Ellos iban para un acto serio, aburrido, mediocre (patético uso del tiempo para tener que oír otra versión del trillado lamento borincano, en su versión escolástica), la puertorriqueñidad sacrificada ante los usa, y la rea y otras instituciones españolas, que al otro día, justas y obedientes, atendieron el reclamo de que..... menos....
Ellas no. Una confundió el evento y se vistió para un almuerzo con amigas en un restaurante de playa en Punta las Marías; la otra, acostumbrada a las pasarelas desfiló una vez más con el típico traje sastre, cremita ong (que lo había usado muchas veces antes, dijo un fashionista criollo, especializado en la historia de las modas y sus cortesanas); lo borderline burocracia de la reina contrastaba con las flores de la otra, y sus caderas tropicales (que por algo Palés las elevó, movió y paseó por las calles en sus poemas).
Thursday, March 17, 2016
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