Wednesday, November 4, 2015

TEORÍAS PARA BLOGUEROS: el mal de ojo y los escribas

"El hombre y la mujer quieren recrearse en Dios, buscan la perfección divina en sus obras y nunca lo logran": palabras de uno de los tantos maestros, gurús, terapeutas, chamanes, sacerdotes, curanderas y médicos que he conocido y consultado en mi camino hacia la perfección física, sicológica y espiritual: la que nunca consigo.

José Antonio Pascual, vicerrector de la Real Academia de la Lengua y autor de No es lo mismo ostentoso que ostentóreo, dice, “Yo mismo he cometido errores en mis textos y tengo 10 folios en los que he anotado los fallos cometidos. Ni los filólogos somos perfectos” (ElPais, 23/01/2013)

En una conversación cibernética sobre la perfección en las artes los foristas comentaron:

Forista #1: "When I was in the 4th grade, an art teacher told me that it is common practice in some Asian culture(s) to put a dot in the corner of a painting to show that the painting is not perfect, because only God is perfect."

Fosrista#2: "You're thinking of Persian rugs, which often include an imperfection as a reminder that only God creates perfect things."

Forista#3 "This is also true with furniture made by Shakers or Amish. They incorporate deliberate flaws in their furniture with the same only God is perfect notion in mind."

Los maestros y cocorocos de la educación primaria examinan el manejo de la escritura, por parte de los niños, desde una perspectiva que solo mira cuán perfectos son los estudiantes, y no cómo van descubriendo ese tan complejo sistema de símbolos, qué significan para ellos, cómo los expresan y qué cambios ocurren en su marcha y cuáles son los errores "constructivos" que cometen en su búsqueda del manejo perfecto de la escritura, de acuerdo los planteamientos de Cárdenas, Ferreiro, Teberosky, Torres, y otros que se han atrevido a conversar con los chiquitines.

Forista#4: "I was taught in an art history class that medieval scribes and/or illustrators always introduced a deliberate error into illuminated manuscripts for the same reason - perfection being the sole domain of God, not of man. posted by that possible maker of pork sausages at 9:23 PM on May 7, 2010" apareció en una conversación cibernética.

Dos profesoras de CCNY - sin el permiso de su compañero -, con un tono arrogante y algo racista, le señalaron personalmente y corrigieron los elementos formales de la escritura en una propuesta que el susodicho compañero escribió para ser sometida a la facultad, sin decirle nada sobre las ideas y posturas que fundamentaban el nuevo programa de estudios. Nada pero que nada sobre las ideas. Ambas profesoras presumían de haber conseguido la perfección divina en su manejo de la escritura, aunque luego fueron observadas por el mismo profesor mientras buscaban en un diccionario la palabra más apropiada para algo que estaban escribiendo, quizás verificaban  su ortografía.

"La idea de las grandes y perfectas obras maestras que recogen y expresan universos pierde de vista los detalles de las vidas sencillas que nos toca vivir de día a día, con sus problemas y logros.": dijo una pintora  que observaba unos pinos cubiertos de nieve en un bosque cerca de Montreal.

Forista #5: "In India, parents often place a spot of kohl on their children's faces, which makes them imperfect and so protects them from the evil eye. I'm not sure whether artists do the same with their art, but maybe the motivation is similar?, posted by embrangled at 9:32 PM on May 7, 2010"

El "mal de ojo" no está tranquilo con las imperfecciones de los textos, trata de hacerle daño pero no puede. No puede porque el daño está hecho y los errores "constructivos" lo comprueban. Excepto que es un daño significativo y no se estanca, se transforma, nos humaniza. Los textos están en camino, como los chiquitines antes mencionados, hacia la perfección.

Gabriel García Márquez: “La primera vez que se publicó La mala hora, en 1962, un corrector de pruebas se permitió cambiar ciertos términos y almidonar el estilo en nombre de la pureza del lenguaje. En esta ocasión, a su vez, el autor se ha permitido restituir las incorrecciones idiomáticas y las barbaridades estilísticas, en nombre de su soberana y arbitraria voluntad. Esta es, pues, la primera edición de La mala hora. El autor”.

Quizás después de muertos los papiros, deshechos los libros, derrumbadas las paredes y sus graffitis hayan desaparecido, destruidos los chips y diluidas las partículas electrónicas, quizás, entonces, los textos se recreen en Dios. Quizás no.

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