El Aleph de las Maricas
- ¿Qué quéee? ¿Que estuvo en Montreal y pagó a un chulo por una venida? Yo no pago. Lo hago gratis; anónimo sin que mi amante se entere, of course, pero gratis.
-"¡Por Dios!”-: exclamó la otra supuesta amig@, preocupad@s amb@s por la moral del enjuiciado, quien se enteró porque una tercera amig@, quien de seguro fue informad@ por un@ o cuart@ o quint@ amig@, sobre los vaivenes del personaje principal del cuento, supuesto amigo de tod@s y oyente del relato donde se le juzgaba por tan baja y decadente moral, el cual ocurrió hace tanto y tanto, y tanto y tanto se tardó en llegar donde el personaje principal, convertido hoy en oyente de su propio cuento, contado a la primer@ amig@ para poder desahogar lo ocurrido y no para formar tremendo rollo donde la segund@ amig@ sirve de oído pseudo-terapéutico, consolador y empático, luego transformándose en fotuto de barrio, regándose como enredadera de trinitaria en verja de vecina criolla, un aleph de comunidad en los suburbios de New Jersey, extendiéndose hasta las islas de los encantos y concluyendo como chisme entre vecinas, perdiendo su carácter original de cuento expiatorio; dando vueltas sobre sí mismo para llegar al sitio donde había comenzado.
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