Quiso ser libre. No lo dejaban, miraba las letras a lo lejos, las fue nombrando, puso juntas, se enamoró de ellas.
Los conquistadores españoles cortaron sus pestañas para que no parpadeara, extirparon su lengua para que no hablara, lo marcaron con el carimbo para saber donde estaba.
Abrió la boca, las llamaba con los labios, y ellas donde él se acercaron, hablaron: "vete de aquí", dijeron unas; "cuídate de nosotras, no todas son buenas", dijeron otras, "no puedes ser otro, acepta tu destino", dijeron las últimas.
Sin pestañas, su lengua cortada, por dentro muy dentro, encontró sus letras, la respuesta: "cambia tu destino, y luego si así lo deseas, escribe tu historia, busca otro camino". Y así hizo: sin pestañas, ni lengua, ni destino.
Sunday, April 10, 2016
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