Durante el inicio de los estudiantes en el aprendizaje de la lecto-escritura, éstos construyen una serie de hipótesis sobre qué dicen los signos y cómo se llaman. Una de las primeras hipótesis es denominada por las investigadoras como hipótesis "silábica", niñas y niños intentan otorgar valor sonoro y un nombre a cada grafía.
Luego, durante la constitución de la hipótesis sobre el sistema de escritura, denominada "silábica-alfabética", aunque conocen los nombres y las "pueden leer", se produce cierta confusión en el proceso de aprendizaje, pues deben abandonar paulatinamente las hipótesis construidas con anterioridad. Ya la c con la a no es ce a, sino ca, y si es ce con e no es que or ce e. Los conflictos se producen, generalmente, por la dificultad de coordinar las diferentes hipótesis, lo que induce a que quien aprende no sea todavía capaz de leer las distintas combinaciones, ni tampoco puede segmentar convencionalmente las palabras en la frase.
A partir de los conflictos cognitivos relacionados con la convencionalidad y arbitrariedad de la lengua, comienzan a elaborar hipótesis sobre la escritura, ya que las niñas y niños hacen correspondencia entre el fonema y el grafema, alcanzando la denominada hipótesis "alfabética". Pero, ésta no es el final del proceso puesto que quedan por resolver ciertas dificultades que se presentan en la comprensión del sistema, sobre todo en la sintaxis y la ortografía.
Una vez presentadas las ideas sobre estas hipótesis, con evidencia recogida en sus aulas, se le pidió a un grupo de estudiantes de pedagogía que enumeraran los métodos que usaban para evaluar estudiantes y se encontró que además de tratar de entender el desarrollo conceptual de los estudiantes, algunos no podían distinguir entre métodos para evaluar y métodos para impartir una clase o lección. Algunos pudieron recoger la evidencia, pero no sabían qué hacer con las ideas que explican cómo los estudiantes conceptualizan los garabatos, las letras y su relación entre ellas.
Tradicionalmente, en español se han usado dos métodos para iniciar los estudiantes en la lecto-escritura: el global y el silábico (el fonético es una copia del modelo impulsado a principios del siglo XX por los conductistas americanos, copiado por algunos educadores hispanos sin una crítica seria sobre las diferencias entre ambos idiomas). Ambos métodos llevan a los estudiantes a reconocer y descifrar símbolos, pero raras veces cubren las múltiples posibilidades de esos símbolos, o se investiga qué piensan los estudiantes sobre los mismos; y una vez los estudiantes se encuentran con textos complejos donde, para poder descifrar las diversas funciones del símbolo, signo, significante se requiere conocer estas diversas funciones, fracasan. Y estos fracasos se deben en gran medida a la inhabilidad, incluso, de los maestros y de los "teacher-educators” de conocer cómo y qué piensan los estudiantes sobre los garabatos, las letras, los cuentos……, los métodos; sus propios estudiantes.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment