Aunque dirigiste tu carta a todas nosotras, te contesto solo a tí. Que hay hermanas sororas y hay sororas que no no son tan hermanas; y otras que viven en la luna de Valencia o piensan que tener un chalet en los heights de Jájome es llegar a la cima. Esas que viven de cóctel en cóctel. We all know who they are, don't we?
Ni estando loca me coges vendiendo ropa de hippies tardíos. Eso es lo que parecen todas esas mujeres enchancletadas, con faldas y blusas que bordean en lo neo-gítano. Además, no podemos ser ingenuas. Si nos vinculan con ese mundo, los grupos a los que pertenece -¿sabes quièn?- cierto conocido nuestro, al patíbulo nos llevan por venderle y vestir a las que siempre marchan a favor y en favor de todo lo que sea distinto y contrario. ¡Uy!
No, no pienso vender ropas y menos a esa partida de trabajadoras sociales y maestras "concienzadas". Ni que el resto de las mujeres fuésemos globos rellenos de aire. ¡Concienzadas! Si oigo esa palabrita de nuevo, me voy con la Beba a unos de sus ashrams.
Al "sabes quién", "who shall remain nameless", lo vieron salir de la casa de una reverenda, y no por ser protestante devoto. Ella, la reverenda árbol de navidad -¡Por Dios!, que no se acaba de enterar, que uno a las doce del mediodía no se viste como si fuese una quincalla ambulante-, tiene que estar muy al tanto sobre quién es el susodicho, qué hace y cuáles son los túneles obscuros por los que anda el tipito ese.
Bueno no me queda más remedio, te digo quiés es el sabes quién: el Mr. Smith de la Pepita Alers. El muy tortuoso gringo salía del chalet campestre de la reverenda; y él, bobo no es. El Smithie, al igual que muchos por aquí, conoce cuál es la agenda de la reverenda. La muy enjoyada, vestida a lo vitrina de Sterns, enredada en sus estolas y estolas, y estolas se da sus paseítos en primera clase por "decision making centers" en DC. Su "retreat" en Jájome Heights es un nido de brujas y serpientes.
¿Cuándo regresas de la Big Apple?
Pensándolo bien, en vez de ropas neo gitanas, ya que las apostoladas, sí, que se multiplican, ¿por qué no abrimos una empresa que entrene a las reverendas árboles de navidad en asuntos del buen vestir, y el cómo combinar el color de pelo y el de la tez? Deben haber más reverendas rubias en Puerto Rico que en cualquier ciudad sueca.
Seguiremos contando, luv u,
Maxi Narváez
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