, calma tras calma, nevada tras nevada; revueltos por vientos australes; y, de lejos, sin esperarlo, continúan presionando las teclas de la tableta, apagando un bolero y prendiendo otro en youtube, el tocadiscos, hasta lograr mitigar la soledad de los amantes, el bolerista, el autor: todos los que, amándose han estado.
Ella, por lo contrario, juraba que nunca lo dejó de amar. La perfidia llegó en otros brazos, otras plumas, en mensajes cibernéticos que viajaban desde Punta a Manhattan y, a su vez, en reversa. Sus mejores aliados no fueron ni Nat King Cole, ni la Dipiní, ni Ibrahim Ferrer, ni Luis Miguel, o Filippa Giordano, ni ninguno de tantos que cantaron en bolero la traición.
Su mejor aliado, aunque poco creíble, fueron unos jóvenes del noroeste norteamericano, The Ventures. Con su ausencia de palabras, su ritmo juvenil, moderno, pop, bolero-rock. sugirieron que pudo ser cualquiera de los dos: un género indeterminado, un tú ambiguo, una versión de una relación que responsabiliza a ambos; donde su continuidad o ruptura amorosa es inevitable; donde todos son culpables o fuente de los amores en Punta o Manhattan, a través de la red o en un folletín, una revista de modas o una serie televisiva; en una novela rosa donde la perfidia es causa y efecto de un nosotros que nos amamos tanto,
- Atiéndeme, quiero decirte algo que quizás no esperes, nadie lo
comprende, tenemos, debemos separarnos, no me preguntes más, no es falta de cariño.
- Escúchame, soy yo quien tiene que hablar, aunque me duela el alma, yo necesito hablarte.
- Dime, pregunta sobre nosotros; si alguna vez hemos dejado de amarnos o de llorar; nosotros, que fuimos tan sinceros....
Que desde que se vieron, azotados por tormenta tras tormenta, calma tras calma, nevada tras nevada; revueltos por vientos australes; y, de lejos, sin esperarlo, continúan presionando las teclas de la tableta, apagando un bolero y prendiendo otro en youtube, el tocadiscos, hasta lograr mitigar la soledad de los amantes, el bolerista, el autor: todos los que, amándose han estado.
Tuesday, April 26, 2016
MONTEVIDEO A PUNTA - BOLEROS EN VOZ DE LA TELLADO: 14. RECUERDOS
14. Memorias. Montevideo a Punta: la versión de un bolero en voz de la Tellado
Entre recuerdos y sensaciones, los boleros no dejaban de aparecer en los discos o en la pantalla de la tableta, contando la historia de un amor, el nuestro o el de los amantes en camino a Punta; romances únicos que no no tuvieron otro igual, mas una vez cantados, contados, "contigo en la distancia", sus coordenadas, hilos conductores podían ser reducidos a sus más elementales cualidades: todo el bien y todo el mal.
Recuerdos cuyas historias perdían importancia frente a los sentimientos fundamentales, los más básicos - amor, odio, miedo, deseos carnales -, seguían dentro, muy dentro, activados por un mensaje cibernético, un feliz día de San Valentín, una llamada imprevista, un rechazo de la mano, un disco, "recuerda que tan sólo de verme tú temblabas".
Recuerdos que despiertan el placer que se siente cuando el otro te desea, y quieres que así sea porque también lo deseas, la deseas, en "la calle en que nos vimos", o que sin esperarlo, obligan a revivir el rechazo y las ganas de vengarse, el rencor que se siente, suprimido por la resignación o despecho, "si me quisiste así, pobre de ti si es que ahora tratas de olvidar".
Recuerdos que en el peor momento, obligan a experimentar de nuevo un miedo crudo, un terror a que después de pasar la tempestad quedarán sobre la calma un inmenso vacío, un corazón hecho pedazos, y que solo puedan ser recogidos en un bolero, una historia de amor, sus dos amantes, el Porsche destruido.
Ni el coche, ni nosotros o ellos, ni las tormentas invernales del norte o las lluvias y vientos australes -aquellas substancias que le dan cuerpo a los sentimientos que guían los boleros- logran desplazar el deseo de amar o de odiar, ni tampoco son capaces de rellenar el espacio que deja la ausencia de quien una vez fue el ser amado, ni pueden explicar ese sentimiento que arropa el alma: el delirio
"Delirio", cantado por los Tres Ases, servía de fondo al cuadro que pintaba la tormenta invernal en Manhattan y al otro bolero que vivía la muy templada y asertiva protagonista postrada en una cama de un hospital en Punta, logrando que "esa pasión que atormenta el corazón" desarmara al escritor en el norte y derrumbara todas las defensas de la tellediana mujer de ojos color turquesa y largas acicaladas uñas color rojo subido; llevando a ambos a aceptar que pudieron haber sido engañados.
- ¿Por qué me pediste que viajara? Yo que estaba tan tranquila.
Los Tres Ases acompañaban al autor y la protagonista en su encierro, en su sentirse incapaces de vivir el uno sin el otro, la otra, en creer "si no estoy contigo mi bien no soy feliz", aunque en medio del vacío tuviesen que aceptar que todo fue un sueño, un fracasado empeño en amar de nuevo, abrazar y sentir los besos de fuego; en ser "la ola que te envuelve en la bruma y te disuelve en la espuma".
Un sueño, un delirante sueño convertido en canción, esta vez interpretada por René Barrios. ¿O es la voz de la Lucy Fabery la que se oye desde la carretera que va de Montevideo a Punta?
El Porsche, destruido.
Recuerdos cuyas historias perdían importancia frente a los sentimientos fundamentales, los más básicos - amor, odio, miedo, deseos carnales -, seguían dentro, muy dentro, activados por un mensaje cibernético, un feliz día de San Valentín, una llamada imprevista, un rechazo de la mano, un disco, "recuerda que tan sólo de verme tú temblabas".
Recuerdos que despiertan el placer que se siente cuando el otro te desea, y quieres que así sea porque también lo deseas, la deseas, en "la calle en que nos vimos", o que sin esperarlo, obligan a revivir el rechazo y las ganas de vengarse, el rencor que se siente, suprimido por la resignación o despecho, "si me quisiste así, pobre de ti si es que ahora tratas de olvidar".
Recuerdos que en el peor momento, obligan a experimentar de nuevo un miedo crudo, un terror a que después de pasar la tempestad quedarán sobre la calma un inmenso vacío, un corazón hecho pedazos, y que solo puedan ser recogidos en un bolero, una historia de amor, sus dos amantes, el Porsche destruido.
Ni el coche, ni nosotros o ellos, ni las tormentas invernales del norte o las lluvias y vientos australes -aquellas substancias que le dan cuerpo a los sentimientos que guían los boleros- logran desplazar el deseo de amar o de odiar, ni tampoco son capaces de rellenar el espacio que deja la ausencia de quien una vez fue el ser amado, ni pueden explicar ese sentimiento que arropa el alma: el delirio
"Delirio", cantado por los Tres Ases, servía de fondo al cuadro que pintaba la tormenta invernal en Manhattan y al otro bolero que vivía la muy templada y asertiva protagonista postrada en una cama de un hospital en Punta, logrando que "esa pasión que atormenta el corazón" desarmara al escritor en el norte y derrumbara todas las defensas de la tellediana mujer de ojos color turquesa y largas acicaladas uñas color rojo subido; llevando a ambos a aceptar que pudieron haber sido engañados.
- ¿Por qué me pediste que viajara? Yo que estaba tan tranquila.
Los Tres Ases acompañaban al autor y la protagonista en su encierro, en su sentirse incapaces de vivir el uno sin el otro, la otra, en creer "si no estoy contigo mi bien no soy feliz", aunque en medio del vacío tuviesen que aceptar que todo fue un sueño, un fracasado empeño en amar de nuevo, abrazar y sentir los besos de fuego; en ser "la ola que te envuelve en la bruma y te disuelve en la espuma".
Un sueño, un delirante sueño convertido en canción, esta vez interpretada por René Barrios. ¿O es la voz de la Lucy Fabery la que se oye desde la carretera que va de Montevideo a Punta?
El Porsche, destruido.
Sunday, April 24, 2016
JABIBONUCO: 5. EL HUMO
5. El Humo
Era tanta la cantidad de humo que subía y tan sofocante el olor a quemado, que los turistas dejaron de prestarle atención a los guías que los ordenaban a subir en las lanchas. A falta de un puerto que permitiera que un barco tan grande pudiese anclar en el pequeño muelle, los turistas eran llevados en las pequeñas lanchas, y cuando cambiaron la vista hacia el sitio de donde venía el humo y el olor que impregnaba muy dentro de uno, se encontraron con un cuerpo que yacía sobre la arena y unos hombres y mujeres que lo bañaban con humos y hierbas.
Un muerto, quizás, ahogado, pensaron algunos. Otros hubiesen preferido regresar al barco, pero era muy tarde y no les quedaba más remedio que enfrentarse a una inesperada situación, que no tenía nada que ver con las hermosas playas que promocionaba el crucero en su visita a Roatán.
El entusiasmo que tenían, promovido por los folletines que mostraban fotos de las hermosas islas de la bahía de Honduras, fue reemplazado por semblantes que proyectaban asombro, miedo, disgusto. Bastantes emociones no esperadas habían sufrido con la desaparición del pasajero en medio del Caribe, y ahora tener que enfrentarse a un muerto y unos ritos poco cristianos no eran parte de sus programadas vacaciones.
“Hay quienes sufren los efectos de mala salud, mala suerte, provocadas ya sea por la envidia de otros o por causa de un espíritu errante, se recetan baños de hierbas específicas y de limpias con el humo de cigarros puros. También pueden usarse estas curas como medicina preventiva cuando se sospecha que alguien abriga sentimientos hostiles hacia el afectado por la mala suerte o la envidia”
Sin esperar que la alarma terminara de sonar y comenzara la búsqueda del naufrago, el jefe de seguridad llegó hasta el camarote de Javier, y dados sus conocimientos sobre prácticas religiosas no cristianas en su nativa Jamaica, una vez vio aquel vaso lleno de agua sobre la puerta del camarote, no tuvo que indagar por qué estaba allí; el agua servía para recoger algún tipo de malas vibras que rodeaban al desaparecido: espirituales o humanas; jupías, podían ser.
Sabía qué hacer: llevó el vaso lleno de agua hasta la cubierta, prendió un cigarro, sopló humo hacia dentro del vaso, y de espaldas hacia el mar, con la mano izquierda tiró el vaso por encima de su hombro hacia las tranquilas aguas del Caribe. Y en ese preciso momento Diego cayó de espaldas, retorciéndose y vomitando unas aguas color verde, viscosas y llenas de pequeñas partículas.
Nadie le tenía que contar lo qué había pasado antes de que Javier se cayera al mar, o se tirara, o algo lo empujara, cuando miraba, asustado, desde la cubierta superior la discusión entre Diego y su esposa. Todo aquello estaba estrechamente vinculado.
Algunos siguieron a sus guías de turistas y se dirigieron a las playas. Junto a Fe, Esperanza y Caridad nos acercamos unos cuantos, incluyendo al jefe de seguridad del crucero, quien se bajó para asegurarse de que todo estaba en orden y que no tendríamos ningún problema. No le preocupaba actos criminales. No quería que fuésemos a intervenir en lo que posiblemente desconocíamos. ¡Cuál fue la sorpresa cuando nos encontramos que el cuerpo que estaba sobre la arena era el de Javier!
El uragebuna, cuando vio las caras llenas de interrogantes que teníamos los que nos atrevimos acercarnos al cuerpo que yacía sobre la playa y los movimientos de cuerpos de Fe, Esperanza y Caridad, se acercó al grupo de noveleros y nos llevó aparte. Explicó que él era el historiador de su comunidad, que sus historias incluían las historias personales y las prácticas médico-espirituales. Nos relató con detalles lo que estaba haciendo el buyei, el curandero o chaman; contó cuentos que recordaban otras historias.
- Cuentos que empatan las vidas de antes y después – nos dijo.
“Un pescador que no tenia herederos se cayó de su bote en medio del mar, y que un áfurugo lo llevó hasta la playa, un espíritu que se corporiza en forma de mujer mestiza, le llaman la Marina, lleva el último guanín sagrado, colgado del cuello, y va de barco en barco, salvando y guiando almas perdidas, cuentan los otros pescadores, y que un buyei encontró el espíritu del pescador enredado en unas algas. Le cantaron oraciones ancestrales, bañaron con hierbas y lo rociaron con humo de cigarros puros. Su espíritu regresó a su cuerpo; y cuando sanó por completo, el pescador construyó casa nueva, y buscó una esposa, tuvieron hijos, para continuar su camino por el mundo.”
Diego no pudo bajar a tierra. En la pequeña clínica del crucero, el médico, diagnosticó un estado de parálisis emocional causado por el haber sido testigo del accidente que sufrió Javier; le recetó medicinas contra la ansiedad, unas pastillas para balancear el sistema digestivo, y reposo durante los tres días que quedaban de viaje hasta llegar al último puerto en Miami.
Javier, por la tarde, una vez algo recuperado y consciente, se negó a que lo llevaran a un hospital en La Ceiba; y escogió quedarse en Roatán. El jefe de seguridad no le puso ningún obstáculo; incluso sonrió, como si conociese el resto de la historia. A las seis de la tarde el crucero zarpó, acompañado por música de punta.
“El dugu es un ritual de sanación que en la mayoría de las ocasiones, el objetivo central de este rito es la curación de una persona gravemente enferma y con grandes posibilidades de morir, al estar poseído por un gubida o espíritu ancestral, que puede ser el de la mamá, del papá o de algún otro familiar. Con la curación más tiempo de vida para el enfermo es lo que busca el dugu, y el cambio en una conducta desviada, tras aplacar al ancestro. Una vez haya sido curado, el enfermo tiene que vivir en una casa nueva, donde no hayan historias familiares o de otros seres pasados. Si el dugu no logra la curación del enfermo y muere, el ritual logra para el enfermo una muerte llena de sentido.”
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-6-la-luz_14.html
Era tanta la cantidad de humo que subía y tan sofocante el olor a quemado, que los turistas dejaron de prestarle atención a los guías que los ordenaban a subir en las lanchas. A falta de un puerto que permitiera que un barco tan grande pudiese anclar en el pequeño muelle, los turistas eran llevados en las pequeñas lanchas, y cuando cambiaron la vista hacia el sitio de donde venía el humo y el olor que impregnaba muy dentro de uno, se encontraron con un cuerpo que yacía sobre la arena y unos hombres y mujeres que lo bañaban con humos y hierbas.
Un muerto, quizás, ahogado, pensaron algunos. Otros hubiesen preferido regresar al barco, pero era muy tarde y no les quedaba más remedio que enfrentarse a una inesperada situación, que no tenía nada que ver con las hermosas playas que promocionaba el crucero en su visita a Roatán.
El entusiasmo que tenían, promovido por los folletines que mostraban fotos de las hermosas islas de la bahía de Honduras, fue reemplazado por semblantes que proyectaban asombro, miedo, disgusto. Bastantes emociones no esperadas habían sufrido con la desaparición del pasajero en medio del Caribe, y ahora tener que enfrentarse a un muerto y unos ritos poco cristianos no eran parte de sus programadas vacaciones.
“Hay quienes sufren los efectos de mala salud, mala suerte, provocadas ya sea por la envidia de otros o por causa de un espíritu errante, se recetan baños de hierbas específicas y de limpias con el humo de cigarros puros. También pueden usarse estas curas como medicina preventiva cuando se sospecha que alguien abriga sentimientos hostiles hacia el afectado por la mala suerte o la envidia”
Sin esperar que la alarma terminara de sonar y comenzara la búsqueda del naufrago, el jefe de seguridad llegó hasta el camarote de Javier, y dados sus conocimientos sobre prácticas religiosas no cristianas en su nativa Jamaica, una vez vio aquel vaso lleno de agua sobre la puerta del camarote, no tuvo que indagar por qué estaba allí; el agua servía para recoger algún tipo de malas vibras que rodeaban al desaparecido: espirituales o humanas; jupías, podían ser.
Sabía qué hacer: llevó el vaso lleno de agua hasta la cubierta, prendió un cigarro, sopló humo hacia dentro del vaso, y de espaldas hacia el mar, con la mano izquierda tiró el vaso por encima de su hombro hacia las tranquilas aguas del Caribe. Y en ese preciso momento Diego cayó de espaldas, retorciéndose y vomitando unas aguas color verde, viscosas y llenas de pequeñas partículas.
Nadie le tenía que contar lo qué había pasado antes de que Javier se cayera al mar, o se tirara, o algo lo empujara, cuando miraba, asustado, desde la cubierta superior la discusión entre Diego y su esposa. Todo aquello estaba estrechamente vinculado.
Algunos siguieron a sus guías de turistas y se dirigieron a las playas. Junto a Fe, Esperanza y Caridad nos acercamos unos cuantos, incluyendo al jefe de seguridad del crucero, quien se bajó para asegurarse de que todo estaba en orden y que no tendríamos ningún problema. No le preocupaba actos criminales. No quería que fuésemos a intervenir en lo que posiblemente desconocíamos. ¡Cuál fue la sorpresa cuando nos encontramos que el cuerpo que estaba sobre la arena era el de Javier!
El uragebuna, cuando vio las caras llenas de interrogantes que teníamos los que nos atrevimos acercarnos al cuerpo que yacía sobre la playa y los movimientos de cuerpos de Fe, Esperanza y Caridad, se acercó al grupo de noveleros y nos llevó aparte. Explicó que él era el historiador de su comunidad, que sus historias incluían las historias personales y las prácticas médico-espirituales. Nos relató con detalles lo que estaba haciendo el buyei, el curandero o chaman; contó cuentos que recordaban otras historias.
- Cuentos que empatan las vidas de antes y después – nos dijo.
“Un pescador que no tenia herederos se cayó de su bote en medio del mar, y que un áfurugo lo llevó hasta la playa, un espíritu que se corporiza en forma de mujer mestiza, le llaman la Marina, lleva el último guanín sagrado, colgado del cuello, y va de barco en barco, salvando y guiando almas perdidas, cuentan los otros pescadores, y que un buyei encontró el espíritu del pescador enredado en unas algas. Le cantaron oraciones ancestrales, bañaron con hierbas y lo rociaron con humo de cigarros puros. Su espíritu regresó a su cuerpo; y cuando sanó por completo, el pescador construyó casa nueva, y buscó una esposa, tuvieron hijos, para continuar su camino por el mundo.”
Diego no pudo bajar a tierra. En la pequeña clínica del crucero, el médico, diagnosticó un estado de parálisis emocional causado por el haber sido testigo del accidente que sufrió Javier; le recetó medicinas contra la ansiedad, unas pastillas para balancear el sistema digestivo, y reposo durante los tres días que quedaban de viaje hasta llegar al último puerto en Miami.
Javier, por la tarde, una vez algo recuperado y consciente, se negó a que lo llevaran a un hospital en La Ceiba; y escogió quedarse en Roatán. El jefe de seguridad no le puso ningún obstáculo; incluso sonrió, como si conociese el resto de la historia. A las seis de la tarde el crucero zarpó, acompañado por música de punta.
“El dugu es un ritual de sanación que en la mayoría de las ocasiones, el objetivo central de este rito es la curación de una persona gravemente enferma y con grandes posibilidades de morir, al estar poseído por un gubida o espíritu ancestral, que puede ser el de la mamá, del papá o de algún otro familiar. Con la curación más tiempo de vida para el enfermo es lo que busca el dugu, y el cambio en una conducta desviada, tras aplacar al ancestro. Una vez haya sido curado, el enfermo tiene que vivir en una casa nueva, donde no hayan historias familiares o de otros seres pasados. Si el dugu no logra la curación del enfermo y muere, el ritual logra para el enfermo una muerte llena de sentido.”
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-6-la-luz_14.html
Saturday, April 23, 2016
JABIBONUCO: 6. LA LUZ
6. La Luz
"Llegaron los hombres que brillaban, creíamos que llegaron del sol, la gran fuente Yaya. Saludamos, ñagotados como era costumbre entre los araguacus, el saludo de la paz, y el Agūeybaná se paró cuando ellos no se ñangotaron, y se acercaron y le tocaron el guanín, y gritaron es oro, es oro, y soltaron fuego de sus palos y murió el Agūeybaná, y corrimos hacia los montes, y soltaron fuego de sus palos, y no venían del sol, de nuestra fuente Yaya. Venían de adentro de la tierra de donde salen los que derrumban los bohíos y queman las plantas, los frutos. No, no fue como dice Usted mi querido Marqués, que como lo contaron en su lengua denantes, que les tuvimos mucha amistad, que y que como dice en sus folios, que Usted me leio, ‘porque cognosçí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra sancta fe con amor que no por fuerça, les di a algunos d'ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescueço, y otras cosas muchas de poco valor, con que ovieron mucho plazer y quedaron tant nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde nos estávamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocavan por otras cosas que nos les dávamos, como cuentezillas de vidrio y cascaveles. En fin, todo tomavan y daban de aquello que tenían de buena voluntad. ‘ No pida que cuente más , que mi dolor es tan grande, que contar más no puedo. Mintió, el Almirante, mintió, no creáis en las letras de sus hombres, mi estimado Marqués.”
Mi viaje en el crucero por el Caribe terminó en Miami, y de ahí volé a San Juan. No me podía despegar del personaje y quería regresar al Convento en Caparra, continuar leyendo sobre el tal Jabibonuco, y de alguna forma hacer mío lo que los archivos decían sobre el eunuco arahuaco. La desilusión fue más poderosa que las dudas. Las interrogantes aumentaron más allá de Jabibonuco, incluyeron a la monja bibliotecaria.
Una vez llego, me entero que ni la monja bibliotecaria estaba en el convento, ni tampoco los archivos. Sor Bernarda Díaz del Castillo - por fin supe su nombre - pidió que la transfieran a un convento en Cádiz. Tuvo que haber sido ella quien se llevó los documentos.
"Un grillete mantenía a los esclavos atados a sus asientos, donde comían, dormían y evacuaba lo que fuese menester. Iban descalzos y rapados para evitar la acampada de piojos y facilitar su identificación en caso de fuga. A la mayoría de los esclavos que remaban día y noche no les aguardaba más horizonte que el mar, el combate con barcos, y cierta opción de irse al fondo del mar encadenados a su bamboleante prisión.”
Viajar en crucero desde el Caribe hasta el Mediterráneo es un lujo durante ciertos meses del año, sin embargo, si se aprovechan los cambios de puerto cuando las compañías mueven sus cruceros - los reposicionan, ofreciendo sus tours por los mares de Europa, se consiguen muy buenas ofertas. Y eso fue lo que hice en busca de otros archivos donde se documentara la vida de Jabibonuco en España durante el periodo que vivió allí, antes de que lo quemasen en la hoguera.
Las tonalidades de la luz van cambiando en la medida que el barco que me lleva desde San Juan hasta Cádiz va dejando las aguas del Caribe y se adentra en el norte del Atlántico.
“Jabibonuco no remaba, y aunque era motivo de burla, a veces, en otras era deseo, un objeto sexual. También le tenían miedo. Tan distinto a los demás hombres que allí se encontraban. Aquel hombre bajito, con su cuerpo cuadrado, pelo largo y grueso, de un color negro azabache, que con aquella mirada intensa, profunda, veía más allá de lo que se podía observar por fuera. Los demás conocían sobre los pueblos de donde provenían cada uno de ellos: africanos, moros, turcos, gitanos. Poco sobre Jabibonuco.
Los miraba por dentro. Podía curar con hierbas y cánticos que nadie entendía. Más de una vez sanó una herida, imploraba, danzaba y tiraba caracoles. Protegido por el capitán, lo observaban de lejos, no lo tocaban.”
La tormenta fue anunciada por una misteriosa luz, temprano en la mañana, una luz fantasmal que iluminaba los espacios cada vez más lejanos, más afuera, más ajenos, al borde de la invisibilidad. El buen servicio de partes meteorológicos que ofrecen los cruceros permite organizar la navegación asegurando una previsión aceptable del viento y unas buenas condiciones para navegar sin tener que enfrentarse a lo que sufrían las goletas españolas durante los siglos anteriores. Aunque, a veces, la previsión no se cumplió y nos tocó batallar con más viento del previsto. Por lo demás, los barcos son un medio de transporte tranquilo y seguro.
“El turco era el esclavo más viejo entre los que remaban, no era musulmán como los moros. Un ciego que no paraba de decir su oración - ¡Oh Shamash, único tú que disipas las tinieblas! Haces arder el mediodía y haces granar los campos. Fielmente sigues tu marcha a través de los cielos y cada día vistes la extendida tierra.”
A falta de puertos donde parar y pasear, estirar las piernas, tocar tierra firme, el aburrimiento que causa estar en un barco durante cuatro días de viaje entre Puerto Rico y las Canarias es aliviado con las conferencias que ofrece el director de entretenimiento del crucero sobre las islas o los mares.
"El agua del Mar Mediterráneo es cálida, salina, y menos densa comparada al agua del Océano Atlántico. Cuando el agua del Mar Mediterráneo entra en el Atlántico sobre la solera de Gibraltar, se mueve varios cientos de kilómetros dentro del Atlántico a una profundidad de cerca de 1.000 metros con sus propias características cálidas, salinas y menos densas, como consecuencia de esa barrera que hace una distinción entre ellos. El mar Mediterráneo se estabiliza a esa profundidad."
“Las aguas cambiaron de color y pensaba que estábamos en el mar nuestro, hasta que vimos la gran piedra, y bajando hasta donde los remeros y contado lo que había visto, el moro, sonreía ante mi asombro, y explicó que Dios le había revelado al último profeta que Él, solo Él, con su poder dejo que los dos mares se encontraran libremente y que creó entre ambos mares un espacio que no traspasaban y que los poderes de vuestro Sustentador no deben ser negados. El turco preguntaba si, antes de la revelación del Corán, los mares eran distintos? El turco se reía, y continuaba que antes de que su profeta dijese que le fueron reveladas esas palabras y sabiduría sobre los mares, y que antes que otros profetas, ya mucho antes, sus antepasados habían navegado por esas aguas, y escribieron sobre las mismas.”
Embelesado ante la luz, encontré en el mar lo que creía ya perdido: la integración en su máximo esplendor, el mejor espejo multiplicador de efectos, de luces, seres, aguas encabritadas bajo la luz transparente de la luna o entre nubes enrojecidas por el sol de poniente, tranquilas en las horas del amanecer en que el cielo y el mar se funden en suaves pinceladas amarillentas, descomunal e intimo a la misma vez; todo en uno.
"Los galeotes recibían a diario un pan cocido y endurecido llamado bizcocho, un potaje de habas y su ración de agua. Las esperanzas de liberación eran mínimas. Sólo si los suyos ganaban un combate o eran intercambiados por presos españoles. La iglesia y el reino eran más inclementes con delitos monetarios o ciertas prácticas sexuales que con el asesinato. A Pedro Jiménez le cortaron ambas orejas, y fue condenado por un crimen de robo a ocho años de galeras. Pero a Juan de Morales, un hombre de unos 35 años, de buena constitución, blanco, ojos azules, lo castigaron con 200 azotes y 10 años de galeras por el pecado de sodomía. El Turco y el Moro estaban allí de por vida.
"Una vez en Cádiz, me encuentro con Sor Bernarda en el convento de su orden en la antigua ciudad andaluza, y distinto al carácter serio en Caparra, con aquella mirada que me dejaba saber que no se fiaba de mí, la encontré afable y receptiva. Lo que no esperaba encontrarme fue con la desaparición de todos los documentos, los traídos de Caparra y los que una vez fueron archivados en Cádiz.
"El Reino y la iglesia quedaron agradecidas al Capitán y al Marqués por tan sabia decisión de traer en buen estado de salud a este pagano, conocido entre los suyos como Jabibonuco y hoy bautizado con el nombre cristiano de Javier, y frente a SM y sus Excelencias se han llevado a cabo los exorcismos."
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-7-las-cenizas.html
"Llegaron los hombres que brillaban, creíamos que llegaron del sol, la gran fuente Yaya. Saludamos, ñagotados como era costumbre entre los araguacus, el saludo de la paz, y el Agūeybaná se paró cuando ellos no se ñangotaron, y se acercaron y le tocaron el guanín, y gritaron es oro, es oro, y soltaron fuego de sus palos y murió el Agūeybaná, y corrimos hacia los montes, y soltaron fuego de sus palos, y no venían del sol, de nuestra fuente Yaya. Venían de adentro de la tierra de donde salen los que derrumban los bohíos y queman las plantas, los frutos. No, no fue como dice Usted mi querido Marqués, que como lo contaron en su lengua denantes, que les tuvimos mucha amistad, que y que como dice en sus folios, que Usted me leio, ‘porque cognosçí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra sancta fe con amor que no por fuerça, les di a algunos d'ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescueço, y otras cosas muchas de poco valor, con que ovieron mucho plazer y quedaron tant nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde nos estávamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocavan por otras cosas que nos les dávamos, como cuentezillas de vidrio y cascaveles. En fin, todo tomavan y daban de aquello que tenían de buena voluntad. ‘ No pida que cuente más , que mi dolor es tan grande, que contar más no puedo. Mintió, el Almirante, mintió, no creáis en las letras de sus hombres, mi estimado Marqués.”
Mi viaje en el crucero por el Caribe terminó en Miami, y de ahí volé a San Juan. No me podía despegar del personaje y quería regresar al Convento en Caparra, continuar leyendo sobre el tal Jabibonuco, y de alguna forma hacer mío lo que los archivos decían sobre el eunuco arahuaco. La desilusión fue más poderosa que las dudas. Las interrogantes aumentaron más allá de Jabibonuco, incluyeron a la monja bibliotecaria.
Una vez llego, me entero que ni la monja bibliotecaria estaba en el convento, ni tampoco los archivos. Sor Bernarda Díaz del Castillo - por fin supe su nombre - pidió que la transfieran a un convento en Cádiz. Tuvo que haber sido ella quien se llevó los documentos.
"Un grillete mantenía a los esclavos atados a sus asientos, donde comían, dormían y evacuaba lo que fuese menester. Iban descalzos y rapados para evitar la acampada de piojos y facilitar su identificación en caso de fuga. A la mayoría de los esclavos que remaban día y noche no les aguardaba más horizonte que el mar, el combate con barcos, y cierta opción de irse al fondo del mar encadenados a su bamboleante prisión.”
Viajar en crucero desde el Caribe hasta el Mediterráneo es un lujo durante ciertos meses del año, sin embargo, si se aprovechan los cambios de puerto cuando las compañías mueven sus cruceros - los reposicionan, ofreciendo sus tours por los mares de Europa, se consiguen muy buenas ofertas. Y eso fue lo que hice en busca de otros archivos donde se documentara la vida de Jabibonuco en España durante el periodo que vivió allí, antes de que lo quemasen en la hoguera.
Las tonalidades de la luz van cambiando en la medida que el barco que me lleva desde San Juan hasta Cádiz va dejando las aguas del Caribe y se adentra en el norte del Atlántico.
“Jabibonuco no remaba, y aunque era motivo de burla, a veces, en otras era deseo, un objeto sexual. También le tenían miedo. Tan distinto a los demás hombres que allí se encontraban. Aquel hombre bajito, con su cuerpo cuadrado, pelo largo y grueso, de un color negro azabache, que con aquella mirada intensa, profunda, veía más allá de lo que se podía observar por fuera. Los demás conocían sobre los pueblos de donde provenían cada uno de ellos: africanos, moros, turcos, gitanos. Poco sobre Jabibonuco.
Los miraba por dentro. Podía curar con hierbas y cánticos que nadie entendía. Más de una vez sanó una herida, imploraba, danzaba y tiraba caracoles. Protegido por el capitán, lo observaban de lejos, no lo tocaban.”
La tormenta fue anunciada por una misteriosa luz, temprano en la mañana, una luz fantasmal que iluminaba los espacios cada vez más lejanos, más afuera, más ajenos, al borde de la invisibilidad. El buen servicio de partes meteorológicos que ofrecen los cruceros permite organizar la navegación asegurando una previsión aceptable del viento y unas buenas condiciones para navegar sin tener que enfrentarse a lo que sufrían las goletas españolas durante los siglos anteriores. Aunque, a veces, la previsión no se cumplió y nos tocó batallar con más viento del previsto. Por lo demás, los barcos son un medio de transporte tranquilo y seguro.
“El turco era el esclavo más viejo entre los que remaban, no era musulmán como los moros. Un ciego que no paraba de decir su oración - ¡Oh Shamash, único tú que disipas las tinieblas! Haces arder el mediodía y haces granar los campos. Fielmente sigues tu marcha a través de los cielos y cada día vistes la extendida tierra.”
A falta de puertos donde parar y pasear, estirar las piernas, tocar tierra firme, el aburrimiento que causa estar en un barco durante cuatro días de viaje entre Puerto Rico y las Canarias es aliviado con las conferencias que ofrece el director de entretenimiento del crucero sobre las islas o los mares.
"El agua del Mar Mediterráneo es cálida, salina, y menos densa comparada al agua del Océano Atlántico. Cuando el agua del Mar Mediterráneo entra en el Atlántico sobre la solera de Gibraltar, se mueve varios cientos de kilómetros dentro del Atlántico a una profundidad de cerca de 1.000 metros con sus propias características cálidas, salinas y menos densas, como consecuencia de esa barrera que hace una distinción entre ellos. El mar Mediterráneo se estabiliza a esa profundidad."
“Las aguas cambiaron de color y pensaba que estábamos en el mar nuestro, hasta que vimos la gran piedra, y bajando hasta donde los remeros y contado lo que había visto, el moro, sonreía ante mi asombro, y explicó que Dios le había revelado al último profeta que Él, solo Él, con su poder dejo que los dos mares se encontraran libremente y que creó entre ambos mares un espacio que no traspasaban y que los poderes de vuestro Sustentador no deben ser negados. El turco preguntaba si, antes de la revelación del Corán, los mares eran distintos? El turco se reía, y continuaba que antes de que su profeta dijese que le fueron reveladas esas palabras y sabiduría sobre los mares, y que antes que otros profetas, ya mucho antes, sus antepasados habían navegado por esas aguas, y escribieron sobre las mismas.”
Embelesado ante la luz, encontré en el mar lo que creía ya perdido: la integración en su máximo esplendor, el mejor espejo multiplicador de efectos, de luces, seres, aguas encabritadas bajo la luz transparente de la luna o entre nubes enrojecidas por el sol de poniente, tranquilas en las horas del amanecer en que el cielo y el mar se funden en suaves pinceladas amarillentas, descomunal e intimo a la misma vez; todo en uno.
"Los galeotes recibían a diario un pan cocido y endurecido llamado bizcocho, un potaje de habas y su ración de agua. Las esperanzas de liberación eran mínimas. Sólo si los suyos ganaban un combate o eran intercambiados por presos españoles. La iglesia y el reino eran más inclementes con delitos monetarios o ciertas prácticas sexuales que con el asesinato. A Pedro Jiménez le cortaron ambas orejas, y fue condenado por un crimen de robo a ocho años de galeras. Pero a Juan de Morales, un hombre de unos 35 años, de buena constitución, blanco, ojos azules, lo castigaron con 200 azotes y 10 años de galeras por el pecado de sodomía. El Turco y el Moro estaban allí de por vida.
"Una vez en Cádiz, me encuentro con Sor Bernarda en el convento de su orden en la antigua ciudad andaluza, y distinto al carácter serio en Caparra, con aquella mirada que me dejaba saber que no se fiaba de mí, la encontré afable y receptiva. Lo que no esperaba encontrarme fue con la desaparición de todos los documentos, los traídos de Caparra y los que una vez fueron archivados en Cádiz.
"El Reino y la iglesia quedaron agradecidas al Capitán y al Marqués por tan sabia decisión de traer en buen estado de salud a este pagano, conocido entre los suyos como Jabibonuco y hoy bautizado con el nombre cristiano de Javier, y frente a SM y sus Excelencias se han llevado a cabo los exorcismos."
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-7-las-cenizas.html
Tuesday, April 19, 2016
Nota breve sobre Tembandumba en Guayama y Youtube
Quien conoció y las vio caminar por la Calle Jobos, la Guamaní o Derkes, vestidas de punta en blanco, a las Cora, Boirié, Figueroa, Soto, a Doña Mayú o Misis Ramos, y otras versiones de Tembandumba, entiende porqué Palés Matos usa ese icono como representante de esas mujeres guayamesas. Tembandumba, madre mitólogica yoruba que asesina a sus hijos, para con su sangre, bañar a su pueblo y salvarlo de sus enemigos.
Juan Boria y Petra Cepeda le añaden letras de música que no están ni van, aunque Petra le da un toque guerrero a Tembandumba, logra llevar al poema a su carácter épico; una lectura e interpretación que los otros declamadores no hacen, y que Palés lo sugiere en cómo presenta y quién era Tembanduma entre los pueblos yorubas.*
Quien vio a todas esas mujeres maestras, madres, cantantes, artesanas, abogadas caminar por Guayama y culipandear con seguridad en el andar por sus calles antillanas, sabe de quienes Palés Matos hablaba. Que el poeta escondió detrás de la comparsa, del disfraz carnavalesco, algo más que un par de nalgas y ritmos.
* En youtube otras versiones declamadas, teatraliazadas, o cantadas van de lo burdo, jóvenes de un colegio privado, con caras ennegrecidas, representando a Tembandumba, a la muy buena versión salsera que Lucecita Benitez y Allberto Carrión presentaron junto a la Sinfónica de Puerto Rico.
Juan Boria y Petra Cepeda le añaden letras de música que no están ni van, aunque Petra le da un toque guerrero a Tembandumba, logra llevar al poema a su carácter épico; una lectura e interpretación que los otros declamadores no hacen, y que Palés lo sugiere en cómo presenta y quién era Tembanduma entre los pueblos yorubas.*
Quien vio a todas esas mujeres maestras, madres, cantantes, artesanas, abogadas caminar por Guayama y culipandear con seguridad en el andar por sus calles antillanas, sabe de quienes Palés Matos hablaba. Que el poeta escondió detrás de la comparsa, del disfraz carnavalesco, algo más que un par de nalgas y ritmos.
* En youtube otras versiones declamadas, teatraliazadas, o cantadas van de lo burdo, jóvenes de un colegio privado, con caras ennegrecidas, representando a Tembandumba, a la muy buena versión salsera que Lucecita Benitez y Allberto Carrión presentaron junto a la Sinfónica de Puerto Rico.
JAJIBONUCO: 4. EL CRUCIFIJO
4. El Crucifijo
Los “Estatutos de Limpieza de Sangre” eran un mecanismo legal que se aplicaba hacia los conversos al cristianismo, que en las colonias americanas incluían a los africanos e indígenas y sus descendientes. Estos Estatutos exigían como requisito de “probanza de la limpieza de sangre", cierta cantidad de generaciones que debían transcurrir hasta que un descendiente de converso fuera considerado “limpio'. Si a un cristiano se le comprobaba sangre 'judía, mora o hereje' en sus antepasados, eran considerados ‘impuros de sangre’ y le impedía o dificultaba participar en los beneficios que tenían los cristianos. Si se comprobaba que seguían con prácticas religiosas que desobedecían la moral cristiana, eran quemados en la hoguera.
“Edicto: Por ende que nos pedía mandásemos hacer e hiciésemos la dicha Inquisición y visita general leyendo para ello edictos públicos y castigando a los que se hallasen culpados, de manera que nuestra santa fe catholica siempre fuese ensalzada y augmentada, y por nos visto ser justo su pedimento y queriendo proveer y remediar cerca de ello lo que conviene al servicio de nuestro Señor mandamos dar y dimos la presente para cada uno de vosotros en la dicha razón por la qual os exortamos y requerimos que si alguno de vos supiéredes, oviéredes visto o oydo decir que el yndio Jabibonuco haya fecho o dicho alguna cosa que sea contra nuestra santa fe catholica y contra lo que está ordenado y establecido por la sagrada scriptura y ley evangélica y por los sacros concilios y doctrina común de los sanctos y contra lo que tiene y enseña la sancta Iglesia Catholica Romana usos y cerimonias de ella, specialmente lo que hubiere hecho o dicho alguna cosa que sea contra los articulos de la fe mandamientos de la ley y de la yglesia y de los sanctos sacramentos, o si hubiere hecho o dicho alguna cosa en favor de la ley muerta de Moysen de los judíos o hecho cerimonias de ella o de malvada secta de Mahoma o de la secta de Martin Lutero y sus sequaces y de los otros hereges y paganos condenados por la iglesia.”
El acusado debía arrodillarse, poner la mano derecha sobre la imagen de un crucifijo, jurar que no practicaba la religión judía o la musulmana, que no descendía de paganos o herejes; tenía que decir los nombres de sus padres y abuelos, así como los lugares de sus nacimientos. Una persona era designada por el Tribunal de la Inquisición para que a las ciudades o posesiones a interrogar a testigos y hacer otras averiguaciones. Después de presentar el informe, un jurado votaba para decidir si se aceptaba o no al candidato o si era condenado a muerte.
“Edicto: Y si saben que Jabibonuco haya tenido y tenga maracas diabólicas, libros de la secta y opiniones del dicho Martin Lutero y sus sequaces o el alcoran y otros libros de la secta de Mahoma o biblias en romance o otros qualesquiera libros de los reprobados por las censuras y catálogos dados y publicados por el santo oficio de la Inquisicion, y si saben que Jabibonuco no cumpliendo lo que son obligados ha dejado de decir y manifestar lo que saben o que hayan dicho y persuadido a otras personas que no viniesen a decir y manifestar lo que sabian tocante al santo oficio o que haya sobornado testigos para tachar falsamente los que han depuesto en el santo oficio o si algunas personas hubiesen depuesto falsamente contra otras por hacerles daños y macular su honra o que hayan encubierto receptado o favorecido algunos hereges dándoles favor y ayuda ocultando o encubriendo sus personas o sus bienes o que hayan impedido o puesto impedimentos por sí o por otros a la libre administracion del sancto oficio de la Inquisicion para efectos que los tales hereges no pudiesen ser havidos ni castigados o hayan dicho palabras en desacato del santo oficio o oficiales o ministros dél. o que hayan quitado o hecho quitar algunos sambenitos donde estaban puestos por el santo oficio, o hayan usado de las cosas que les son prohibidas por derecho comun, leyes y pragmáticas de estos reynos y instrucciones de este Santo Oficio."
Los dos edictos publicados: el de Fe y de Gracia, obligaban a los cristianos, a denunciar a todos los herejes que conocieran, y les daban un mes de plazo para que decidieran presentarse a delatar a los que cometían actos herejes o practicaban otras religiones. Ambos edictos convertían a la comunidad en agentes de la Inquisición. Jabibonuco fue acusado de hereje, de practicar ritos contrarios a la Santa Iglesia Católica y de adorar a Satanás.
Una vez Jabibonuco fue retirado de la casa del Marqués de Jájome Bajo y las acusaciones fueron finalmente aceptadas, fue ingresado en prisión, sin nunca poder conocer la identidad de sus acusadores y de los testigos. Aunque otros acusados tenían la oportunidad de defenderse, su desconocimiento de los procedimientos y leyes que supuestamente lo protegían, lo dejaron sin amparo. Ante las preguntas de los inquisidores, que lo confundían, y sus firmes creencias en la integración de la naturaleza con la espiritualidad, su situación se complicó mucho más, añadiendo acusaciones, y una muy mal comprendida, manipulada evidencia.
"Carta del Inquisidor del 5 de febrero de 1570. Comprendo, pues, que no convenía dilatar ya por más tiempo el recibimiento del Tribunal, fueron el alcaide y la Audiencia por mi mano derecha y el cabildo de la ciudad por la izquierda, y yo en medio, y la cruz y pendon del Santo Oficio, que llevaba el Fiscal, un poco delante, y salí de la casa del Santo Oficio, e fuemos cavalgando hasta la iglesia mayor, a do me rescibió el clero y todas las ordenes, cantando Te Deum laudamus y se predicó el sermon de la fe, e juró el alcalde y la Audiencia en la forma acostumbrada y despues el pueblo, alzando los brazos derechos arriba, y se leyó el edicto, lo cual se hizo con mucha solemnidad, habiendo precedido el dia antes las notificaciones a las provisiones y mostrado al Ordinario el poder de Inquisidor, y pregonádose con trompetas y atavales el nombre del hereje cuya limpieza de sangre no fue comprobada." La mayoría de los juicios que se realizaron para comprobar la culpabilidad o inocencia de un acusado fueron hechos en nombre de Dios, y amparándose en la revelación divina, era Dios quien decidía si el condenado era declarado inocente o culpable. Las pruebas a las que fue sometido Jabibonuco, como resultado del ‘juicio divino’ consistieron en hacerle andar sobre brasas de fuego, marcado con hierros candentes, sumergido bajo el agua, colgado boca abajo durante un largo periodo de tiempo. Como era costumbre en aquella época, las pertenencias personales también fueron juzgadas por el juicio divino, y quemadas antes de que Jabibonuco terminara en la hoguera.
Si no había muerto antes devorado por las ratas o infectado por su propia mierda, el alguacil sacaba de la prisión al acusado, le ponía un cono puntiagudo en la cabeza, y lo conducía a la sala de lo penal donde se celebraba el juicio. Durante la misa del domingo el cura decía quién iba a ser juzgado, sermoneaba sobre las acusaciones de las cuales se le acusaba; y animaba a la gente a que fuera al juicio y castigo, a vivir de cerca la tortura de los infieles, un ejemplo para todos aquellos que pensaban como el acusado, y así aprendieran de la sabiduría divina.
"Sabed que el Ilustrísimo señor cardenal, Presidente del consejo de su Magestad, Inquisidor Apostólico general en todos sus Reynos y señoríos con el celo que tiene al servicio de Dios nuestro Señor y de su Magestad y con acuerdo de los señores del Consejo de la Santa General Inquisición y consultado con su Magestad, entendiendo ser muy necesario y conveniente para el augmento y conservacion de nuestra santa fé cathólica y Religion cristiana el uso y exercicio del santo oficio de la Inquisicion, ha ordenado y proveydo que Nos por su poder y comision, lo usemos y exerzamos, y que de ello se seguia de servicio a nuestro Señor y gran daño y perjuicio a la Religión Christiana."
Cuando se le preguntó si era hereje, sonrió y contestó que sí; y al ser considerado como un reincidente, se le aplicó la pena capital.
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-5-el-humo_14.html
Los “Estatutos de Limpieza de Sangre” eran un mecanismo legal que se aplicaba hacia los conversos al cristianismo, que en las colonias americanas incluían a los africanos e indígenas y sus descendientes. Estos Estatutos exigían como requisito de “probanza de la limpieza de sangre", cierta cantidad de generaciones que debían transcurrir hasta que un descendiente de converso fuera considerado “limpio'. Si a un cristiano se le comprobaba sangre 'judía, mora o hereje' en sus antepasados, eran considerados ‘impuros de sangre’ y le impedía o dificultaba participar en los beneficios que tenían los cristianos. Si se comprobaba que seguían con prácticas religiosas que desobedecían la moral cristiana, eran quemados en la hoguera.
“Edicto: Por ende que nos pedía mandásemos hacer e hiciésemos la dicha Inquisición y visita general leyendo para ello edictos públicos y castigando a los que se hallasen culpados, de manera que nuestra santa fe catholica siempre fuese ensalzada y augmentada, y por nos visto ser justo su pedimento y queriendo proveer y remediar cerca de ello lo que conviene al servicio de nuestro Señor mandamos dar y dimos la presente para cada uno de vosotros en la dicha razón por la qual os exortamos y requerimos que si alguno de vos supiéredes, oviéredes visto o oydo decir que el yndio Jabibonuco haya fecho o dicho alguna cosa que sea contra nuestra santa fe catholica y contra lo que está ordenado y establecido por la sagrada scriptura y ley evangélica y por los sacros concilios y doctrina común de los sanctos y contra lo que tiene y enseña la sancta Iglesia Catholica Romana usos y cerimonias de ella, specialmente lo que hubiere hecho o dicho alguna cosa que sea contra los articulos de la fe mandamientos de la ley y de la yglesia y de los sanctos sacramentos, o si hubiere hecho o dicho alguna cosa en favor de la ley muerta de Moysen de los judíos o hecho cerimonias de ella o de malvada secta de Mahoma o de la secta de Martin Lutero y sus sequaces y de los otros hereges y paganos condenados por la iglesia.”
El acusado debía arrodillarse, poner la mano derecha sobre la imagen de un crucifijo, jurar que no practicaba la religión judía o la musulmana, que no descendía de paganos o herejes; tenía que decir los nombres de sus padres y abuelos, así como los lugares de sus nacimientos. Una persona era designada por el Tribunal de la Inquisición para que a las ciudades o posesiones a interrogar a testigos y hacer otras averiguaciones. Después de presentar el informe, un jurado votaba para decidir si se aceptaba o no al candidato o si era condenado a muerte.
“Edicto: Y si saben que Jabibonuco haya tenido y tenga maracas diabólicas, libros de la secta y opiniones del dicho Martin Lutero y sus sequaces o el alcoran y otros libros de la secta de Mahoma o biblias en romance o otros qualesquiera libros de los reprobados por las censuras y catálogos dados y publicados por el santo oficio de la Inquisicion, y si saben que Jabibonuco no cumpliendo lo que son obligados ha dejado de decir y manifestar lo que saben o que hayan dicho y persuadido a otras personas que no viniesen a decir y manifestar lo que sabian tocante al santo oficio o que haya sobornado testigos para tachar falsamente los que han depuesto en el santo oficio o si algunas personas hubiesen depuesto falsamente contra otras por hacerles daños y macular su honra o que hayan encubierto receptado o favorecido algunos hereges dándoles favor y ayuda ocultando o encubriendo sus personas o sus bienes o que hayan impedido o puesto impedimentos por sí o por otros a la libre administracion del sancto oficio de la Inquisicion para efectos que los tales hereges no pudiesen ser havidos ni castigados o hayan dicho palabras en desacato del santo oficio o oficiales o ministros dél. o que hayan quitado o hecho quitar algunos sambenitos donde estaban puestos por el santo oficio, o hayan usado de las cosas que les son prohibidas por derecho comun, leyes y pragmáticas de estos reynos y instrucciones de este Santo Oficio."
Los dos edictos publicados: el de Fe y de Gracia, obligaban a los cristianos, a denunciar a todos los herejes que conocieran, y les daban un mes de plazo para que decidieran presentarse a delatar a los que cometían actos herejes o practicaban otras religiones. Ambos edictos convertían a la comunidad en agentes de la Inquisición. Jabibonuco fue acusado de hereje, de practicar ritos contrarios a la Santa Iglesia Católica y de adorar a Satanás.
Una vez Jabibonuco fue retirado de la casa del Marqués de Jájome Bajo y las acusaciones fueron finalmente aceptadas, fue ingresado en prisión, sin nunca poder conocer la identidad de sus acusadores y de los testigos. Aunque otros acusados tenían la oportunidad de defenderse, su desconocimiento de los procedimientos y leyes que supuestamente lo protegían, lo dejaron sin amparo. Ante las preguntas de los inquisidores, que lo confundían, y sus firmes creencias en la integración de la naturaleza con la espiritualidad, su situación se complicó mucho más, añadiendo acusaciones, y una muy mal comprendida, manipulada evidencia.
"Carta del Inquisidor del 5 de febrero de 1570. Comprendo, pues, que no convenía dilatar ya por más tiempo el recibimiento del Tribunal, fueron el alcaide y la Audiencia por mi mano derecha y el cabildo de la ciudad por la izquierda, y yo en medio, y la cruz y pendon del Santo Oficio, que llevaba el Fiscal, un poco delante, y salí de la casa del Santo Oficio, e fuemos cavalgando hasta la iglesia mayor, a do me rescibió el clero y todas las ordenes, cantando Te Deum laudamus y se predicó el sermon de la fe, e juró el alcalde y la Audiencia en la forma acostumbrada y despues el pueblo, alzando los brazos derechos arriba, y se leyó el edicto, lo cual se hizo con mucha solemnidad, habiendo precedido el dia antes las notificaciones a las provisiones y mostrado al Ordinario el poder de Inquisidor, y pregonádose con trompetas y atavales el nombre del hereje cuya limpieza de sangre no fue comprobada." La mayoría de los juicios que se realizaron para comprobar la culpabilidad o inocencia de un acusado fueron hechos en nombre de Dios, y amparándose en la revelación divina, era Dios quien decidía si el condenado era declarado inocente o culpable. Las pruebas a las que fue sometido Jabibonuco, como resultado del ‘juicio divino’ consistieron en hacerle andar sobre brasas de fuego, marcado con hierros candentes, sumergido bajo el agua, colgado boca abajo durante un largo periodo de tiempo. Como era costumbre en aquella época, las pertenencias personales también fueron juzgadas por el juicio divino, y quemadas antes de que Jabibonuco terminara en la hoguera.
Si no había muerto antes devorado por las ratas o infectado por su propia mierda, el alguacil sacaba de la prisión al acusado, le ponía un cono puntiagudo en la cabeza, y lo conducía a la sala de lo penal donde se celebraba el juicio. Durante la misa del domingo el cura decía quién iba a ser juzgado, sermoneaba sobre las acusaciones de las cuales se le acusaba; y animaba a la gente a que fuera al juicio y castigo, a vivir de cerca la tortura de los infieles, un ejemplo para todos aquellos que pensaban como el acusado, y así aprendieran de la sabiduría divina.
"Sabed que el Ilustrísimo señor cardenal, Presidente del consejo de su Magestad, Inquisidor Apostólico general en todos sus Reynos y señoríos con el celo que tiene al servicio de Dios nuestro Señor y de su Magestad y con acuerdo de los señores del Consejo de la Santa General Inquisición y consultado con su Magestad, entendiendo ser muy necesario y conveniente para el augmento y conservacion de nuestra santa fé cathólica y Religion cristiana el uso y exercicio del santo oficio de la Inquisicion, ha ordenado y proveydo que Nos por su poder y comision, lo usemos y exerzamos, y que de ello se seguia de servicio a nuestro Señor y gran daño y perjuicio a la Religión Christiana."
Cuando se le preguntó si era hereje, sonrió y contestó que sí; y al ser considerado como un reincidente, se le aplicó la pena capital.
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-5-el-humo_14.html
Sunday, April 17, 2016
ÉL Y YO CUAL HIROSHIMA MON AMOUR
Algunas de las tardes en Frankfurt parecían tomas de escenas de la películas “Hiroshima mon amour”, y no un retrato de la vida de una pareja de amigos y amantes. Todavía para aquella época la palabra que se usaba para referirse a las parejas de hombres gays era amigos; son amigos, decían los que hablaban de ellos, nosotros.
Günter vivía en un complejo de viviendas, construidas y manejadas por el gobierno, habitadas por proletarios, en su mayoría, inmigrantes turcos y sus hijos. Yo vivía en lo que el aquel entonces era todavía el barrio más bohemio y liberal de la ciudad de Nueva York, Greenwich Village. Él era escritor y trabajaba a tiempo parcial para la radio alemana. Yo era maestro.
- Ahmed, Ahmed - gritaba una madre, continuamente, desde la ventana en algún apartamento contiguo, llamando a algún chiquillo que parecía que nunca estaba en casa. Por dónde estará Ahmed a estas horas de la cena, decíamos cargados de sarcasmo, nos reíamos, hacíamos el amor, fumábamos un ilegal, y seguíamos con nuestras extensas conversaciones.
- No puedes ser tan categórico. ¿Qué sabes tú de ellos?
Hablábamos extensamente, largas horas, confrontando nuestras ideas, debatiendo, rechazando, aceptando la razón del otro, defendiendo la personal. Él, al igual que muchos de sus amigos y conocidos, no iba a olvidar lo particular de su generación: hijos de la guerra, con padres que fueron soldados, militantes en el partido de los nazis. No podía dejar de defender su compromiso con la transformación social.
- ¿Qué sabes tú de la guerra? No estuviste allí.
Nuestras tardes fueron clasificadas como sesiones de concienciación político-sexual por uno de los auto-nominados gurús en una de las muchas, “gay friendly”, comunas “heteros” que existían en el Frankfurt de los setentas y ochentas. En aquellas extensas y muy dinámicas casas la vida gay había tomado otro giro, seguía el modelo impuesto por los movimientos de liberación sexual. Ya no eran vidas clandestinas, ni se tenían que jugar papeles copiados de las reprimidas vidas de los pequeños burgueses o las nuevas masas de clases medias
- ¿Has pasado hambre? ¿Sabes lo que es ver a tus vecinos comer sus bizcochitos con chocolate y tú solo haber comido un poco de arroz blanco con un huevo frito encima?
Los deseos sexuales eran tan poderosos como los debates. El restregar ideas, parte integral del deseo de conquistar al otro, es una experiencia erótica inigualable: pasión y cerebro juntos. Nada que ver con los poemitas románticos de damiselas y tenorios decimonónicos. El deseo guía la palabra bien pensada, busca al que quiere ser conquistado. Retos verbales, disimuladas alegorías eróticas, nuevos retos verbales, ideas de peso, una guiñada, forman un rompecabezas sexual donde cada jugador coloca las piezas sin saber cómo lucirá en su totalidad. No importa, el placer se ha ido consumiendo.
- Qué importa quién ha colonizado a quién. ¿Tú, colonizado?
Una sonrisa, el brillo intenso de los ojos, la movida del cuello hacia el lado son claves concluyentes que sirven para asegurarte que estás en camino a lograr el propósito, que te puedes mover de la silla al sofá, sentarte a su lado.
- Qué importa lo que digan los libros. Los colonizados son todos los que le sirven al estado, el que sea, sin cuestionarlo.
Los labios, los ojos, las cejas, las manos, el cuerpo revelan la intensidad de la sensación, el placer de saber que ese cuerpo será tuyo.
- ¿Por qué no le preguntaste sobre los campos de concentración que estaban cerca de tu casa?
¿Cómo no iban a saber en un pueblo de mil habitantes?
Dos cuerpos con muy altas temperaturas, dos hombres de treinta y pico de años, sobre-testorenados, emiten tanta energía como una micro explosión atómica; un sofá es demasiado pequeño para contenerla. La energía devora, mueve fuerzas, transforma la razón, la desplaza.
- Cuando no hay comida, no se puede teorizar. Tienes que comer primero. ¿Has luchado alguna vez contra el poder de una masa?
Una mano agarrando la cintura mientras la otra señala hacia la cama, la habitación, dirige los tremores, pequeños temblores corporales, hacia un espacio más intimo, más cómodo. El deseo requiere menos accidentes. Un sofá limita, demasiado pequeño para la magnitud de la explosión que generan dos hombres.
- ¿Por qué esperaste tanto para ir a los campos de concentración?
Sobre los cuerpos desnudos de los dos hombres, las sábanas forman olas; inmensas, algunas; lentas y suaves, otras. La punta de la lengua trazando un cuerpo, erizando la piel, revienta el vaivén de las sábanas para revelar un par de piernas, dos pares de piernas, nuevas olas; ya no son sábanas, son cuerpos de hombres. Caricias. Un gemido, otro, estimulados por el aceite que súbitamente enfría la piel, tranquiliza las olas; acompañan la tenue y amarillenta luz solar que entra por la ventana.
- Ahmed, Ahmed - grita la madre musulmana, cubierta de negro, mientras los dos hombres hablan, beben cervezas, fuman y se compenetran.
Günter vivía en un complejo de viviendas, construidas y manejadas por el gobierno, habitadas por proletarios, en su mayoría, inmigrantes turcos y sus hijos. Yo vivía en lo que el aquel entonces era todavía el barrio más bohemio y liberal de la ciudad de Nueva York, Greenwich Village. Él era escritor y trabajaba a tiempo parcial para la radio alemana. Yo era maestro.
- Ahmed, Ahmed - gritaba una madre, continuamente, desde la ventana en algún apartamento contiguo, llamando a algún chiquillo que parecía que nunca estaba en casa. Por dónde estará Ahmed a estas horas de la cena, decíamos cargados de sarcasmo, nos reíamos, hacíamos el amor, fumábamos un ilegal, y seguíamos con nuestras extensas conversaciones.
- No puedes ser tan categórico. ¿Qué sabes tú de ellos?
Hablábamos extensamente, largas horas, confrontando nuestras ideas, debatiendo, rechazando, aceptando la razón del otro, defendiendo la personal. Él, al igual que muchos de sus amigos y conocidos, no iba a olvidar lo particular de su generación: hijos de la guerra, con padres que fueron soldados, militantes en el partido de los nazis. No podía dejar de defender su compromiso con la transformación social.
- ¿Qué sabes tú de la guerra? No estuviste allí.
Nuestras tardes fueron clasificadas como sesiones de concienciación político-sexual por uno de los auto-nominados gurús en una de las muchas, “gay friendly”, comunas “heteros” que existían en el Frankfurt de los setentas y ochentas. En aquellas extensas y muy dinámicas casas la vida gay había tomado otro giro, seguía el modelo impuesto por los movimientos de liberación sexual. Ya no eran vidas clandestinas, ni se tenían que jugar papeles copiados de las reprimidas vidas de los pequeños burgueses o las nuevas masas de clases medias
- ¿Has pasado hambre? ¿Sabes lo que es ver a tus vecinos comer sus bizcochitos con chocolate y tú solo haber comido un poco de arroz blanco con un huevo frito encima?
Los deseos sexuales eran tan poderosos como los debates. El restregar ideas, parte integral del deseo de conquistar al otro, es una experiencia erótica inigualable: pasión y cerebro juntos. Nada que ver con los poemitas románticos de damiselas y tenorios decimonónicos. El deseo guía la palabra bien pensada, busca al que quiere ser conquistado. Retos verbales, disimuladas alegorías eróticas, nuevos retos verbales, ideas de peso, una guiñada, forman un rompecabezas sexual donde cada jugador coloca las piezas sin saber cómo lucirá en su totalidad. No importa, el placer se ha ido consumiendo.
- Qué importa quién ha colonizado a quién. ¿Tú, colonizado?
Una sonrisa, el brillo intenso de los ojos, la movida del cuello hacia el lado son claves concluyentes que sirven para asegurarte que estás en camino a lograr el propósito, que te puedes mover de la silla al sofá, sentarte a su lado.
- Qué importa lo que digan los libros. Los colonizados son todos los que le sirven al estado, el que sea, sin cuestionarlo.
Los labios, los ojos, las cejas, las manos, el cuerpo revelan la intensidad de la sensación, el placer de saber que ese cuerpo será tuyo.
- ¿Por qué no le preguntaste sobre los campos de concentración que estaban cerca de tu casa?
¿Cómo no iban a saber en un pueblo de mil habitantes?
Dos cuerpos con muy altas temperaturas, dos hombres de treinta y pico de años, sobre-testorenados, emiten tanta energía como una micro explosión atómica; un sofá es demasiado pequeño para contenerla. La energía devora, mueve fuerzas, transforma la razón, la desplaza.
- Cuando no hay comida, no se puede teorizar. Tienes que comer primero. ¿Has luchado alguna vez contra el poder de una masa?
Una mano agarrando la cintura mientras la otra señala hacia la cama, la habitación, dirige los tremores, pequeños temblores corporales, hacia un espacio más intimo, más cómodo. El deseo requiere menos accidentes. Un sofá limita, demasiado pequeño para la magnitud de la explosión que generan dos hombres.
- ¿Por qué esperaste tanto para ir a los campos de concentración?
Sobre los cuerpos desnudos de los dos hombres, las sábanas forman olas; inmensas, algunas; lentas y suaves, otras. La punta de la lengua trazando un cuerpo, erizando la piel, revienta el vaivén de las sábanas para revelar un par de piernas, dos pares de piernas, nuevas olas; ya no son sábanas, son cuerpos de hombres. Caricias. Un gemido, otro, estimulados por el aceite que súbitamente enfría la piel, tranquiliza las olas; acompañan la tenue y amarillenta luz solar que entra por la ventana.
- Ahmed, Ahmed - grita la madre musulmana, cubierta de negro, mientras los dos hombres hablan, beben cervezas, fuman y se compenetran.
Thursday, April 14, 2016
APUNTES PARA UN RELATO PLANCHA O UN INFORME SOBRE ESE DIALECTO URBANO URUGUAYO
Bibliografìa: comprobada y archivada
Apuntes sobre el dialecto plancha del Uruguay: Notas y apuntes para un estudio más profundo sobre la transgresión cultural en el Uruguay contemporáneo:
"Taaaa": José Mujica, noticiario TNU
“José Mujica: ..... 'Es una muchacha a la que le tengo mucha simpatía. A veces se toma un par de copas y se le va un poco la marca, pero es macanuda. ¡Es una gorda macanuda! Son cuestiones del momento, dijera la crónica policial', dijo el mandatario." (http://www.lr21.com.uy/politica/1102919-mujica-dice-que-diputada-tourne-quien-lo-trato-de-viejo-de-mierda-es-una-gorda-macanuda)
"bo, que mirá??!!! si a bo, gil, que mirá. Arrancá porque te la doy! mirá que te la doy."
"El idioma que utilizan va cambiando año a año, van surgiendo nuevas palabras y sinónimos al idioma normal de la gente que les diferencian o bien toman palabras en desuso del castellano antiguo y siempre la 's' suena como 'sh' en inglés cinco seria shinco por ejemplo."
"Pocas fueron las personas que quisieron hablar con El País sobre el tema. 'Yo no sé nada. Y aunque supiera tampoco te diría, no me voy a regalar', dijo una mujer que salía de la pensión. '¿A donde vas? Raja de acá porque te van a picar como a un queso', dijo un joven que estaba en la puerta de la pensión cuando éste periodista pretendió ingresar al lugar. 'No me importa lo que seas, acá esta todo el mundo caliente', ...."
"....'Petacular', 'Rico, rico', 'Muy bueee' parecen ser palabras sacadas de un diccionario de dialecto 'plancha', sin embargo, estas son palabras utilizadas en los nuevos spots publicitarios que el INAVI (Instituto Nacional de Vitivinicultura) está presentando por estos días en la televisión nacional con el propósito de promover el producto 'Vinos del Uruguay'."
"También en Cerro Largo, Treinta y Tres y Tacuarembó, se utiliza enticar o inticar, para referir provocar o buscar pelea. En Salto, refiere el verbo 'pusuquear', derivado de 'pusuca', para definir 'avaro', generalización del término popularizada a raíz de alguien con esa cualidad, llamado de esa manera."
"De ser 'como el viejo Pusuca', se pasó a ser simplemente 'pusuca' y el hecho de restringir o limitar gastos 'pusuquear'. Es de desear que todo lo escrito y dicho hasta ahora, no sean 'tarecos', o sea, cosas inservibles, como refieren muchos aún en zonas de Cerro Largo, Rivera, Maldonado, Salto y Treinta y Tres."
"Eh bigote, que te poné en ortiva. Todo piola con los pibitos, eh."
"No tené nada pa tomar. Dale, no te pongá la gorra. Vamo a tomar algo con lo pibitos."
"Eh guachín, haceme la segunda, loco, no me dejés tirado, está todo piola con bo, todo lindo."
"Cosechala, juntala en pala y fumanchala."
"Qué descanso guacho, eh qué me descansás, para descansar está la almohada."
"Eh loco no tené una monedita, una monedita, pa los pibe que queremos tomar algo. Dale no te cortés."
"Eh loco, rescatate o te rescato."
Tuesday, April 12, 2016
JABIBONUCO: #3. LA FLOR DE LA CAMPANA
3. La Flor de la Campana
Fe, Esperanza y Caridad llegan donde el ceiba milagroso de Altagracia las ha dirigido, a otro árbol, en las Islas de Sotavento, el de la flor de la campana, un icono sagrado entre algunos de los pueblos que habitaban estas islas, y continúa como fuente de conocimiento entre aquellos que buscan recuperar sus lejanas conciencias.
Sembrado en tiempos tan distantes que sus fechas se pierden en la memoria de los que recuerdan que el árbol surgió sobre las cenizas que allí quedaron cuando los hombres de hierro y largas cotas negras quemaron a los amantes y bohiques.
"Muy mi Señor mío, Marqués de Jájome Bajo, si hoy le escribo estas páginas fue a sugerencias de Usted, mi más agradecido protector, y al muy diligente y anciano maestro, el Marqués de Santillana, quien arduas horas estuvo guiándome por las lenguas y letras de Usted y sus hermanos que hoy conozco, y quien quiso conocer sobre aquellos de nosotros que de otros martirios fuimos salvados. La muerte del Marqués de Bobadilla me llevó hasta hoy donde Usted y no puedo dejar de agradecer su bondad y protección."
El árbol de las flor de la campana expande las conciencias y lleva a las tres cubanas a otros lugares, otros tiempos paralelos, otras medíunidades, un santiguador caribe, con su crucifijo en mano y un guanín colgando del cuello, un hombre, un bohique, que ayudará a iluminar y tranquilizar dos almas que todavía viven rondando cerca de la tierra y no logran transformarse en jupías. El santiguador no puede identificarlos, solo este hombre en un barco cerca de ellas podrá lograr aclarar sus pasados y destinos.
Llegan Fe, Esperanza y Caridad donde mí en el crucero, por la señas que en Dominica, el santiguador caribe les indica; y en trance cuentan sobre otras cartas y documentos prohibidos que se encuentran en los Archivos de Indias en Sevilla, quizás en un antiguo monasterio en Cádiz. Otros viajes, otros cuentos sin terminar, otras lenguas en busca de ser descifradas, no paran, no tienen fin.
"¡Ay!, mi amado, no sabe Usted cuánto lo añoro. Es tan grande mi dolor, mi angustia, mi desespero, que muero lentamente de dolor, y no por culpa de este camino que mis pasos guía. Muero en el vivir, nuestro amor fue tan mal comprendido. A ese amor nos llevó el gran Yaya y hoy, otros sin decir ni explicar por qué en castigo nuestro amor han convertido. Son tan frías estas noches, tan obscuras su paredes, que el único consuelo que tengo es saberlo a usted morando en el mundo de los jutías. Un cemí le construí, y sin entender el amor con que fue hecho, los padres de su Santa Iglesia en polvo lo han convertido.
¿De qué vale conocer sus letras, sus hombres santos y sus obras?, si bañado en soledad y lágrimas en este calabozo mis historias están perdidas. Al Marqués mucho agradezco estos folios que para su excelencia escribo, mas estas que a usted dirijo, enredadas en penumbras quedan junto a trapos y caracoles que a la hoguera pronto irán conmigo."
- Sal de aquí - gritó una voz ronca. Pudo haber sido cualquiera de las tres mujeres que saltaban, se tiraban al piso, se levantaba y daban vueltas sobre sí mismas, vueltas rápidas, brincaban, alzaban brazos, espantaban algo. La que hablaba con voz de hombre, sin dirigirse a nadie en particular, decía con voz de otro espacio - Esta no es tu casa, esta no es vida, este no es tu tiempo, tu tiempo ya pasó. ¿Qué buscas?
“Viviendo o muriendo aquellas gentes Araguacu, llegados en yolas de islas más grandes a la isla de Borikén, muchos tiempos atrás de la manera que hemos oído y contado, y recordado en nuestros cemíes, permitió nuestro Yaya que dellos mismos saliese el conocimiento que les diese alguna noticia de la ley natural y respetos que los hombres debían tenerse unos a otros, y que los descendientes de aquellos Araguacu, procediendo de bien en mejor cultivasen aquellas tierras, y a sus hombres, haciéndoles capaces de razón. Después de haber dado muchas trazas y tomado muchos caminos para entrar a dar cuenta del origen y principio de los Araguacu que fueron, son y serán, me pareció que la mejor traza y el camino más fácil y llano era contar lo que en oí muchas veces acerca de este origen y principio, porque todo lo que por otras vías se dice de Yaya viene a reducirse en lo mismo que nosotros diremos, y será mejor que se sepa por las propias palabras que un Araguacu lo cuente que no por las de otros autores extraños.”
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-4-el-crucifijo.html
Fe, Esperanza y Caridad llegan donde el ceiba milagroso de Altagracia las ha dirigido, a otro árbol, en las Islas de Sotavento, el de la flor de la campana, un icono sagrado entre algunos de los pueblos que habitaban estas islas, y continúa como fuente de conocimiento entre aquellos que buscan recuperar sus lejanas conciencias.
Sembrado en tiempos tan distantes que sus fechas se pierden en la memoria de los que recuerdan que el árbol surgió sobre las cenizas que allí quedaron cuando los hombres de hierro y largas cotas negras quemaron a los amantes y bohiques.
"Muy mi Señor mío, Marqués de Jájome Bajo, si hoy le escribo estas páginas fue a sugerencias de Usted, mi más agradecido protector, y al muy diligente y anciano maestro, el Marqués de Santillana, quien arduas horas estuvo guiándome por las lenguas y letras de Usted y sus hermanos que hoy conozco, y quien quiso conocer sobre aquellos de nosotros que de otros martirios fuimos salvados. La muerte del Marqués de Bobadilla me llevó hasta hoy donde Usted y no puedo dejar de agradecer su bondad y protección."
El árbol de las flor de la campana expande las conciencias y lleva a las tres cubanas a otros lugares, otros tiempos paralelos, otras medíunidades, un santiguador caribe, con su crucifijo en mano y un guanín colgando del cuello, un hombre, un bohique, que ayudará a iluminar y tranquilizar dos almas que todavía viven rondando cerca de la tierra y no logran transformarse en jupías. El santiguador no puede identificarlos, solo este hombre en un barco cerca de ellas podrá lograr aclarar sus pasados y destinos.
Llegan Fe, Esperanza y Caridad donde mí en el crucero, por la señas que en Dominica, el santiguador caribe les indica; y en trance cuentan sobre otras cartas y documentos prohibidos que se encuentran en los Archivos de Indias en Sevilla, quizás en un antiguo monasterio en Cádiz. Otros viajes, otros cuentos sin terminar, otras lenguas en busca de ser descifradas, no paran, no tienen fin.
"¡Ay!, mi amado, no sabe Usted cuánto lo añoro. Es tan grande mi dolor, mi angustia, mi desespero, que muero lentamente de dolor, y no por culpa de este camino que mis pasos guía. Muero en el vivir, nuestro amor fue tan mal comprendido. A ese amor nos llevó el gran Yaya y hoy, otros sin decir ni explicar por qué en castigo nuestro amor han convertido. Son tan frías estas noches, tan obscuras su paredes, que el único consuelo que tengo es saberlo a usted morando en el mundo de los jutías. Un cemí le construí, y sin entender el amor con que fue hecho, los padres de su Santa Iglesia en polvo lo han convertido.
- Sal de aquí - gritó una voz ronca. Pudo haber sido cualquiera de las tres mujeres que saltaban, se tiraban al piso, se levantaba y daban vueltas sobre sí mismas, vueltas rápidas, brincaban, alzaban brazos, espantaban algo. La que hablaba con voz de hombre, sin dirigirse a nadie en particular, decía con voz de otro espacio - Esta no es tu casa, esta no es vida, este no es tu tiempo, tu tiempo ya pasó. ¿Qué buscas?
"Muchos hombres de fe han escrito las Santas Obras de su Padre y de su Hijo, el Señor Jesucristo, y otros que han puesto en palabras equivocadas las muy respetuosas obras de nuestra única Fuente de vidas, Yaya, que no ha sido con la relación entera que dello se pudiera dar, y que lo he notado en las cosas que de nuestras fuerzas creadoras, Juracán y Yukiyú, las que nacen y regresan a la gran Fuente Yaya, he visto escritas, de las cuales, como natural de la isla de Borikén, y su madre tierra, Atabey, que fue, es siempre y será creada por ellos con sus aguas, movimientos, flores y alimentos, tengo más largas y claras noticias que la que hasta ahora los escritores han dado.”
Los bares del crucero tienen horarios programados y quienes los frecuentan saben de antemano qué está pasando dónde y a qué hora. Los de las piscinas hasta las seis, los de baile no prenden las luces hasta la hora de la cena, y a las diez de la mañana el gran salón de los espectáculos está completamente obscuro, y hasta allí se llegaron Fe, Esperanza y Caridad cuando se dieron cuenta que algo las mantenía inquietas, y que no era ni el café ni el desayuno. Ellas sabían que era algo más allá de lo corporal. Pudo haber sido el brebaje de la flor de campana.
“Verdad es que los hombres de fe tocan muchas cosas de las muy grandes que su Padre y su Hijo Jesucristo tuvo, pero lo que escriben sobre nuestra Fuente y sus fuerzas son muy mal escritas para mí, de la manera que las dicen, las entienden mal. Por lo cual, forzado a abandonar el amor natural de las aguas y los vientos, la quietud y los movimientos de las tierras, las montañas, las flores y los alimentos, las bestias que allí le habitan, las gentes de mi isla Boriken y los jupías, que una vez fueron, me ofrecí al trabajo de escribir esta carta, donde clara y distintamente se verán cómo vivimos y ofrecemos gracias a nuestra Fuente por la continua creación de nuestras tierras, y las vidas de nuestras buenas y nobles gentes, las cosas que en Boriken había antes de que mi muy amado y bien recordado Marqués de Bobadilla allí encontrase."Los bares del crucero tienen horarios programados y quienes los frecuentan saben de antemano qué está pasando dónde y a qué hora. Los de las piscinas hasta las seis, los de baile no prenden las luces hasta la hora de la cena, y a las diez de la mañana el gran salón de los espectáculos está completamente obscuro, y hasta allí se llegaron Fe, Esperanza y Caridad cuando se dieron cuenta que algo las mantenía inquietas, y que no era ni el café ni el desayuno. Ellas sabían que era algo más allá de lo corporal. Pudo haber sido el brebaje de la flor de campana.
Esperar bajo el infernal sol por el bus de turistas que los lleva hasta los montes en el centro de la isla de Dominica es más desesperante que la cola que hay que hacer para poder reunirse con el santiguador caribe. Después de preguntarle sobre los bohiques, eunucos y los seres de luz que fueron asesinados por los españoles, el santiguador me pidió que siguiera de cerca a las tres mujeres, que a través de ellas conocería otros planos, que no me podía decir más.
“Seres de luz, de antes y después, guíen a los seres en camino. Seres en busca de empatar historias, en este viaje, en otros, de isla en isla, de tiempo en tiempo, de árbol en árbol, repasen las lenguas que hubo, que hay, que hablan sobre los que una vez fueron, que hoy andan en tinieblas y entran en otros cuerpos, en busca de sus amantes perdidos, en los mares, entre reyes y palacios, monasterios y calabozos hablen ahora y abandonen esos dos cuerpos que no le pertenecen.”
Una vez en el barco, sin delatar mi presencia, las seguí hasta el salón de bailes. Era una voz distinta, muy ronca, la que salía de Fe, quizás de Esperanza o de Caridad. No podía distinguir desde lejos. La sala de bailes no la usan de día y en ella las tres cubanas encontraron lo que el palo santo, la flor de campana, el santiguador y Altagracia le habían confiado.
La familia cumpleañera no juega en los casinos, ni se baña en las piscinas, ni van a los bares y su paseo por el barco, explorando sus salas, biblioteca, áreas de juego, los llevó hasta donde creían que era un ensayo, el salón de bailes. Cuando oyeron las voces roncas y vieron los saltos, reconocieron que no era la preparación del espectáculo de por la noche.
Llenos de gozo, los miembros de la familia observaban de lejos a Fe, Esperanza y Caridad en su trance, hasta que unas sombras los asustaron, se persignaron y siguieron camino. Frente a ellos caminaban rápidamente los dos hombres, los amantes furtivos.
- Sal de aquí – gritó la voz ronca; una voz que no esperaban oír los dos hombres que se manoseaban en una esquina de la sala de bailes, detrás de las cortinas de terciopelo que separaban la tarima del salón de bailes. Temerosos de que quienes estaban ensayando los descubrieran, se fueron sigilosamente, protegidos por la obscuridad en el salón y se escurrieron detrás de la familia, con la esperanza de que tampoco éstos los vieran.
"En todo lo demás que de aquellos indios en la isla de Boriken se puede decir por los señores y hombres de fe que la tocaron en parte o en todo; que mi intención no es contradecirles, sino servirles de comento, de intérprete en muchos vocablos y costumbres, que, como extranjeros en aquella lengua, interpretaron fuera de la propiedad de ella, según que largamente se verá en el discurso de la historia, la cual ofrezco a la piedad del que la leyere.”
La señora frente a la tragamonedas no disfrutaba del alboroto que llevaba la familia cumpleañera, ni pudo entender a qué se referían, todos hablaban a la vez, debatían si los dos hombres salieron por detrás de las cortinas, o eran parte de los ritos de santería, o era un santo el que les bajó a las res mujeres, o era un espíritu en busca de adelantar su ascendencia a planos mayores; no, eran santeras cubanas, el acento cubano, pueden haber espiritistas cubanos, no todos son santeros; los dos hombres deben ser creyentes, puertorriqueños los dos; no uno es español, su acento es castellano, casado, lo vimos bailando con su esposa, y el señor sentado cerca de ellas era otra mediunidad, un babalawo, estaba bien quieto. - ¡Uy, aléjate, solavaya!“Viviendo o muriendo aquellas gentes Araguacu, llegados en yolas de islas más grandes a la isla de Borikén, muchos tiempos atrás de la manera que hemos oído y contado, y recordado en nuestros cemíes, permitió nuestro Yaya que dellos mismos saliese el conocimiento que les diese alguna noticia de la ley natural y respetos que los hombres debían tenerse unos a otros, y que los descendientes de aquellos Araguacu, procediendo de bien en mejor cultivasen aquellas tierras, y a sus hombres, haciéndoles capaces de razón. Después de haber dado muchas trazas y tomado muchos caminos para entrar a dar cuenta del origen y principio de los Araguacu que fueron, son y serán, me pareció que la mejor traza y el camino más fácil y llano era contar lo que en oí muchas veces acerca de este origen y principio, porque todo lo que por otras vías se dice de Yaya viene a reducirse en lo mismo que nosotros diremos, y será mejor que se sepa por las propias palabras que un Araguacu lo cuente que no por las de otros autores extraños.”
Ajena a la familia cumpleañera, que en ese preciso momento salía por una de las puertas que daban a la cubierta del barco, y rescatada por la tragamonedas, la señora cambio de semblante, cuando la máquina empezó a sonar, un ruido constante, estridente, y las monedas bajaban por montones y caían en el cubo de cartón. Sonreía, ahogada en un estado de puro placer, absorta, en una relación simbiótica con el casino, la música, los cajeros, las meseras.
“Nuestra gran Fuente, Yaya, envía sus Fuerzas que ayudan a Atabey a crear las tierras, labrar sus bateyes, cultivar las plantas, los frutos como hombres racionales y no como bestias, y les pide que fuesen por do quisiesen y, doquiera que parasen a comer o a dormir, procurasen agradecer y recordar en sus cemíes las vidas de ahora y de siempre, y que a Juracán y Yukiyú, bailasen y tirasen sus flores y granos para ayudarles y agradecer los alimentos y nuevas vidas que las Fuerzas nos llevaban y traían. Viendo los grandes vientos que arropaban y cambiaban estas tierras suyas, mi gran protector, corrí a agradecerle a Juracán y ofrecerle las flores, frutos y semillas para que a otras tierras los vientos de Juracán llevasen, y en otros momentos allí se cultivasen.”
Fe, Esperanza y Caridad, exhaustas, cayeron de rodillas, con las cabezas sobre el piso, y los brazos estirados hacia el techo, lloraban desconsoladamente. Ante aquella escena, callar y esperar a que me vieran fue lo único que pude hacer. Se levantaron, vinieron donde mí y como si me hubiesen conocido de mucho antes, de otros mundos, me contaron que los espíritus de los que una vez fueron me seguían y que esperaban que los ayudase a reencontrarse, a completar su misión en la tierra.
“Mi falta de ropas y bailes era llenos de gozo y no ofensa a sus otros siervos y amigos, menos a sus hombres de fe, su Jesucristo y Dios amado. Pero conforme a nuestra lengua, como atrás hemos dicho y diremos de la mucha significación que los Araguacu encierran en sola una palabra, Juracán, nos pide que demos gracias y ofrezcamos algo al que hace llevar estas flores, estos frutos, dándonos alimentos y vigor para vivir los que acá y allá vivíamos y los que en nuestros cemíes siguen viviendo, Entendemos los Araguacu, con lumbre natural, que se debían dar gracias y hacer alguna ofrenda al Yaya, por habernos ayudado en aquel alimento y nacer de nuevo Atabey.”
Ver el tranquilo mar, tomar el fresco desde la cubierta que bordeaba el piso donde se encontraba el casino, fue lo menos que pudo hacer la familia al encontrase de frente al español, Diego, y a su esposa, Isabel, en una fuerte discusión. El otro, el puertorriqueño, Javier, miraba desde una cubierta superior, con su cuerpo que casi colgaba de la baranda desde donde se podía observar las tranquilas aguas color turquesa del Caribe.
“De este calabozo escribo estas frasis, mi bien amado protector, frente al enorme crucifijo que cuelga de estas frías paredes, en espera de aquello que dicen es la quema en la hoguera por haber servido al mal espíritu, su diablo. Cuán lejos, cuánto tiempo hace que me llegué hasta sus tierras, cuán mal fue entendido lo que pedía y sentía con mis flores, frutos y semillas a los vientos de Juracán. Mi querido protector, lejos de mi Boriken, no he sido entendido por sus sacerdotes y reyes. En espera, en este frio aposento, por la quema en la hoguera, de rodillas, obligado, frente a su crucifijo me despido, su servidor, Jabibonucohttp://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-4-el-crucifijo.html
Sunday, April 10, 2016
JABIBONUCO: #9. EL LIBRO DE DANIEL
"El Libro de Daniel" es el último capítulo (borrador), ambientado en Uruguay, de mi novela monografía, Jabibonuco, cuyos capítulos anteriores fueron publicados en este blog.
9. El Libro de Daniel
"Toto proficit in polo nostrae connumeratio litteraturae, quia non pecuniarum contractus, sed sapientiae quaestus ratiocinamur." (Virgilius Maro Grammaticus, De laudibus indefunctorum)
9,1. El Verbo
"En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada." (Evangelio según San Juan
1:1. Nueva Biblia de Jerusalén. Bilbao: Desclée de Brower, 1999.)
Las sombras se movían con los cambios de la luz que entraba por las ventanas. Proyectada sobre sus cuerpos, la luz del atardecer, del verano austral, rebotaba sobre el río, el inmenso La Plata, y lentamente los dibujaba sobre el piso de baldosas blancas y negras.
- En mi pueblo, hablar fino, No se podía hablar fino, se burlaban
- Perdona, no te llamé brava por ser femenino. Es un uso más. Que el significado no está tanto en la palabra. Si algo aprendí con las lecturas de las conferencias inéditas de la Coster, fue que el significado está en el conjunto de elementos. Me quedó clarito.
- La leí
- ..... el acento, la entonación, y éstos le añaden o restan seriedad, importancia a lo que dices, o le otorga sensualidad, o lo caricaturiza. ¿Por qué se burlaban de hablar bien?
- Por la misma razón que los planchas hablan como hablan. El tuyo parece sacado de una película de Niní Marshall. ¿Sabías que Perón la expulsó del país por depreciar el idioma o por alguna razón relacionada con el idioma?
- No lo sabía. El de ustedes es el más influenciado por el inglés.
- Y es el más cursi, si oyes a las señoras clases medias de San Juan.
- Te deseo, en parte, por tu acento. No es deseo, entonces. Es otra cosa, pero no es deseo.
- Los planchas uruguayos, al igual que los villeros en Buenos Aires o los cafres en Puerto Rico.
- Como la banda reggae argentina.
- ¿Sabes por qué se pusieron ese nombre? ¿Por qué te ríes?
- Por nada. Hasta pueden aprender a hablar como nosotros, pero muchos terminan como Jabibonuco, aprendió todos los códigos, y no aprendió a distinguir todos sus usos ni lo que guiaba a quien looía. Por eso lo quemaron en la hoguera.
- Tu interés en mí, en mi forma de hablar desplaza y reemplaza tu verdadero deseo y niega la posibilidad de desenfrenar y desenmascarar tu vida por completo. Por eso es mejor conocernos, que acostarnos, tener sexo.
- Si vos lo decís.
-
“Ni el lenguaje ni las expresiones culturales dependen completamente del organismo, de lo biológico. Antes de la palabra, está la experiencia, el asombro. Canetti lo explica muy bien. Los principios espirituales universales de las culturas en todos los tiempos así lo comprueban. Las búsquedas, nuevas investigaciones, los trabajos comparativos, interculturales, ayudan a aclarar estas ideas y a trascender lo dogmático de las iglesias. Si las iglesias trascendieron el animismo, trataron, las ideas contemporáneas sirven para abrir nuevas esperanzas y cambios que la inteligencia por sí sola, el muy medido cociente de inteligencia, tan detallado por los genetistas no puede explicar. Arthur Jensen, equivocadamente, sostiene que los determinantes biológicos de la inteligencia y su expresión cultural lingüística dependen fundamentalmente de determinados aspectos de la fisiología cerebral que modifican la sensibilidad y eficiencia de los procesos básicos en el procesamiento de la información que modelan las respuestas del individuo. Por el contrario Leon Kamin no dice que las teorías racistas de Jensen y Hermstein sobre la determinación genética de la inteligencia no tienen consistencia científica. Se puede argumentar que no está demostrado que los pueblos originarios - sean charrúas, arahuacos, africanos - tengan una inteligencia distinta a la de los europeos y sus descendientes en las Américas. Usaron su inteligencia en entornos que requerían un uso diferente de sus capacidades, y ese factor tan importante, los Jensen del mundo lo descartan, no lo entienden. (Bárbara Coster, “Conferencias inéditas”, Frankfurt - NY: 1973-2003)
“Los trabajos de Daniel sirven para continuar investigando y delatando las muy tristes historias de los pueblos originarios. Muy triste lo que cuenta sobre los charrúas, quienes después de haber luchado por el beneficio del Uruguay, fuesen desterrados y vendidos como conejillos de indias y como artefactos para un espectáculo. Muy triste. Antes de Jensen estuvieron otros que usaron como excusas la ciencia para justificar sus prejuicios. Los nuevos cronistas, incluyendo a Daniel Mujica, tienen que seguir recogiendo información sobre las nuevas colonizaciones y delatando las anteriores. " (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
“Los alumnos y maestros intervenían directamente en todas las fases de la confección de los primeros libros. Cada libro, a su vez, era de cada uno y de toda la clase. En distintas etapas de su desarrollo lingüístico (véase evidencia tomada de la conceptualización y verbalización de la lecto-escritura entre niños y niñas de distintos países y grupos étnicos, raciales) el niño demuestra, al igual que los adultos, que el aprendizaje del lenguaje se mueve en una continua descontextualización del mismo hasta llegar a las abstracciones y logra la posibilidad de desvincular el yo del objeto discutido, categorizado. El lecto-escritor, al igual que el hablante, principiante empieza mezclando las funciones, signos, estilos, y significados, que paulatinamente se van aclarando y respondiendo o subvirtiendo los estándares de una comunidad en particular.
El hablante/lector/escritor va balanceando, comprendiendo la relación entre la conceptualización del yo y el entorno socio-histórico; el yo, su entorno y su historia”. (Bárbara Coster, “Conferencias inéditas”, Frankfurt - NY: 1973-2003)
“La oración fundamental del cristianismo, El Padre Nuestro, tiene dos versiones: San Lucas da de ella un texto breve (con cinco peticiones [cf Lc 11, 2-4]), San Mateo una versión más desarrollada (con siete peticiones [cf Mt 6, 9-13]). La tradición litúrgica de la Iglesia ha conservado el texto de San Mateo. Como resultado de los nuevos estudios teológicos, los hallazgos arqueológicos en el Oriente Medio y dado que los evangelios fueron escritos mucho después del asesinato de Cristo, hay quienes dudan sobre la veracidad de la segunda versión. Recuerda que ya para el siglo tercero después de la muerte de Cristo el cristianismo había sido consolidado y ciertos grupos comenzaron a ejercer control lingüístico e ideológico sobre los muy diversos y pluralistas cristianos primitivos, y que puede que hayan sobre-impuesto los intereses de ciertos grupos en particular sobre la versión original de Cristo.” (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
9.2. La Comunión
- Puede que lo que hicieron tus espíritus contigo en el Caribe sea lo mismo que lo hecho por los ritos en el cerro donde se encuentra el cementerio charrúa: me ayudaron a encontrar el camino dentro de ese laberinto que me ha tocado caminar.
- Ya empezaste con la crisis, no podrás dar marcha atrás.
El metal de voz de Daniel, estreñido, no cuadraba con su inteligencia, ni con su formación, donde el raciocinio era fundamental y que aplicaba con una impresionante frialdad; oía a sus interlocutores sin el continuo estar a la defensiva. Distinto a mí. Tan siempre a la defensiva, de guardia, al acecho. Él, flemático, desprendido del otro, podía esperar sin preocuparse, oía y recogía lo que le interesaba, esperaba, calculaba y respondía de acuerdo a sus intereses. Documentaba las historias, las vidas, los relatos, las leyendas de los pueblo originarios sin aparentemente sentirse afectado por los mismos.
"Durante una entrevista sobre las vidas de los habitantes en uno de los barrios populares de Montevideo, el crimen como tema, pocas personas quisieron hablar y quien lo hizo intercaló español estándar con frases dialectales montevideanas, 'Yo no sé nada. Y aunque supiera tampoco te diría, no me voy a regalar. Raja de acá porque te van a picar como a un queso. No me importa lo que seas, acá está todo el mundo caliente'. Estas formas de expresión popular, estas diferencias en el lenguaje, la música -en particular, la música de origen mestizo: la cumbia, la salsa, el reguetón- sirven para identificar los valores étnico-raciales, el mestizaje cultural, la influencia de pueblos originarios, afro-descendientes y de otras culturas populares en la vida americana. Estas transformaciones históricas, cambios en las percepciones del yo y la comunidad, se manifiestan en el dialecto plancha, el lenguaje de las clases mas propensas a fusionarse, transgredir." (Daniel Mujica. "El mestizaje cultural y las influencias de los pueblos originarios en el Uruguay contemporáneo", monografía inédita, 1984)
“Cuando Merton nos dice que el paraíso es simplemente la persona, su yo radical en su libertad, libre de inhibiciones, el yo que dejó de estar vestido con su ego, mueve la misma idea que por tantos siglos y culturas nos ha preocupado a un plano personal, uno que exige de eso yo una relación distinta con el otro, reta la doctrina y el absolutismo de los ritos tradicionales de la iglesia, fuera de supersticiones y objetos sagrados. Sus escritos reflejan unas muy modernas intuiciones, con su pluralidad de formas que no pertenecen a un solo tiempo o a un mundo exclusivo; infinitos laberintos, mitos, ritos, leyendas, criptografías que de cierta forma, algo mundana, sirven de explicación para poder entender la relación tan de cerca y simbiótica que tienen ustedes dos. Lo mestizo del arahuaco-africano-europeo-charrúa-guaraní, y sabrá Dios qué más, se aclara y se junta. Me atrevo jurar, que ustedes han empezado a reivindicar a Jabibonuco, Diego, Micaela, Guanina, y han retomado y redefinido la labor de, entre muchos, Madame K’lalud. Me rio, pero que Dios me perdone, si blasfemo.” (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
.
Gracias a la terapia primigenia, “primal therapy” pude explorar mis sensaciones y sentimientos, mis neurosis. En oposición a lo que proponían o siguen proponiendo los terapeutas más ortodoxos, el lenguaje como punto de partida. Cuando participé en los ritos afro-caribeños, se me activó un estado animo desagradable, que no podía atribuir a los espíritus solamente, que para poder entenderlo y explicarlo, necesitaba encajarlo en unos esquemas más amplios, que incluyesen los demás campos del saber, otras historias, otros pueblos, que ayudasen a que la tracción creada por las dos fuerzas opuestas dentro de mi cuerpo lograran integrarse.
“La tracción sobre la que escribe Bárbara Coster, se manifiesta en el plano individual, en lo vivido por dentro, en los controles de la voz. En el plano social, en los estudios de culturas, se puede argumentar que la tracción puede llevar a los cuerpos primero a un choque y luego a una integración, un mestizaje, una comunión, como los puede llevar a la locura, tanto a los que la estudian científicamente, como a sus sujetos. La practicada por un tal Francois Curel con un grupo de charrúas llevados a París en 1833, documentada por Paul Rivet en ‘Les Derniers Charrúas’ y en trabajos posteriores entre estudiantes de antropología e historia en Uruguay ayuda a delatar y revelar lo demencial de los controles religiosos, étnicos, lingüísticos, sexuales. Jabibonuco no fue el único que sufrió, o que siguen sufriendo, las consecuencias de esas tracciones.
La tracción causada por sus estudios y las mal informadas tradiciones llevan a Daniel a pensar que tiene que redimir sus pecados. La sensualidad no es pecado. Lo agobia su sexualidad y la mira de lejos, en otros, como mira a los guaraníes y a los charrúas en sus ritos y relatos. Los pecados no fueron los de sus antepasados. Fueron los de los grupos siniestros que los manipulaban. Su camino lo va llevando por un proceso de cambio, igual que a Jabibonuco.
No es tan atropellada su vida como fue la del eunuco, quien en menos de una generación vivió siglos de diferencias conceptuales sin tener la oportunidad de conocer todas las historias que le precedían. Jabibonuco no pudo asimilar e integrar en su ser un pasado tan complejo, ni pudo integrarse a los nuevos mundos, ni se lo permitieron. Daniel puede lograrlo.
Puede continuar con lo que Merton comenzó. El monje no se preocupó por los relatos pataquíes, el Popol Vuh o las versiones guaraníes, charrúas de la creación. La resurrección es la versión judeo-cristiana de la reencarnación y Daniel ha comenzado a entrelazar esas ideas mientras reencarna sin abandonar su cuerpo presente." (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
Los estudiantes de antropología, en su mayoría mucho más jóvenes que Daniel y menos preocupados por su genealogía, compartían pan, carnes, papas, porotos y mate. Distintos a Daniel, los estudiantes de aquella nueva generación no estaban tan separados de sus antepasados, sus múltiples y contradictorios antecesores.
A la voz temblorosa de Daniel le respondían, la tranquilizaban con una mano sobre su hombro, una tierna sonrisa, unas lágrimas, durante el relato que informaba sobre el asesinato de su antepasado charrúa por un tal Rivera, el ultraje de la esposa, la crianza de un bebé por una familia de inmigrantes canarios, cuyos recuerdos incluían el asesinato de los guanches en las islas africanas, el exilio en Francia, años más tarde, de un grupo de charrúas que habían luchado por la independencia del Uruguay, y terminaron en un circo, unos supuestos parientes lejanos en Lyon que reclamaban descender de aquellos guerreros que fueron tratados como mercancías, entretenimiento, objetos de burla y alegados estudios científicos.
Ser un extranjero en aquel círculo académico, con herencia arahuaca, vinculado a Jabibonuco y los otros antiguos eunucos caribeños, servía de memoria, y de separación a la vez. Preguntas sobre los guaraníes, los inmigrantes, la función de las iglesias, la búsqueda y clarificación de la identidad le daba a la toma de mate una sensación de comunión histórica. El ciclo se había completado: Daniel descubrió que el centrismo en la herencia europea le negó parte de su historia, la historia de todos.
Que aquella ira que sentía cuando hablaba con algunos compañeros estudiantes, o con los morochos o los negros, que trataba de explicar, de buscar su razón, que no se daba con todos, estaba ligada a lo que era su estatus de burgués, euro-descendiente, a que sentía que ellos, los pobres, no podían hablarle como si hubiesen igualdad de condiciones. Su incomodidad con su vida lo estaba desnudando. El antiguo cementerio de los charrúas sirvió de espejo y le quitó las ropas, lo trastornó. Dejó de hablar, imprevisto, empezó a llorar.
Si Gunter y su generación en Alemania fueron obligados por la guerra a desnudarse por completo, Daniel fue llevado por su incomodidad con su placentera vida de cuarentón culto, en medio de una crisis existencial, rodeado de dinero y objetos, soltero y sin responsabilidades, a unos documentos casi prohibidos, relatos, leyendas, que lo ayudaron a desenmascarar la distorsionada historia y una genealogía fragmentada, y que en aquel monte donde quizás había cuerpos enterrados, le devolvieron su sentido del ser.
Después del rito, los escalofríos, las conversaciones con los demás estudiantes, los dos, muy tranquilos, bajamos del cerro cerca de Piriápolis y regresamos en bus a Montevideo sin decir palabra, agarrados de manos como si nuestra historia fuese la misma. Los detalles no lo eran, la conjugación de los cuerpos sí nos unía.
“La información que me enviaste la comparti con nuestras hermanas aliadas en conventos franceses, pues estamos documentando los vínculos de la Iglesia a través de organizaciones como la Orden de Rodas, a la cual pertenecían Pigafetta, Rivera, y de Curel, con organizaciones contemporáneas que intentan imponer un control central sobre los pueblos y sus evoluciones. Para principios del siglo diecinueve, la iglesia se había movido de tener solamente intenciones evangelizadoras a apoyar las investigaciones científicas que comprobaran la superioridad de los cristianos, y se sospecha que hubo experimentos con miembros de pueblos originarios, desde los muy explícitos como fueron el traslado masivo de niños y jóvenes en el Canadá y los EEUU a campamentos educativos, hasta las supuestas investigaciones científicas con puertorriqueños, guatemaltecos durante los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo pasado; y durante el siglo diecinueve con miembros de algunas comunidades originarias en Uruguay, Paraguay, Argentina, Brasil.
De acuerdo a las hermanas en Francia, esa fue la intención de Francois de Curel cuando movió a Vaimacá, Senaqué, Tacuabé y Guyunusa a Francia en febrero de 1883. Sospechan las hermanas que una vez llevaron a cabo los experimentos, el tal Curel los vendió a un circo. Cuando tenga más información te la envío por correo electrónico. Te cuestionas por qué seguimos dentro de la Orden, pues porque de otra forma no podemos conseguir la información que necesitamos para delatar la extensa y siniestra red que ha participado en la supresión de información y destrucción de vidas y pueblos. Esa es nuestra verdadera labor religiosa. Es en lo que logro extasiarme.” (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
- ¿Crees que el que hayas estudiado en una escuela pública y yo en un exclusivo colegio católico sirva como factor para explicar las diferencias en nuestras actitudes, tan distintas, hacia la experiencia religiosa?
- En parte. Lo que queda muy claro que nos hemos movido ambos del animismo a la interioridad espiritual, de lo concreto a lo abstracto sin perder de vista el centro que nos guía, nos ata.
- Como los chicos que estudia Barbara Koster, el payaso es la letra o la letra es el payaso. Lo que no puedo negar es que los espíritus charrúas en el cementerio me obligaron a llorar.
- ¿Dónde comienza o terminan nuestras creencias y dónde comienzan lo que queremos conocer? Aunque no puedes negar que el porro que nos fumamos antes de subir al cerro ayudó un poco, ¿no crees?
- ¿Cuándo empezaste a hacer ejercicios de yoga?
- Cuando los curanderos me dieron un baño de aguas con plantas para ayudarme con mis muy volátiles estados de ánimo y terminé con una pulmonía.
- ¿Ya no vas a la iglesia?
- Con Jabibonuco terminó un ciclo. Cada experiencia religiosa responde a tus capacidades y las de tu entorno para comprender el misterio que presenta la espiritualidad, y en mi caso particular, los palos santos, las hojas de campana, los archivos incinerados por Sor Bernarda, los curanderos me obligaron a moverme sin perder el interés de entender eso que llamamos lo sagrado, la espiritualidad.
- ¿Quieres quedarte conmigo antes de que regreses a Nueva York?
9.3. El Éxtasis
“I-Yará pasó por la tierra y al ver despoblado un lugar tan hermoso, sintió un placer inexplicable y decidió llevar a Tupá un trozo de tierra. Tupá al tocar la tierra evolucionó, y en su máxima experiencia, se expandió, cubrió todo, amansó la tierra y le dio forma humana, creó dos hombres destinados a poblar la región. Uno era blanco y lo llamó Morotí, y al otro de color rojizo, Pitá.” (Daniel Mujica, “Leyendas, ritos y mestizaje de los pueblos originarios y sus efectos en el Uruguay contemporáneo.” Monografía Inédita, 1980)
Vimos, primero, Teorema, una película de Passolini que trata sobre un extraño visitante que llega donde una familia de buena posición económica. Con su atractivo físico, exuberancia, dotes y carisma personal, les va seduciendo uno por uno: a la criada, al hijo, a la hija, a la madre y al padre. Después que la familia cae en sus redes, el visitante se va y la familia se queda desorientada, desubicada, sin saber cómo continuar con sus existencias. Una especie de éxtasis los había arropado y luego a tratar de entender sus vidas. Pasamos la noche juntos, yo viajaba al otro día, regresaba a Nueva York.
- ¿Y?
- Nos quitamos la ropa, estudiamos los cuerpos, nos fumamos un porro, comentamos sobre el tamaño de los penes, lo sólidos o flácido de masa en las nalgas, los vellos, el pecho lampiño.
- Evita los detalles por ahora, que quiero ver los nuevos diseños de Nito Maldonado, los tienen en rebajas.
- Las rebajas están en el sótano y estamos en el segundo piso.
- ¿Y no tuvieron relaciones íntimas?
- No. Preferimos conocer nuestros cuerpos y las actitudes hacia los mismos, lo pasivo versus lo activo, lo versátil versus los roles definidos. Fumábamos, nos reíamos.
- Para, sigues luego, vamos a ver los nuevos zapatos que me recuerdan a las nenas de Degas. No sé por qué, pero me las recuerdan. Deben ser las puntas. ¿Desnudos, sin sexo?
- El deseo es tan objetivo como el pene parado. Es cuestión de poner freno y hablar sobre el mismo. El porro ayudaba. La noche pasó sin tener que llegar a ese tipo de entrega, de comunicación física.
-¿Comunicación física? Antes le llamaban venirse. Mira, muero, me extasío frente a los nuevos muebles que trajeron de Milán. Cuidado que no te tumben las brujas del East Side.
- Deseo sexual no faltaba. No era nuestro plan.
- Te entiendo. Yo no tengo que comprar para sentir el éxtasis que me activan los diseños. Vamos ahora al sótano, que es donde único mi presupuesto me permite comprar. ¿Se van a ver de nuevo?
- No sé. Lee mi cuento basado en Corín Tellado y tendrás la respuesta.
- Lo vas a ver, lo sé.
“Dile a Daniel que no le tema al amor carnal, que siempre ha sido parte de nosotros, de la colonización y de vuestra colonización. En mis lecturas sobre El Santo Oficio en las Américas encontré una epístola, Mundus novus, escrita por Américo Vespucio, quien cuenta que las mujeres de los pueblos originarios eran ‘lujuriosas’, que lograban ‘hinchar los miembros de sus maridos de tal modo que parecen deformes y brutales y esto con cierto artificio suyo’, que andaban desnudas, eso lo sabemos, que eran libidinosas, y que cuando se juntaban con los con cristianos eran ‘llevadas de su mucha lujuria’ y que ellas ‘todo el pudor de aquellos (los cristianos) manchaban y abatían.’ Por Dios, ellas eran las culpables de todo los que los indefensos colonizadores hacían. Ámense los unos a los otros.” (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
- Nos abrazamos.
- ¿Desnudos?
- Sí. No duró mucho el abrazo.
- ¿Cómo puedes controlarte? Ahí es cuando me enrosco y no me despega ni un rayo
- Eros no es solo sexo. Es conocer al otro cuerpo, al otro ser con quien te empatas.
- Perdona la indiscreción, se les paró.
- Por supuesto, nos separamos y dejamos que se bajaran mientras oíamos a Bajofondo
- Me ahogo. Me vas a obligar a ver porno o exploto. Respiro. Vamos. Deja que me concentre en Galiano. Mira como fusiona espacios, formas y épocas. No se sabe si es un arquitecto con telas, un escultor, si estás en casa de la Pompadour, un palacio en Kyoto, o en un carrusel. Lo que sí se sabe, es que estás en esta época. Distinto a la Nito Maldonado, cosiendo guayaberas. Tan monotemática, étnica.
- Tangos y milongas, y una hermosa tarde y noche en Montevideo.
- Para, no sigas, que necesito ver otro Galiano. Sus ángulos, esferas me matan. Floto ante sus tonos y con esas formas que se transforman.
Las sombras se formaban y movían con los cambios de la luz que entraba por las ventanas. Proyectada sobre su cuerpo, la luz del atardecer, del verano austral, abrillantada por el río, el inmenso La Plata, lentamente dibujaba sobre el piso de baldosas blancas y negras, delineaba sus movimientos, su figura masculina, sus extremidades, su miembro. Los matices de las texturas de su piel eran mirados de lejos; luego, sentidos con las yemas de los dedos, mis brazos extendidos. Él, recostado, boca arriba. Yo, sentado a su lado, a dos pies de distancia, lo acariciaba. No hablábamos. Sentíamos el ser, el estar juntos. Él temblaba ligeramente, se retorcía, ondulaba. Luego yo me recostaba en el sofá, en otro lado del piso. Él me miraba, se acercaba, me tocaba. Nos repetíamos por horas y horas, con una ausencia de tiempo.
(© Gerardo Torres Rivera, Nueva York, septiembre 2014
9. El Libro de Daniel
"Toto proficit in polo nostrae connumeratio litteraturae, quia non pecuniarum contractus, sed sapientiae quaestus ratiocinamur." (Virgilius Maro Grammaticus, De laudibus indefunctorum)
9,1. El Verbo
"En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada." (Evangelio según San Juan
1:1. Nueva Biblia de Jerusalén. Bilbao: Desclée de Brower, 1999.)
Las sombras se movían con los cambios de la luz que entraba por las ventanas. Proyectada sobre sus cuerpos, la luz del atardecer, del verano austral, rebotaba sobre el río, el inmenso La Plata, y lentamente los dibujaba sobre el piso de baldosas blancas y negras.
- En mi pueblo, hablar fino, No se podía hablar fino, se burlaban
- Perdona, no te llamé brava por ser femenino. Es un uso más. Que el significado no está tanto en la palabra. Si algo aprendí con las lecturas de las conferencias inéditas de la Coster, fue que el significado está en el conjunto de elementos. Me quedó clarito.
- La leí
- ..... el acento, la entonación, y éstos le añaden o restan seriedad, importancia a lo que dices, o le otorga sensualidad, o lo caricaturiza. ¿Por qué se burlaban de hablar bien?
- Por la misma razón que los planchas hablan como hablan. El tuyo parece sacado de una película de Niní Marshall. ¿Sabías que Perón la expulsó del país por depreciar el idioma o por alguna razón relacionada con el idioma?
- No lo sabía. El de ustedes es el más influenciado por el inglés.
- Y es el más cursi, si oyes a las señoras clases medias de San Juan.
- Te deseo, en parte, por tu acento. No es deseo, entonces. Es otra cosa, pero no es deseo.
- Los planchas uruguayos, al igual que los villeros en Buenos Aires o los cafres en Puerto Rico.
- Como la banda reggae argentina.
- ¿Sabes por qué se pusieron ese nombre? ¿Por qué te ríes?
- Por nada. Hasta pueden aprender a hablar como nosotros, pero muchos terminan como Jabibonuco, aprendió todos los códigos, y no aprendió a distinguir todos sus usos ni lo que guiaba a quien looía. Por eso lo quemaron en la hoguera.
- Tu interés en mí, en mi forma de hablar desplaza y reemplaza tu verdadero deseo y niega la posibilidad de desenfrenar y desenmascarar tu vida por completo. Por eso es mejor conocernos, que acostarnos, tener sexo.
- Si vos lo decís.
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“Ni el lenguaje ni las expresiones culturales dependen completamente del organismo, de lo biológico. Antes de la palabra, está la experiencia, el asombro. Canetti lo explica muy bien. Los principios espirituales universales de las culturas en todos los tiempos así lo comprueban. Las búsquedas, nuevas investigaciones, los trabajos comparativos, interculturales, ayudan a aclarar estas ideas y a trascender lo dogmático de las iglesias. Si las iglesias trascendieron el animismo, trataron, las ideas contemporáneas sirven para abrir nuevas esperanzas y cambios que la inteligencia por sí sola, el muy medido cociente de inteligencia, tan detallado por los genetistas no puede explicar. Arthur Jensen, equivocadamente, sostiene que los determinantes biológicos de la inteligencia y su expresión cultural lingüística dependen fundamentalmente de determinados aspectos de la fisiología cerebral que modifican la sensibilidad y eficiencia de los procesos básicos en el procesamiento de la información que modelan las respuestas del individuo. Por el contrario Leon Kamin no dice que las teorías racistas de Jensen y Hermstein sobre la determinación genética de la inteligencia no tienen consistencia científica. Se puede argumentar que no está demostrado que los pueblos originarios - sean charrúas, arahuacos, africanos - tengan una inteligencia distinta a la de los europeos y sus descendientes en las Américas. Usaron su inteligencia en entornos que requerían un uso diferente de sus capacidades, y ese factor tan importante, los Jensen del mundo lo descartan, no lo entienden. (Bárbara Coster, “Conferencias inéditas”, Frankfurt - NY: 1973-2003)
“Los trabajos de Daniel sirven para continuar investigando y delatando las muy tristes historias de los pueblos originarios. Muy triste lo que cuenta sobre los charrúas, quienes después de haber luchado por el beneficio del Uruguay, fuesen desterrados y vendidos como conejillos de indias y como artefactos para un espectáculo. Muy triste. Antes de Jensen estuvieron otros que usaron como excusas la ciencia para justificar sus prejuicios. Los nuevos cronistas, incluyendo a Daniel Mujica, tienen que seguir recogiendo información sobre las nuevas colonizaciones y delatando las anteriores. " (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
“Los alumnos y maestros intervenían directamente en todas las fases de la confección de los primeros libros. Cada libro, a su vez, era de cada uno y de toda la clase. En distintas etapas de su desarrollo lingüístico (véase evidencia tomada de la conceptualización y verbalización de la lecto-escritura entre niños y niñas de distintos países y grupos étnicos, raciales) el niño demuestra, al igual que los adultos, que el aprendizaje del lenguaje se mueve en una continua descontextualización del mismo hasta llegar a las abstracciones y logra la posibilidad de desvincular el yo del objeto discutido, categorizado. El lecto-escritor, al igual que el hablante, principiante empieza mezclando las funciones, signos, estilos, y significados, que paulatinamente se van aclarando y respondiendo o subvirtiendo los estándares de una comunidad en particular.
El hablante/lector/escritor va balanceando, comprendiendo la relación entre la conceptualización del yo y el entorno socio-histórico; el yo, su entorno y su historia”. (Bárbara Coster, “Conferencias inéditas”, Frankfurt - NY: 1973-2003)
“La oración fundamental del cristianismo, El Padre Nuestro, tiene dos versiones: San Lucas da de ella un texto breve (con cinco peticiones [cf Lc 11, 2-4]), San Mateo una versión más desarrollada (con siete peticiones [cf Mt 6, 9-13]). La tradición litúrgica de la Iglesia ha conservado el texto de San Mateo. Como resultado de los nuevos estudios teológicos, los hallazgos arqueológicos en el Oriente Medio y dado que los evangelios fueron escritos mucho después del asesinato de Cristo, hay quienes dudan sobre la veracidad de la segunda versión. Recuerda que ya para el siglo tercero después de la muerte de Cristo el cristianismo había sido consolidado y ciertos grupos comenzaron a ejercer control lingüístico e ideológico sobre los muy diversos y pluralistas cristianos primitivos, y que puede que hayan sobre-impuesto los intereses de ciertos grupos en particular sobre la versión original de Cristo.” (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
9.2. La Comunión
- Puede que lo que hicieron tus espíritus contigo en el Caribe sea lo mismo que lo hecho por los ritos en el cerro donde se encuentra el cementerio charrúa: me ayudaron a encontrar el camino dentro de ese laberinto que me ha tocado caminar.
- Ya empezaste con la crisis, no podrás dar marcha atrás.
El metal de voz de Daniel, estreñido, no cuadraba con su inteligencia, ni con su formación, donde el raciocinio era fundamental y que aplicaba con una impresionante frialdad; oía a sus interlocutores sin el continuo estar a la defensiva. Distinto a mí. Tan siempre a la defensiva, de guardia, al acecho. Él, flemático, desprendido del otro, podía esperar sin preocuparse, oía y recogía lo que le interesaba, esperaba, calculaba y respondía de acuerdo a sus intereses. Documentaba las historias, las vidas, los relatos, las leyendas de los pueblo originarios sin aparentemente sentirse afectado por los mismos.
"Durante una entrevista sobre las vidas de los habitantes en uno de los barrios populares de Montevideo, el crimen como tema, pocas personas quisieron hablar y quien lo hizo intercaló español estándar con frases dialectales montevideanas, 'Yo no sé nada. Y aunque supiera tampoco te diría, no me voy a regalar. Raja de acá porque te van a picar como a un queso. No me importa lo que seas, acá está todo el mundo caliente'. Estas formas de expresión popular, estas diferencias en el lenguaje, la música -en particular, la música de origen mestizo: la cumbia, la salsa, el reguetón- sirven para identificar los valores étnico-raciales, el mestizaje cultural, la influencia de pueblos originarios, afro-descendientes y de otras culturas populares en la vida americana. Estas transformaciones históricas, cambios en las percepciones del yo y la comunidad, se manifiestan en el dialecto plancha, el lenguaje de las clases mas propensas a fusionarse, transgredir." (Daniel Mujica. "El mestizaje cultural y las influencias de los pueblos originarios en el Uruguay contemporáneo", monografía inédita, 1984)
“Cuando Merton nos dice que el paraíso es simplemente la persona, su yo radical en su libertad, libre de inhibiciones, el yo que dejó de estar vestido con su ego, mueve la misma idea que por tantos siglos y culturas nos ha preocupado a un plano personal, uno que exige de eso yo una relación distinta con el otro, reta la doctrina y el absolutismo de los ritos tradicionales de la iglesia, fuera de supersticiones y objetos sagrados. Sus escritos reflejan unas muy modernas intuiciones, con su pluralidad de formas que no pertenecen a un solo tiempo o a un mundo exclusivo; infinitos laberintos, mitos, ritos, leyendas, criptografías que de cierta forma, algo mundana, sirven de explicación para poder entender la relación tan de cerca y simbiótica que tienen ustedes dos. Lo mestizo del arahuaco-africano-europeo-charrúa-guaraní, y sabrá Dios qué más, se aclara y se junta. Me atrevo jurar, que ustedes han empezado a reivindicar a Jabibonuco, Diego, Micaela, Guanina, y han retomado y redefinido la labor de, entre muchos, Madame K’lalud. Me rio, pero que Dios me perdone, si blasfemo.” (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
.
Gracias a la terapia primigenia, “primal therapy” pude explorar mis sensaciones y sentimientos, mis neurosis. En oposición a lo que proponían o siguen proponiendo los terapeutas más ortodoxos, el lenguaje como punto de partida. Cuando participé en los ritos afro-caribeños, se me activó un estado animo desagradable, que no podía atribuir a los espíritus solamente, que para poder entenderlo y explicarlo, necesitaba encajarlo en unos esquemas más amplios, que incluyesen los demás campos del saber, otras historias, otros pueblos, que ayudasen a que la tracción creada por las dos fuerzas opuestas dentro de mi cuerpo lograran integrarse.
“La tracción sobre la que escribe Bárbara Coster, se manifiesta en el plano individual, en lo vivido por dentro, en los controles de la voz. En el plano social, en los estudios de culturas, se puede argumentar que la tracción puede llevar a los cuerpos primero a un choque y luego a una integración, un mestizaje, una comunión, como los puede llevar a la locura, tanto a los que la estudian científicamente, como a sus sujetos. La practicada por un tal Francois Curel con un grupo de charrúas llevados a París en 1833, documentada por Paul Rivet en ‘Les Derniers Charrúas’ y en trabajos posteriores entre estudiantes de antropología e historia en Uruguay ayuda a delatar y revelar lo demencial de los controles religiosos, étnicos, lingüísticos, sexuales. Jabibonuco no fue el único que sufrió, o que siguen sufriendo, las consecuencias de esas tracciones.
La tracción causada por sus estudios y las mal informadas tradiciones llevan a Daniel a pensar que tiene que redimir sus pecados. La sensualidad no es pecado. Lo agobia su sexualidad y la mira de lejos, en otros, como mira a los guaraníes y a los charrúas en sus ritos y relatos. Los pecados no fueron los de sus antepasados. Fueron los de los grupos siniestros que los manipulaban. Su camino lo va llevando por un proceso de cambio, igual que a Jabibonuco.
No es tan atropellada su vida como fue la del eunuco, quien en menos de una generación vivió siglos de diferencias conceptuales sin tener la oportunidad de conocer todas las historias que le precedían. Jabibonuco no pudo asimilar e integrar en su ser un pasado tan complejo, ni pudo integrarse a los nuevos mundos, ni se lo permitieron. Daniel puede lograrlo.
Puede continuar con lo que Merton comenzó. El monje no se preocupó por los relatos pataquíes, el Popol Vuh o las versiones guaraníes, charrúas de la creación. La resurrección es la versión judeo-cristiana de la reencarnación y Daniel ha comenzado a entrelazar esas ideas mientras reencarna sin abandonar su cuerpo presente." (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
Los estudiantes de antropología, en su mayoría mucho más jóvenes que Daniel y menos preocupados por su genealogía, compartían pan, carnes, papas, porotos y mate. Distintos a Daniel, los estudiantes de aquella nueva generación no estaban tan separados de sus antepasados, sus múltiples y contradictorios antecesores.
A la voz temblorosa de Daniel le respondían, la tranquilizaban con una mano sobre su hombro, una tierna sonrisa, unas lágrimas, durante el relato que informaba sobre el asesinato de su antepasado charrúa por un tal Rivera, el ultraje de la esposa, la crianza de un bebé por una familia de inmigrantes canarios, cuyos recuerdos incluían el asesinato de los guanches en las islas africanas, el exilio en Francia, años más tarde, de un grupo de charrúas que habían luchado por la independencia del Uruguay, y terminaron en un circo, unos supuestos parientes lejanos en Lyon que reclamaban descender de aquellos guerreros que fueron tratados como mercancías, entretenimiento, objetos de burla y alegados estudios científicos.
Ser un extranjero en aquel círculo académico, con herencia arahuaca, vinculado a Jabibonuco y los otros antiguos eunucos caribeños, servía de memoria, y de separación a la vez. Preguntas sobre los guaraníes, los inmigrantes, la función de las iglesias, la búsqueda y clarificación de la identidad le daba a la toma de mate una sensación de comunión histórica. El ciclo se había completado: Daniel descubrió que el centrismo en la herencia europea le negó parte de su historia, la historia de todos.
Que aquella ira que sentía cuando hablaba con algunos compañeros estudiantes, o con los morochos o los negros, que trataba de explicar, de buscar su razón, que no se daba con todos, estaba ligada a lo que era su estatus de burgués, euro-descendiente, a que sentía que ellos, los pobres, no podían hablarle como si hubiesen igualdad de condiciones. Su incomodidad con su vida lo estaba desnudando. El antiguo cementerio de los charrúas sirvió de espejo y le quitó las ropas, lo trastornó. Dejó de hablar, imprevisto, empezó a llorar.
Si Gunter y su generación en Alemania fueron obligados por la guerra a desnudarse por completo, Daniel fue llevado por su incomodidad con su placentera vida de cuarentón culto, en medio de una crisis existencial, rodeado de dinero y objetos, soltero y sin responsabilidades, a unos documentos casi prohibidos, relatos, leyendas, que lo ayudaron a desenmascarar la distorsionada historia y una genealogía fragmentada, y que en aquel monte donde quizás había cuerpos enterrados, le devolvieron su sentido del ser.
Después del rito, los escalofríos, las conversaciones con los demás estudiantes, los dos, muy tranquilos, bajamos del cerro cerca de Piriápolis y regresamos en bus a Montevideo sin decir palabra, agarrados de manos como si nuestra historia fuese la misma. Los detalles no lo eran, la conjugación de los cuerpos sí nos unía.
“La información que me enviaste la comparti con nuestras hermanas aliadas en conventos franceses, pues estamos documentando los vínculos de la Iglesia a través de organizaciones como la Orden de Rodas, a la cual pertenecían Pigafetta, Rivera, y de Curel, con organizaciones contemporáneas que intentan imponer un control central sobre los pueblos y sus evoluciones. Para principios del siglo diecinueve, la iglesia se había movido de tener solamente intenciones evangelizadoras a apoyar las investigaciones científicas que comprobaran la superioridad de los cristianos, y se sospecha que hubo experimentos con miembros de pueblos originarios, desde los muy explícitos como fueron el traslado masivo de niños y jóvenes en el Canadá y los EEUU a campamentos educativos, hasta las supuestas investigaciones científicas con puertorriqueños, guatemaltecos durante los años treinta, cuarenta y cincuenta del siglo pasado; y durante el siglo diecinueve con miembros de algunas comunidades originarias en Uruguay, Paraguay, Argentina, Brasil.
De acuerdo a las hermanas en Francia, esa fue la intención de Francois de Curel cuando movió a Vaimacá, Senaqué, Tacuabé y Guyunusa a Francia en febrero de 1883. Sospechan las hermanas que una vez llevaron a cabo los experimentos, el tal Curel los vendió a un circo. Cuando tenga más información te la envío por correo electrónico. Te cuestionas por qué seguimos dentro de la Orden, pues porque de otra forma no podemos conseguir la información que necesitamos para delatar la extensa y siniestra red que ha participado en la supresión de información y destrucción de vidas y pueblos. Esa es nuestra verdadera labor religiosa. Es en lo que logro extasiarme.” (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
- ¿Crees que el que hayas estudiado en una escuela pública y yo en un exclusivo colegio católico sirva como factor para explicar las diferencias en nuestras actitudes, tan distintas, hacia la experiencia religiosa?
- En parte. Lo que queda muy claro que nos hemos movido ambos del animismo a la interioridad espiritual, de lo concreto a lo abstracto sin perder de vista el centro que nos guía, nos ata.
- Como los chicos que estudia Barbara Koster, el payaso es la letra o la letra es el payaso. Lo que no puedo negar es que los espíritus charrúas en el cementerio me obligaron a llorar.
- ¿Dónde comienza o terminan nuestras creencias y dónde comienzan lo que queremos conocer? Aunque no puedes negar que el porro que nos fumamos antes de subir al cerro ayudó un poco, ¿no crees?
- ¿Cuándo empezaste a hacer ejercicios de yoga?
- Cuando los curanderos me dieron un baño de aguas con plantas para ayudarme con mis muy volátiles estados de ánimo y terminé con una pulmonía.
- ¿Ya no vas a la iglesia?
- Con Jabibonuco terminó un ciclo. Cada experiencia religiosa responde a tus capacidades y las de tu entorno para comprender el misterio que presenta la espiritualidad, y en mi caso particular, los palos santos, las hojas de campana, los archivos incinerados por Sor Bernarda, los curanderos me obligaron a moverme sin perder el interés de entender eso que llamamos lo sagrado, la espiritualidad.
- ¿Quieres quedarte conmigo antes de que regreses a Nueva York?
9.3. El Éxtasis
“I-Yará pasó por la tierra y al ver despoblado un lugar tan hermoso, sintió un placer inexplicable y decidió llevar a Tupá un trozo de tierra. Tupá al tocar la tierra evolucionó, y en su máxima experiencia, se expandió, cubrió todo, amansó la tierra y le dio forma humana, creó dos hombres destinados a poblar la región. Uno era blanco y lo llamó Morotí, y al otro de color rojizo, Pitá.” (Daniel Mujica, “Leyendas, ritos y mestizaje de los pueblos originarios y sus efectos en el Uruguay contemporáneo.” Monografía Inédita, 1980)
Vimos, primero, Teorema, una película de Passolini que trata sobre un extraño visitante que llega donde una familia de buena posición económica. Con su atractivo físico, exuberancia, dotes y carisma personal, les va seduciendo uno por uno: a la criada, al hijo, a la hija, a la madre y al padre. Después que la familia cae en sus redes, el visitante se va y la familia se queda desorientada, desubicada, sin saber cómo continuar con sus existencias. Una especie de éxtasis los había arropado y luego a tratar de entender sus vidas. Pasamos la noche juntos, yo viajaba al otro día, regresaba a Nueva York.
- ¿Y?
- Nos quitamos la ropa, estudiamos los cuerpos, nos fumamos un porro, comentamos sobre el tamaño de los penes, lo sólidos o flácido de masa en las nalgas, los vellos, el pecho lampiño.
- Evita los detalles por ahora, que quiero ver los nuevos diseños de Nito Maldonado, los tienen en rebajas.
- Las rebajas están en el sótano y estamos en el segundo piso.
- ¿Y no tuvieron relaciones íntimas?
- No. Preferimos conocer nuestros cuerpos y las actitudes hacia los mismos, lo pasivo versus lo activo, lo versátil versus los roles definidos. Fumábamos, nos reíamos.
- Para, sigues luego, vamos a ver los nuevos zapatos que me recuerdan a las nenas de Degas. No sé por qué, pero me las recuerdan. Deben ser las puntas. ¿Desnudos, sin sexo?
- El deseo es tan objetivo como el pene parado. Es cuestión de poner freno y hablar sobre el mismo. El porro ayudaba. La noche pasó sin tener que llegar a ese tipo de entrega, de comunicación física.
-¿Comunicación física? Antes le llamaban venirse. Mira, muero, me extasío frente a los nuevos muebles que trajeron de Milán. Cuidado que no te tumben las brujas del East Side.
- Deseo sexual no faltaba. No era nuestro plan.
- Te entiendo. Yo no tengo que comprar para sentir el éxtasis que me activan los diseños. Vamos ahora al sótano, que es donde único mi presupuesto me permite comprar. ¿Se van a ver de nuevo?
- No sé. Lee mi cuento basado en Corín Tellado y tendrás la respuesta.
- Lo vas a ver, lo sé.
“Dile a Daniel que no le tema al amor carnal, que siempre ha sido parte de nosotros, de la colonización y de vuestra colonización. En mis lecturas sobre El Santo Oficio en las Américas encontré una epístola, Mundus novus, escrita por Américo Vespucio, quien cuenta que las mujeres de los pueblos originarios eran ‘lujuriosas’, que lograban ‘hinchar los miembros de sus maridos de tal modo que parecen deformes y brutales y esto con cierto artificio suyo’, que andaban desnudas, eso lo sabemos, que eran libidinosas, y que cuando se juntaban con los con cristianos eran ‘llevadas de su mucha lujuria’ y que ellas ‘todo el pudor de aquellos (los cristianos) manchaban y abatían.’ Por Dios, ellas eran las culpables de todo los que los indefensos colonizadores hacían. Ámense los unos a los otros.” (Sor Bernarda del Castillo, correos electrónicos inéditos)
- Nos abrazamos.
- ¿Desnudos?
- Sí. No duró mucho el abrazo.
- ¿Cómo puedes controlarte? Ahí es cuando me enrosco y no me despega ni un rayo
- Eros no es solo sexo. Es conocer al otro cuerpo, al otro ser con quien te empatas.
- Perdona la indiscreción, se les paró.
- Por supuesto, nos separamos y dejamos que se bajaran mientras oíamos a Bajofondo
- Me ahogo. Me vas a obligar a ver porno o exploto. Respiro. Vamos. Deja que me concentre en Galiano. Mira como fusiona espacios, formas y épocas. No se sabe si es un arquitecto con telas, un escultor, si estás en casa de la Pompadour, un palacio en Kyoto, o en un carrusel. Lo que sí se sabe, es que estás en esta época. Distinto a la Nito Maldonado, cosiendo guayaberas. Tan monotemática, étnica.
- Tangos y milongas, y una hermosa tarde y noche en Montevideo.
- Para, no sigas, que necesito ver otro Galiano. Sus ángulos, esferas me matan. Floto ante sus tonos y con esas formas que se transforman.
Las sombras se formaban y movían con los cambios de la luz que entraba por las ventanas. Proyectada sobre su cuerpo, la luz del atardecer, del verano austral, abrillantada por el río, el inmenso La Plata, lentamente dibujaba sobre el piso de baldosas blancas y negras, delineaba sus movimientos, su figura masculina, sus extremidades, su miembro. Los matices de las texturas de su piel eran mirados de lejos; luego, sentidos con las yemas de los dedos, mis brazos extendidos. Él, recostado, boca arriba. Yo, sentado a su lado, a dos pies de distancia, lo acariciaba. No hablábamos. Sentíamos el ser, el estar juntos. Él temblaba ligeramente, se retorcía, ondulaba. Luego yo me recostaba en el sofá, en otro lado del piso. Él me miraba, se acercaba, me tocaba. Nos repetíamos por horas y horas, con una ausencia de tiempo.
(© Gerardo Torres Rivera, Nueva York, septiembre 2014
ESOPO EN EL CARIBE: 1493-2016
Quiso ser libre. No lo dejaban, miraba las letras a lo lejos, las fue nombrando, puso juntas, se enamoró de ellas.
Los conquistadores españoles cortaron sus pestañas para que no parpadeara, extirparon su lengua para que no hablara, lo marcaron con el carimbo para saber donde estaba.
Abrió la boca, las llamaba con los labios, y ellas donde él se acercaron, hablaron: "vete de aquí", dijeron unas; "cuídate de nosotras, no todas son buenas", dijeron otras, "no puedes ser otro, acepta tu destino", dijeron las últimas.
Sin pestañas, su lengua cortada, por dentro muy dentro, encontró sus letras, la respuesta: "cambia tu destino, y luego si así lo deseas, escribe tu historia, busca otro camino". Y así hizo: sin pestañas, ni lengua, ni destino.
Los conquistadores españoles cortaron sus pestañas para que no parpadeara, extirparon su lengua para que no hablara, lo marcaron con el carimbo para saber donde estaba.
Abrió la boca, las llamaba con los labios, y ellas donde él se acercaron, hablaron: "vete de aquí", dijeron unas; "cuídate de nosotras, no todas son buenas", dijeron otras, "no puedes ser otro, acepta tu destino", dijeron las últimas.
Sin pestañas, su lengua cortada, por dentro muy dentro, encontró sus letras, la respuesta: "cambia tu destino, y luego si así lo deseas, escribe tu historia, busca otro camino". Y así hizo: sin pestañas, ni lengua, ni destino.
Saturday, April 9, 2016
Odia a la Mariguana
-¿Por qué fumas mariguana?
- No sé.
-¿Por qué te alivia la glaucoma?
-No.
-¿Por qué tranquiliza tus nervios?
-No.
-¿Por qué abre el apetito de los enfermos?
-No.
-¿Por qué fuiste medio hippy?
-No.
-¿Y por qué?
-Porque me da la gana.
- No sé.
-¿Por qué te alivia la glaucoma?
-No.
-¿Por qué tranquiliza tus nervios?
-No.
-¿Por qué abre el apetito de los enfermos?
-No.
-¿Por qué fuiste medio hippy?
-No.
-¿Y por qué?
-Porque me da la gana.
PALABRAS AJENAS
Me dejaste solo
Me dejaste solo
Rodeado de palabras
Callan mi voz
Ellas, solo ellas hablan
Recuerdan nuestra primera cama
El Hotel Palace de San Juan
En Ponce, nuestro primer cine
En Santa María me juraste amor eterno
Te creí. Junto a otros te creí
El último te quiero, en Montevideo
De recuerdo, las palabras siguen molestas
Por estar sin ti
Conmigo, ellas hablan, se quejan
Silencian las mías.
La versión gay del Uncle Tom
no es conocido como Oscar Wilde
vende su alma y su cuerpo
para comprar su felicidad en el paraíso.
La versión gay del Uncle Tom
viste uniformes del ejército
saluda con el brazo tenso, estirado
la mano derecha apuntando hacia el cielo.
La versión gay del Uncle Tom
toma pastillas para relajarse
trinca sus nalgas para que no detecten
sus movimientos del culo.
vende su alma y su cuerpo
para comprar su felicidad en el paraíso.
La versión gay del Uncle Tom
viste uniformes del ejército
saluda con el brazo tenso, estirado
la mano derecha apuntando hacia el cielo.
La versión gay del Uncle Tom
toma pastillas para relajarse
trinca sus nalgas para que no detecten
sus movimientos del culo.
Friday, April 8, 2016
JABIBONUCO: 2. EL ILDÉ
2. El Ildé
"Orula era el babalawo más famoso de su comarca, y el rey lo mandó a buscar. Orula se negaba, se negaba, se negaba a ir. Hasta que un día Oshún se ofreció para ir a buscarlo. Se apareció de visita en la casa del babalawo, y como de conversación en conversación se le hizo tarde, le pidió que la dejara dormir en su cama aquella noche. Oshún se despertó muy temprano y puso el ékuele y el iyefá en su pañuelo. Cuando el babalawo se despertó, Oshún le anunció que ya se tenía que marchar. Orula se había prendado de la hermosa mulata y consintió en acompañarla un trecho del camino.”
Culipandeando sus enormes caderas, la señora, con celular en mano, desde el muelle en Santo Tomás, Islas Vírgenes de los USA, esperaba que la viniesen a recoger unos parientes, residentes en la hoy nada virginal isla, y relataba los ir y venir de su viaje por el Caribe antes de llegar a este puerto.
"Avistamos la inmensa bahía - la que una vez fue ruta comercial y frontera de los arahuacos y la última isla visitada por Madame K’lalud - el quinto día del Señor, un diecinueve de octubre del corriente año, después de la enorme goleta haber navegado unas cuantas leguas, y zarpado del puerto de la Martinica."
El crucero hace paradas en Saint Domingue, San Tomás, Santa Cruz, San Bartolomé, Trinidad, Curazao, Puerto Rico, Roatán; islas que siempre andan reinventando, descubriendo sus identidades; islas llenas de espíritus, los que hace siglos fueron asesinados: memorias de cientos de miles de arahuacos, africanos, mestizos, eunucos y de Madame K'lalud.
Puede que sea Yaya, más allá de las lenguas, quien los mantenga atados. Puede que sea Atabey quien les provee la tierra y sus alimentos. Puede que los collares de camándulas que cuelgan de sus cuellos hayan llegado con sus vecinos, los que una vez también cruzaron estos mares, este mar, para terminar enredados con ellos, con otros, con los palos santos. Puede que haya sido Madame K'lalud.
"En la islas de Barlovento, Madame K'lalud se une a los guerreros garífunas y participa en las batallas contra los colonizadores ingleses. Pierden la guerra, pero no su dignidad, su orgullo, y no se dejan someter. En el trayecto del destierro que sufren los garífunas, forzados a vivir en las costas de Centro América, pierden contacto físico con la hija de Tembandumba, pero no con el 'calabó y bambú, bambú y calabó' que ella cantaba. Tampoco perdieron contacto con lo que ellos le entregaron para que lo protegiera, los protegiera, la protegiera: el guanín de sus antepasados caribes."
Fe, Esperanza y Caridad forman un círculo de oración, alrededor del sagrado árbol; reducen los mundos a su núcleo: el Caribe y sus ceibas, mar de todos nosotros, árbol genético, árbol que las pone a bailar, a tirarse al piso, a hablar lenguas, a estar en el presente, pasado y futuro a la misma vez.
No hace tanto que partimos de otro puerto, otra isla, todos los que en viaje al Caribe, atraídos por el deslumbre, la extravagancia que los cruceros sugieren: cromo, laminados, brillo en las paredes, escaleras, cuartos, salones, cafeterías, salas, techos y pasillos buscan vivir otras vidas, revivir anteriores, encontrar las nuevas.
Otros buscan alejarse de la rutina para terminar convirtiendo su viaje en nuevas rutinas: leen en las terrazas, se levantan y acuestan temprano, asisten a los programas culturales que el crucero ofrece, juegan en el casino. Los menos quieren llegar de un punto a otro: de Nueva York a San Juan, de San Juan a Dominica, de Dominica a Roatán, y luego seguir camino. Y hay quienes solo desean abandonar sus espacios, tanto los físicos como los existenciales; a ver lo que encuentran en la marcha, sin importar tanto su destino como haberse alejado y encontrar nuevas rutas.
"A las seis horas llegamos aquí a la isla. A ver la isla; que si las otras ya vistas son muy hermosas y verdes y fértiles, ésta es mucho más y de grandes arboledos y muy verdes. Aquí es unas grandes lagunas, y sobre ellas y a la rueda es el arboledo en maravilla, y aquí y en toda la isla son todos verdes y las hierbas como el abril en Andalucía; y el cantar de los pajaritos que parece que el hombre nunca se quería partir de aquí, y las manadas de los papagayos que oscurecen el sol; y aves y pajaritos de tantas maneras y tan diversas que es una maravilla. Y después hay árboles de mil maneras y todos dan de su manera fruto, y todos huelen que es maravilla, que yo estoy el más penado del mundo de no los conocer porque soy bien cierto que todos son cosa de valía y de ellos traigo la demuestra, y asimismo de las hierbas."
En el crucero los amantes clandestinos no se conocieron en los distintos bares con pistas de baile que ofrece el inmenso barco. No fueron a practicar los pasos aprendidos en Arthur Murray, al estilo de la pareja de jubilados, quienes todas las tardes bailan guiados por pasos geométricos, programados, movimientos rápidos de caras, brazos, manos, de izquierda a derecha.
"Andando así en cerco de una de estas lagunas, vi una sierpe, la cual matamos. Ella como nos vio se echó en la laguna, nos le seguimos dentro, porque no era muy honda, hasta que con lanzas la matamos; es de siete palmos en largo; creo que de estas semejantes hay aquí en estas lagunas muchas. Después se llegaron a nos unos hombres de ellos, y uno se llegó aquí. Yo di unos cascabeles y unas cuentecillas de vidrio y quedo muy contento y muy alegre; y porque la amistad creciese más y los requiriese algo, le hice pedir agua."
En el preciso momento en que dan la vuelta, la pareja estira los brazos hacia afuera, arriba, abajo, y los vuelven a subir para anunciar otro movimiento, un nuevo ángulo. Su meta, bailar por mares y barcos; bailar en cualquier lado, practicar los pasos de “ballroom dance” con su lenguaje programado, numerado,
"Estaban todos desnudos y en parejas abrazándose unos a otros como si fuesen mujer e hombre en mandato cristiano. que después de bien mirado todo lo que aquí he dicho, que no es toda burla lo que escribo acerca de lo acaecido en la ysla de los Caribes donde iban a vivir los eunucos y sus aparejados, torne a proseguir mi relación, porque la verdadera política y agraciado componer es decir verdad en lo que he escrito. La Goleta que nos seguía entró por otra bahia, tomándonos de sorpresa, y matando a todos los hombres que alli se encontraban, y bajo los ruegos de mi persona, explicándole quien era nuestro mas fiel sirviente e inocente creyente, el Capitán don Felipe de Torres i Rivera le perdonó la vida a Jabibonuco quien lloraba desonsoladamente al ver que su mas querida pareja, don Diego de Sotomayor era quemado en una hoguera junto a los demás hombres que aquella isla poblaban.”
En el trayecto, junto a las piscinas y bares al aire libre, el hombre que se acerca a otro, lo saluda con cordialidad y le pregunta si se siente mejor hoy día, anda buscando entablar conversación, mitigar la soledad o reafirmar lo prometido la noche anterior. El abordado, asombrado, responde que sí, con frialdad, luego calla y casi obliga al otro a despedirse. Quien responde, el abordado, se vira y con cara de sorprendido, molesto, le dice a una mujer, su esposa, quizás, que no sabe quién es esa persona.
"Madame K'lalud siguió camino, otras islas, otros lenguajes, otras plantaciones, más al sur. el mismo propósito. No pensaba cortar caña. Sus intenciones eran otras.”
Puede que los dos hombres se hayan conocido anoche en uno de los menos frecuentados bares del crucero, donde llegan los que buscan sus iguales o aquellos que esconden sus amores, sus deseos, el lado de su vida que los asusta, que a veces niegan; huyen a otros lugares, viven vidas clandestinas.
“Relaçion general que este fiel servidor Marques de Bobadilla hago para le ynformar a nuestro representante en la tierra el Obispo de la isla de Saint Joan y a los señores de su rreal consejo de yndias de las cosas subçedidas e la da ysla de los Caribes dende que por el mandato partia conocer y atestigua las sobre como vivian los indios en pareja con los hombres cristianos della tan diabolica isla ”
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-3-la-flor-de-la-campana.html
"Orula era el babalawo más famoso de su comarca, y el rey lo mandó a buscar. Orula se negaba, se negaba, se negaba a ir. Hasta que un día Oshún se ofreció para ir a buscarlo. Se apareció de visita en la casa del babalawo, y como de conversación en conversación se le hizo tarde, le pidió que la dejara dormir en su cama aquella noche. Oshún se despertó muy temprano y puso el ékuele y el iyefá en su pañuelo. Cuando el babalawo se despertó, Oshún le anunció que ya se tenía que marchar. Orula se había prendado de la hermosa mulata y consintió en acompañarla un trecho del camino.”
Culipandeando sus enormes caderas, la señora, con celular en mano, desde el muelle en Santo Tomás, Islas Vírgenes de los USA, esperaba que la viniesen a recoger unos parientes, residentes en la hoy nada virginal isla, y relataba los ir y venir de su viaje por el Caribe antes de llegar a este puerto.
Para esta señora y su familia de viajeros no hay tours programados. Tienen familia en las islas, miembros de las diásporas que se desplazan o son desplazados por todo el mar de las Antillas, y aprovechan las paradas en las islas para visitarlos, pasar un día con ellos, y seguir camino.
“Orula caminaba y conversaba con la seductora mulata, hasta que llegaron a un río, el el babalawo le dijo que no podía continuar, ya que para cruzar debía consultar con el ékuele para saber si debía hacerlo o no. Ahí fue cuando Oshún le enseñó lo que había traído en el pañuelo y Orula quedó se convenció, y siguió a la diosa, cruzó el río y llegó donde el rey, que desde hacía mucho estaba preocupado por las actividades de sus enemigos políticos, quería preguntar si habría guerra o no en su país, y en caso de haberla, quién sería el vencedor y cómo podría identificar a los que le eran leales. Orula tiró el ékuele y le dijo al rey que debía ofrendar dos eyelé y oú. Luego de limpiar al rey con las palomas, regó el algodón en pequeños pedazos. Orula, entonces le dijo al rey que no tendría problemas, que saldría victorioso de la guerra civil que se avecinaba. Luego le dijo que se fijara en todos sus súbditos, y que aquellos que tenían algodón en la cabeza le eran fieles. De esta manera Obegueño, que así se llamaba el rey, gobernó en aquel país hasta el día de su muerte."
Las olas que la muy voluptuosa rubia señora nórdica causó cuando se metió en la piscina llegaron hasta la endilgada quinceañera y bañaron la cola del blanco y rebuscado traje. Las tres de la tarde no es la hora más indicada para tomar fotos en el área de las piscinas, pero cómo le tocaba cenar en el turno de las seis, programado de antemano, fue las tres la hora que le asignaron para las fotos al grupo de boricuas que celebraba el cumpleaños de la nena.“Orula caminaba y conversaba con la seductora mulata, hasta que llegaron a un río, el el babalawo le dijo que no podía continuar, ya que para cruzar debía consultar con el ékuele para saber si debía hacerlo o no. Ahí fue cuando Oshún le enseñó lo que había traído en el pañuelo y Orula quedó se convenció, y siguió a la diosa, cruzó el río y llegó donde el rey, que desde hacía mucho estaba preocupado por las actividades de sus enemigos políticos, quería preguntar si habría guerra o no en su país, y en caso de haberla, quién sería el vencedor y cómo podría identificar a los que le eran leales. Orula tiró el ékuele y le dijo al rey que debía ofrendar dos eyelé y oú. Luego de limpiar al rey con las palomas, regó el algodón en pequeños pedazos. Orula, entonces le dijo al rey que no tendría problemas, que saldría victorioso de la guerra civil que se avecinaba. Luego le dijo que se fijara en todos sus súbditos, y que aquellos que tenían algodón en la cabeza le eran fieles. De esta manera Obegueño, que así se llamaba el rey, gobernó en aquel país hasta el día de su muerte."
"Avistamos la inmensa bahía - la que una vez fue ruta comercial y frontera de los arahuacos y la última isla visitada por Madame K’lalud - el quinto día del Señor, un diecinueve de octubre del corriente año, después de la enorme goleta haber navegado unas cuantas leguas, y zarpado del puerto de la Martinica."
El crucero hace paradas en Saint Domingue, San Tomás, Santa Cruz, San Bartolomé, Trinidad, Curazao, Puerto Rico, Roatán; islas que siempre andan reinventando, descubriendo sus identidades; islas llenas de espíritus, los que hace siglos fueron asesinados: memorias de cientos de miles de arahuacos, africanos, mestizos, eunucos y de Madame K'lalud.
“Madame K’lalud abandonó el liberado Haití, protegida por los oroshas y orientada por su babalawo, en una yola que la llevó hasta una pequeña goleta de carga, y en la misma viajó escondida entre los esclavos, especies y todo tipo de mercancía que la goleta transportaba y comercializaba, contrabandos, entre la Luisiana y las islas. Cerca de la isla de San Juan de Puerto Rico, Madame K’lalud desembarcó tarde en la noche, y en nuevas yolas fue recogida por cimarrones y otros aliados anti-esclavistas.”
Los fragmentos que conforman la historia, sus historias, sus gentes, se encuentran en un sincretismo antillano, con ritos y creencias que trascienden sus orígenes: algo de cristianismo, algo de dioses yorubas, algo de espíritus arahuacos, eunucos y palos santos.
"Orula apostó con Olofin a que el maíz tostado daba frutos. Olofin estaba seguro de que era imposible que el maíz tostado germinara, aceptó la apuesta muy seguro de que iba a ganar. Orula llamó a Eleguá y a Shangó y se puso de acuerdo con ellos para ganarle la apuesta a Olofin. Orula acudió con un saco de maíz tostado y lo sembró. Por la noche Shangó hizo que el cielo tronara y ayudado por la luz de los relámpagos, Eleguá cambió todos los granos, puso otros en perfecto estado. Después de unos cuantos días, una mañana Olofin le dijo a Orula que irían a ver si el maíz tostado había germinado. Olofin, cuando vio que los granos que Eleguá había sembrado comenzaban a germinar, el pagó la apuesta a Orula, quien luego, la compartió con Shangó y Eleguá."
La trigueña familia, vestida a la usanza de grand ball en country club norteamericano, lucía algo incómoda, fuera de sitio. El vapor y la humedad de la tarde, el bochorno caribeño, rizaron los estirados pelos y derritieron las blancuzcas máscaras que servían de maquillaje a las enjoyadas señoras de traje largo. El color de su piel, sus acentos criollos y el despojo espiritual que un miembro del séquito hizo bien temprano en la mañana: alzó el medallón, una versión moderna del guanín, que le cuelga sobre su cuerpo, lo suelta, mueve las manos y brazos hacia fuera, los eleva, los mueve sobre la cabeza hasta apuntar hacia el cielo para limpiar el cuerpo de malos espíritus. Un despojo antes de salir a cenar, los distinguía de los pasajeros europeos y norteamericanos.
"Madame K’lalud, hija de Tembandumba, estaba al tanto que en la última y fiel colonia española, una de las cédulas de gracia emitidas por las cortes de Cádiz permitía que todo esclavo que escapara podía asentarse en unos de los mangles designados para los que, aunque libertos, trabajaran en la plantaciones de caña de azúcar."
No eran fiestas de cumpleaños ni jugar en los casinos lo que llevó a Fe, Esperanza y Caridad, tres cubanas tras un palo santo, a viajar por las distintas islas en busca de una dirección espiritual, hasta que los hombres y mujeres que conversan en otras lenguas las cambiaron de rumbo.. La trigueña familia, vestida a la usanza de grand ball en country club norteamericano, lucía algo incómoda, fuera de sitio. El vapor y la humedad de la tarde, el bochorno caribeño, rizaron los estirados pelos y derritieron las blancuzcas máscaras que servían de maquillaje a las enjoyadas señoras de traje largo. El color de su piel, sus acentos criollos y el despojo espiritual que un miembro del séquito hizo bien temprano en la mañana: alzó el medallón, una versión moderna del guanín, que le cuelga sobre su cuerpo, lo suelta, mueve las manos y brazos hacia fuera, los eleva, los mueve sobre la cabeza hasta apuntar hacia el cielo para limpiar el cuerpo de malos espíritus. Un despojo antes de salir a cenar, los distinguía de los pasajeros europeos y norteamericanos.
"Madame K’lalud, hija de Tembandumba, estaba al tanto que en la última y fiel colonia española, una de las cédulas de gracia emitidas por las cortes de Cádiz permitía que todo esclavo que escapara podía asentarse en unos de los mangles designados para los que, aunque libertos, trabajaran en la plantaciones de caña de azúcar."
Los dogmas enmarcan. Los palos santos aclaran. Los bohiques, babalawos, santiguadores dirigen.
Fe, Esperanza y Caridad llegan hasta San Juan de Puerto Rico y caminan por la Calle Loíza, al mando de sus tacos, en busca de Altagracia, oriunda de otro San Juan, el de la Maguana en la República Dominicana, donde un palo santo las dirigió hacia Altagracia, quien tiene dones, cura males, espanta los malignos y atrae seres de luz. En su patio tiene una ceiba que ilumina los caminos.
"El pueblo le deseaba la muerte Orula, pero como Orula, que es adivino, vio la suerte en el tablero con sus dieciséis nueces y decidió que tenía que hacer una ceremonia de rogación con un ñame, y con los pelos de la vianda, untarse la cara. Ikú vino por primera vez buscando a Orula y él mismo le dijo que allí no vivía ningún Orula. La Muerte se fue. Ikú estuvo averiguando y pudo darse cuenta de que Orula lo había engañado. Ikú regresó. Orula la vio regresar y la invitó a comer, le sirvió una gran cena con mucha bebida. Como comió y bebió tanto, Ikú se quedó dormida. Y ahí Orula se aprovechó y le robo la mandarria con que Ikú mataba a la gente. Cuando se despertó, Ikú se dio cuenta que le faltaba la mandarria. Ya que sin este instrumento Iku no era nadie, Orula le dijo que se la devolvería si prometía que no mataría a ninguno de sus hijos, a menos que él lo autorizara. Es por eso que la Muerte se cuida mucho de llevarse al que tiene puesto un idé de Orula."
El medallón que el guía de los turistas tiene colgado en el cuello está hecho de plástico, es una copia de los guanín que usaban los bohiques en los pueblos araguacus. En la isla de Dominica, el descendiente de los Caribes lleva a los viajeros del crucero, después de pasar por las comunidades de afro-dominicos y zonas urbanas, hasta su territorio en las montañas.
Su identidad marcada por la historia estaba más fija en su físico, que en su cultura. Hablan inglés y criollo. ¿Hasta cuánto atrás en el tiempo pueden llegar si el idioma que recoge las vidas de todos los días es el de otro?Fe, Esperanza y Caridad llegan hasta San Juan de Puerto Rico y caminan por la Calle Loíza, al mando de sus tacos, en busca de Altagracia, oriunda de otro San Juan, el de la Maguana en la República Dominicana, donde un palo santo las dirigió hacia Altagracia, quien tiene dones, cura males, espanta los malignos y atrae seres de luz. En su patio tiene una ceiba que ilumina los caminos.
"El pueblo le deseaba la muerte Orula, pero como Orula, que es adivino, vio la suerte en el tablero con sus dieciséis nueces y decidió que tenía que hacer una ceremonia de rogación con un ñame, y con los pelos de la vianda, untarse la cara. Ikú vino por primera vez buscando a Orula y él mismo le dijo que allí no vivía ningún Orula. La Muerte se fue. Ikú estuvo averiguando y pudo darse cuenta de que Orula lo había engañado. Ikú regresó. Orula la vio regresar y la invitó a comer, le sirvió una gran cena con mucha bebida. Como comió y bebió tanto, Ikú se quedó dormida. Y ahí Orula se aprovechó y le robo la mandarria con que Ikú mataba a la gente. Cuando se despertó, Ikú se dio cuenta que le faltaba la mandarria. Ya que sin este instrumento Iku no era nadie, Orula le dijo que se la devolvería si prometía que no mataría a ninguno de sus hijos, a menos que él lo autorizara. Es por eso que la Muerte se cuida mucho de llevarse al que tiene puesto un idé de Orula."
El medallón que el guía de los turistas tiene colgado en el cuello está hecho de plástico, es una copia de los guanín que usaban los bohiques en los pueblos araguacus. En la isla de Dominica, el descendiente de los Caribes lleva a los viajeros del crucero, después de pasar por las comunidades de afro-dominicos y zonas urbanas, hasta su territorio en las montañas.
Puede que sea Yaya, más allá de las lenguas, quien los mantenga atados. Puede que sea Atabey quien les provee la tierra y sus alimentos. Puede que los collares de camándulas que cuelgan de sus cuellos hayan llegado con sus vecinos, los que una vez también cruzaron estos mares, este mar, para terminar enredados con ellos, con otros, con los palos santos. Puede que haya sido Madame K'lalud.
"En la islas de Barlovento, Madame K'lalud se une a los guerreros garífunas y participa en las batallas contra los colonizadores ingleses. Pierden la guerra, pero no su dignidad, su orgullo, y no se dejan someter. En el trayecto del destierro que sufren los garífunas, forzados a vivir en las costas de Centro América, pierden contacto físico con la hija de Tembandumba, pero no con el 'calabó y bambú, bambú y calabó' que ella cantaba. Tampoco perdieron contacto con lo que ellos le entregaron para que lo protegiera, los protegiera, la protegiera: el guanín de sus antepasados caribes."
Fe, Esperanza y Caridad forman un círculo de oración, alrededor del sagrado árbol; reducen los mundos a su núcleo: el Caribe y sus ceibas, mar de todos nosotros, árbol genético, árbol que las pone a bailar, a tirarse al piso, a hablar lenguas, a estar en el presente, pasado y futuro a la misma vez.
No hace tanto que partimos de otro puerto, otra isla, todos los que en viaje al Caribe, atraídos por el deslumbre, la extravagancia que los cruceros sugieren: cromo, laminados, brillo en las paredes, escaleras, cuartos, salones, cafeterías, salas, techos y pasillos buscan vivir otras vidas, revivir anteriores, encontrar las nuevas.
Otros buscan alejarse de la rutina para terminar convirtiendo su viaje en nuevas rutinas: leen en las terrazas, se levantan y acuestan temprano, asisten a los programas culturales que el crucero ofrece, juegan en el casino. Los menos quieren llegar de un punto a otro: de Nueva York a San Juan, de San Juan a Dominica, de Dominica a Roatán, y luego seguir camino. Y hay quienes solo desean abandonar sus espacios, tanto los físicos como los existenciales; a ver lo que encuentran en la marcha, sin importar tanto su destino como haberse alejado y encontrar nuevas rutas.
"A las seis horas llegamos aquí a la isla. A ver la isla; que si las otras ya vistas son muy hermosas y verdes y fértiles, ésta es mucho más y de grandes arboledos y muy verdes. Aquí es unas grandes lagunas, y sobre ellas y a la rueda es el arboledo en maravilla, y aquí y en toda la isla son todos verdes y las hierbas como el abril en Andalucía; y el cantar de los pajaritos que parece que el hombre nunca se quería partir de aquí, y las manadas de los papagayos que oscurecen el sol; y aves y pajaritos de tantas maneras y tan diversas que es una maravilla. Y después hay árboles de mil maneras y todos dan de su manera fruto, y todos huelen que es maravilla, que yo estoy el más penado del mundo de no los conocer porque soy bien cierto que todos son cosa de valía y de ellos traigo la demuestra, y asimismo de las hierbas."
En el crucero los amantes clandestinos no se conocieron en los distintos bares con pistas de baile que ofrece el inmenso barco. No fueron a practicar los pasos aprendidos en Arthur Murray, al estilo de la pareja de jubilados, quienes todas las tardes bailan guiados por pasos geométricos, programados, movimientos rápidos de caras, brazos, manos, de izquierda a derecha.
"Andando así en cerco de una de estas lagunas, vi una sierpe, la cual matamos. Ella como nos vio se echó en la laguna, nos le seguimos dentro, porque no era muy honda, hasta que con lanzas la matamos; es de siete palmos en largo; creo que de estas semejantes hay aquí en estas lagunas muchas. Después se llegaron a nos unos hombres de ellos, y uno se llegó aquí. Yo di unos cascabeles y unas cuentecillas de vidrio y quedo muy contento y muy alegre; y porque la amistad creciese más y los requiriese algo, le hice pedir agua."
En el preciso momento en que dan la vuelta, la pareja estira los brazos hacia afuera, arriba, abajo, y los vuelven a subir para anunciar otro movimiento, un nuevo ángulo. Su meta, bailar por mares y barcos; bailar en cualquier lado, practicar los pasos de “ballroom dance” con su lenguaje programado, numerado,
"Estaban todos desnudos y en parejas abrazándose unos a otros como si fuesen mujer e hombre en mandato cristiano. que después de bien mirado todo lo que aquí he dicho, que no es toda burla lo que escribo acerca de lo acaecido en la ysla de los Caribes donde iban a vivir los eunucos y sus aparejados, torne a proseguir mi relación, porque la verdadera política y agraciado componer es decir verdad en lo que he escrito. La Goleta que nos seguía entró por otra bahia, tomándonos de sorpresa, y matando a todos los hombres que alli se encontraban, y bajo los ruegos de mi persona, explicándole quien era nuestro mas fiel sirviente e inocente creyente, el Capitán don Felipe de Torres i Rivera le perdonó la vida a Jabibonuco quien lloraba desonsoladamente al ver que su mas querida pareja, don Diego de Sotomayor era quemado en una hoguera junto a los demás hombres que aquella isla poblaban.”
En el trayecto, junto a las piscinas y bares al aire libre, el hombre que se acerca a otro, lo saluda con cordialidad y le pregunta si se siente mejor hoy día, anda buscando entablar conversación, mitigar la soledad o reafirmar lo prometido la noche anterior. El abordado, asombrado, responde que sí, con frialdad, luego calla y casi obliga al otro a despedirse. Quien responde, el abordado, se vira y con cara de sorprendido, molesto, le dice a una mujer, su esposa, quizás, que no sabe quién es esa persona.
"Madame K'lalud siguió camino, otras islas, otros lenguajes, otras plantaciones, más al sur. el mismo propósito. No pensaba cortar caña. Sus intenciones eran otras.”
Puede que los dos hombres se hayan conocido anoche en uno de los menos frecuentados bares del crucero, donde llegan los que buscan sus iguales o aquellos que esconden sus amores, sus deseos, el lado de su vida que los asusta, que a veces niegan; huyen a otros lugares, viven vidas clandestinas.
“Relaçion general que este fiel servidor Marques de Bobadilla hago para le ynformar a nuestro representante en la tierra el Obispo de la isla de Saint Joan y a los señores de su rreal consejo de yndias de las cosas subçedidas e la da ysla de los Caribes dende que por el mandato partia conocer y atestigua las sobre como vivian los indios en pareja con los hombres cristianos della tan diabolica isla ”
http://memoriasdeungaysesenton.blogspot.com/2014/06/jabibonuco-3-la-flor-de-la-campana.html
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